Los abogados argentinos de Pedro Castillo: ¡°Aunque creyera que alguien pod¨ªa levantar un arma, la tentativa de rebeli¨®n jam¨¢s tuvo efecto¡±
Desde Buenos Aires, los abogados argentinos del expresidente peruano insisten en que su representado no dio un Golpe de Estado el 7 de diciembre y en que debe ser restituido en Palacio para tener un juicio justo
Desde que Eugenio Ra¨²l Zaffaroni (Buenos Aires, 83 a?os) y Guido Croxatto (Buenos Aires, 40 a?os) asumieron la defensa legal de Pedro Castillo se han comunicado con ¨¦l, principalmente, a trav¨¦s de intermediarios. En febrero viajaron a Lima para visitarlo en el penal de Barbadillo ¡ªdonde su representado cumple dos medidas de prisi¨®n preventiva: por rebeli¨®n y por ser el presunto l¨ªder de una organizaci¨®n criminal¡ª, pero el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) no les permiti¨® el ingreso por no poder homologar su profesi¨®n de abogados en alg¨²n colegio profesional del Per¨². Solo Croxatto pudo entrar a su celda despu¨¦s.
Dicen que Castillo les ha pedido que vayan a verlo hace poco, pero remarcan que ¡°las condiciones m¨ªnimas no est¨¢n garantizadas¡±. Desde la biblioteca de Zaffaroni, en Buenos Aires, ambos conversan con EL PA?S mientras encienden unos cigarrillos y toman mate. Croxatto se ocupa de los procedimientos que destituyeron al maestro sindical y Zaffaroni, exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y exabogado de Evo Morales y Luiz Lula da Silva, de la dogm¨¢tica penal. ¡°A nosotros nos han dicho que no somos terruqueables y que cada vez que hablamos rompemos el cerco medi¨¢tico. Seguiremos visibilizando el caso¡±, sostienen.
Pregunta: ?Por qu¨¦ lo de Castillo solo fue una tentativa y no puede decirse con todas sus letras que fue un Golpe de Estado?
Eugenio Zaffaroni: Comencemos por una cosa: el caso Castillo no es un caso aislado en Am¨¦rica Latina. Se inscribe en lo que se llama lawfare, que es usado por el poder financiero trasnacional en toda nuestra regi¨®n. Medios de comunicaci¨®n monop¨®licos u oligop¨®licos en combinaci¨®n con algunos jueces colocados en posiciones claves persiguen, criminalizan y judicializan a los l¨ªderes de los movimientos que obstaculizan los intereses de las corporaciones financieras en Am¨¦rica.
P. Vayamos al hecho puntual de lo que sucedi¨® con Castillo¡
E. Z. A Castillo estaba a punto de destituirlo el Congreso y se iba a ir como un tonto. No consigui¨® durante su gesti¨®n ninguna de las iniciativas que pretend¨ªa impulsar porque rebotaban sus proyectos. Hizo un discurso que es en realidad una proclama, y su propia custodia lo meti¨® preso. De modo que Castillo sab¨ªa que no contaba con el ¨²ltimo de los polic¨ªas del Per¨². Es decir, lo que Castillo hizo en el peor de los casos ser¨ªa una tentativa inid¨®nea, porque nunca iba a dar resultado. El C¨®digo peruano establece claramente que la tentativa inid¨®nea es at¨ªpica. Cualquier delito debe afectar un bien jur¨ªdico. De ninguna forma estuvo afectado el bien jur¨ªdico.
P. ?El delito de rebeli¨®n solo es v¨¢lido si se consolida?
E. Z. Claro, si se consuma. Y si no, puede haber una tentativa, pero la tentativa siempre tiene que ser id¨®nea. No solo es homicidio si mato a alguien, tambi¨¦n puede haber tentativa de homicidio. Pero si quiero matar a alguien con un perejil, obviamente que no. ?l sab¨ªa que no ten¨ªa ning¨²n apoyo.
P. ?Entonces por qu¨¦ lo hizo?
E. Z. Fue una proclama para decir: yo me voy, pero con esto le digo al pueblo lo que tiene que hacer. Ojo, aunque Castillo hubiese cre¨ªdo que alguien pod¨ªa levantar un arma, igual la tentativa es inid¨®nea objetivamente. Cuando yo creo y estoy convencido de que por mis rezos o por ponerle alfileres a un mu?equito estoy matando a alguien es una tentativa inid¨®nea por m¨¢s que yo crea que eso es eficaz.
