Juanita Goebertus: ¡°Privilegiar solo discusiones comerciales le quitar¨ªa a Europa ser un faro de derechos¡±
La directora de las Am¨¦ricas de Human Rights Watch lamenta que la declaraci¨®n final de la cumbre UE-Celac no condene abiertamente los reg¨ªmenes autoritarios en la regi¨®n
La abogada Juanita Goebertus (Bogot¨¢, 39 a?os) est¨¢ en Bruselas con motivo de la cumbre de la Uni¨®n Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celac) con un mensaje claro: las conversaciones sobre negocios en Am¨¦rica Latina no pueden ignorar la discusi¨®n sobre derechos humanos. Con la declaraci¨®n final en la mano, la colombiana felicita a los dos bloques por hacer referencias a la grave situaci¨®n de seguridad p¨²blica y humanitaria que vive Hait¨ª, a la necesidad de retomar la negociaci¨®n entre el Gobierno y la oposici¨®n de Venezuela, y a la importancia de luchar contra la crisis clim¨¢tica de manera conjunta.
Sin embargo, para ella, la declaraci¨®n est¨¢ muy lejos de dar respuestas a los graves problemas de derechos humanos que afectan a la regi¨®n. Le preocupan especialmente el silencio sobre las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela y sobre ¡°las grav¨ªsimas violaciones a derechos humanos¡± en esos pa¨ªses, as¨ª como la ausencia de referencias al auge de los autoritarismos, los riesgos para los sistemas electorales y a las crisis de inseguridad o la migraci¨®n. Tampoco le gusta que el proceso para alcanzar tuviera ¡°objeciones constantes del r¨¦gimen de [Daniel] Ortega¡± en Nicaragua sobre el rechazo de la invasi¨®n por parte de Rusia a Ucrania.
¡°Es una muestra de que no es posible dejar un r¨¦gimen como el de Nicaragua al garete. Hoy m¨¢s que nunca, como resultado de esta declaraci¨®n, es fundamental avanzar de manera conjunta en un proceso que permita recuperar la democracia y el Estado de Derecho en Nicaragua¡±, propone en la tarde del martes en declaraciones a EL PA?S. Horas antes, atendi¨® a este diario en un hotel de la capital belga cercano al edificio del Consejo de la Uni¨®n Europea, donde los jefes de Estado y de Gobierno europeos y latinoamericanos negociaban la declaraci¨®n.
Pregunta. Despu¨¦s de ocho a?os sin reuniones de este tipo, la UE est¨¢ mirando a Am¨¦rica Latina en este contexto de convergencia de crisis y en un intento de contrarrestar la influencia china en la regi¨®n. En esta cumbre tenemos a pa¨ªses latinoamericanos de distintos signos pol¨ªticos lo que dificultar¨¢ una declaraci¨®n contundente contra violaciones de derechos humanos. ?Desde su perspectiva, qu¨¦ l¨ªneas rojas no se deber¨ªan pasar?
Respuesta. Tener a todos los pa¨ªses de la regi¨®n ac¨¢ es importante, es un paso, pero deber¨ªa ser un medio para lograr, por ejemplo, avances conjuntos en torno a los principales problemas que vive la regi¨®n. Es fundamental que frente al tema de Venezuela, por ejemplo, haya declaraciones conjuntas en torno a la preocupaci¨®n por las restricciones del derecho al voto y la participaci¨®n pol¨ªtica, particularmente recientemente las decisiones sobre volver nuevamente al control oficialista, el Consejo Nacional Electoral o las preocupaciones por la inhabilitaci¨®n de Mar¨ªa Corina Machado.
