El asesino en serie de Long Island: un criminal obsesionado con su propio caso
El presunto autor de la muerte de tres trabajadoras sexuales, un misterio sin resolver durante m¨¢s de una d¨¦cada, segu¨ªa ¨¢vidamente por internet las novedades sobre la investigaci¨®n policial
Nada en el comportamiento anodino, un punto err¨¢tico o incluso hura?o, de Rex Heuermann parec¨ªa llamar la atenci¨®n de sus vecinos, que no se ponen de acuerdo en definirle. Pero la broma, o el p¨¢lpito, de dos de ellos, que hace un par de a?os comentaron que ten¨ªa aspecto de guardar varios cad¨¢veres en el armario, se convirti¨® en macabra realidad. El presunto asesino de al menos tres mujeres, el ¨²ltimo en la larga n¨®mina de ese estilo de matar tan caracter¨ªstico de EE UU, el serial, fue detenido hace una semana por la muerte de tres trabajadoras sexuales, y es el principal sospechoso de la de una cuarta.
Los restos de las v¨ªctimas fueron encontrados en 2010 en un corto tramo de la playa de Gilgo, en Long Island (Nueva York). El caso de las llamadas Cuatro de Gilgo est¨¢ vinculado al hallazgo de al menos 10 conjuntos de restos humanos en el ¨¢rea desde entonces. Como las cerezas que se entrelazan en un cuenco, la eventual aparici¨®n de nuevos indicios determinar¨¢ si a Heuermann se le puede imputar la comisi¨®n de m¨¢s delitos. Entre l¨¢grimas, el detenido asegur¨® no haber matado a nadie al comparecer ante el juez. Detenido sin fianza, espera juicio en una c¨¢rcel del condado de Suffolk sometido al protocolo antisuicidios.
Todo en la vida de Heuermann, un arquitecto de 59 a?os, se desmoron¨® el pasado 13 de julio por la noche, cuando fue detenido en Manhattan. Un impresionante despliegue policial rode¨® su casa, la misma en la que se crio, en Massapequa, a escasos kil¨®metros de donde se hallaron los cad¨¢veres. Su empresa de reformas, encargada de la rehabilitaci¨®n, entre otros, de un edificio de la Organizaci¨®n Trump en Wall Street y de un d¨²plex junto a Central Park de 16 millones de d¨®lares, cerr¨® la web y descolg¨® los tel¨¦fonos. Su matrimonio de 27 a?os se fue al traste, al presentar la esposa una demanda de divorcio pocos d¨ªas despu¨¦s de su detenci¨®n. La mujer aleg¨® como causa la fuerte impresi¨®n al conocer que el hombre con quien tuvo una hija, socia de su padre en la empresa, hab¨ªa mantenido durante d¨¦cadas una vida oculta de cuyos pormenores dej¨® constancia el historial de b¨²squedas en internet del acusado: miles de p¨¢ginas de sexo brutal y expl¨ªcito, sadismo, torturas y pornograf¨ªa infantil, as¨ª como aplicaciones de contactos.
Heuermann busc¨® tambi¨¦n noticias sobre el desarrollo de la investigaci¨®n policial, en parte ansioso por conocer novedades, pero tambi¨¦n con un punto narcisista, de ufan¨ªa, seg¨²n los peritajes psicol¨®gicos a los que ha sido sometido. ¡°?Por qu¨¦ el asesino en serie de Long Island no ha sido detenido?¡± fue el criterio de b¨²squeda que m¨¢s us¨®. Entre mayo de 2022 y junio de este a?o, cheque¨® m¨¢s de 200 veces en Google novedades sobre las cuatro mujeres de Gilgo.
Heuermann ha sido acusado de sendos delitos de asesinato y homicidio por cada una de las tres muertes, las de Melissa Barthelemy en 2009, y Megan Waterman y Amber Costello en 2010. Seis cargos en total, a los que podr¨ªan a?adirse dos m¨¢s, pues es el principal sospechoso de la desaparici¨®n y muerte en 2007 de Maureen Brainard-Barnes. Todas ellas con el mismo perfil: veintea?eras y trabajadoras sexuales con escaso arraigo familiar. Todas menudas, todas enterradas de forma similar. Las v¨ªctimas anunciaban sus servicios en p¨¢ginas web. Las cuatro fueron enterradas de la misma manera, envueltas en una arpillera de camuflaje de las habitualmente empleadas por cazadores.
