Palestina: un Estado sin pleno reconocimiento internacional ni control absoluto del territorio

El anhelo palestino de establecer un Estado propio ha fracasado durante las ¨²ltimas siete d¨¦cadas. La ocupaci¨®n de Israel y la ausencia de un gobierno estable en todo el enclave, capaz de ejercer su administraci¨®n de forma aut¨®noma en Cisjordania y Gaza, impiden que los territorios que conforman Palestina ejerzan su soberan¨ªa o desarrollen pol¨ªticas p¨²blicas para los 5,5 millones de personas que aproximadamente viven en ellos. Pese a todo, un total de 139 Estados de los 193 miembros de Naciones Unidas han reconocido a Palestina como un Estado soberano de pleno derecho (entre ellos no figuran Estados Unidos ni los principales pa¨ªses europeos). ?Cu¨¢l es, entonces, su estatus jur¨ªdico y el de sus ciudadanos?

La Convenci¨®n de Montevideo, de 1933, fija los atributos cl¨¢sicos que debe cumplir un Estado para ser considerado como tal: que tenga soberan¨ªa efectiva sobre un territorio definido, una poblaci¨®n estable, una serie de instituciones capaces de responder a las necesidades de los ciudadanos y que sea reconocido como un igual por otros Estados. ¡°En el caso de Palestina podr¨ªa incluirse en la serie de los denominados ¡®casi-Estados¡¯ o Estados con soberan¨ªa limitada¡±, explica Isa¨ªas Barre?ada, doctor en Ciencias Pol¨ªticas y coautor de Palestina: de los acuerdos de Oslo al apartheid (Catarata, 2023).

¡°No tiene soberan¨ªa efectiva sobre su territorio, sino sobre una especie de archipi¨¦lago de peque?as porciones de su territorio¡±, apunta Barre?ada, profesor tambi¨¦n de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. El motivo es que Al Fatah y la Autoridad Palestina gobiernan en una Cisjordania cada vez m¨¢s inundada de asentamientos colonos israel¨ªes, mientras que Ham¨¢s lo hace de facto en Gaza. Tampoco tiene jurisdicci¨®n sobre el conjunto de la poblaci¨®n palestina, en la medida en que algunas zonas, las denominadas B y C seg¨²n los Acuerdos de Oslo de 1993, est¨¢n bajo control israel¨ª ¡ªlas primeras solo bajo control militar y las segundas, militar y civil¡ª.

S¨ª posee Palestina, seg¨²n contempla Barre?ada, ¡°el atributo de haber creado instituciones propias de un Estado, como instituciones de gobierno o legislativas¡±. Prueba de ello es que ¡°ha convocado elecciones y ha elaborado textos constitucionales¡±. Y desde el punto de vista del reconocimiento, ¡°es bastante extenso¡±. ¡°Pero no es la totalidad¡±, matiza. En concreto, 54 pa¨ªses miembros de la ONU no la han reconocido, entre ellos, ¡°potencias de Occidente como Estados Unidos, Canad¨¢ y una serie de pa¨ªses de Europa¡±, como Espa?a.

¡°En Espa?a la situaci¨®n es muy ins¨®lita porque no ha reconocido a Palestina como Estado, pero existe una misi¨®n diplom¨¢tica de Palestina en Espa?a, encabezada por un diplom¨¢tico palestino [Husni Abdel Wahed], al que Espa?a reconoce como embajador y que ha presentado sus credenciales ante el Rey¡±, explica el experto. La semana pasada, el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, inst¨® a reconocer a Palestina como Estado.

Palestina es, por su parte, miembro de organismos internacionales como la Liga ?rabe o la Unesco, y desde el 29 de noviembre de 2012, es Estado observador no miembro de la ONU. La resoluci¨®n aprobada aquel d¨ªa por 138 pa¨ªses reconoc¨ªa ¡°el derecho del pueblo palestino a la libre determinaci¨®n y a la independencia en su Estado de Palestina¡± sobre el territorio ocupado por Israel desde 1967. Sin embargo, el hecho de pertenecer a organismos internacionales no es una condici¨®n suficiente para que Palestina sea reconocida como un Estado. ¡°El reconocimiento de un Estado no lo da un organismo internacional como la Uni¨®n Europea, que no tiene competencias para ello, o Naciones Unidas¡±, aclara Barre?ada.

Sin embargo, ser miembro de pleno derecho de la ONU es un paso importante, aunque el proceso es m¨¢s complejo. ¡°El Estado habr¨¢ de presentar una solicitud al secretario general¡±, alegando que cumple con todos los requisitos, describen Lisbeth Katherine Duarte Herrera y Jorge Daniel Miramontes Romero en el art¨ªculo Reconocimiento Internacional de Palestina. Esa solicitud deber¨¢ recibir el visto bueno de un comit¨¦ de admisiones ligado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en el que tienen derecho a veto cualquiera de los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido o Francia). Una vez pasado ese filtro, la Asamblea General de la ONU decidir¨ªa por mayor¨ªa si el pa¨ªs es admitido o no como Estado miembro.