En el caso de Cuba nos preocupan much¨ªsimo los m¨¢s de mil presos pol¨ªticos que est¨¢n todav¨ªa en detenci¨®n. Son abiertas violaciones al debido proceso, entre otros derechos. Y, por supuesto, la grave crisis humanitaria que vive la isla. En Nicaragua, hemos lanzado un grupo de amigos de Nicaragua buscando no solo alertar sobre las grav¨ªsimas violaciones que cometen a diario en t¨¦rminos de no solo detenciones arbitrarias, sino de expatriaci¨®n, eliminaci¨®n de la nacionalidad, expropiaci¨®n de bienes de presos pol¨ªticos... En fin, y tratar de buscar una soluci¨®n sostenida e integrada de distintos pa¨ªses que en el tiempo se comprometan con buscar una soluci¨®n negociada de tr¨¢nsito hacia la democracia en Nicaragua. Estar aqu¨ª todos juntos es un paso importante, pero no deber¨ªa ser para ignorar estas grav¨ªsimas violaciones a derechos humanos, sino para poner m¨¢s sobre la mesa y tratar de buscar soluciones.
P. ?Cu¨¢l ha sido la respuesta respecto a la propuesta del grupo de amigos de Nicaragua?
R. En el caso de Nicaragua, al menos un atisbo de mayor consenso. Si bien hay distintas posiciones, yo creo que uno encuentra gobiernos tanto en la izquierda como en la derecha que reconocen que lo que ha pasado en Nicaragua es ya una abierta violaci¨®n al Estado de derecho, a la democracia y, por supuesto, a los derechos humanos. Hemos tenido conversaciones con distintos cancilleres, con distintas delegaciones, tanto europeas como latinoamericanas, y hay un inter¨¦s. Yo creo que hay un consenso en que hay que buscar soluciones, pero estamos todav¨ªa en conversaciones con cada una de las delegaciones para tratar de echar a andar esta iniciativa, que no es otra cosa que el punto de partida de decir s¨ª, todos estamos de acuerdo en que esta crisis existe y tratamos de buscar alguna soluci¨®n consensuada y articulada y organizada, y no seguir pensando que ya lo de Nicaragua es de alguna manera un caso perdido.
P. Esa regi¨®n, la centroamericana, estamos viendo un auge de los autoritarismos en distintos niveles: tenemos el caso de Bukele en El Salvador, con un estado de excepci¨®n que se extiende m¨¢s de un a?o, o la persecuci¨®n a voces cr¨ªticas en Guatemala. Pero ayer vimos que Josep Borrell firm¨® memorandos de entendimiento muy sucintos con Honduras y con El Salvador, en el que no mencionan esas preocupaciones. ?Le preocupa que no se est¨¦n condenando estas violaciones de derechos de una manera m¨¢s contundente en Europa?
R. Ese relacionamiento, que es importante desde un punto de vista diplom¨¢tico, deber¨ªa contribuir no solo a resaltar cuando hay distintos tipos de violaciones de derechos humanos, sino a buscar soluciones. En el caso de Guatemala, nos preocupa much¨ªsimo el derecho al voto y la participaci¨®n pol¨ªtica. Por fortuna, la Corte de Constitucionalidad en Guatemala ha llegado a la conclusi¨®n de que ampara el derecho del partido Semilla, que no se suspenda su personer¨ªa jur¨ªdica. Eso es un paso fundamental, pero que el Ministerio P¨²blico en cabeza de la fiscal [Consuelo] Porras pueda continuar con la investigaci¨®n penal en contra de quien es hoy uno de los candidatos presidenciales a ir a la segunda vuelta, es una amenaza a la posibilidad de que guatemaltecos y guatemaltecas elijan libremente a quien quieran. Sobre todo en un contexto de uso de la acci¨®n penal en Guatemala para perseguir a jueces, fiscales, periodistas. Hay antecedentes del uso del derecho penal como una estrategia de persecuci¨®n de quienes han luchado contra la impunidad en el pasado y quienes han tenido un ejercicio de participaci¨®n pol¨ªtica. Establecer mecanismos de di¨¢logo sobre lo que sucede en Guatemala es importante no s¨®lo para condenar este tipo de hechos, sino sobre todo para garantizar que haya un proceso transparente electoral.
