Bienvenidos al rinc¨®n m¨¢s bolsonarista de Brasil
Viaje a la regi¨®n sure?a, pr¨®spera y blanca donde est¨¢n tres de las cinco ciudades donde el presidente logr¨® su mejor resultado en primera vuelta el domingo pasado. Le vot¨® en torno al 80% de estos brasile?os conservadores que viven del sector agropecuario y descienden de alemanes


El fen¨®meno Bolsonaro le ha dado a la se?ora Ivette Izabel Kr¨¹ger una especie de segunda juventud a los sesenta a?os. Est¨¢ entregada a la causa, que para ella significa patria y disciplina. ¡°Cuando era peque?a, aqu¨ª las autoridades eran el cura y el profesor, y los respet¨¢bamos. Quiero que eso vuelva¡±, explica entusiasmada de tener a un militar en la jefatura del Estado. La mera posibilidad de que la izquierda venza en las urnas al l¨ªder ultraderechista y regrese al poder en Brasil la agita. ¡°Estoy tan enfadada que ir¨ªa incluso a una guerra para salvar a mi pa¨ªs. Lo juro por Dios, porque no podemos perder Brasil a manos de la izquierda¡±, dice exaltada. Kr¨¹ger, comerciante, est¨¢ en campa?a para que el presidente Jair Bolsonaro, de 67 a?os, sea reelegido. Pocos quedan por convencer en su pueblo, Quatro Pontes. Arras¨® aqu¨ª con un 80,3% el domingo pasado, la tercera ciudad brasile?a que vot¨® con m¨¢s entusiasmo al antiguo capit¨¢n del Ej¨¦rcito.
Con los municipios vecinos de Nova Santa Rosa (segunda con 82%) y Mercedes (quinta con 78%), forma el rinc¨®n m¨¢s bolsonarista del pa¨ªs. Fueron creadas hace pocas d¨¦cadas por colonos hijos o nietos de alemanes pobr¨ªsimos atra¨ªdos por la promesa de un pedazo de tierra a desbravar y un futuro mejor. Estos espl¨¦ndidos cultivos eran frondosos bosques.
Trabajaron duro. Y les ha ido bien en esta zona cercana a las cataratas de Iguaz¨² y a la frontera con Paraguay y Argentina.

Este es un Brasil que no parece Brasil. Con 4.000 vecinos, Quatro Pontes es una ciudad coqueta, con vecinos blancos de ojos claros que viven del sector agropecuario en casitas de colores sin verjas, buenos servicios, limp¨ªsima, con un Ayuntamiento que imita a una construcci¨®n alpina, una plaza cubierta donde se celebran fiestas sin alcohol y familias conservadoras muy apegadas a la tradici¨®n y la fe, sean cat¨®licas o protestantes. Gente de bien, que dir¨ªa Bolsonaro.
Trabajadores agradecidos al presidente porque los escucha y mima a su sector, que genera un tercio del PIB nacional. Familias que temen perder el bienestar alcanzado con tanto esfuerzo. Sus inquietudes suenan similares a las de las clases medias empobrecidas de Estados Unidos o Europa, que se sienten amenazadas por la globalizaci¨®n y los inmigrantes.
En sinton¨ªa con Bolsonaro, desconf¨ªan de las encuestas. Es m¨¢s, muchos estaban convencidos de que sentenciar¨ªa las elecciones con una victoria ya el domingo pasado. Aunque los sondeos subestimaron a Bolsonaro, su 43% le obliga a jugarse la Presidencia el d¨ªa 30 con el favorito, el aqu¨ª innombrable Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que logr¨® el 48% y a los 76 a?os busca un tercer mandato.
En estas tierras, todos est¨¢n muy acostumbrados a deletrear sus apellidos, muchos impronunciables: Marzinkowski, Schweich, Buchholtz, Fucks, Prosbs, Mittanck, Arend¡ Y los consultados se dicen partidarios, con m¨¢s o menos intensidad, de que el presidente acepte una hipot¨¦tica derrota, aunque alguno a?ade ¡°siempre que sea justa¡±. Coinciden en que el disgusto ser¨ªa descomunal. Y abocar¨ªa su patria a un futuro catastr¨®fico.

