La guerra de Gaza se cuela en la entrega de los National Book Awards en Nueva York

En plena ¨¦poca de libros prohibidos por la ofensiva ultraconservadora, la celebraci¨®n de las letras que supone cada a?o en EE UU la entrega de los National Book Awards ha sufrido en su convocatoria de 2023 una censura adicional: la retirada de dos patrocinadores por la previsible politizaci¨®n de la gala. Avisados de que algunos finalistas en las distintas categor¨ªas del galard¨®n, el m¨¢s prestigioso de EE UU, aprovechar¨ªan el estrado para condenar la ofensiva israel¨ª contra Gaza y pedir un alto el fuego, dos editoriales anunciaron la v¨ªspera de la ceremonia, celebrada en la noche de este mi¨¦rcoles en Nueva York, que retiraban su patrocinio. Tres finalistas de la convocatoria de este a?o eran estadounidenses musulmanes.

Uno de los patrocinadores es la editorial jud¨ªa Zibby Books, que anunci¨® su decisi¨®n el martes. Su responsable explic¨® en una red social que una ¡°fuente¡± le hab¨ªa avisado de que ¡°los nominados a los premios han decidido en bloque utilizar el momento de los discursos para promover una agenda propalestina y antisrael¨ª¡±. En efecto, algunos nominados confirmaron su intenci¨®n de hablar de pol¨ªtica en la fiesta. ¡°En el futuro, no quiero volver la vista atr¨¢s y decir que estuve callada mientras la gente [en Gaza] sufr¨ªa¡±, explic¨® la v¨ªspera la escritora Aaliyah Bilal, finalista en la categor¨ªa de ficci¨®n. Con su primer libro, Temple Folk, Bilal escarba en la historia de los afroamericanos musulmanes a ra¨ªz de la experiencia de su familia en la Naci¨®n del Islam, un grupo que muchos consideran exponente del supremacismo afroamericano. Su libro, editado por Simon & Schuster, lleva en portada la media luna y la estrella isl¨¢micas.

Un d¨ªa despu¨¦s, ya en la ceremonia de entrega, Bilal recogi¨® el micr¨®fono de manos de Justin Torres, ganador en la categor¨ªa de ficci¨®n por su segunda novela, Blackouts, para leer una declaraci¨®n cuidadosamente redactada mientras m¨¢s de una docena de finalistas la flanqueaban. M¨¢s que preciso, el contenido de la declaraci¨®n fue homeop¨¢tico: ¡°Nos oponemos al actual bombardeo de Gaza y pedimos un alto el fuego humanitario para atender las urgentes necesidades humanitarias de los civiles palestinos, especialmente de los ni?os¡±, dijo la escritora. ¡°Nos oponemos por igual al antisemitismo, al sentimiento antipalestino y a la islamofobia, aceptando la dignidad humana de todas las partes. Sabiendo que m¨¢s derramamiento de sangre no contribuye en nada a garantizar una paz duradera en la regi¨®n¡±.

La National Book Foundation, organizadora del premio, hab¨ªa enviado el mismo martes un mensaje a todos los patrocinadores y a quienes hab¨ªan comprado entradas para la gala, alert¨¢ndoles de la probabilidad de que los ganadores hicieran declaraciones pol¨ªticas desde el podio. ¡°Esto no es en absoluto algo sin precedentes en la historia de los National Book Awards, ni de ninguna ceremonia de entrega de premios, pero dado el momento extraordinariamente doloroso en el que nos encontramos, nos ha parecido mejor ponernos en contacto con ustedes por si tienen alguna pregunta o inquietud¡±, escribi¨® a patrocinadores y asistentes Ruth Dickey, directora ejecutiva de la fundaci¨®n. Dickey se refer¨ªa a precedentes como el de 2016, cuando Donald Trump acababa de ser elegido presidente de EE UU y el ganador en la categor¨ªa de ficci¨®n Colson Whitehead critic¨® el ¡°maldito p¨¢ramo infernal de Trumplandia¡±. En los ¨²ltimos a?os las cr¨ªticas por el trato a los migrantes o la falta de diversidad en la industria editorial han jalonado las galas.

