Jalifa Hafter, el ¡®hombre fuerte¡¯ de Libia que intenta tomar Tr¨ªpoli
El mariscal del llamado Ej¨¦rcito Nacional Libio cree estar destinado a salvar a sus compatriotas mientras una parte del pa¨ªs lo considera un criminal de guerra
El mariscal Jalifa Hafter, el hombre que atac¨® el 4 de abril las afueras de Tr¨ªpoli mediante una columna de 300 veh¨ªculos respaldada por fuerza a¨¦rea, se considera ante todo un militar cuya misi¨®n es salvar al pueblo libio. Sin embargo, en Misrata y en Tr¨ªpoli hay decenas de milicias que lo ¨²ltimo que desean es ser ¡°salvadas¡± por Hafter. Estos combatientes del oeste han superado rivalidades internas y se han unido para detener al mariscal. Cosa que, de momento, han logrado.
H¨¦roe para muchos, sobre todo en el este; criminal de guerra para otros, sobre todo en Misrata y Tr¨ªpoli¡ Cualquier intento de sembrar la paz en Libia tendr¨¢ que pasar por este militar de 76 a?os que goza del apoyo de Egipto y Emiratos ?rabes Unidos. Y no solo de ellos. El ¨²ltimo viaje internacional que emprendi¨® Hafter antes de atacar Tr¨ªpoli le llev¨® a? Arabia Saud¨ª, donde se entrevist¨® en Riad el 27 de marzo con el pr¨ªncipe Mohamed bin Salm¨¢n. Aunque Hafter asegura combatir el extremismo religioso, su llamado Ej¨¦rcito Nacional Libio tambi¨¦n est¨¢ integrado por salafistas ultraconservadores que siguen al l¨ªder espiritual saud¨ª Rabee Madkhali.
Hafter cuenta, adem¨¢s, con el apoyo de Francia, a quien otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea le critican su ambig¨¹edad respecto a las ambiciones b¨¦licas del mariscal. La confianza de Hafter en las autoridades francesas quedaron en evidencia en abril del a?o pasado cuando, tras sufrir una enfermedad de la que no han trascendido detalles, fue ingresado durante dos semanas en un centro de Par¨ªs.
¡°Hafter forma parte de la soluci¨®n, porque controla m¨¢s del 80% del territorio libio¡±, se?alaba la semana pasada una fuente an¨®nima del Ministerio de Exteriores franc¨¦s al diario Le Monde. Italia por su parte, apoya al Gobierno de Unidad Nacional, presidido desde 2015 por Fayez Serraj, respaldado por la ONU. Esa divisi¨®n en torno al ¡°hombre fuerte de Libia¡± dibuja tanto su fuerza -y los l¨ªmites de ella- como la fragilidad de la Uni¨®n Europea en su pol¨ªtica exterior.
Muamar el Gadafi dec¨ªa que Hafter era como su propio hijo, aunque solo le llevaba un a?o de edad. Hafter apoy¨® a Gadafi en 1969, cuando derroc¨® al rey Idris. Despu¨¦s complet¨® su carrera militar en Egipto y en Rusia. En 1987 cay¨® prisionero en el Chad durante una expedici¨®n con 300 hombres y Gadafi se desentendi¨® de ¨¦l. Para Hafter aquello supuso una traici¨®n humillante. Fue rescatado por Estados Unidos y vivi¨® exiliado durante 20 a?os en una casa pr¨®xima a la sede de la CIA, en Langley (Virginia), dise?ando atentados contra Gadafi abocados al fracaso.
En 2011 vol¨® hacia Libia para combatir el r¨¦gimen de Gadafi. Pero no logr¨® abrirse un hueco entre los l¨ªderes de la rebeli¨®n. Volvi¨® a Estados Unidos. Y de nuevo regres¨® a Libia en 2014 cuando el pa¨ªs se vio inmerso en una guerra civil. Hafter organiz¨® entonces lo que llam¨® ¡°Operaci¨®n Dignidad¡± frente al yihadismo. Sus cr¨ªticos alegan que en demasiadas ocasiones Hafter met¨ªa a cualquier grupo o partido islamista bajo la etiqueta de terrorista.
Hafter suele presentarse ante la comunidad internacional como garante del orden frente al caos y la inseguridad que reina en Tr¨ªpoli. Tambi¨¦n alega que desde su territorio no salen emigrantes hacia Europa. En junio de 2018 ya declar¨® que si no se celebraban pronto elecciones ¨¦l pasar¨ªa a la acci¨®n. Afirm¨® disponer de 75.000 hombres, cosas que nunca se ha podido demostrar. Mientras tanto, Hafter no descuidaba las relaciones externas. La ONU logr¨® sentarlo el 27 de febrero en Abu Dabi junto a Fayez Serraj, el primer ministro del Gobierno de Unidad, y arrancarles un compromiso -sobre todo a Hafter- para celebrar elecciones en el verano de 2019.
En realidad, Hafter nunca dej¨® de pasar a la acci¨®n. Lleva cinco a?os acumulando armas, poder y territorios. En septiembre de 2016 arrebat¨® al Gobierno de Unidad Nacional cuatro puertos petroleros situados en las proximidades de Sirte. Es lo que se conoce como el llamado Creciente Petrolero. En 2017 consigui¨® tomar Bengazi despu¨¦s de tres a?os de asedio. El pasado febrero se hizo en el sudoeste del pa¨ªs con los yacimientos de Sharara, el m¨¢s grande de Libia, y despu¨¦s con el de El Feel, pr¨®ximo al anterior.
El mariscal se encuentra m¨¢s fuerte que nunca. Pero muy pocos pod¨ªan esperar que Hafter intentase tomar Tr¨ªpoli justo cuando el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se encontraba en la capital preparando una conferencia de paz para mediados de abril.
De nuevo, ese mazazo a la ONU no podr¨ªa explicarse sin la ayuda de algunas potencias y la pasividad de muchas otras. El centro de an¨¢lisis internacional Crisis Group sostiene en su ¨²ltimo informe que tras el ataque a Tr¨ªpoli varios pa¨ªses como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Egipto y Rusia han condenado la escalada de violencia: ¡°Pero en ninguna de las declaraciones se amenaza con sanciones. Y en ninguna de ellas se menciona expl¨ªcitamente la necesidad de apoyo el Gobierno de Unidad Nacional respaldado por la ONU. Para muchos libios esto sugiere que los Gobiernos extranjeros est¨¢n apoyando t¨¢citamente a Hafter¡±.
La batalla de Tr¨ªpoli, si nadie la evita, mostrar¨¢ hasta qu¨¦ punto Hafter es el hombre fuerte de Libia.
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