El despliegue militar de EE UU se convierte en el punto d¨¦bil de Biden en la crisis de Oriente Pr¨®ximo

Ya hay decisi¨®n. El presidente Joe Biden asegura que ya sabe c¨®mo Estados Unidos va a responder en Oriente Pr¨®ximo al ataque de un dron, lanzado presuntamente por milicias proiran¨ªes, que dej¨® tres de sus soldados muertos y otros 40 heridos en un puesto de avanzadilla en Jordania. Washington debe calibrar muy cuidadosamente su respuesta en un momento en el que se multiplican los focos para sus 30.000 militares en la regi¨®n, en un conflicto que ya se extiende m¨¢s all¨¢ de la guerra entre Israel y Ham¨¢s y amenaza con arrastrar a otras potencias en la zona.

En su decisi¨®n, Biden afronta un problema que se ha ido repitiendo en otras administraciones estadounidenses que vivieron conflictos en la zona: c¨®mo contestar con contundencia para evitar nuevos ataques, pero no hasta el punto de desencadenar una escalada de consecuencias impredecibles que pueda transformar el panorama actual. El objetivo es evitar pasar de los focos de escaramuzas entre milicias proiran¨ªes y fuerzas estadounidenses en Siria, Irak y el mar Rojo a un escenario apocal¨ªptico: un enfrentamiento directo entre Estados Unidos e Ir¨¢n, que ninguno de los dos viejos enemigos desean.

En unas breves declaraciones efectuadas cuando sal¨ªa de la Casa Blanca para comenzar un viaje a Florida, Biden no ha querido precisar cu¨¢l ser¨¢ la respuesta de su Gobierno tras dedicar la jornada del lunes a reuniones con sus asesores de seguridad nacional sobre el asunto. S¨ª ha advertido que considera a Ir¨¢n ¡ªque niega una implicaci¨®n directa en el incidente¡ª como responsable ¡°en el sentido de que suministran las armas a la gente que hizo esto¡±. Pero, en una admisi¨®n de su dilema, ha precisado: ¡°No me parece que necesitemos una guerra mayor en Oriente Pr¨®ximo¡±.

M¨²ltiples acciones

Algunas pinceladas ya comienzan a dibujarse. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, puntualizaba desde el avi¨®n Air Force One que transportaba a Biden que no habr¨¢ ¡°una ¨²nica acci¨®n, sino potencialmente m¨²ltiples acciones¡­ a lo largo de un plazo de tiempo¡±. Esta respuesta apunta a una represalia similar a la emprendida contra las milicias hut¨ªes en Yemen, tambi¨¦n respaldadas por Ir¨¢n, que atacan a buques en el mar Rojo. All¨ª, fuerzas brit¨¢nicas y estadounidenses han bombardeado sistemas de radares y arsenales de misiles de esos grupos rebeldes. ¡°Lo principal es asegurarnos de que seguimos degradando los activos que estos grupos usan contra nuestras tropas y nuestras instalaciones¡±, ha apuntado Kirby.

Cu¨¢ndo vaya a producirse esa represalia a¨²n no est¨¢ claro. Falta por determinar, entre otras cosas, qu¨¦ grupo exactamente se encuentra detr¨¢s del golpe a la posici¨®n estadounidense en la frontera entre Jordania y Siria, y c¨®mo exactamente se produjo el ataque del dron.

El golpe del s¨¢bado no fue esencialmente muy distinto de las decenas que han sufrido las fuerzas estadounidenses desde que estall¨® la guerra entre Israel y Ham¨¢s el 7 de octubre. Washington, que mantiene el grueso de sus tropas en la regi¨®n en bases en el golfo P¨¦rsico, cuenta con 3.000 soldados destacados en Jordania, uno de sus aliados m¨¢s fieles en la regi¨®n. Tambi¨¦n, como parte de su lucha contra el Estado Isl¨¢mico, mantiene a cerca de 900 en Siria ¡ªespecialmente en el norte, en zonas kurdas¡ª y 2.500 en Irak, con cuyo Gobierno negocia el futuro de esa fuerza. El mismo s¨¢bado, ambas partes hab¨ªan mantenido una reuni¨®n al respecto. Buena parte de esas tropas se encuentran destacadas en lugares como la Torre 22, puestos de vigilancia y de log¨ªstica en lugares remotos, y muy visibles desde el aire.