¡°En 2011, Palestina present¨® su solicitud, pero el secretario general [entonces Ban Ki-moon] sab¨ªa que Estados Unidos lo bloquear¨ªa, as¨ª que congel¨® la petici¨®n palestina, que sigue en un caj¨®n, hasta que hubiera condiciones para evitar el rechazo estadounidense¡±, explica el doctor en Ciencias Pol¨ªticas. Porque, seg¨²n a?ade, si pasa ese filtro ¡°todos sabemos que, en la Asamblea General, Palestina tendr¨ªa mayor¨ªa¡±.

Una resoluci¨®n ¡°an¨®mala¡±

Para encontrar una respuesta a la actual situaci¨®n palestina es necesario bucear en los or¨ªgenes del conflicto. ¡°La singularidad del caso palestino residi¨® en que su proyecto fue interferido por el proyecto colonial sionista y que Naciones Unidas termin¨® zanjando una partici¨®n, en 1947, que contraven¨ªa el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos colonizados¡±, escriben Jos¨¦ Abu-Tarbush y Barre?ada en su reciente libro sobre Palestina. Seg¨²n concluyen, la ONU resolvi¨® un conflicto generado por el colonialismo [Palestina fue colonia brit¨¢nica] de una forma totalmente ¡°an¨®mala¡±, que consiste en dividir el territorio en dos para que una parte sea entregada a los colonos y otra a la poblaci¨®n aut¨®ctona. Es la denominada soluci¨®n de ¡°dos Estados¡±, uno para los jud¨ªos y otro para los palestinos.

¡°Los sionistas de aquella ¨¦poca [el Estado de Israel no nace hasta 1948] aceptan la propuesta de la ONU, pero Palestina y los pa¨ªses ¨¢rabes la rechazaron al considerarla una soluci¨®n salom¨®nica¡±, subraya Barre?ada. ¡°Imaginad que hubiera pasado eso con Argelia y que la mitad de Argelia hubiese sido para los colonos franceses y la otra mitad para la poblaci¨®n aut¨®ctona magreb¨ª¡±, detalla para resaltar la ¡°anomal¨ªa¡± de esta decisi¨®n. ¡°A principios de los setenta los palestinos se dan cuenta de que el Estado de Israel es una realidad irreversible, y en ese momento es cuando admiten recuperar el territorio que les queda, un 22% de lo que era originariamente¡± la Palestina hist¨®rica, contin¨²a. Pero ya Israel ¡°no lo permitir¨¢¡±.

La nacionalidad palestina

Pero, ?qu¨¦ nacionalidad tienen los ciudadanos de un casi-Estado? Los palestinos que tras la proclamaci¨®n del Estado de Israel, en 1948, permanecieron en territorio israel¨ª adoptaron la nacionalidad de este pa¨ªs. Sin embargo, el estatus legal del resto es muy diverso. ¡°Quienes nacieron, por ejemplo, antes de 1967 en los territorios que administraba Jordania [en Cisjordania] tienen documentos de residencia jordanos¡±, cuenta Barre?ada, mientras que los que nacieron m¨¢s tarde disponen de documentos de identidad proporcionados por Naciones Unidas y, los m¨¢s j¨®venes, por la Autoridad Palestina.

Sin embargo, var¨ªa mucho de unos pa¨ªses a otros la situaci¨®n de los palestinos de la di¨¢spora, aquellos obligados a vivir fuera de la Palestina hist¨®rica despu¨¦s de la Nakba (desastre) de 1948, unos siete millones, seg¨²n la Oficina Central Palestina de Estad¨ªsticas. ¡°En algunos sitios figuran como inmigrantes, en otros como refugiados y otros adquirieron la ciudadan¨ªa de los lugares de acogida¡±, explica Barre?ada.

En pa¨ªses como Jordania o Siria ¡°cuentan con muchas facilidades, pero en otros como en L¨ªbano solo disponen de documentaci¨®n de Naciones Unidas, si salen nunca podr¨¢n regresar y tienen problemas para acceder al mercado laboral porque hay oficios vetados para ellos¡±, se?ala el experto. Esta variedad de reg¨ªmenes jur¨ªdicos, que puede afectar a miembros de una misma familia ¡ª¡°abuelos con documentos jordanos y nietos con los de la Autoridad Palestina¡±¡ª impide que a veces puedan reencontrarse o salir del territorio en el que se encuentran.

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