Europa marca un nuevo futuro con su ampliaci¨®n m¨¢s arriesgada hacia el Este
La decisi¨®n de lanzar conversaciones de adhesi¨®n con Ucrania, en plena guerra, y Moldavia, que no controla todo su territorio, es un punto de inflexi¨®n hist¨®rico. La UE considera la expansi¨®n una inversi¨®n en prosperidad y seguridad
Es una operaci¨®n de alto riesgo. La ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea para integrar a Ucrania y a Moldavia marca un nuevo futuro para Europa. El pr¨®ximo club comunitario con hasta 36 miembros (con los Balcanes y Georgia), m¨¢s de 500 millones de habitantes, ser¨¢ m¨¢s heterog¨¦neo, econ¨®mica, social, culturalmente. Y las consecuencias para la seguridad de ese ensanche, durante y despu¨¦s, son oce¨¢nicas. Es la primera vez que la Uni¨®n ¡ªen la que ya no hay lugar para zonas grises¡ª tiende la mano a un pa¨ªs, Ucrania, que resiste en una guerra a gran escala v¨ªctima de la agresi¨®n de una gran potencia nuclear, Rusia; y a otro, Moldavia, que no posee el control total de su territorio y lucha por repeler los tent¨¢culos que el Kremlin se empe?a en mantener. La decisi¨®n hist¨®rica de los Veintisiete el jueves de abrir conversaciones de adhesi¨®n con Kiev y Chisinau es una de las m¨¢s transformadoras emprendidas por la Uni¨®n.
Algunos esc¨¦pticos ven la resoluci¨®n de esta semana como puramente simb¨®lica ¡ª¡±Todav¨ªa no ha nacido el pr¨®ximo comisario ucranio¡±, vaticinaba de forma algo ir¨®nica un veterano diplom¨¢tico¡ª. Esos mismos consideran un gran fracaso de la Uni¨®n la falta de unanimidad, por el veto del dirigente h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n en el Consejo Europeo, para lanzar a Kiev un salvavidas econ¨®mico de 50.000 millones de euros. Y m¨¢s ahora, que el apoyo de Estados Unidos zozobra por sus luchas internas (fundamentalmente por los republicanos). Pero hay otras herramientas, y la UE suministrar¨¢ a Ucrania ese bal¨®n de ox¨ªgeno, con o sin el apoyo de Hungr¨ªa.
En cambio, la promesa de adhesi¨®n ¡ªque se logr¨® porque Orb¨¢n retir¨®, contra todo pron¨®stico, su veto¡ª planta un ancla permanente. Falta por ver si la promesa de sostener a Ucrania ¡°tanto tiempo como sea necesario¡± es un hilo suficiente para resistir en una larga guerra o el elemento diferenciador que permita ganarla. Por ahora, ha sido la primera opci¨®n. ¡°Washington puede flaquear o incluso bajarse del todo y para la UE eso ser¨ªa casi una tragedia, convertir¨ªa la situaci¨®n en muy dif¨ªcil, pero la guerra est¨¢ en el continente europeo y eso, de una forma u otra, marca la realidad¡±, se?ala una alta fuente comunitaria.
Kiev, aunque necesita los fondos para mantenerse a flote y lo econ¨®mico es m¨¢s inmediato que la perspectiva de sumarse a la Uni¨®n, ve la decisi¨®n como un punto de inflexi¨®n. ¡°Es una victoria para Ucrania¡±, incidi¨® el viernes el presidente Volod¨ªmir Zelenski en las redes sociales. ¡°Una victoria para toda Europa, que motiva, inspira y refuerza¡±, a?adi¨® el l¨ªder ucranio. ¡°Emprendamos juntos este viaje para construir una Europa a¨²n m¨¢s fuerte y m¨¢s unida¡±, reclam¨® la presidenta de Moldavia, Maia Sandu en X (antes Twitter). En Georgia, a la que se ha designado como pa¨ªs candidato, cientos de ciudadanos han salido estos d¨ªas a la calle con la bandera azul y estrellada de la Uni¨®n Europea.
