Sunak desaf¨ªa la legalidad internacional con su pol¨ªtica migratoria
El Gobierno conservador saca adelante la nueva Ley de Inmigraci¨®n Ilegal, en contra del criterio de centenares de organizaciones humanitarias
El d¨ªa en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dej¨® en tierra, el 14 de junio de 2022, el primer vuelo desde Londres a Kigali, la capital de Ruanda, hab¨ªa seis inmigrantes dentro de un aparato con capacidad para 220 pasajeros. El Gobierno brit¨¢nico conservador, al frente del cual estaba entonces Boris Johnson, se empe?¨® hasta el ¨²ltimo minuto en demostrar a sus votantes y al resto del mundo que se tomaba en serio su compromiso de poner fin a la inmigraci¨®n irregular. Un a?o despu¨¦s, el nuevo primer ministro, Rishi Sunak, ha logrado aprobar finalmente una Ley de Inmigraci¨®n Ilegal de extrema dureza y dudoso encaje jur¨ªdico. Lo ha hecho justo cuando llegaba a la isla de Portland, en la costa sur de Inglaterra, el Bibby Stockholm, una embarcaci¨®n gigante en la que Downing Street quiere alojar a los reci¨¦n llegados al pa¨ªs despu¨¦s de atravesar las peligrosas aguas del canal de la Mancha. Apenas caben 500 personas. Las primeras 50, ha dicho el Gobierno, comenzar¨¢n a habitar esta ¡°prisi¨®n flotante¡± en las pr¨®ximas semanas, seg¨²n las organizaciones humanitarias cr¨ªticas. En todo el Reino Unido, cerca de 160.000 personas esperan mientras las autoridades tramitan su solicitud de asilo. El a?o pasado, m¨¢s de 46.000 llegaron en fr¨¢giles botes hasta la costa sur del pa¨ªs.
Sunak y su ministra del Interior, Suella Braverman, se han empe?ado en lanzar gestos de firmeza que calmen al ala dura de su partido, conscientes, sin embargo, de que no se puede poner puertas al mar.
¡°Los ministros est¨¢n usando a personas vulnerables y traumatizadas para fines pol¨ªticos. Est¨¢n alimentando a la ciudadan¨ªa con una campa?a de desinformaci¨®n en torno a cuestiones relacionadas con el derecho de asilo, y provocando divisi¨®n y resentimiento¡±, denuncia Sacha Deshmukh, director ejecutivo de la divisi¨®n del Reino Unido de Amnist¨ªa Internacional. ¡°El uso de antiguos barracones militares y otros recintos de alojamiento completamente inapropiados debe finalizar, as¨ª como esta terrible ley o el acuerdo con Ruanda [para deportar inmigrantes]¡±, exige Deshmukh.
La crisis migratoria que afronta el Gobierno brit¨¢nico es una tormenta perfecta¡ en un vaso de agua. Es cierto que las cifras de personas que cruzan el canal desde las costas francesas al Reino Unido han tenido un crecimiento exponencial significativo en los ¨²ltimos a?os. El a?o pasado fueron casi 46.000 inmigrantes; en 2021, 28.500; en 2020, 8.466; en 2019, 1.843; en 2018, el primero en que el Gobierno brit¨¢nico comenz¨® a contar los inmigrantes interceptados, 299. Puede parecer alarmante, pero Frontex, la agencia de fronteras de la UE, detect¨® el a?o pasado unos 330.000 cruces irregulares de los l¨ªmites comunitarios. Y a las costas de Italia llegaron cerca de 105.000 personas.
Cuando el Brexit se convirti¨® en realidad, con todas sus consecuencias, el 31 de diciembre de 2020, el Reino Unido dej¨® de aplicar el Reglamento de Dubl¨ªn III, la normativa que establece a qu¨¦ pa¨ªs corresponde tramitar una solicitud de asilo. Normalmente, suele ser el primero al que llega el solicitante. Londres no quiso incorporar las materias de refugio y asilo a sus negociaciones con Bruselas. Resultado: desde entonces, el Gobierno conservador busca desesperadamente acuerdos bilaterales con otros pa¨ªses de la UE ¨Despecialmente con Francia¨D y obtiene siempre la misma respuesta. Es un asunto que corresponde negociar a las instituciones comunitarias.