El desarrollo del caso mantiene en vilo a los espectadores de un pa¨ªs donde el g¨¦nero true crime, que recrea cr¨ªmenes reales de caracter¨ªsticas especialmente truculentas, ha hecho fortuna. Por eso no pasa un d¨ªa sin que se conozcan nuevos detalles de la vida del monstruo, como si de alguna manera esa divulgaci¨®n masiva compensase el silencio de una d¨¦cada larga sin noticias. El registro de su domicilio continuaba este viernes, por octavo d¨ªa consecutivo, para determinar si alguno de los cr¨ªmenes se cometi¨® all¨ª mismo, mientras las investigaciones se ampliaban a Las Vegas, donde Heuermann ten¨ªa una vivienda en r¨¦gimen de multipropiedad. Cuatro casos de asesinato sin resolver desde 2006, de sendas prostitutas de Atlantic City (Nueva Jersey), han sido reabiertos tras la detenci¨®n del presunto asesino de las Cuatro de Gilgo. Las autoridades intentan determinar si est¨¢ vinculado tambi¨¦n a casos pendientes en Nueva York.
Doble vida
Hasta su detenci¨®n, Heuermann llevaba una doble vida: utiliz¨® nombres ficticios y m¨®viles prepago ¨Dal menos siete entre 2021 y 2023¨D as¨ª como cuentas de correo electr¨®nico an¨®nimas, para concertar contactos sexuales mientras criaba a su hija y a su hijastro y se desplazaba a diario a Manhattan, donde est¨¢ su oficina, para trabajar. Inmerso en cierta fabulaci¨®n vital, acumulaba deudas por impago de impuestos mientras presentaba varias demandas en las que acusaba a conductores de da?os en accidentes de tr¨¢fico (ninguno de los casos lleg¨® a juicio). Hace unos a?os cogi¨® al descuido varias mandarinas en un conocido supermercado, y fue sacado del establecimiento por los vigilantes. Detalles variopintos que dibujan una personalidad dif¨ªcil de encuadrar, en las ant¨ªpodas de su presencia f¨ªsica monol¨ªtica, por imponente, seg¨²n las im¨¢genes que muestran sin descanso las televisiones.
Nicole Brass, una escort que tuvo una cita con ¨¦l en 2015, cont¨® en un programa en horario de m¨¢xima audiencia c¨®mo Heuermann le habl¨® sin parar de los cr¨ªmenes de Gilgo durante su encuentro preliminar, en un restaurante. ¡°Hablar de las v¨ªctimas parec¨ªa hacerle disfrutar. La forma en que se expresaba parec¨ªa la de alguien que quisiera presumir de sus actos, aunque obviamente no pod¨ªa hacerlo¡±. Inquieta por el comportamiento de su cliente, la joven se neg¨® a acompa?arle a su casa y hoy celebra, dijo en televisi¨®n, que su instinto probablemente le salvara la vida.
Las llamadas Cuatro de Gilgo fueron enterradas a pocos kil¨®metros de la vivienda de Heuermann sin que durante una d¨¦cada larga ninguna pista llevara hasta ¨¦l. Fue identificado a principios de 2022 como sospechoso, y desde entonces, puesto bajo discreta vigilancia. Una simple corteza de pizza reseca en la basura de su oficina en Manhattan permiti¨® a los investigadores obtener una muestra de su ADN, id¨¦ntica a la del cabello hallado en el sudario de una de las v¨ªctimas. Temerosos de que Heuermann recibiera un chivatazo, o se inquietase al ver por internet que la investigaci¨®n hab¨ªa dado un vuelco significativo, la polic¨ªa lo detuvo el 13 de julio, mientras los dos vecinos que anta?o bromearon sobre los secretos que ocultaba no sal¨ªan, ni salen, de su premonitorio asombro.
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