Lula crea una regla fiscal que promete sanear las cuentas p¨²blicas sin renunciar a combatir la pobreza

El Gobierno de Brasil ha concretado su primera gran propuesta econ¨®mica este jueves, cuando est¨¢ a punto de cumplir tres meses en el poder. La llamada regla fiscal es un plan que pretende sanear las cuentas p¨²blicas al imponer que el gasto p¨²blico solo pueda aumentar cada a?o un 70% del incremento de la recaudaci¨®n. Acabar con el techo de gasto implantado en cuanto el Partido de los Trabajadores fue desalojado del poder, en 2016, era una de las promesas electorales del actual presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva. La propuesta, que ir¨¢ ahora al Congreso, ha sido presentada horas despu¨¦s de que el expresidente Jair Bolsonaro pisara territorio brasile?o por primera vez desde que perdi¨® el poder y de que Lula reapareciera en p¨²blico tras una neumon¨ªa.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, del PT y muy cercano a Lula, ha sido el encargado de detallar la propuesta al Senado este jueves tras varios aplazamientos que estaban impacientando a los mercados. La regla fiscal, ha explicado, pretende ¡°dar seguridad no solo al empresario que quiere invertir sino tambi¨¦n a las familias que necesitan servicios p¨²blicos en educaci¨®n, sanidad o cuestiones sociales¡±. Brasil es uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo. Haddad ha advertido de que ¡°no hay una bala de plata. Esto es un plan de vuelo para afrontar los problemas¡±.

Los mercados en Brasil fluctuaron hacia arriba y abajo conforme fueron filtr¨¢ndose partes de la propuesta a lo largo de la ma?ana hasta la presentaci¨®n oficial al Senado. Sin embargo, no hubo una reacci¨®n significativa en el mercado global de bonos brasile?os. ¡°Esto es porque todav¨ªa queda mucho por saber¡±, explica William Jackson, economista jefe para mercados emergentes en Capital Economics, en Reino Unido. ¡°No hemos visto los detalles del programa, no sabemos c¨®mo ser¨¢ alterado en el Congreso e, incluso m¨¢s importante, esta regla fiscal est¨¢ reemplazando una regla fiscal mucho m¨¢s fuerte¡±.

Bolsonaro, que lleg¨® al Gobierno en 2019 con la promesa de adelgazar el Estado, se salt¨® el techo de gasto, que imped¨ªa aumentar las inversiones p¨²blicas por encima de la inflaci¨®n del a?o anterior. Lo aparc¨® inicialmente ante la emergencia generada por la pandemia y para financiar uno de los programas de ayudas covid m¨¢s generosos del mundo. Y, al final de su mandato, logr¨® de nuevo apoyo parlamentario para romper el techo de gasto pero esta vez por descarados intereses electoralistas. Pese al chorro de dinero, perdi¨® la elecci¨®n en octubre.

El objetivo de la propuesta del equipo de Lula es mejorar gradualmente las cuentas fiscales del Ejecutivo y pasar de un d¨¦ficit primario de -0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) a un super¨¢vit de 1% del PIB en 2026. ¡°Si bien muestra buenas intenciones, la propuesta a¨²n no presenta los par¨¢metros econ¨®micos asumidos en las proyecciones necesarias para evaluar la credibilidad de la propuesta¡±, explica Luciano Rostagno, estratega de mercados en Banco Mizuho de Brasil. ¡°Adem¨¢s, dependiendo de las condiciones econ¨®micas, ser¨ªa necesario un mayor super¨¢vit presupuestario primario para estabilizar la deuda¡±.

Rostagno destaca que, aunque pareciera que el Gobierno cuenta en gran medida con los ingresos fiscales para alcanzar los objetivos, las bajas expectativas de crecimiento econ¨®mico pudieran dificultar el aumento de la recaudaci¨®n ¡°dado que el legislador promedio actual en el Congreso es de centro derecha. En pocas palabras: la propuesta no parece lo suficientemente s¨®lida como para volver a colocar las cuentas del Gobierno en una trayectoria sostenible, ya que no aborda el aumento del gasto obligatorio, pero al menos reduce el riesgo de escenarios m¨¢s extremos¡±.

El porcentaje de gasto comprometido en los presupuestos brasile?os es enorme (del 93,7% en la actualidad) y, por tanto, el margen de maniobra de los gobernantes, ¨ªnfimo. Y la deuda p¨²blica ronda el 77%.

El arranque del Gobierno Lula est¨¢ bastante lastrado por lo ajustado de su victoria, porque est¨¢ sufriendo notablemente para formar una mayor¨ªa parlamentaria que a¨²n no ha logrado y porque la econom¨ªa sigue bastante ap¨¢tica. El Banco Central ha aumentado la previsi¨®n de crecimiento anual del 1% al 1,2% y de inflaci¨®n del 5% al 5,8%. Mientras, mantiene las tasas de inter¨¦s al 13,75% pese a las enormes presiones gubernamentales para que abarate el dinero y reactivar as¨ª tanto el consumo como las inversiones.

El ministro de Hacienda ha insistido al presentar la regla fiscal: ¡°Si quien no paga impuestos pasa a pagar, todos pagaremos menos tipos de inter¨¦s¡±. Sin entrar en detalles, Haddad ha dicho que su receta para aumentar la recaudaci¨®n no es subir los impuestos sino ¡°acabar con una serie de abusos¡± perpetrados por grandes empresas y ¡°sectores que obtienen beneficios indebidos o fraudulentos hace d¨¦cadas¡±.

El Ejecutivo, que lidera el izquierdista Lula pero incluye ministros situados en el centro derecha y la derecha, pretende presentar en unos meses una reforma tributaria que, en principio, se centrar¨¢ en uniformizar el enjambre de impuestos al consumo, que penalizan de manera desproporcionada e injusta a los m¨¢s pobres.

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