Arabia Saud¨ª castiga los tuits cr¨ªticos hasta con la pena de muerte o 45 a?os de c¨¢rcel
La monarqu¨ªa absoluta de los Saud recrudece la represi¨®n para amordazar el disenso en redes sociales
Poco se sabe de la estudiante de secundaria Manar Al Gafiri, la joven de 18 a?os que, seg¨²n el grupo de derechos humanos saud¨ª en el exilio ALQST, fue condenada el pasado agosto a 18 a?os de c¨¢rcel y a la prohibici¨®n de salir del pa¨ªs por el Tribunal Penal Especializado saud¨ª, encargado de juzgar los delitos de terrorismo. Al Gafiri era a¨²n menor de edad cuando fue detenida por tuitear en apoyo de los presos pol¨ªticos en prisiones saud¨ªes y de los ¡°defensores de derechos humanos, especialmente de las mujeres que reclaman igualdad de derechos¡±, confirma por tel¨¦fono Carlos de las Heras, especialista en Arabia Saud¨ª de Amnist¨ªa Internacional. Este y otros casos, asegura el experto, ejemplifican ¡°un incremento preocupante en el ¨²ltimo a?o de la represi¨®n contra quienes usan internet para expresar su oposici¨®n¡±.
La de la adolescente no es la condena m¨¢s grave dictada en el reino de los Saud por disentir del r¨¦gimen en las redes sociales. Desde 2017, poco despu¨¦s de que el actual l¨ªder de hecho saud¨ª, Mohamed Bin Salm¨¢n, fuera nombrado pr¨ªncipe heredero, esos supuestos delitos se consideran ¡°cibercr¨ªmenes¡± y se asimilan a actos de terrorismo. El mismo tribunal que ha sentenciado a Al Gafiri conden¨® a muerte el 10 de julio a un profesor jubilado, Muhammad al Ghamdi, de 54 a?os, por su actividad en X (antes Twitter) y YouTube. En sus dos cuentas en X, Al Ghamdi ten¨ªa 10 seguidores. Seg¨²n Human Rights Watch (HRW), la Fiscal¨ªa le acus¨® de criticar a la familia real.
Justo un a?o antes, en agosto de 2022, la misma instancia judicial elev¨® en apelaci¨®n de 6 a 34 a?os la pena de c¨¢rcel contra la estudiante de doctorado Salma Al Shehab, de 35 a?os, supuestamente por un tuit que conten¨ªa una cr¨ªtica sutil sobre un nuevo contrato de transporte p¨²blico saud¨ª. La condena se redujo posteriormente a 27 a?os. El mismo d¨ªa, otro tribunal sentenci¨® a otra mujer, Nourah Al Qahtani, a 45 a?os de prisi¨®n por ¡°utilizar internet para romper el entramado social¡±. En 2022, Amnist¨ªa document¨® 15 casos de personas condenadas a entre 10 y 45 a?os de prisi¨®n ¨²nicamente por actividades pac¨ªficas en internet.
La sentencia contra el profesor que, si nada lo remedia, ser¨¢ ejecutado por el m¨¦todo habitual en Arabia Saud¨ª ¡ªdecapitado con un sable¡ª, fue confirmada por el propio Bin Salm¨¢n el 20 de septiembre. En una entrevista con la cadena conservadora estadounidense Fox, el heredero saud¨ª declar¨®: ¡°[Esta condena] nos averg¨¹enza. Pero no puedo decirle a un juez [que ignore] la ley. Eso ir¨ªa contra el Estado de derecho¡±.
Arabia Saud¨ª es una monarqu¨ªa absoluta en la que el rey controla los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. No existe la separaci¨®n de poderes ni el Estado de derecho al que aludi¨® el mismo pr¨ªncipe que acumula ya ¡°m¨¢s poder que ning¨²n otro miembro de la familia Saud desde la fundaci¨®n del reino¡±, en expresi¨®n de los periodistas Bradley Hope y Justin Scheck, en su obra Sangre y Petr¨®leo (Pen¨ªnsula, 2023). Poco despu¨¦s de ser nombrado heredero, Bin Salm¨¢n ¡ªque ejerce en realidad el poder que formalmente corresponde a su padre, el rey Salm¨¢n, de 87 a?os¡ª, se sancion¨® la nueva ley antiterrorista por la que el profesor ha sido condenado a muerte.
Esa nueva norma retir¨® competencias al Ministerio del Interior y las transfiri¨® a la Fiscal¨ªa y a la presidencia de la Seguridad del Estado, dos organismos que previamente hab¨ªan sido situados bajo la autoridad directa del monarca y, por ende, del pr¨ªncipe heredero. Desde septiembre de 2022, Bin Salm¨¢n es tambi¨¦n primer ministro del pa¨ªs.