Les preocupa que vuelvan las invasiones de tierras o que algunas zonas sean reservadas para los ind¨ªgenas. Pero ha calado hondo el temor a que la gran potencia latinoamericana siga la estela de Venezuela o Argentina. Y causa escalofr¨ªos. ¡°Mire c¨®mo est¨¢ Argentina, que era muy fuerte. Cuando yo era peque?o, los turistas argentinos ven¨ªan a derrochar. Ahora, es a la inversa. Tienen impuestos muy altos, muchas tierras abandonadas¡¡±, cuenta Renato Smaniotto, de 39 a?os, en el sindicato rural de Nova Santa Rosa. ?Conoce alg¨²n votante del Partido de los Trabajadores? El peque?o empresario agropecuario piensa un instante: ¡°As¨ª a bote pronto, no se me ocurre. Quien vota al PT aqu¨ª calla¡±.
El panadero Waldinei, de 55 a?os, tampoco sabe de ning¨²n petista entre su clientela. Est¨¢ convendido de que todos los partidos tienen sus corruptelas, lo que le enerva es que el Partido de los Trabajadores lo hiciera con descaro y a gran escala. Los detesta. ¡°Votar por el PT ser¨ªa como decirles a mis hijos, ¡®puedes robar, puedes abortar¡±.
Y, aunque solo alguno lo expresa abiertamente, subyace un cierto racismo y clasismo hacia los compatriotas del nordeste, tierra de gentes pobres, mestizas o negras, que votan por Lula con el mismo entusiasmo que ellos por Bolsonaro. No pocos locales quisieran que el sur fuera un pa¨ªs independiente. ¡°Es que no trabajan, aceptan que nada cambie¡ Podr¨ªan esforzarse como nosotros¡±, apunta la se?ora Kr¨¹ger, que expresa opiniones m¨¢s radicales que sus vecinos. Todos son firmes creyentes en que esfuerzo personal por s¨ª mismo es la llave a la prosperidad. Cuanto menos Estado, mejor para todos.
Milton Becker, de 72 a?os, posee una de las mayores empresas de Quatro Pontes, una granja con 80 empleados que atienden a 5.000 cerdos. Empez¨® en el negocio hace medio siglo con 10 cr¨ªas. ¡°La izquierda es socialista, defiende ayudar a las personas pero no a trav¨¦s de la producci¨®n¡±, dice el empresario. ¡°Ser¨ªa m¨¢s digno que produjeran, no incentivar ayudas sin nada a cambio¡±, a?ade. Y repite uno de los esl¨®ganes de su candidato: ¡°Nuestra econom¨ªa va a crecer m¨¢s que la de China gracias al trabajo de Bolsonaro¡±. Adem¨¢s de rezar por el triunfo, busca abstencionistas a los que convencer.

