Voto por el cambio pero con reservas en la cuna y principal caladero de Wilders
La llamada del l¨ªder ultra para situar a los holandeses en primer lugar y frenar la inmigraci¨®n gana frente al ensimismamiento de otras propuestas pol¨ªticas

Es s¨¢bado y d¨ªa de mercado al aire libre en Venlo, la ciudad natal del l¨ªder holand¨¦s de ultraderecha Geert Wilders. De 69.000 habitantes y situada al sur de Pa¨ªses Bajos, a la orilla del r¨ªo Mosa, un 36% de sus votantes se ha inclinado por el pol¨ªtico, el m¨¢s votado all¨ª, que ha prometido devolverles el orgullo nacional y frenar la inmigraci¨®n. Wilders ha sabido capitalizar la insatisfacci¨®n ciudadana con el Gobierno anterior y, al suavizar su postura contra el islam, ha atra¨ªdo a amplias capas de poblaci¨®n. ¡°El pa¨ªs est¨¢ lleno y no podemos subvencionar a todos los que vienen en busca de una vida mejor. Hay que ser realista¡±, dice Jan ¨Dninguno de los consultados para este art¨ªculo ha querido facilitar su apellido¨D, que conversa con un amigo junto a los puestos de comida y ropa. La beligerancia del pol¨ªtico con las mezquitas y las escuelas musulmanas, y sus llamadas a reducir la presencia de compatriotas a los que hace unos a?os llamaba ¡°marroqu¨ªes¡±, no se han olvidado. Sin embargo, ha calado el lema de que ¡°los holandeses son lo primero¡±, con un efecto arrollador no previsto por el resto de los partidos.
Venlo es un centro neur¨¢lgico de log¨ªstica y comercio de horticultura. La cifra de paro en el municipio es del 3,9% (en el resto del pa¨ªs es del 3,5%). El Mosa la atraviesa majestuoso y el centro urbano combina edificios antiguos con calles comerciales repletas de tiendas y cafeter¨ªas. Anita, que vende vestidos en una esquina del mercado y lleg¨® desde la India hace 40 a?os, tiene muy claro el futuro de Wilders, al que vot¨®. ¡°Si sigue aferr¨¢ndose al tema del islam y la religi¨®n, le ser¨¢ muy dif¨ªcil llegar a primer ministro. ?Que no se meta con los musulmanes!¡±, reclama mientras se calienta con un caf¨¦ largo en una ma?ana fr¨ªa y lluviosa. Es consciente de que ¡°la gente ha mostrado con sus votos que quiere un cambio¡±. Pero insiste: ¡°Los que llama extranjeros trabajan con tanto ah¨ªnco como el resto de la poblaci¨®n y repite que va a trabajar para todos. Que lo demuestre¡±.

Wilders abri¨® su campa?a electoral el pasado 20 de octubre en un bar de Venlo cercano al mercado. Se llama De Blauw Trap (La escalera azul). Sus responsables, que se declaran pol¨ªticamente ¡°neutrales¡± ¨D¡°esto es un negocio y aqu¨ª no tomamos partido¡±, dicen¨D recuerdan el enorme dispositivo de seguridad que rodeaba al pol¨ªtico aquella noche. ¡°Mucho mayor que la que solemos ver en televisi¨®n¡±, afirman. A Wilders le acompa?an a todas partes varios guardaespaldas.
En 2004, la polic¨ªa holandesa detuvo y acus¨® a dos personas de planear un atentado contra el pol¨ªtico. En los planes de los arrestados figuraba tambi¨¦n la entonces diputada liberal Ayaan Hirsi Ali. Desde entonces, el holand¨¦s cuenta con protecci¨®n y cambia de casa constantemente para evitar que se localice d¨®nde duerme. Una situaci¨®n a la que ha tenido que acostumbrarse su esposa, Krisztina Marfai, una diplom¨¢tica de origen h¨²ngaro.
¡°Alguien as¨ª, de ultraderecha, no puede representar a Pa¨ªses Bajos en el extranjero. Divide a la gente y no entiendo su victoria¡±, lamenta la due?a de una tienda de ropa, que prefiere no dar su nombre. ¡°Luego te cancelan en las redes sociales¡±, se justifica. A micr¨®fono cerrado, compara a Wilders con Silvio Berlusconi, el fallecido primer ministro italiano, y con Giorgia Meloni, su actual sucesora. ¡°Aunque no se les puede tomar en serio¡±, relata, ¡°permanecen a?os y a?os en el poder¡±.
Jeanne, que est¨¢ de visita en Venlo, emiti¨® un voto ¡°estrat¨¦gico para que no ganase Wilders con sus ideas rid¨ªculas¡±. Ahora, duda de que pueda llegar a pactar una coalici¨®n. ¡°[Wilders] afirma que trabajar¨¢ para todos los holandeses. Qui¨¦n sabe. Eso de que el pa¨ªs est¨¢ lleno [de migrantes] no es verdad. Con lo que dice su programa no creo que llegue muy lejos¡±, afirma. La sensaci¨®n de que el resto de los partidos pol¨ªticos, en palabras de Jeanne, ¡°solo piensan en s¨ª mismos y en sus juegos de poder¡± ha sido otro de los motivos de la victoria de Wilders. Jan, el hombre que pasea con su amigo por los puestos junto al r¨ªo, destaca que el ultraderechista ¡°ha dicho que mejorar¨¢ las pensiones y la seguridad social, mientras que el resto no se sabe bien qu¨¦ dec¨ªan¡±.
El olfato del pol¨ªtico, que ha bregado durante 25 a?os en el Parlamento, ha facilitado el giro, a trav¨¦s de la ret¨®rica, de l¨ªder ultra hacia una aparente moderaci¨®n. Mientras el resto de las agrupaciones manten¨ªan intactos sus mensajes electorales, ¨¦l ha arrinconado ¨Dseg¨²n asegura¨D la confrontaci¨®n a cuenta del islam y ha tocado dos fibras sensibles: la identidad nacional y el bolsillo. G., que se presenta as¨ª y vende bisuter¨ªa, explica que ha votado a Wilders porque ¡°es el ¨²nico dispuesto a hacer lo que promete¡±. ¡°Habla de la gente. Es hora de que pueda demostrarlo, ya que ha ganado¡±, a?ade.
Un dato sobre el alcance del tir¨®n de Wilders: aunque se declara agn¨®stico ¨Dviene de una familia cat¨®lica, pero ¨¦l no lo es¨D, este s¨¢bado se ha sabido que tambi¨¦n ha cosechado numerosos votos en el denominado cintur¨®n de la Biblia de Pa¨ªses Bajos, la zona de mayor¨ªa calvinista. ¡°All¨ª es muy popular entre la juventud¡±, ha declarado a la televisi¨®n p¨²blica el ge¨®grafo Josse de Voogd.