P. Cuando Castillo ley¨® este discurso era el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Que los militares no lo hayan respaldado es distinto. Pero ¨¦l detentaba el poder m¨¢ximo.
E. Z. Supongamos que ¨¦l cre¨ªa que detentaba el poder, pero jam¨¢s eso tuvo un efecto. Es lo mismo que matar a alguien con alfileres a un mu?equito. S¨ª, yo creo que lo voy a matar, creo que tengo el poder, la fuerza del mal a mi lado, y el otro no se muere. Eso es tentativa inid¨®nea.
P. ?Cu¨¢l es el precedente que se deja entonces? Siguiendo su l¨®gica, otros mandatarios podr¨ªan intentar dar Golpes de Estado y si estos fracasan ampararse en que no se consumaron. ?No consideran que eso es grav¨ªsimo?
E.Z. No, no. Si yo le tiro cinco balazos y no le pego ninguna, obviamente, esa fue una tentativa porque el medio fue id¨®neo. Ahora, si solo me dedico a rezar y hago una tentativa supersticiosa el medio es inid¨®neo. ?l sab¨ªa que nadie iba a responder. Castillo no creo que haya sido tan incauto, yo no pude hablar con ¨¦l.
P. En este punto, la defensa pareciera ser un acto de fe entre lo que cre¨ªa o no cre¨ªa Castillo¡
Guido Croxatto. Esto de que la tentativa inid¨®nea no es punible es central en la discusi¨®n con C¨¦sar San Mart¨ªn Castro y los penalistas en Per¨². Respecto al procedimiento quiero decir: el mensaje que Castillo ley¨® no fue un Mensaje a la Naci¨®n, porque ni siquiera cumpli¨® con esas formalidades. Y eso no es menor porque despu¨¦s se quiso imputar a ministros por una conspiraci¨®n de la que no fueron parte. Ni los propios ministros de Castillo sab¨ªan lo que estaba leyendo. Por eso no procede la conspiraci¨®n. Un delito es una acci¨®n t¨ªpica, antijur¨ªdica y culpable. Si la acci¨®n es at¨ªpica no hay delito. Ahora quieren levantar el secreto de las comunicaciones de Castillo, porque no tienen pruebas. No han podido encontrar un solo comandante que diga: s¨ª, yo estaba por ir con cien polic¨ªas a disolver el Congreso.
E. Z. Si la propia custodia lo detiene es porque a Castillo no le respond¨ªa nadie. Es un principio general, b¨¢sico: en cualquier delito lo primero que tiene que haber es por lo menos un peligro para un bien jur¨ªdico y ese peligro nunca existi¨®.
P. Por favor, ?realmente consideran que no fue un peligro que el presidente de la Rep¨²blica dijera en televisi¨®n nacional que el Congreso quedaba disuelto y que iba a instalar un Gobierno de excepci¨®n? ?En serio no ven all¨ª ninguna amenaza?
E. Z. No, porque nadie le hac¨ªa caso. Ya estaba depuesto pr¨¢cticamente.
P. Entonces, para defenderlo est¨¢n tomando a Castillo como si fuese un orate que dio un discurso donde daba un Golpe de Estado solo por darlo.
E. Z. No lo s¨¦. Yo creo que lo que quiso hacer fue decirle a su pueblo: hay que disolver el Congreso. Bueno, me voy y antes de irme doy esta orden. Total, no la va a cumplir nadie. Que quede como que intent¨¦ hacer algo, como que no me fui como un tonto al que no le dejaron hacer nada. Suponiendo que fuera un orate, la tentativa es inid¨®nea.
G. C. Estamos hablando de un presidente al que le obstruyeron 70 proyectos y estamos hablando de un Congreso repudiado por el 90% de los peruanos. El presidente de M¨¦xico, L¨®pez Obrador me cont¨® que cuando lo vio a Castillo, Castillo le dijo que estaba solo en un sentido pol¨ªtico. ?l se despoj¨® de cualquier estructura. Eso me lo dijo a m¨ª personalmente tambi¨¦n. ?Estaba tan equivocado en ese discurso a la luz de lo que vemos en Per¨²? Con una dictadura que asesin¨® 70 personas y no hay nadie preso. Y Castillo est¨¢ preso por haber dado un discurso.