Esos dos organismos que responden ante el todopoderoso pr¨ªncipe se han caracterizado por recrudecer la represi¨®n. Antes de que Bin Salm¨¢n fuera elevado a heredero del trono, nunca se hab¨ªan dictado penas de muerte ni de d¨¦cadas de prisi¨®n por publicaciones en las redes sociales, asegura la organizaci¨®n HRW.
Arabia Saud¨ª es ¡°el peor Estado en cuanto a vigilancia del mundo¡±, recalca desde Washington por WhatsApp Ali Al Ahmed, fundador del centro de estudios Institute for Gulf Affairs. Al Ahmed cree que las condenas contra los usuarios de internet son solo una cara visible de una represi¨®n generalizada contra los cr¨ªticos del r¨¦gimen. ¡°La mayor¨ªa de las veces o¨ªmos hablar de casos como estos porque la gente de fuera puede ver que alguien deja de tuitear o publicar¡±, asegura.
Al Ahmed demand¨® en 2020 a X, entonces Twitter, alegando que dos de sus empleados, Ahmad Abouammo y Ali Al Zabarah, piratearon su cuenta entre 2013 y 2016 y filtraron datos de sus fuentes a la inteligencia saud¨ª. En una causa diferente en Estados Unidos, Abouammo fue condenado a tres a?os y medio de c¨¢rcel por espiar para el Gobierno saud¨ª, mientras que Al Zabarah huy¨® a Arabia Saud¨ª. Los autores de Sangre y Petr¨®leo aseguran que los dos hombres fueron contratados por Bader al Asaker, el m¨¢s estrecho colaborador de Bin Salm¨¢n, para identificar y espiar en Twitter a disidentes saud¨ªes.
Lavar la imagen
Las cr¨ªticas en redes sociales inquietan especialmente a un pr¨ªncipe heredero muy consciente del impacto global de esas plataformas y que, en los ¨²ltimos a?os, ha impulsado una vasta operaci¨®n de lavado de imagen de Arabia Saud¨ª al servicio de la realizaci¨®n de los objetivos previstos en el proyecto Visi¨®n 2030, su hoja de ruta para el futuro de su pa¨ªs. El fin ¨²ltimo de ese proyecto es acabar con la dependencia casi absoluta de la econom¨ªa saud¨ª de los ingresos por las exportaciones del petr¨®leo y atraer inversiones, empresas y turistas al Estado ¨¢rabe, un objetivo irreconciliable con su reputaci¨®n de dictadura reaccionaria, fundamentalista y represora de los derechos humanos.
¡°La Visi¨®n 2030 de Arabia Saud¨ª trata de ofrecer al mundo un rostro reformista y abierto¡±, asegura el especialista en Arabia Saud¨ª de Amnist¨ªa. Con esa idea, Bin Salm¨¢n ha promovido la organizaci¨®n de acontecimientos culturales, la puja por organizar grandes campeonatos deportivos mundiales o los fichajes millonarios a estrellas del f¨²tbol. Con ello y con una liberalizaci¨®n de fachada, sin democracia ni apertura pol¨ªtica, ¡°venden una imagen maravillosa que no se corresponde con la vida de los saud¨ªes¡±, recalca De las Heras. La represi¨®n en las redes sociales ¡°solo se ha sumado a la que ya exist¨ªa en las calles¡±, asegura.
Este experto deplora lo ef¨ªmero del t¨ªmido ostracismo internacional contra el r¨¦gimen saud¨ª a cuenta del asesinato del disidente Jamal Khashoggi en Estambul en 2018. Este lunes se han cumplido cinco a?os de ese crimen que la CIA atribuye a una orden directa de Bin Salm¨¢n, que ahora ¡°es de nuevo bien recibido en Europa y en Estados Unidos¡±. Los ¡°intereses econ¨®micos priman¡±, asegura De las Heras. Mientras, Al Ahmed recuerda c¨®mo ¡°la mayor parte de los sistemas de vigilancia, tortura, prisiones, tecnolog¨ªas y t¨¦cnicas de rastreo [de disidentes que utiliza el r¨¦gimen saud¨ª], as¨ª como la formaci¨®n de su polic¨ªa se lleva a cabo en Estados Unidos, el Reino Unido y Francia¡±. Lo ilustra con un recuerdo: ¡°Cuando me detuvieron por primera vez en Arabia Saud¨ª a los 14 a?os, las esposas ten¨ªan la inscripci¨®n Made in California, USA¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.