Violencia pol¨ªtica en Ecuador: ¡°All¨¢ donde iba Fernando Villavicencio siempre hab¨ªa amenazas de bomba¡±
El candidato fue asesinado mientras sub¨ªa a un veh¨ªculo del Estado que carec¨ªa de blindaje a pesar de las m¨²ltiples amenazas recibidas
El sector de la Gaspar de Villarroel de Quito, en el coraz¨®n financiero de la capital de Ecuador, amaneci¨® este jueves paralizado por el miedo. Varios comerciantes optaron por no abrir, mientras otros intentaban seguir con su rutina despu¨¦s de que las autoridades retiraran las cintas amarillas y la divisi¨®n de investigaciones de la polic¨ªa recogiera los 64 casquillos que se dispararon la tarde del 9 de agosto a las puertas del colegio Anderson. All¨ª fue asesinado el mi¨¦rcoles por la tarde el candidato Fernando Villavicencio en un atentado que durante minutos convirti¨® el barrio en una zona de guerra y que sumi¨® al pa¨ªs en la consternaci¨®n cuando faltan menos de 10 d¨ªas para las elecciones del 20 de agosto. El ataque evidencia la ola de terror que sufren los ecuatorianos, una brutal arremetida del crimen organizado que, seg¨²n manifest¨® el presidente Guillermo Lasso, supone un desaf¨ªo al Estado de derecho y ¡°un intento de sabotear el proceso electoral¡±. La campa?a electoral se detuvo, pero continuar¨¢, aun en medio del estado de excepci¨®n decretado por el mandatario. Mientras tanto, el pa¨ªs busca reponerse de una tarde tr¨¢gica.
¡°Amanec¨ª consternada, muy triste¡±, relata tratando de contener las l¨¢grimas Passy Cevallos, que desde primera hora esperaba frente a la morgue, ubicada al norte de Quito, con otro grupo de ciudadanos que ped¨ªan justicia. ¡°?Nos mataron a nuestro presidente!¡±, clamaba un grupo de simpatizantes de Villavicencio, que sol¨ªa acompa?ar al candidato en sus giras. El atentado ocurri¨® tan solo d¨ªas despu¨¦s de otro contra el alcalde de la ciudad costera de Manta, Agust¨ªn Intriago. ¡°No podemos hablar de seguridad. Estamos desamparados, sin poder hacer algo¡±, prosegu¨ªan.
En la capital, que no est¨¢ colapsada por el tr¨¢fico habitual, reinan el silencio y la indignaci¨®n, como la que expresa Luis Fern¨¢ndez, abogado de Villavicencio. ¡°Esto es un crimen de Estado¡±, afirma al explicar que ¡°no se le brind¨® la protecci¨®n adecuada cuando la misma polic¨ªa le certific¨® que ten¨ªa un alto riesgo, del 97%, de que atentaran contra su vida¡±. El letrado se?ala que las amenazas se produjeron desde el momento que anunci¨® su candidatura. ¡°A donde iba, siempre hab¨ªa amenazas de bombas. Se lo ten¨ªa que sacar inmediatamente de los lugares¡±, a?ade Fern¨¢ndez, quien reconoce que no las hicieron p¨²blicas para no entorpecer la campa?a. En cualquier caso, insiste, ¡°eran reales y los funcionarios del Estado conoc¨ªan de cada una¡±. El propio Villavicencio denunci¨® p¨²blicamente, incluso horas antes de ser asesinado, intimidaciones que atribuy¨® a un grupo vinculado al cartel mexicano de Sinaloa.