En una gala que cont¨® con participaciones estelares como las de la popular comunicadora Oprah Winfrey, la cantante Dua Lipa y el polifac¨¦tico Trevor Noah para presentar sendos premios, la celebraci¨®n de la literatura qued¨® pues opacada por el fantasma de Gaza, o, por mejor decir, por la posibilidad de cualquier comentario antisemita. El evento, que es el escaparate anual de la industria, se celebr¨® casi en suspenso, con el temor a que la libertad de expresi¨®n se convirtiera como un bumer¨¢n en censura. Las editoriales presentaron un total de 1.931 libros, casi medio millar (496) en la categor¨ªa de ficci¨®n, 638 en no ficci¨®n, 295 poemarios, 154 t¨ªtulos aspirantes a la mejor traducci¨®n y 348 en el apartado de literatura juvenil. Cinco t¨ªtulos por cada categor¨ªa.

Entre los finalistas de no ficci¨®n figuraban el libro de la mexicana Cristina Rivera Garza sobre el feminicidio de su hermana (El invencible verano de Liliana, publicado en espa?ol por Random House) y unas memorias familiares de alto voltaje en plena guerra entre Israel y Ham¨¢s, las del abogado palestino y activista pro derechos humanos Raja Shehadeh, subtituladas en ingl¨¦s Una memoria palestina. Finalmente, en esta categor¨ªa se impuso el historiador estadounidense Ned Blackhawk por su libro El redescubrimiento de Am¨¦rica: los pueblos nativos y la destrucci¨®n de la historia de Estados Unidos. En el apartado de poes¨ªa se alz¨® el tambi¨¦n estadounidense Craig Santos P¨¦rez por su obra de territorio no incorporado [?mot]. En literatura traducida, el ganador fue el brasile?o St¨ºnio Gardel por Las palabras que quedan. Y en literatura juvenil, el estadounidense Dan Santat por Una primera vez para todo.

Uno de los libros finalistas en literatura infantil era una historia de mujeres y ni?as musulmanas de la ilustradora, tambi¨¦n musulmana, Huda Fahmy. En la portada aparecen una madre y sus hijas retratadas con el preceptivo velo. Demasiadas coincidencias en un momento en el que el clamor que sacude los campus de las universidades, las calles y, cada vez m¨¢s, la opini¨®n p¨²blica estadounidense ¨Del 66% de la poblaci¨®n cree que Washington deber¨ªa presionar a Israel para lograr una tregua¨D, va in crescendo.

El ruido se col¨® por tanto por la puerta grande de los premios, sin que la organizaci¨®n pudiera hacer otra cosa que avisar de que ¡°las decisiones de los jueces se toman con independencia del personal y el Consejo de Administraci¨®n de la Fundaci¨®n Nacional del Libro, y las deliberaciones son estrictamente confidenciales¡±. Una evidente manera de curarse en salud ante la presencia entre los nominados de los libros de Bilal, Shehadeh y Fahmy. Finalmente ninguno de ellos se alz¨® con el premio, pero su presencia en el listado se vivi¨® de manera casi amenazante, aunque la declaraci¨®n final no fuera tan amenazante como se esperaba.

La pol¨¦mica de los National Book Awards 2023 se suma a otras similares protagonizadas por el 92NY, una importante instituci¨®n cultural de la ciudad; Artforum y varios festivales de cine y libros, en los que las declaraciones y las cr¨ªticas a Israel han provocado reacciones institucionales y, en ocasiones, despidos y dimisiones. El centro 92NY, de orientaci¨®n jud¨ªa, cancel¨® a finales de octubre un di¨¢logo con el escritor de origen vietnamita Viet Thanh Nguyen, ganador del premio Pulitzer y autor de la buena novela El simpatizante (Seix Barral), despu¨¦s de que ¨¦ste firmara una carta abierta que criticaba a Israel.