Los jueces cortan en seco la carrera pol¨ªtica de Bolsonaro con una inhabilitaci¨®n de ocho a?os
El Tribunal Superior Electoral condena al expresidente de Brasil por un delito de abuso de poder con el fin de deslegitimar las elecciones
La justicia brasile?a corta en seco la carrera pol¨ªtica del l¨ªder de la derecha, el ultra Jair Messias Bolsonaro, de 68 a?os. El Tribunal Superior Electoral (TSE) lo ha condenado este viernes, por cinco votos a dos, por abuso de poder al usar su cargo cuando era presidente de Brasil para deslegitimar las elecciones. La pena son ocho a?os de inhabilitaci¨®n, lo que en la pr¨¢ctica implica quedar excluido de las pr¨®ximas contiendas electorales hasta 2030. La vista, seguida por miles de personas en YouTube, se ha celebrado en Brasilia en ausencia del acusado. Bolsonaro, que perdi¨® las presidenciales de octubre frente a Luiz In¨¢cio Lula da Silva, de 77 a?os, por menos de dos puntos y logr¨® 58 millones de votos, se declaraba inocente y ha dicho que pretende seguir en pol¨ªtica.
La acusaci¨®n principal de este caso, uno de los 16 que hay abiertos contra Bolsonaro, deriva de un encuentro al que convoc¨® en su calidad de presidente de la rep¨²blica a buena parte del cuerpo diplom¨¢tico extranjero. A tres meses de las elecciones, el ultraderechista y propagador de teor¨ªas de la conspiraci¨®n los recibi¨® en el palacio presidencial para pronunciar ante ellos un encendido discurso en el que arremeti¨® sin piedad contra las autoridades electorales ¡ªlas mismas que ahora lo han juzgado¡ª y contra la seguridad del sistema de votaci¨®n. La condena es tambi¨¦n por uso indebido de los medios porque la reuni¨®n con los diplom¨¢ticos fue retransmitida por la televisi¨®n p¨²blica.
Bolsonaro puede recurrir la inhabilitaci¨®n, pero en Brasil se da por supuesto que las probabilidades de que la condena sea revertida en instancias superiores es escasa o nula. Por eso, alguno de sus aliados ha empezado a preparar una ley de amnist¨ªa.
El presidente del tribunal, que tambi¨¦n encabeza el Supremo, Alexandre de Moraes, ha dejado claro en su discurso que esta es una sentencia ejemplarizante. ¡°Es importante crear un precedente en el TSE para combatir la propagaci¨®n del odio y las falsedades contra el proceso electoral¡±, ha dicho este magistrado convertido en el hombre clave y s¨ªmbolo de la defensa de la democracia brasile?a. Moraes, que pretende que este castigo disuada a cualquiera que piense emular los ataques mentirosos contra los comicios, ha recordado que durante 40 a?os Bolsonaro fue elegido con el sistema que ahora cuestiona.
El exmandatario ha reiterado este viernes que cumpli¨® la Constituci¨®n. Y ha proclamado que ¡°en pol¨ªtica nadie mata ni muere¡± antes de recordar: ¡°Aqu¨ª en Minas me dieron una pu?alada en el est¨®mago [durante la campa?a de 2018] y hoy me dieron una pu?alada en la espalda por presunto abuso de poder pol¨ªtico. (...) Me sacaron de la Presidencia y ahora me han juzgado por mi obra completa [no por el episodio de los embajadores]¡±.
El expresidente tiene m¨²ltiples frentes judiciales abiertos adem¨¢s de este. Tambi¨¦n es investigado por alentar el ataque m¨¢s grave sufrido por la democracia brasile?a desde el fin de la dictadura, en 1985. Miles de sus seguidores asaltaron a las bravas, ante la indiferencia de militares y polic¨ªas, el coraz¨®n del poder pol¨ªtico y judicial en Brasilia el 8 de enero, emulando el asalto al Capitolio de los trumpistas. Bolsonaro conden¨® la invasi¨®n pero existen fuertes indicios de que algo se gestaba en su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo. Tanto a su ayudante personal m¨¢s cercano, un militar, como a su ministro de Justicia se les han incautado borradores de minutas para perpetrar un golpe de Estado. Ambos est¨¢n en la c¨¢rcel.