El pol¨ªtico, de 59 a?os y periodista de profesi¨®n, fue asesinado en el veh¨ªculo que hab¨ªa dispuesto el Estado para su traslado, una camioneta blanca de doble cabina que carec¨ªa de blindaje. El comandante de la Polic¨ªa Fausto Salinas explic¨® que el aspirante s¨ª ten¨ªa un veh¨ªculo blindado de su propiedad. En ese coche se desplaz¨® la ma?ana del mi¨¦rcoles para acudir a un encuentro pol¨ªtico en Guayaquil, pero despu¨¦s abord¨® un avi¨®n hacia Quito y recurri¨® al transporte que le proporcionaron las autoridades.
En esa camioneta, que no ten¨ªa las condiciones de seguridad para resistir un ataque, realiz¨® los recorridos previstos por Quito con escolta policial. No contaba con una protecci¨®n de tipo t¨¢ctico, sin embargo, el mando policial asegur¨® en una conferencia de prensa que el candidato ten¨ªa un triple anillo de seguridad. Durante la comparecencia, presidida por el ministro del Interior, Juan Zapata, no se aclar¨® qu¨¦ fall¨® en el esquema de seguridad ni tampoco el m¨®vil del crimen. Los funcionarios no admitieron preguntas y dedicaron los ocho minutos de intervenci¨®n a las seis personas detenidas, de nacionalidad colombiana y con antecedentes penales. Los sospechosos hab¨ªan sido detenidos hace un mes, pero el juez no les dict¨® prisi¨®n preventiva, sino que les dio la opci¨®n de presentarse peri¨®dicamente ante el tribunal. Nunca lo hicieron.
El sicario de Villavicencio, fallecido poco despu¨¦s del atentado en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, tambi¨¦n hab¨ªa sido detenido en junio por porte ilegal de arma, pero fue puesto en libertad. Seg¨²n Salinas, todos pertenec¨ªan a grupos del crimen organizado que operan en el pa¨ªs, sin profundizar en detalles.
Villavicencio se hab¨ªa referido en los ¨²ltimos d¨ªas a un grupo llamado Los Choneros. Y en una de sus ¨²ltimas entrevistas hab¨ªa acusado a las autoridades de no hacer lo suficiente por contener la peor ola de violencia que sufre Ecuador en su historia reciente. Habl¨®, m¨¢s concretamente, de las amenazas de un criminal apodado Fito, quien le hab¨ªa hecho llegar mensajes intimidatorios. ¡°Si yo sigo mencionando el nombre de Fito y mencionando a los Choneros me van a quebrar¡±, hab¨ªa advertido. Sin embargo, se neg¨® a dar un paso atr¨¢s: ¡°Aqu¨ª estoy yo dando la cara, no les tengo miedo¡±.
Los Choneros es un grupo de narcotraficantes cuyo origen se remonta a finales de los noventa en la ciudad costera de Manta. Tras a?os de crecimiento, se ha vuelto una de las organizaciones criminales m¨¢s poderosas de Ecuador y en la actualidad trabaja para el poderoso cartel de Sinaloa (M¨¦xico) en el tr¨¢fico de coca¨ªna. Entre sus adversarios se encuentran Los Lobos, Tiguerones y Chone Killers, tres bandas que llevan a cabo operaciones de log¨ªstica para el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, tambi¨¦n mexicano y el m¨¢s prominente del pa¨ªs norteamericano.
Al margen de la concreci¨®n sobre la autor¨ªa del atentado, lo que es un hecho es que Ecuador est¨¢ viviendo una campa?a electoral en m¨¢xima alerta. El presidente Lasso calific¨® lo sucedido de ¡°crimen pol¨ªtico¡±. Tras declarar tres d¨ªas de luto nacional y el estado de excepci¨®n por 60 d¨ªas, Lasso fue tajante sobre la necesidad de seguir adelante con el proceso electoral en curso. Su argumento: suspender las elecciones significar¨ªa entregarle una victoria a la delincuencia. ¡°No le vamos a entregar el poder y las instituciones democr¨¢ticas al crimen organizado¡±, enfatiz¨®. As¨ª, los candidatos se disponen a reanudar la campa?a y competir en las urnas el 20 de agosto.
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