La inundaci¨®n de Derna se suma a la descomposici¨®n del Estado en una Libia partida en dos
La divisi¨®n del poder entre dos gobiernos paralelos, un problema no resuelto de la guerra civil que sigui¨® a la muerte de Gadafi en 2011, dificulta el reparto de ayuda a las decenas de miles de damnificados
En Libia parece m¨¢s f¨¢cil contar muertos que organizar unas elecciones y contar votos. La tormenta Daniel se ensa?¨® el s¨¢bado con el este del pa¨ªs y en la noche del domingo al lunes provoc¨® la ruptura de dos pantanos en Derna, la cuarta ciudad m¨¢s poblada del pa¨ªs, con unos 120.000 habitantes. De pronto, dos gobiernos paralelos que apenas mantienen las relaciones indispensables para asuntos tan b¨¢sicos como el pago de salarios o de pensiones han tenido que ponerse de acuerdo para afrontar la muerte de m¨¢s de 5.300 personas en Derna, la b¨²squeda de 11.000 desaparecidos y el desplazamiento de m¨¢s de 20.000. La fragilidad de las infraestructuras corre en paralelo a la debilidad de las instituciones en un pa¨ªs de 6,7 millones de habitantes que podr¨ªa disponer de una de las rentas per c¨¢pita m¨¢s alta del mundo ¨¢rabe gracias a sus reservas petrol¨ªferas.
¡°La divisi¨®n de los dos gobiernos no ha provocado el incidente, pero ha agravado la ausencia de reacci¨®n apropiada¡±, indica a trav¨¦s de un correo electr¨®nico Antoine Basbous, fundador en Francia del Observatorio de Pa¨ªses ?rabes. Un residente de Libia, conocedor de la situaci¨®n, que solicita el anonimato, asegura que la cooperaci¨®n entre los dos gobiernos tard¨® ¡°casi 48 horas¡± en registrarse. Finalmente, el Gobierno del oeste ha anunciado este mi¨¦rcoles la concesi¨®n de 384 millones de euros en ayudas para la reconstrucci¨®n y 96 millones para repartir entre los damnificados.
¡°Las infraestructuras est¨¢n muy da?adas en todo el pa¨ªs¡±, se?ala la misma fuente. ¡°Por poner un ejemplo, el aeropuerto internacional de Tr¨ªpoli no dispone de equipos para operar con normalidad¡±, a?ade.
La alegr¨ªa vivida en Tr¨ªpoli en octubre de 2011 con la ca¨ªda del dictador Muamar el Gadafi solo fue el inicio de una pesadilla que ha encadenado una guerra civil con la llegada aterradora del fen¨®meno del tr¨¢fico de migrantes. El oeste est¨¢ en manos del primer ministro, Abdelhamid Dabeiba, apoyado sobre todo por Turqu¨ªa y Qatar. Y el este lo controla el mariscal Jalifa Hafter, de 80 a?os, apoyado, entre otros, por Egipto, Rusia y Emiratos ?rabes Unidos.
Dabeiba es un empresario millonario de 61 a?os nacido en la ciudad de Misrata, en la costa occidental del pa¨ªs, cuya familia se enriqueci¨® durante la dictadura de Gadafi. Y Hafter, que tiene como gran aliado al presidente egipcio, Abdelfat¨¢ al Sisi, se considera predestinado a salvar al pueblo libio. Su verdadera fuerza se puso a examen el 4 de abril de 2019, cuando se plant¨® en las afueras de Tr¨ªpoli con una columna de 300 veh¨ªculos respaldada por la fuerza a¨¦rea. Quer¨ªa tomar la capital, pero al cabo de 14 meses, tras cientos de muertos por ambas partes y miles de desplazados, Hafter termin¨® repleg¨¢ndose en su feudo del este. El pa¨ªs volvi¨® entonces a la senda esquizofr¨¦nica habitual: dos administraciones que no se reconocen y una industria de tr¨¢fico humano cada vez m¨¢s potente y cruel.
En diciembre de 2021 estaban previstas unas elecciones presidenciales y legislativas que finalmente quedaron aplazadas. M¨¢s de a?o y medio despu¨¦s a¨²n no hay ninguna fecha prevista para celebrarlas. En Libia viven de forma permanente unos 200 espa?oles que, seg¨²n fuentes oficiales, est¨¢n localizados y en buen estado.
Claudia Gazzini, miembro del centro de an¨¢lisis International Crisis Group, sostiene que desde la ca¨ªda de Gadafi, en 2011, y durante 10 a?os de enfrentamientos entre el este y oeste del pa¨ªs, ambos gobiernos han descuidado las infraestructuras. ¡°No solo se trata de estos pantanos¡±, advirti¨® Gazzini en el canal alem¨¢n DW, ¡°sino tambi¨¦n de los puentes y las carreteras. Y no solo en el este, sino tambi¨¦n en el oeste. Yo no culpar¨ªa a la corrupci¨®n, sino que m¨¢s bien dir¨ªa que este es el efecto colateral de un pa¨ªs en guerra donde los dos gobiernos est¨¢n m¨¢s interesados en proclamar su legitimidad antes que en gestionar y reconstruir¡±.
En el mismo sentido se expresa el analista Tim Eaton, del centro Chatham House, quien cree que el desastre ha ¡°magnificado los errores provocados por el hombre¡±. En el diario Financial Times, Eaton cita un informe del a?o pasado publicado en una revista de la Universidad Sebha de Libia, donde se advert¨ªa de que el ¡°¨¢rea estudiada¡± corr¨ªa ¡°riesgo de inundaci¨®n¡± a causa del mantenimiento deficiente de la presa. ¡°Por lo tanto, se deben tomar medidas inmediatas para el mantenimiento rutinario de las presas, porque en caso de una gran inundaci¨®n, las consecuencias ser¨¢n desastrosas para los habitantes del valle y de la ciudad¡±, se?alaba el estudio.
El analista indic¨® al diario brit¨¢nico que hay unas 140 instituciones gubernamentales divididas entre el este y el oeste, entre dos administraciones paralelas. ¡°Por lo que se puede imaginar lo dif¨ªcil que va a ser dar una respuesta de amplio alcance¡±.
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