Tambi¨¦n est¨¢ en la mira de los tribunales por su gesti¨®n de la pandemia del coronavirus, que mat¨® a m¨¢s de 700.000 brasile?os y en la que, seg¨²n dictamin¨® el Senado, cometi¨® cr¨ªmenes contra la humanidad. Adem¨¢s est¨¢ acusado de manipular su cartilla de vacunaci¨®n y de quedarse con unas valios¨ªsimas joyas regaladas por Arabia Saud¨ª.
Esta condena elimina de la disputa electoral al principal oponente del presidente Lula. El ultraderechista es el primer presidente de Brasil inhabilitado, pero varios de sus predecesores han visto su carrera pol¨ªtica truncada o entorpecida por los jueces o por el Congreso. El caso m¨¢s reciente, el de Lula, que protagoniz¨® una resurrecci¨®n tras a?o y medio en la c¨¢rcel. El izquierdista fue excluido por los jueces de los comicios de 2018 ¡ªque venci¨® Bolsonaro¡ª al ser condenado por corrupci¨®n, en un caso que despu¨¦s fue anulado. Esa decisi¨®n judicial permiti¨® al l¨ªder del Partido de los Trabajadores (PT) regresar por la puerta grande al ruedo pol¨ªtico y conquistar un tercer mandato.
Dilma Rousseff fue expulsada del poder en 2016 mediante un impeachment con el argumento de unas maniobras contables por las que recientemente fue absuelta. Mucho antes, en 1992, Fernando Collor de Mellor tambi¨¦n fue destituido por el Congreso.
El polit¨®logo Fernando Limongi, de la Fundaci¨®n Getulio Vargas, alerta este viernes en una entrevista en la Folha de S. Paulo sobre los riesgos que entra?a la interferencia de los tribunales en pol¨ªtica. ¡°Es preferible tener a Bolsonaro en el mercado electoral y que sea derrotado a que los jueces asuman esa posici¨®n¡±, dice este investigador nada sospechoso de afinidad ideol¨®gica con el ultraderechista. A?ade Limongi que, aunque las condenas contra Bolsonaro y contra Lula son distintas, ¡°la filosof¨ªa es la misma, como si el poder judicial fuese un poder moderador y debiera asumir el papel del elector¡±.
Para la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleissi Hoffman, ¡°es un gran d¨ªa¡± porque ¡°el tribunal ha condenado m¨¦todos de extrema derecha, como la difusi¨®n industrial de mentiras, las amenazas a la democracia, el uso de la m¨¢quina p¨²blica para perseguir a los opositores¡±.
Confirmada la inhabilitaci¨®n del l¨ªder indiscutible de la derecha brasile?a en los ¨²ltimos a?os, se espera que el bolsonarismo y el resto de ese flanco ideol¨®gico empiecen a construir un nuevo dirigente. Los dos nombres que suenan m¨¢s fuerte son el actual gobernador de S?o Paulo, Tarcisio de Freitas, un militar que hizo carrera en la Administraci¨®n p¨²blica y fue ministro del ultraderechista, y la esposa de Bolsonaro, Michelle, que es una carism¨¢tica mujer evang¨¦lica que ha ido implic¨¢ndose en pol¨ªtica a medida que se estrechaba el cerco judicial en torno a su marido.
La condena se produce seis meses despu¨¦s de que el 1 de enero, al abandonar el poder tras perder las elecciones, Bolsonaro dejara de tener inmunidad por primera vez en tres d¨¦cadas de carrera pol¨ªtica. Antes fue militar. Su carrera como uniformado tambi¨¦n acab¨® en los tribunales, en este caso militares. Bolsonaro fue juzgado por conspirar para hacer estallar bombas en puntos estrat¨¦gicos de R¨ªo de Janeiro en 1987 en protesta por los bajos salarios de la soldadesca. Condenado en primera instancia, recurri¨® y despu¨¦s fue declarado inocente e instado a dejar el ej¨¦rcito por la puerta trasera. Emprendi¨® una carretera pol¨ªtica como diputado. Era del bajo clero, conocido por su nostalgia de la dictadura y sus exabruptos. Para sorpresa de todos, un c¨®ctel de odio al PT, hartazgo y redes sociales lo catapult¨® a la Presidencia de la rep¨²blica. Con la derrota, su papel pol¨ªtico qued¨® muy desdibujado. Y ahora ni siquiera podr¨¢ presentarse a las elecciones.
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