Un grupo de amigos que juegan con sus m¨®viles junto al Mosa, y tampoco quieren dar sus nombres, exclaman al un¨ªsono que les parece ¡°inconcebible¡± la victoria de Wilders. ¡°Ha sido muy listo, pero c¨®mo le van a tomar en serio en el extranjero¡±, exclaman. ¡°No le hemos votado¡±, aseguran. Subrayan tambi¨¦n un detalle compartido por otros entrevistados: ¡°Frans Timmermans [l¨ªder de la alianza entre ecologistas y socialdem¨®cratas, GroenLinks-PvdA] se despert¨® tarde. La noche electoral, cuando vio que quedaban segundos [con proyecciones que les daban 25 esca?os] habl¨® con la emoci¨®n y la fuerza que tendr¨ªa que haber usado antes¡±. Timmermans felicit¨® a Wilders para luego gritar a todo pulm¨®n. ¡°No excluiremos a nadie: en este pa¨ªs cabemos todos¡±, dijo el exvicepresidente de la Comisi¨®n Europea. Despu¨¦s, hizo votos por ejercer una oposici¨®n vigorosa. ¡°Habr¨¢ que ver si se acaba formando una coalici¨®n de centroderecha, como pretende Wilders. Si no, puede haber un Gobierno que dure un a?o y luego otros comicios¡±, aseveran desde el grupo de amigos.
¡°[Wilders] es muy bueno con las redes sociales y eso le ha valido m¨¢s votos¡±, admiten todos ellos. Los problemas para pactar se han agudizado desde que Dilan Yesilg?z, jefa de los liberales de derecha (VVD), haya dicho que prefiere no estar en el pr¨®ximo Gabinete. Si bien ha logrado la tercera plaza, con 24 diputados, como ha perdido 10, Yesilg?z mantiene que prestar¨¢ su apoyo desde fuera. ¡°Creo que es una maniobra t¨¢ctica para negociar desde una posici¨®n m¨¢s favorable. No la veo pactando con alguien como Timmermans o con la izquierda¡±, asegura Jan.
A Radjan, ingeniero, votante tambi¨¦n de Wilders, le parece que el l¨ªder radical tiene posibilidades de ser primer ministro. ¡°No creo que sea tan extremo, hay otros partidos con los que tendr¨¢ que negociar y ejercer¨¢n de contrapeso¡±, afirma. ¡°Todos los cambios son dif¨ªciles de aceptar¡±, prosigue Radjan.
Una de las formaciones candidatas a negociar el nuevo Gobierno es Nuevo Contrato Social, reci¨¦n creada por el exdemocristiano Pieter Omtzigt. Declarada de centro ¨Dy cuyo l¨ªder ha mostrado en el pasado su rechazo a pactar con la extrema derecha¨D, qued¨® en cuarta posici¨®n, con 20 esca?os. A¨²n no se ha pronunciado claramente sobre su disposici¨®n, pero tras la retirada del VVD, el l¨ªder de los centristas ha dicho que ve el acuerdo con el ultra ¡°muy dif¨ªcil¡±.
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