Es opini¨®n extendida que, si al presidente de ultraderecha no le ha ido mejor hasta ahora, es porque todos, es decir, la oposici¨®n, la prensa, las encuestas y el Tribunal Supremo est¨¢n contra ¨¦l. Las 24 horas del d¨ªa buscando esc¨¢ndalos con los que da?arle. Como todo bolsonarista que se precie, repiten que el tipo no es perfecto pero s¨ª la mejor opci¨®n.
Pese a la calidad de vida de la que disfrutan, la demanda de mano de obra supera a la oferta. No es f¨¢cil conseguir trabajadores. ¡°Aqu¨ª solo pasa hambre quien no trabaja, siempre hay faena para un jornalero¡±, explica el camionero Geraldo Schadeck, de 70 a?os ¡°Empec¨¦ a trabajar en la huerta a los ocho a?os, por eso no me volv¨ª un delincuente¡±, asegura mientras extiende orgulloso sus manos fuertes y callosas. ¡°El temor es el comunismo¡±, dice mientras echa la tarde conversando en la peluquer¨ªa. Llueve a cantaros para alegr¨ªa de los locales en pleno plant¨ªo de la soja.
Estas ciudades est¨¢n libres de dos de los grandes males de Brasil. La inseguridad ciudadana y la desigualdad, como muestra que no existan colegios privados, cosa rar¨ªsima en Brasil; todos estudian en la escuela p¨²blica. Hace unos a?os a¨²n era frecuente que los ni?os llegaran al cole sin hablar portugu¨¦s porque eran criados en alem¨¢n. El gran icono de este Brasil que celebra una Oktoberfest tropical es la modelo Gisele B¨¹ndchen, probablemente la brasile?a m¨¢s famosa del planeta.
Bolsonaro ha supuesto grandes beneficios a Quatro Pontes, recalca el alcalde, Jo?o In¨¢cio Laufer, de 51 a?os. La nueva conexi¨®n por carretera con Sinop, el coraz¨®n de la industria de la soja, atrae inversiones, los impuestos bajaron algo, los empresarios tienen facilidades para comprar maquinaria¡ y pronto inaugurar¨¢n una residencia de ancianos. ¡°Nuestro pueblo le ha votado porque ven que el pa¨ªs crece, incluso con la pandemia y la crisis h¨ªdrica¡±.
Proliferan entre los bolsonaristas m¨¢s fieles los que perdonan a Bolsonaro casi todos sus pecados, incluso la gesti¨®n negligente de la pandemia y el retraso en comprar vacunas.
Pero, incluso en el n¨²cleo duro, el perfil no es tan homog¨¦neo como muchos creen dentro y fuera de Brasil. Por ejemplo, Andr¨¦ Henrique Matos, de 34 a?os, propietario de un club de tiro con casi 500 socios en Cascavel, la principal ciudad de la zona. Adora el estilo Bolsonaro: ¡°Su modo grosero le hace genuino, distinto a todos los pol¨ªticos¡±, dice Matos, que abandon¨® la militancia comunista de su juventud al convertirse en empresario y sentirse robado con los impuestos que paga. El negocio va magn¨ªficamente gracias a las facilidades de Bolsonaro para vender armas.

Aunque el coronavirus se llev¨® a su padre, que no estaba vacunado, ¨¦l tampoco se ha inmunizado. No se f¨ªa de estas vacunas creadas a toda prisa. Que el presidente priorizara la libertad individual para que cada cual decidiera sobre el confinamiento y las vacunas le parece perfecto. Cero reproches ah¨ª pese a los 670.000 muertos. S¨ª le disgusta el empe?o de Bolsonaro en mezclar religi¨®n con pol¨ªtica. Una de sus discrepancias, el aborto: ¡°No estoy a favor, pero creo que la mujer debe tener derecho a decidir¡±, explica en su despacho antes de dar unos tiros para el fot¨®grafo.
Su esposa, Juliana Matos, de 22 a?os y vicepresidenta del club, tercia en la conversaci¨®n: ¡°Para comprar un arma no puedes haber sido investigado por la polic¨ªa o los jueces. Y, en cambio, ?puedes ser presidente de Brasil? ?Es una broma de mal gusto!¡±.
Tanto los defensores de las armas como los productores agr¨ªcolas consideran que algunas de las propuestas esbozadas por Lula son ataques directos a sus intereses, como sustituir los clubs de tiro por clubs de lectura o elevar los impuestos a la exportaci¨®n de carne para aumentar la oferta en el mercado interno y que baje el precio.

La se?ora Maria, una humilde jubilada de 70 a?os, destaca por el color de su piel entre los blancos vecinos de Quatro Pontes. Nacida en Pernambuco, como Lula, lleva tres d¨¦cadas en la ciudad. Usa ese nombre ficticio porque teme que hablar con una periodista le perjudique. La vida cotidiana es ya demasiado dura como para arriesgarse. ¡°Lula mejor¨® bastante las cosas para los pobres en aquel tiempo pero ahora no s¨¦ qu¨¦ va a hacer, y luego est¨¢n todas esas porquer¨ªas de las que hablan. Bolsonaro es honesto, no se oye nada malo de ¨¦l. Y es cristiano¡±, factor clave para esta evang¨¦lica. Como sus vecinos, dentro de tres domingos teclear¨¢ el 22 de Bolsonaro. ¡°Rezo para que Dios le d¨¦ sabidur¨ªa. Y, si Lula gana, ser¨¢ voluntad de Dios¡±, dice antes de despedirse bajo la lluvia.
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