El ministro de Justicia franc¨¦s se sienta en el banquillo por posible conflicto de intereses
El proceso al antiguo abogado estrella Dupond-Moretti y la negativa de Macron a destituirle crean una situaci¨®n ins¨®lita en Francia
Un ministro de Justicia en el banquillo de los acusados. Una Fiscal¨ªa que, sobre el papel, est¨¢ jer¨¢rquicamente subordinada al acusado. Y un presidente de la Rep¨²blica que, pese a las promesas en campa?a, lo mantiene en el cargo. La situaci¨®n es ins¨®lita.
El juicio por supuesto conflicto de intereses a ?ric Dupond-Moretti se ha abierto este lunes en la Corte de Justicia de la Rep¨²blica (CJR) y se prolongar¨¢ hasta el 17 de noviembre. Al ministro se le acusa de haber usado el cargo para ajustar cuentas con jueces y fiscales a los que se hab¨ªa enfrentado en su anterior vida profesional, cuando era el abogado m¨¢s famoso de Francia, un personaje a la vez brillante e histri¨®nico, adicto a las pol¨¦micas y feliz en el cuerpo a cuerpo.
Nunca un ministro, en ejercicio de su cargo, hab¨ªa sido juzgado bajo la V Rep¨²blica, fundada en 1958. Que sea el titular de Justicia ¡ªel Garde des sceaux, o Guardi¨¢n de los sellos, como hist¨®ricamente se conoce al ocupante del cargo¡ª lo hace m¨¢s an¨®malo todav¨ªa.
Uno de sus antecesores, Fran?ois Bayrou, juzgado tambi¨¦n por otro caso en el CJR, abandon¨® el cargo en 2017, nada m¨¢s conocerse que se hab¨ªa abierto una investigaci¨®n. No quer¨ªa ¡°exponer¡± al Gobierno ni al presidente que le acababa de nombrar, Emmanuel Macron. La Corte de Justicia de la Rep¨²blica se encarga de juzgar a ministros por infracciones cometidas en el cargo. Est¨¢ compuesta por seis senadores, seis diputados y tres jueces de la Corte de Casaci¨®n, equivalente del Tribunal Supremo.
¡°Yo no he contemplado marcharme¡±, dijo desafiante, hace unos d¨ªas, Dupond-Moretti a dos periodistas de Le Monde. Tampoco Macron ha querido destituirle, aunque, al llegar al poder hace seis a?os, dec¨ªa que ¡°en principio, un ministro debe abandonar el Gobierno si es imputado¡±. El acusado no prev¨¦ acudir, durante los d¨ªas del juicio, al Consejo de Ministros ni a la sesi¨®n de control en la Asamblea Nacional. Pero, mientras rinde cuentas ante la Justicia, seguir¨¢ ejerciendo como ministro de Justicia.
El caso es complejo y, como dice Dupond-Moretti a Le Monde, se trata ¡°de actos administrativos¡±. ¡°?No me reprochan haber metido la mano en la caja!¡±, a?ade. Se expone, si es declarado culpable, a una pena de hasta cinco a?os de prisi¨®n y medio mill¨®n de euros de multa. Y entonces s¨ª, deber¨ªa dejar el cargo.
En la apertura del juicio, el ministro ha declarado: ¡°Para m¨ª y para mis allegados, este proceso es una infamia¡±. Se ha quejado de que supuestamente se haya vulnerado la presunci¨®n de inocencia y de que, desde el momento de su nombramiento, un sector de la magistratura le declarase la guerra por su historial como abogado. En esa ¨¦poca, y debido al alto porcentaje de absoluciones que consegu¨ªa para sus clientes, recib¨ªa el mote de Acquitator, juego de palabras con la pel¨ªcula Terminator y la palabra absoluci¨®n ¡ªacquittement¡ª en franc¨¦s. ¡°Sin duda, [el actual proceso] es una dura prueba para m¨ª¡±, ha afirmado, ¡°pero tambi¨¦n es un alivio porque he venido a defenderme¡±.
A Dupont-Moretti se le acusa de haber aprobado desde el ministerio una investigaci¨®n administrativa contra un juez de instrucci¨®n que hab¨ªa imputado a un cliente suyo en M¨®naco cuando el ministro ejerc¨ªa de abogado. Tambi¨¦n est¨¢ bajo sospecha por otra investigaci¨®n administrativa contra tres magistrados de la Fiscal¨ªa nacional financiera.
Este segundo caso se origina en una de las m¨²ltiples investigaciones al expresidente Nicolas Sarkozy. Los magistrados hab¨ªan puesto a Sarkozy y a su abogado, Thierry Herzog, bajo escucha. Pero se percataron de que ambos hab¨ªan empezado a hablar con una l¨ªnea de tel¨¦fono m¨®vil con tarjeta desechable, pues se hab¨ªan dado cuenta de que eran escuchados. Para averiguar si hab¨ªa un topo que les hab¨ªa informado de las escuchas en sus tel¨¦fonos habituales, los investigadores revisaron las facturas telef¨®nicas de varios abogados y personas pr¨®ximas a ellos. Una de ellas era Dupond-Moretti, amigo de Herzog. Al enterarse, Dupond-Moretti puso una denuncia a los magistrados de la Fiscal¨ªa nacional financiera. La retir¨® al ser nombrado ministro. Pero, desde el cargo, decidi¨® igualmente abrirles la investigaci¨®n administrativa. Acabaron siendo exonerados. Y ha sido el antiguo abogado y ahora ministro quien ha acabado en el banquillo como resultado de varias denuncias, entre otras, de varios sindicatos de la magistratura.
La permanencia de Dupond-Moretti en el cargo es reveladora del grado de tolerancia en Francia con pol¨ªticos imputados o juzgados. Sarkozy ha sido condenado dos veces a penas de prisi¨®n por financiaci¨®n ilegal y corrupci¨®n. Las penas han quedado en suspenso a la espera de las apelaciones. Pero no han impedido que el expresidente siga disfrutando de una notable presencia p¨²blica y una amplia consideraci¨®n, hasta el m¨¢s alto rango del poder, en el palacio del El¨ªseo.
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