La coalici¨®n de milicias conocida como Resistencia Isl¨¢mica de Irak ha perpetrado cerca de 140 ataques con drones y misiles contra posiciones de las fuerzas estadounidenses. Se ha atribuido tambi¨¦n el ataque del s¨¢bado, que incluy¨® otros dos puestos de avanzadilla en los que los drones quedaron derribados sin mayor incidente. Pero el golpe contra la Torre 22 fue el primero que dej¨® muertos, seg¨²n las primeras versiones porque los soldados confundieron el artefacto no tripulado con uno estadounidense.

La Casa Blanca, por boca de Kirby, ha confirmado que Biden recibir¨¢ el viernes los cuerpos de los tres militares muertos en la base a¨¦rea de Dover, en Delaware. Esta es una posici¨®n en la que el presidente esperaba no tenerse que ver cuando en 2021 declar¨® oficialmente el fin de la misi¨®n de combate estadounidense en Irak, dos d¨¦cadas despu¨¦s del comienzo de la guerra que declar¨® George W. Bush en ese pa¨ªs.

En su lugar, desde el comienzo del conflicto en Gaza, Estados Unidos ha visto multiplicarse los ataques contra sus fuerzas y ha reforzado su despliegue militar en la regi¨®n. En el Mediterr¨¢neo oriental, el grupo de combate liderado por el buque anfibio de asalto Bataan y dotado de un conjunto de 2.500 infantes de marina, cumple una doble misi¨®n, para disuadir a la milicia proiran¨ª Hezbol¨¢ de atacar Israel de un lado, y reforzar la protecci¨®n a los buques mercantes contra los ataques hut¨ªes en el mar Rojo. En esas aguas, cumple una misi¨®n similar el portaaviones Dwight Eisenhower y su grupo de combate, con 5.000 militares a bordo.

Al mismo tiempo, los diplom¨¢ticos estadounidenses tratan de impulsar las negociaciones para un alto el fuego temporal entre Ham¨¢s e Israel que, conf¨ªan, pueda ser su mejor carta para estabilizar, al menos relativamente, la situaci¨®n.

El pacto que se negocia en Par¨ªs, donde Estados Unidos est¨¢ representado por el director de la CIA, William Burns, incluir¨ªa una suspensi¨®n de la guerra durante dos meses a cambio de la puesta en libertad de m¨¢s de un centenar de los rehenes que a¨²n retiene Ham¨¢s, en un acuerdo m¨¢s ambicioso que el que vio una pausa de una semana en los bombardeos a finales de noviembre pasado.

¡°La esperanza es que un periodo de calma y estabilidad m¨¢s prolongado pueda crear el espacio para m¨¢s diplomacia y poner en marcha las condiciones para un entendimiento m¨¢s prolongado¡±, apunta en una nota Brian Katulis, vicepresidente del think tank Middle East Institute en Washington.

Los progresos en esas negociaciones ¡°ser¨ªan un triunfo estrat¨¦gico para Estados Unidos y sus aliados en la regi¨®n, y un golpe para Ir¨¢n y los suyos, que han logrado grandes avances mientras el conflicto se ha prolongado. Mientras considera su respuesta al ataque mortal del s¨¢bado, Estados Unidos debe mantener presentes su plan estrat¨¦gico y sus intereses, y dise?ar sus acciones para obtener esas metas m¨¢s valiosas¡±, apunta por su parte Paul Salem, presidente del think tank.

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