Como las ense?as que sembraron la plaza del Maid¨¢n de Kiev hace una d¨¦cada, en las movilizaciones proeuropeas y contra la corrupci¨®n que derribaron al presidente prorruso Viktor Yanuk¨®vich. Aquellas protestas derivaron en un ba?o de sangre, en la reacci¨®n del aut¨®crata Vlad¨ªmir Putin de anexionarse ilegalmente Crimea, impulsar y alimentar la guerra del Donb¨¢s. Un conflicto que, hace casi 700 d¨ªas, se fusion¨® con la guerra a gran escala que lanz¨® Putin para borrar la soberan¨ªa de Ucrania e impedir el giro completo del pa¨ªs hacia Occidente que ha sido inevitable.
Kiev ¡ªpese a la dificultad de hacerlo en paralelo a luchar contra Rusia¡ª y Chisinau deben ahora acelerar en las reformas y en los siguientes pasos para asimilarse a los est¨¢ndares democr¨¢ticos y organizativos del club comunitario. Es un proceso largo y dif¨ªcil en el que, con mejor o peor resultado, llevan a?os los Balcanes. ¡°Las reformas no solo nos conducen a ser miembros de la UE, sino que tambi¨¦n nos hacen m¨¢s resistentes y capaces de sobrevivir y defendernos¡±, asegura la vice primera ministra ucrania para la Integraci¨®n Euroatl¨¢ntica, Olha Stefanishyna, mediante un correo electr¨®nico desde Kiev.
Ha sido la guerra de Rusia contra Ucrania, que ha llevado a la UE a muchas decisiones hist¨®ricas, lo que ha resucitado el proceso de ampliaci¨®n hacia el Este. La expansi¨®n llevaba congelada a?os, alimentando la frustraci¨®n de los Balcanes que, ahora, aunque lenta y quiz¨¢ parcial, ven una posibilidad.
La realidad geopol¨ªtica, el ecosistema de los candidatos y la amenaza de Rusia (no solo con la guerra en Ucrania, sino tambi¨¦n con las maniobras de desestabilizaci¨®n e influencia que marca su libro de jugadas para otros pa¨ªses, como Serbia) y el empuje de otros actores como China, convierten esa pr¨®xima gran ampliaci¨®n en la m¨¢s dif¨ªcil de todas. Mucho m¨¢s que el Big Bang de 2004, que integr¨® a Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta. Pero aunque tarde en cristalizar a?os ¡ªincluso d¨¦cadas, como se?ala el diplom¨¢tico aficionado a la iron¨ªa¡ª el pr¨®ximo ensanche marca ya el presente. ¡°Es hora de cumplir las promesas y deshacerse de ambig¨¹edades. La ampliaci¨®n ya no es un sue?o. Es hora de seguir adelante¡±, ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Proceso gradual
De momento, la UE ya est¨¢ metiendo de facto a Ucrania bajo algunos de sus paraguas ¡ªKiev se ha integrado en el mercado el¨¦ctrico y en varios programas comunitarios¡ª. Adem¨¢s, en Bruselas avanza la idea de que la pr¨®xima gran ampliaci¨®n se haga de forma gradual, con la participaci¨®n primero de los pa¨ªses candidatos (cada uno a su ritmo) en elementos como el mercado ¨²nico, distintos organismos de representaci¨®n (observadores en el Parlamento Europeo, por ejemplo) para luego ir subiendo de niveles en su incorporaci¨®n.
En paralelo, la UE ha determinado que necesitar¨¢ hacer reformas internas para poder seguir funcionando con m¨¢s de 500 millones de habitantes. Los Veintisiete acordaron esta semana que se fijar¨¢ la hoja de ruta para hacerlo el pr¨®ximo verano. Ahora, se trata de ver cu¨¢les son esos cambios y cu¨¢ndo deben fijarse. Habr¨¢ que reformular los presupuestos, los procesos de toma de decisiones, las pol¨ªticas agrarias, la composici¨®n de las instituciones.