La soluci¨®n ha sido aprobar una ley draconiana que, seg¨²n opinan muchos expertos, choca frontalmente con el derecho internacional. ¡°Gracias a este Gobierno, la reputaci¨®n hist¨®rica del Reino Unido como tierra de acogida de refugiados, de la que tan orgullosos nos sent¨ªamos, se ha convertido en algo del pasado¡±, se lamenta Josie Naughton, la directora de la organizaci¨®n de ayuda a los refugiados Choose Love. ¡°Es una ley que extingue de manera efectiva el derecho al asilo para muchas personas¡±, se?ala.
La nueva normativa ha sido acompa?ada, durante la tramitaci¨®n parlamentaria, de una campa?a pol¨ªtica presidida por el eslogan Stop The Boats (Detengamos los Botes), que Sunak incorporaba en un cartel a su atril cada vez que ha abordado el asunto. Y su ministra, Braverman, no ha tenido empacho en referirse a la llegada de inmigrantes irregulares como una ¡°invasi¨®n¡±.
A partir de la aprobaci¨®n del texto legal, todas las personas que lleguen a las costas a bordo de las embarcaciones que cruzan clandestinamente el canal de la Mancha ver¨¢n rechazadas por inadmisibles sus solicitudes de asilo. Y a diferencia de la legislaci¨®n actual, que impone una prohibici¨®n de volver a entrar de entre cinco y 10 a?os a aquellos que fueran expulsados del pa¨ªs por intentar acceder de modo irregular, el Gobierno de Sunak pretende que la prohibici¨®n sea de por vida. La nueva Ley de Inmigraci¨®n Ilegal impondr¨¢ sobre quien ocupe el cargo de ministro del Interior la obligaci¨®n de deportar a terceros pa¨ªses a todos los irregulares ¨Dcomo ha intentado ya en el caso de Ruanda¨D ¡°tan pronto como sea factible¡±.
¡°La ley va a permitir al Gobierno cometer abusos de derechos humanos sin consecuencias. Excluir a los refugiados y a los inmigrantes de la protecci¨®n de la Ley de Derechos Humanos es algo aborrecible y equivocado. Los derechos humanos son universales y el Ejecutivo no tiene derecho a elegir qui¨¦n se los merece y qui¨¦n no¡±, ha denunciado la organizaci¨®n humanitaria Liberty, que ha conseguido recabar las firmas y apoyos de casi 300 ONG para seguir combatiendo la pol¨ªtica migratoria de Sunak.
El primer ministro prometi¨® al inicio de su mandato que reducir¨ªa a la mitad el n¨²mero de personas pendientes de una solicitud de asilo, y que pondr¨ªa fin a la llegada de embarcaciones con inmigrantes irregulares. La oposici¨®n del Partido Laborista denuncia la falta de medios, de organizaci¨®n y de planes para aliviar el embotellamiento administrativo, aunque evita la cr¨ªtica de fondo de la ley, para evitar espantar al electorado. La ¨²ltima encuesta de YouGov indica que tres de cada cuatro brit¨¢nicos (un 73%) creen que el Gobierno est¨¢ respondiendo a la crisis migratoria de un modo incompetente o ca¨®tico. Sin embargo, mientras apenas un 15% de los votantes conservadores acusa a Sunak de estar tratando de un modo cruel e injusto a las personas que llegan de modo irregular al Reino Unido, cerca de un 70% de votantes laboristas tiene ese sentimiento.
La ministra Braverman lleg¨® a utilizar, en el pre¨¢mbulo de la nueva ley, una inusual advertencia en la que dejaba clara la posibilidad de que el texto incumpliera en parte la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos (aunque asegurara a la vez su convicci¨®n de que no ser¨ªa as¨ª finalmente). El Gobierno conservador ha dejado clara su voluntad de arriesgarse a contravenir el derecho internacional antes de a sus propios votantes.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.