P. Ustedes mencionan que no califica como un Mensaje a la Naci¨®n porque no ten¨ªa la aprobaci¨®n del Consejo de Ministros. Se ha sabido despu¨¦s que estuvieron varios ministros presentes y que incluso Betssy Ch¨¢vez, su primera ministra, envi¨® un mensaje horas antes al WhatsApp de ministros, pidiendo ¡°unidad y cohesi¨®n en un d¨ªa hist¨®rico¡±.
G. C. ?l los convoc¨® porque iba a dar un discurso. A m¨ª me dijo, respecto al discurso: es lo que el pueblo me ped¨ªa. Sus interlocutores no eran los pol¨ªticos, el Congreso racista, ni sus propios ministros. Yo creo que si quieres imputar por conspiraci¨®n, tenes que imputar a poblaciones enteras que apoyaban la consigna que dio Castillo. Castillo entiende que est¨¢ pagando un precio por defender al pueblo y yo por eso lo defiendo, porque le creo.
P. Ambos sostienen se vulner¨® su derecho a la defensa, que no se discuti¨® en el Pleno, que su vacancia se aprob¨® con menos votos de los que se requer¨ªan, en fin, varias irregularidades. Pero de propia boca del presidente de M¨¦xico se ha conocido que Castillo le solicit¨® asilo previamente, se estaba escapando. ?No hab¨ªa que tomar medidas excepcionales?
E. Z. Supongamos que es cierto. Eso confirma la tentatibilidad. ?l sab¨ªa que dec¨ªa el discurso y se iba a la embajada de M¨¦xico. Ah¨ª se terminaba. Virtualmente ya no ten¨ªa el poder del presidente.
P. Para que este debido proceso se hubiese respetado con Castillo, ?ustedes est¨¢n diciendo que lo que correspond¨ªa era que Castillo hubiese seguido siendo presidente de la Rep¨²blica por unos d¨ªas m¨¢s a pesar de haber intentado un Golpe de Estado?
E. Z. Eso es posible o no. No importa. Desde el punto de vista general, el juicio pol¨ªtico es pol¨ªtico, en consecuencia, no tiene todas las garant¨ªas que tiene un proceso penal. Pero el m¨ªnimo que exige el derecho internacional, en lo que hay unanimidad, es que hay que escuchar al imputado y el Congreso peruano no lo escuch¨® nunca. El argumento de la Corte Suprema es un p¨¢rrafo confuso que parece decir algo as¨ª como que Castillo no ten¨ªa defensa material y, en consecuencia, no ten¨ªa importancia que se le haya negado la defensa formal.
P. Insisto: ?no hab¨ªa que tomar medidas excepcionales ante una amenaza al Estado de Derecho y la democracia?
G. C. ?Para qu¨¦ est¨¢ la Constituci¨®n entonces?
E. Z. Es un principio general del Derecho. Que si se discute mi capacidad, incluso ps¨ªquica, tienen que escucharme, aunque yo est¨¦ totalmente loco. Hay que escuchar al supuesto incapaz.
G. C. Muchos penalistas peruanos que no salen a hablar por temor y no son adherentes a Castillo coinciden en que se viol¨® el debido proceso. Yo creo que el ¨²nico camino es la restituci¨®n de Castillo y un juicio justo. Es el ¨²nico camino legal.
P. ?Ustedes consideran que el pueblo peruano ha salido a las calles en estos ocho meses en defensa principalmente de Castillo?
E. Z. Creo que hay toda una serie de factores a lo largo de toda la historia peruana. Todos sabemos que en Per¨² hay una cuesti¨®n de costa, sierra y selva. Castillo tendr¨¢ defectos. Pero los serranos se identificaron con un presidente que se parec¨ªa a ellos. Y ¨¦l hizo eso para reafirmar esa representaci¨®n. Si no, se iba como un in¨²til.
P. Las protestas de 28 de julio no han tenido el mismo vigor que las de los primeros meses cuando fue destituido Castillo. ?A qu¨¦ creen que se deba?
G. C. Nosotros somos abogados, no analistas pol¨ªticos. Ahora, yo dir¨ªa que dado que hubo 70 personas asesinadas en Per¨² y lo que rige es la impunidad hay mucho miedo. Veo mucho miedo en Per¨². Pero a m¨ª lo ¨²nico que me interesa es que se respete el debido proceso de una destituci¨®n ileg¨ªtima e il¨ªcita.
