Lula lanza su plan estrella en econom¨ªa con 350.000 millones de d¨®lares de inversi¨®n en infraestructuras y transici¨®n ecol¨®gica
El Gobierno de Brasil da un peso creciente a los proyectos sostenibles pero mantiene su apuesta firme por el petr¨®leo
El izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva, de 77 a?os, pudo disfrutar en su primera etapa al frente del Gobierno de Brasil (2003-2010) de un generoso viento de cola en econom¨ªa gracias al apetito chino por las materias primas; ahora la situaci¨®n es bien distinta, gobierna un pa¨ªs que lleva una d¨¦cada de crecimiento an¨¦mico del PIB. Lula ha presentado este viernes en R¨ªo de Janeiro su receta estrella para reactivar la econom¨ªa, crear empleo y reducir la desigualdad. El Plan de Aceleraci¨®n del Crecimiento (PAC) pretende invertir en los pr¨®ximos a?os 350.000 millones de d¨®lares [unos 320.000 millones de euros] ¡ªde dinero p¨²blico y privado¡ª en infraestructuras, educaci¨®n, transici¨®n ecol¨®gica, extracci¨®n de petr¨®leo, digitalizaci¨®n y en terminar obras inconclusas, entre otros proyectos.
Lula ha adoptado, en el imponente Teatro Municipal de R¨ªo, el tono de las grandes ocasiones: ¡°Hoy empieza mi Gobierno. Hasta ahora lo que hicimos fue reparar lo que otros destruyeron. El PAC es el comienzo de nuestro tercer mandato. A partir de ahora los ministros van a parar de tener ideas, van a tener que cumplir lo que fue aprobado aqu¨ª y trabajar mucho para ejecutarlo¡±.
Inmediatamente despu¨¦s de ganar las elecciones el pasado octubre, Lula anuncio su intenci¨®n de impulsar un gran plan de inversi¨®n p¨²blico-privada para sacar a la econom¨ªa del letargo en el que est¨¢ sumida. Y para elegir los proyectos concretos en los que poner el dinero, pidi¨® a cada uno de los 27 gobernadores del pa¨ªs que le indicaran sus proyectos prioritarios. Una estrategia de seducci¨®n, muy al estilo Lula, y considerada crucial para limar asperezas tras una victoria re?id¨ªsima que dej¨® el pa¨ªs dividido en dos mitades y al izquierdista sin mayor¨ªa en el Congreso.
Los gobernadores m¨¢s alineados con el bolsonarismo, como el de S?o Paulo, Tarc¨ªsio de Freitas, de 48 a?os ¡ªel mejor colocado para suceder como l¨ªder de la derecha a Jair Bolsonaro, de 67 a?os¡ª declinaron la invitaci¨®n para asistir al acto en un teatro carioca.
Las cuentas del Gobierno indican que una quinta parte de los fondos saldr¨¢ del presupuesto del Gobierno federal; otro quinto, de empresas estatales; un quinto m¨¢s llegar¨¢ v¨ªa financiaci¨®n y los dos quintos restantes ser¨¢n aportados por la iniciativa privada. El mandatario ha animado a China y a Estados Unidos a invertir m¨¢s en Brasil y tambi¨¦n ten¨ªa un mensaje para los empresarios locales: ¡°Que los empresarios no tengan miedo, no queremos un Estado empresario, queremos un Estado inductor [del crecimiento]¡±.
Todav¨ªa queda un arduo trabajo por delante para Lula, su partido y su equipo porque, por ejemplo, les resulta imprescindible que el Congreso d¨¦ el visto bueno definitivo al nuevo marco fiscal para sanear las cuentas. Si las metas se cumplen, se crear¨¢n 2,5 millones de empleos directos y 1,5 millones de indirectos.
Parece l¨®gico que el evento fuera en R¨ªo de Janeiro porque este Estado es, con diferencia, el que m¨¢s inversiones recibir¨¢. El grueso ser¨¢ destinado a 16 nuevas plataformas de extracci¨®n de petr¨®leo y gas. Aunque Lula ha hecho del medio ambiente uno de los pilares de su pol¨ªtica exterior, no tiene ninguna intenci¨®n de renunciar a explotar los combustibles f¨®siles y Petrobras sopesa ampliar incluso sus operaciones en la Amazonia. En paralelo, el Gobierno pretende incentivar con inversiones la transici¨®n ecol¨®gica. Tambi¨¦n las hay para la urbanizaci¨®n de favelas, saneamiento, escuelas, cultura y para Defensa. Es la t¨¦cnica que Lula ya us¨® en su primera etapa para reducir el recelo de los militares. El segundo Estado que m¨¢s inversiones va a atraer es S?o Paulo, el m¨¢s rico, que destinar¨¢ los fondos sobre todo a infraestructuras de transporte.
El Gobierno de Lula, que pone el foco en la falta de inversi¨®n en los a?os de Bolsonaro, habla de 14.000 obras paradas por todo el pa¨ªs, que ser¨¢n una ¡°absoluta prioridad¡±, seg¨²n el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, que coordinar¨¢ la ejecuci¨®n del ambicioso programa.
El ambiente festivo ¡ª¡±el optimismo est¨¢ aqu¨ª¡±, dijo el vicepresidente, Geraldo Alckmin¡ª solo fue empa?ado por los abucheos de la militancia del Partido de los Trabajadores (PT) al gobernador de R¨ªo de Janeiro, el bolsonarista Cl¨¢udio Castro, que chocaron con el mantra de reconciliaci¨®n y reconstrucci¨®n que Lula pregona en cuanto tiene ocasi¨®n. Cuando por fin tom¨® el micr¨®fono, Lula, visiblemente irritado, dedic¨® un buen rato a abroncar a sus seguidores por no ayudar a construir ¡°un pa¨ªs civilizado¡±.
Este plan es una reformulaci¨®n actualizada de un plan de inversiones de sus anteriores mandatos, un m¨¦todo que el l¨ªder del PT tambi¨¦n ha aplicado a su pol¨ªtica social y medioambiental para este tercer mandato.
El Plan de Aceleraci¨®n del Crecimiento adquiri¨® mala fama con el tiempo porque la presidenta Dilma Rousseff lo ampli¨®, agravando una crisis fiscal que culmin¨® en una recesi¨®n en 2014, y porque algunas de las obras m¨¢s emblem¨¢ticas previstas acabaron como elefantes blancos, como s¨ªmbolos de la corrupci¨®n. Quedaron a medio construir porque estaban en el coraz¨®n de las corruptelas investigadas en el caso Lava Jato, que la propia justicia brasile?a ha anulado en buena medida. Mientras el Gobierno insiste por tierra, mar y aire en que este plan tiene plena responsabilidad ambiental y fiscal, Lula ha querido que Rousseff, ¡°la madre del (plan de inversiones) primog¨¦nito¡±, estuviera a su lado en la presentaci¨®n p¨²blica del nuevo reto?o.
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