Biden restringe las inversiones de EE UU en sectores tecnol¨®gicos estrat¨¦gicos de China

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una orden ejecutiva que restringe las inversiones de su pa¨ªs en ¨¢reas tecnol¨®gicas estrat¨¦gicas en China, desde la inteligencia artificial a la computaci¨®n cu¨¢ntica, para evitar que el sector de defensa del pa¨ªs asi¨¢tico pueda beneficiarse de la tecnolog¨ªa y los fondos estadounidenses para su desarrollo. La medida entrar¨¢ en vigor el a?o pr¨®ximo.

La orden, que tambi¨¦n incluye el ¨¢rea de los semiconductores avanzados, afecta especialmente a las compa?¨ªas de capital de riesgo y los inversores estadounidenses en empresas de riesgo compartido con firmas chinas. Las empresas tendr¨¢n que informar al Gobierno de sus inversiones en los tres sectores concernidos. Algunas transacciones estar¨¢n prohibidas, pero el Gobierno asegura que se ofrecer¨¢n ¡°directrices de l¨ªneas cristalinas¡± sobre las operaciones que estar¨¢n vetadas y las que simplemente deber¨¢n notificarse.

La orden busca proteger la seguridad nacional estadounidense y no tiene una motivaci¨®n econ¨®mica, seg¨²n ha asegurado la Casa Blanca, que insiste en que continuar¨¢ permitiendo las inversiones en otras ¨¢reas hacia su gran rival. Un alto funcionario que habl¨® bajo la condici¨®n del anonimato subray¨® que la medida se dirige contra ¡°objetivos muy espec¨ªficos¡±: ¡°Es un paso muy medido y muy meditado para intentar evitar que la Rep¨²blica Popular de China obtenga y utilice tecnolog¨ªa avanzada para la modernizaci¨®n de su ej¨¦rcito y para socavar la seguridad nacional¡±.

En una carta enviada al Congreso, Biden precisa que declara una emergencia nacional para hacer frente a los avances de pa¨ªses como China ¡°en tecnolog¨ªas sensibles y productos fundamentales para sus capacidades militares, de inteligencia, vigilancia o cibern¨¦tica¡±.

La iniciativa, seg¨²n la Casa Blanca, complementa otras ya adoptadas por la Administraci¨®n Biden para limitar el acceso de Pek¨ªn a la tecnolog¨ªa estadounidense, en una estrategia que el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, ha descrito como ¡°una valla muy alta para un terreno muy peque?o¡±. En octubre del a?o pasado, el presidente estadounidense emiti¨® una orden que impone controles a las exportaciones de tecnolog¨ªa de semiconductores avanzados hacia el gigante asi¨¢tico, y se dispone a actualizar esta previsi¨®n. Otras medidas vetan las inversiones chinas en sectores estrat¨¦gicos estadounidenses.

Antes de la entrada en vigor de la orden, el Gobierno estadounidense entablar¨¢ rondas de conversaciones con los sectores afectados para escuchar sus opiniones, incluido un plazo de 45 d¨ªas para comentarios p¨²blicos sobre la norma.

Una medida ¡°muy limitada¡±

La medida anunciada este mi¨¦rcoles se esperaba desde hace largo tiempo. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ya hab¨ªa apuntado sus l¨ªneas maestras durante su viaje a Pek¨ªn este verano, en el que adelant¨® a las autoridades chinas los planes de Washington e insisti¨® en el mensaje de que se trata de una medida muy limitada que busca proteger la seguridad nacional. Estados Unidos, aseguraba la alta funcionaria, sigue muy interesado en continuar y desarrollar su copiosa relaci¨®n econ¨®mica con China.

Pero, pese a que se anticipase, la nueva norma puede desencadenar una nueva ola de fricciones entre Washington y Pek¨ªn. Ambos gobiernos apenas acaban de comenzar una t¨ªmida etapa de deshielo en sus relaciones, despu¨¦s de que en febrero el paso y derribo de un globo aerost¨¢tico chino por territorio de Estados Unidos desencadenara la cancelaci¨®n de un viaje del secretario de Estado, Antony Blinken, al pa¨ªs asi¨¢tico y una ca¨ªda en picado de unas relaciones que arrastran a?os de deterioro.

Una reuni¨®n en Viena entre Sullivan y su hom¨®logo chino, Wang Yi ¡ªahora tambi¨¦n ministro de Exteriores¡ª, supuso el primer paso hacia la normalizaci¨®n de los lazos. El proceso se consolid¨® con la celebraci¨®n finalmente de la visita de Blinken a Pek¨ªn y el viaje de Yellen.

Encarrilar la relaci¨®n bilateral

Pero al tiempo que los dos gobiernos tratan de poner en marcha la promesa que Biden y el presidente chino, Xi Jinping, se hicieron en Bali en noviembre del a?o pasado ¡ªencarrilar la relaci¨®n bilateral para evitar que la rivalidad desencadenara en un conflicto¡ª, Washington mantiene contactos con sus aliados occidentales para presentar un frente unido de restricciones tecnol¨®gicas hacia China. Este asunto fue uno de los abordados en la reuni¨®n del G7, los pa¨ªses m¨¢s industrializados, en Hiroshima (Jap¨®n) en mayo. Hasta el momento, con resultados mixtos.

El pasado viernes, la Embajada de China en Washington hab¨ªa declarado que Estados Unidos ¡°politiza de modo habitual las cuestiones tecnol¨®gicas y comerciales y las emplea como arma y herramienta en nombre de la seguridad nacional¡±.

En un comunicado, el l¨ªder del Senado, el dem¨®crata Chuck Schumer, ha felicitado la iniciativa. ¡°Durante demasiado tiempo el dinero estadounidense contribuy¨® a alimentar el auge militar chino. Hoy Etados Unidos da un primer paso estrat¨¦gico para garantizar que las inversiones de EE UU no van a financiar el progreso militar chino¡±.

Pero seg¨²n Emily Kilcrease, del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS, por sus siglas en ingl¨¦s), considera que la orden ejecutiva ¡°probablemente dejar¨¢ descontentos a muchos interesados. Los partidarios de una l¨ªnea dura hacia China, tanto en el congreso como entre antiguos funcionarios de la era Trump, quer¨ªan un desacople de los lazos inversores m¨¢s tajante¡±. Del otro lado, las empresas del sector ¡°protestar¨¢n ante los obst¨¢culos adicionales para invertir en un mercado cada vez m¨¢s complicado. Los economistas tradicionales alegar¨¢n que China ya tiene mucho acceso a capital procedente de otras fuentes fuera de Estados Unidos¡±.

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