Agentes del FBI matan a un hombre armado al resistirse a ser detenido por amenazar al presidente Joe Biden
El caso demuestra el crecimiento exponencial de la violencia pol¨ªtica en EE UU desde el asalto al Capitolio en 2021
Los incidentes de violencia pol¨ªtica han aumentado en Estados Unidos en el ¨²ltimo lustro. La fecha de inicio de esta tendencia se sit¨²a en 2016, en torno a la primera candidatura de Donald Trump a la presidencia, seg¨²n el cotejo de bases de datos de incidentes relacionados con el terrorismo interno entre 1970 y 2020. Pero desde el asalto al Capitolio en enero de 2021 el ¨ªndice se ha multiplicado exponencialmente, con 213 casos registrados por la agencia Reuters. EE UU lidia hoy con el mayor y m¨¢s sostenido aumento de la violencia pol¨ªtica desde la d¨¦cada de los setenta.
Este tipo de violencia, correlato de la creciente polarizaci¨®n del pa¨ªs, ha costado la vida a 40 personas, seg¨²n Reuters. Las manifestaciones de esta crispaci¨®n son muy variadas, pero pocas tan cinematogr¨¢ficas como la muerte el mi¨¦rcoles de un hombre por disparos del FBI cuando una patrulla intentaba detenerlo y registrar su casa, tras ser acusado de amenazas al presidente Joe Biden. Ocurri¨® en Provo (Utah), pocas horas antes de que el mandatario participase en un acto de campa?a en la cercana ciudad de Salt Lake City. El individuo, Craig D. Robertson, de 75 a?os, iba armado y hab¨ªa amenazado tambi¨¦n con disparar contra otros cargos electos, entre ellos el fiscal del distrito de Manhattan Alvin Bragg, que imput¨® a Donald Trump en abril por el caso Stormy Daniels. La acusaci¨®n contra Robertson se hab¨ªa formulado la v¨ªspera en el tribunal de Salt Lake City, de ah¨ª la intervenci¨®n del FBI.
El caso de Utah ilustra c¨®mo, concretamente desde 2020, tras perder Trump las elecciones y denunciar un inexistente fraude electoral que culmin¨® en el ataque al Capitolio ¡ªlo que le ha costado la tercera imputaci¨®n en cuatro meses¡ª, la normalizaci¨®n de la violencia como arma pol¨ªtica es una realidad creciente. En un sondeo de Ipsos para Reuters realizado en mayo a casi 4.500 votantes registrados, aproximadamente el 20% de los encuestados, tanto dem¨®cratas como republicanos, consideraron ¡°aceptable¡± la violencia si se comete ¡°para lograr mi idea de una sociedad mejor¡±. En otra encuesta realizada entre marzo y abril, el 65% de los participantes mostraba sin embargo su inquietud ¡°por actos de violencia cometidos por creencias pol¨ªticas¡±.
Reyertas mortales por discusiones individuales, ataques organizados, como los sufridos por numerosos trabajadores electorales tras las presidenciales de 2020; tiroteos, como dos en la ciudad de Portland, uno entre seguidores de Trump y partidarios del movimiento Black Lives Matter y otro a manos de un ultraderechista que hiri¨® a cinco manifestantes que ped¨ªan justicia social¡ La hidra de la violencia se adapta a los lugares y las circunstancias, a las que no resulta en absoluto ajena la generalizada circulaci¨®n de armas en el pa¨ªs. Los asesinatos masivos por motivos pol¨ªticos se han cobrado en este periodo 24 vidas, incluidas las del tiroteo de B¨²falo (Nueva York), en el que un supremacista blanco mat¨® en mayo de 2022 a 10 clientes de un supermercado, todos ellos de raza negra, despu¨¦s de publicar en redes un manifiesto en pro de la guerra racial.
El director del FBI, Christopher Wray, dijo al Congreso en septiembre de 2021 que el asalto al Capitolio no fue un hecho aislado y que ¡°el problema del terrorismo interno se ha estado propagando por todo el pa¨ªs durante varios a?os¡±. As¨ª lo confirman los registros, desde 2014, con un crecimiento exponencial, especialmente acusado en 2020 y 2021. Tras el registro de Mar-a-Lago, la mansi¨®n de Trump en Florida donde fueron hallados los documentos clasificados que se llev¨® de la Casa Blanca, el mismo Wray denunci¨® una avalancha de amenazas a la agencia.
Alrededor de dos tercios de los incidentes pol¨ªticamente violentos documentados por la investigaci¨®n de Reuters fueron agresiones solitarias o enfrentamientos entre grupos rivales en actos p¨²blicos, convocados en protesta por la actuaci¨®n policial, el derecho al aborto y los derechos de los transexuales, es decir, los temas m¨¢s candentes del argumentario republicano para atacar a los dem¨®cratas y, por extensi¨®n, a todo lo que suene a woke. El resto de los incidentes se saldaron con da?os materiales a menudo durante protestas, y atribuidos generalmente por la polic¨ªa a militantes de izquierdas.
Desde los magnicidios de los dos hermanos Kennedy en los a?os sesenta, la violencia pol¨ªtica aument¨® durante casi una d¨¦cada, con casi medio millar de casos durante los setenta, en su mayor¨ªa ataques de radicales de izquierda contra edificios gubernamentales como presi¨®n pol¨ªtica. En los a?os ochenta fue un fen¨®meno relativamente raro, y una d¨¦cada m¨¢s tarde se produjeron graves picos, como el atentado de Oklahoma de 1995, en el que murieron 168 personas, el peor acto de terrorismo interno del pa¨ªs seg¨²n el FBI. El salto a la arena pol¨ªtica de Trump en 2016 marc¨® un nuevo hito pero, a diferencia de los setenta, cuando el prop¨®sito de los atacantes era presionar a los pol¨ªticos, la violencia en la era Trump proviene de la derecha y se ha vuelto personal: el objetivo es el rival, el antagonista, el que piensa distinto. De los 14 ataques pol¨ªticos mortales desde la revuelta del Capitolio que ha documentado Reuters, en 13 de ellos los autores eran de derechas.
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