En el caso de El Salvador, hemos venido documentando el estado de emergencia, que hay m¨¢s de 68.000 personas privadas de la libertad en cientos de los casos, personas que adem¨¢s no participaban de las pandillas. Hemos documentado casos de detenciones arbitrarias, torturas, personas que han muerto privadas de libertad, m¨¢s de 1600 casos de menores de edad, por no hablar de las grav¨ªsimas violaciones al debido proceso. Audiencias de m¨¢s de 500 personas virtuales sin acceso a un abogado, entre otras. Y, por supuesto, reconocemos que la crisis de seguridad en El Salvador y en otros pa¨ªses de Centroam¨¦rica ha sido dram¨¢tica y ha supuesto un flagelo muy duro frente a la sociedad civil y frente a la poblaci¨®n en general. Pero la respuesta a esta crisis de seguridad no puede ser de mayor represi¨®n y de violaci¨®n tambi¨¦n de derechos humanos. Entonces, el di¨¢logo directo con El Salvador s¨ª, pero para poner estos temas sobre la mesa y para buscar soluciones. Creemos que un di¨¢logo que simplemente privilegie discusiones comerciales y saque de la lupa la discusi¨®n sobre derechos humanos, le quitar¨ªa a Europa ese centro de gravedad, de ser un faro en t¨¦rminos de Estado de derecho y de protecci¨®n de derechos humanos, como lo ha sido hist¨®ricamente.
P. El lunes, en las conversaciones del foro de negocios paralelo, se habl¨® mucho de no repetir el modelo extractivista. ?Qu¨¦ se deber¨ªa hacer para no replicar estos modelos que no han hecho ning¨²n bien a la regi¨®n?
R.Yo dir¨ªa que tenemos dos factores frente a ese punto. Lo primero es tener un proceso de fortalecimiento de las relaciones comerciales entre Europa y Am¨¦rica Latina. Es importante y, sin duda, est¨¢ relacionado con el bienestar social y econ¨®mico de nuestra regi¨®n. Pero eso no deber¨ªa ser una excusa para no tocar otros temas delicados. El a?o pasado, una persona del Servicio Exterior Europeo me dec¨ªa: ¡®Es que no nos pueden seguir trayendo malas noticias sobre Am¨¦rica Latina. Queremos pasar a una relaci¨®n constructiva, una relaci¨®n positiva en t¨¦rminos comerciales¡¯. Los derechos humanos no deber¨ªan ser vistos como una mala noticia que no se toca para poder tocar los temas econ¨®micos. Deber¨ªamos ser capaces como dos regiones de tener conversaciones adultas, honestas que pasen por tanto el fortalecimiento de las relaciones comerciales como la garant¨ªa de poner sobre la mesa cuando hay grav¨ªsimas violaciones a derechos humanos y crisis que se desprenden de ese tipo de violaciones que tienen que ser enfrentadas de manera directa y que tienen que cesar si queremos que haya bienestar.
Ese es un lado de la ecuaci¨®n. Lo otro es una conversaci¨®n sobre justicia clim¨¢tica que pasa por reconocer que un desarrollo sostenible que haga y articule procesos de desarrollo social, econ¨®mico, ambiental, tiene que entender que Am¨¦rica Latina tiene un potencial inmenso en t¨¦rminos de su capacidad de lucha contra la crisis clim¨¢tica, particularmente por los servicios ecosist¨¦micos que presta la biodiversidad en Am¨¦rica Latina. Y preservar esa biodiversidad es fundamental para mitigar los efectos del cambio clim¨¢tico y para adaptarnos a ellos. Lograrlo pasa por conversaciones con Europa y con el resto del mundo de qu¨¦ demanda y como se protege esa biodiversidad, al tiempo que se avanza en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en Am¨¦rica Latina.
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