Lula invierte casi 180 millones de d¨®lares en la lucha contra la violencia en Bah¨ªa y R¨ªo de Janeiro
El Gobierno anuncia un plan para la combatir el narcotr¨¢fico y reforzar los dos estados de Brasil m¨¢s afectados por la ola de inseguridad
Con m¨¢s de 47.000 muertos al a?o, las estad¨ªsticas de Brasil en materia de violencia superan las de muchos pa¨ªses en guerra. El continuo goteo de muertes es como una lluvia fina que ya no incomoda ni llama la atenci¨®n. El gobierno federal de turno suele escudarse en que las competencias de seguridad est¨¢n transferidas a los estados y que tiene poco margen de maniobra, hasta que de vez en cuando hay picos de violencia excepcionales que obligan a intervenir. Este lunes el Ministerio de Justicia y Seguridad P¨²blica present¨® un ¡°plan de combate a las organizaciones criminales¡± dotado con 900 millones de reales (casi 180 millones de d¨®lares). Llega despu¨¦s de graves crisis de violencia en R¨ªo de Janeiro y sobre todo en Bah¨ªa, que se ha convertido en el estado m¨¢s peligroso del pa¨ªs.
En la periferia de R¨ªo de Janeiro, la sensaci¨®n es de descontrol: apenas en la ¨²ltima semana una diputada regional sufri¨® un secuestro rel¨¢mpago, hubo explosiones de granadas en un autob¨²s municipal para robar a los pasajeros y salieron a la luz im¨¢genes de narcotraficantes entrenando para los enfrentamientos de la polic¨ªa a plena luz del d¨ªa, en un recinto junto a una guarder¨ªa y cinco escuelas p¨²blicas. Cap¨ªtulo aparte merecen las controvertidas operaciones policiales, que en lo que va de a?o provocaron la muerte de 11 ni?os, el triple que el a?o pasado. La ¨²ltima fue Helo¨ªsa dos Santos Silva, una ni?a de tres a?os que muri¨® baleada en la cabeza. Los polic¨ªas pensaron que el coche de su familia era robado y dispararon sin pensar.
R¨ªo ten¨ªa hasta hace poco tiempo el dudoso honor de contar con la polic¨ªa m¨¢s letal del pa¨ªs, pero recientemente le cedi¨® el testigo a Bah¨ªa, estado gobernado por el Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz In¨¢cio Lula da Silva desde hace 16 a?os. En este estado de la costa noreste, conocido por sus id¨ªlicas playas de cocoteros y la exuberancia colonial de su capital, Salvador, hay una tormenta perfecta provocada por la guerra abierta que mantienen una decena de facciones del narcotr¨¢fico.
En septiembre, la polic¨ªa mat¨® a m¨¢s de 60 personas en sus operaciones, pero el recuento es extraoficial y el n¨²mero real podr¨ªa ser mayor. El a?o pasado, 1.464 personas murieron a manos de los uniformados, m¨¢s que todas las polic¨ªas de Estados Unidos. Como suelen alertar los especialistas, de poco sirvi¨® el ba?o de sangre: cada vez que se acaba con un jefe de una banda, se abren conflictos por la sucesi¨®n que se convierten en infinitos ciclos de venganza entre rivales.
La semana pasada, el cantante y compositor Caetano Veloso, nacido en Bah¨ªa y residente en R¨ªo, entreg¨® al papa Francisco una carta. Citaba uno a uno los nombres de los menores que han perdido la vida en R¨ªo y constataba que la llamada ¡°guerra contra las drogas¡± no ha cumplido ninguno de sus objetivos, mientras ¡°el n¨²mero de j¨®venes, en su mayor¨ªa negros, muertos a balazos no para de crecer¡±, lamentaba. Finaliz¨® con una ¡°petici¨®n de socorro¡±.
Ante este panorama, el plan del Gobierno no presenta grandes innovaciones. El grueso del dinero ir¨¢ para que los estados renueven armas, veh¨ªculos o mejoren los salarios de los agentes. El ministro de Justicia se reuni¨® la semana pasada con el gobernador bolsonarista de R¨ªo, Cl¨¢udio Castro, y acept¨® sus peticiones: m¨¢s recursos para construir c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad y movilizar a la Fuerza Nacional para garantizar la tranquilidad en las principales v¨ªas de acceso a la ciudad. Se trata de un cuerpo de polic¨ªas, militares y bomberos que se activa en situaciones puntuales de emergencia.
Al margen de las soluciones m¨¢s urgentes, el plan pretende poner en pr¨¢ctica la ley del sistema ¨²nico de seguridad, creado en 2018 por el entonces presidente Michel Temer. El objetivo era acabar con el galimat¨ªas de diferentes corporaciones, agencias y competencias y dar algo de cohesi¨®n nacional para luchar contra el crimen de forma m¨¢s eficiente. ¡°A diferencia de lo que ha ocurrido con las pol¨ªticas de salud y educaci¨®n, en que la integraci¨®n est¨¢ en el n¨²cleo, eso no sucedi¨® con la seguridad, desgraciadamente (¡) se trata de construir algo que nunca existi¨® en Brasil¡±, admiti¨® el lunes el ministro.
En la lista de prioridades del PT, la seguridad siempre ha quedado relegada por la lucha contra la pobreza o la educaci¨®n. Durante la campa?a electoral, Lula pas¨® de puntillas sobre este dolor de cabeza cr¨®nico de los brasile?os, incluso cuando visit¨® favelas azotadas por la violencia. Ya en el Gobierno, el asunto es a¨²n m¨¢s delicado, porque la situaci¨®n m¨¢s compleja se da en Bah¨ªa, su principal basti¨®n electoral. La truculencia de su polic¨ªa provoc¨® la salida de los aliados a la izquierda del PT del gobierno regional, y amenaza con desgastar a su base progresista a nivel nacional.
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