El debate marcar¨¢ las elecciones al Parlamento Europeo de junio. Mientras, en la revisi¨®n del marco financiero multianual de las ¨²ltimas semanas, algunos l¨ªderes han negociado ya con la vista puesta en los pr¨®ximos presupuestos, que se determinar¨¢n en 2027, que deber¨¢n tener en cuenta esos cambios internos. Las nuevas cuentas quiz¨¢ ya mirar¨¢n a los futuros miembros (alguno con un pie dentro o con esperanzas de graduarse pronto), que pasar¨¢n a ser beneficiarios de los fondos de cohesi¨®n y agricultura, frente a la inmensa mayor¨ªa de los socios actuales que se convertir¨¢ en contribuyentes a la caja de esas partidas.
La llamada a la puerta de los aspirantes crea ya tensiones en sus vecinos, como muestran las protestas de agricultores y camioneros en Polonia ¡ªtambi¨¦n en Eslovaquia, Bulgaria, Rumania¡ª contra el cereal ucranio que entra a la UE sin aranceles y el transporte de otras mercanc¨ªas.
Aunque las encuestas revelan que la mayor¨ªa de europeos cree que hay que acelerar la ampliaci¨®n y m¨¢s, como se?ala un Eurobar¨®metro especial publicado este mes por el Parlamento Europeo, a la vista de las maniobras de Rusia.
El proceso hacia la pr¨®xima ampliaci¨®n es un potente examen para la unidad del club comunitario. Tambi¨¦n ¡°una oportunidad para la UE¡± de elevar su perfil geopol¨ªtico, proteger su vecindad y estabilizar el contorno y el modus operandi de un club comunitario m¨¢s grande, se?ala en un an¨¢lisis Kykke Friis, del Consejo Europeo para Relaciones Exteriores (ECFR).
Y mientras que en las integraciones anteriores (la de 2004, la de 2007, con Rumania y Bulgaria, la de 2013, con Croacia), los nuevos socios buscaban fundamentalmente prosperidad (adem¨¢s de valores compartidos), dos de los aspirantes actuales buscan en gran medida seguridad. ¡°La pertenencia de Ucrania a la UE ser¨ªa en s¨ª misma un compromiso de seguridad¡±, dice el documento que los Veintisiete dise?an para blindar esas promesas a Kiev que incluye, adem¨¢s de paquetes financieros, apoyo para armas y otros elementos como entrenamiento militar. Pero la ampliaci¨®n es ¡°un imperativo geoestrat¨¦gico¡± tambi¨¦n para la Uni¨®n actual, defiende el analista Luuk van Middelaar, en un informe reciente para el Instituto de Geopol¨ªtica de Bruselas.
Aun as¨ª, diplom¨¢ticos y analistas como Friis advierten de la brecha entre las expectativas y la credibilidad de la ampliaci¨®n. El proceso se prologar¨¢, ser¨¢ complejo, puede derivar en problemas internos en los candidatos y en m¨¢s fricciones en los ya socios. Las instituciones comunitarias tendr¨¢n que gestionar un equilibrio que no vuelva a sumir a los Balcanes en una gran frustraci¨®n, y evitar sembrar ese sentimiento en Moldavia, y que Ucrania sume a la tragedia de la guerra, la decepci¨®n con la Uni¨®n Europea. No ser¨¢ f¨¢cil. ¡°La UE cumple sus promesas¡±, lanz¨® el viernes la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, que a?adi¨®: ¡°Nunca ha sido tan fuerte y cumplidora, sacudida por m¨²ltiples crisis. [La ampliaci¨®n] es una inversi¨®n en seguridad, en estabilidad de nuestro continente y en democracias fuertes y unidas¡±.
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