P. En una columna de opini¨®n firmada por ambos en P¨¢gina 12, ustedes dicen que ¡°Castillo est¨¢ preso por lo que es y representa: al pueblo bajo¡±. Pero digamos que ese pueblo bajo tampoco estaba muy contento con su gobierno. Una encuesta de Datum de agosto de 2022 indica que su desaprobaci¨®n en el sector E subi¨® de 64 a 73% y en el D de 73 a 75%.
E. Z. ?l lo sab¨ªa. Por eso dio ese discurso antes de irse. Esa es la motivaci¨®n del discurso: no pudo cumplir con nada de lo que hab¨ªa prometido.
E. C. Pero no por incapacidad de ¨¦l.
P. ?Realmente piensan que solo fue porque no lo dejaron?
G. C. La masificaci¨®n del gas. Si ese proyecto hubiese avanzado, por ejemplo, sus n¨²meros de aprobaci¨®n hubiesen sido distintos. Pero cada vez que Castillo mandaba un proyecto era rebotado porque chocaba con los intereses concentrados y econ¨®micos del Per¨². Y la gente cree que es toda culpa de Castillo y no de los congresistas de Fujimori.
E. Z. Por eso la proclama: No me voy con la cola entre las patas.
P. Aunque ustedes no lo defiendan por sus juicios de corrupci¨®n y encabezar una presunta organizaci¨®n criminal dentro de Palacio, no pueden negar que son otras razones que le quitaron legitimidad. No solo se habla de Castillo como un presidente al que le falt¨® liderazgo, sino como alguien que tambi¨¦n cedi¨® a la corrupci¨®n.
E. Z. La corrupci¨®n se ha convertido en el lawfare. No conozco esos casos de Castillo, pero la corrupci¨®n se ha convertido en la nueva brujer¨ªa del lawfare, salvo algunos pocos casos. Esta combinaci¨®n de medios monop¨®licos u oligop¨®licos junto con algunos jueces siempre hacen pie en la corrupci¨®n. Y en muchos casos nos hemos dado cuenta de lo infundados que son. Las corrupciones grandes son las que quedan impunes.
P. La lista de presuntos actos de corrupci¨®n de Castillo es muy larga, as¨ª como quienes atestiguan en su contra¡
G. C. Eso no hace leg¨ªtima la destituci¨®n. Pero adem¨¢s es pobre, Castillo. A nosotros no nos paga nadie. Lo hacemos por vocaci¨®n y compromiso. Fujimori tiene diez mil abogados de estudios caros y nadie le pregunta de d¨®nde los saca. Cuando fui a M¨¦xico a ver a L¨®pez Obrador, la mujer de Castillo me dijo que le avergonzaba que no pudiesen pagarnos nada. Y yo casi me pongo a llorar. Nosotros hacemos esto porque creemos en la justicia. No nos manejamos con gente que nada en dinero producto de la corrupci¨®n.
P. Tal y como est¨¢n las cosas, ?ven viable que se le reestablezcan las credenciales presidenciales a su representado?
G. C. Lo que suceda no es cuesti¨®n nuestra. Pero procesalmente es lo que corresponde: la restituci¨®n y un juicio justo.
E. Z. De alguna manera, el Per¨² tiene que volver a encontrar su senda institucional. Se debe volver a la democracia y acabar con esta dictadura. Procesar a los responsables de las muertes. La se?ora (Dina) Boluarte va a tener que pagar esas muertes alg¨²n d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le dicen a quienes consideran que su defensa apela principalmente a la victimizaci¨®n de Castillo y al tecnicismo jur¨ªdico?
G. C. El tecnicismo jur¨ªdico es la ley. Y hay que hacer valer el Derecho. Esa es la misi¨®n de cualquier abogado. Era la cr¨ªtica de los nazis a los liberales: les dec¨ªan que defend¨ªan tecnicismos. Y nosotros no victimizamos a Castillo. Castillo es una v¨ªctima. Ha sido ilegalmente destituido, no puede hablar con su hija exiliada, sus abogados extranjeros no lo pueden ver. El Estado peruano est¨¢ violando el Estado de Derecho.
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