Macron multiplica los gestos progresistas tras su giro conservador
El presidente combina medidas de ley y orden con la inclusi¨®n del aborto en la Constituci¨®n, el plan para la muerte digna y el homenaje a la resistencia comunista
Emmanuel Macron parece empe?ado en desmentir a quienes pretenden encasillarlo ideol¨®gicamente. El presidente franc¨¦s lleg¨® al poder hace siete a?os afirmando que no era ni de izquierdas ni de derechas, o ambas a la vez. Era el famoso al mismo tiempo, su muletilla predilecta. Pero desde la izquierda se le reprocha que haya acabado gobernando en el centroderecha, o en la derecha, con medidas como el aumento de edad de jubilaci¨®n y la ley de inmigraci¨®n, o el discurso sobre el orden y la autoridad.
Y, sin embargo, etiquetarlo no es tan sencillo. Por convicci¨®n o c¨¢lculo, el presidente multiplica este invierno los gestos progresistas. Comenz¨® con el homenaje a los resistentes comunistas extranjeros y la entrada en el Pante¨®n el 21 de febrero de los armenios Missak y M¨¦lin¨¦e Manouchian en representaci¨®n de todos ellos. Continu¨® el 4 de marzo con la inclusi¨®n de la libertad para abortar en la Constituci¨®n que convierte a la Francia de Macron en pionera en la materia. Culmin¨® la semana pasada con la propuesta para legislar sobre la muerte digna y acercar as¨ª este pa¨ªs a vecinos como B¨¦lgica, Suiza o Espa?a.
El consenso en torno a estas iniciativas trasciende barreras ideol¨®gicas: Marine Le Pen, l¨ªder de la extrema derecha, asisti¨® al homenaje a los Manouchian y vot¨® a favor de incluir el aborto en la Constituci¨®n. Pero dif¨ªcilmente encajan con la imagen de un Macron derechizado.
¡°Es el representante de un liberalismo ilustrado en cuestiones de sociedad¡±, analiza el historiador Fran?ois Dosse, que conoci¨® a Macron cuando este era su alumno en Sciences Po ¡ªel prestigioso Instituto de Estudios Pol¨ªticos en Par¨ªs¡ª y lo puso en contacto con el gran fil¨®sofo Paul Ricoeur, inspirador del al mismo tiempo macroniano. ¡°Hay, sin duda, sinceridad por su parte en un proyecto fiel a los elementos progresistas de su programa inicial y al aceptar cosas que una parte de la opini¨®n conservadora no acepta¡±. El nuevo p¨¢rrafo sobre el aborto en la Constituci¨®n ¡°le permite marcar con su sello y de manera positiva su paso por el El¨ªseo¡±, a?ade Dosse, autor de La saga de los intelectuales franceses (Akal, en espa?ol).
Pero aqu¨ª terminan los elogios de Dosse a Macron, decepcionado por la evoluci¨®n de su antiguo pupilo desde que en 2017 accedi¨® al poder. En las iniciativas progresistas, el historiador ve una ¡°compensaci¨®n¡± por sus pol¨ªticas conservadoras. Pone el ejemplo de la entrada de los Manouchian en el Pante¨®n. ¡°Es una medida de izquierdas panteonizar a un extranjero, y, por cierto, se puede lamentar que no lo hubiese hecho la izquierda¡±, dice. ¡°Al mismo tiempo, [el presidente] acaba de adoptar una ley de inmigraci¨®n dura que va en contra de los valores que expresaba un Manouchian y ah¨ª hay una contradicci¨®n l¨®gica y un enmascaramiento progresista¡±.
Hay algo de progresismo en los gestos recientes de Macron y a tambi¨¦n liberalismo en un sentido amplio. ¡°Es un poco herencia de Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing¡±, valora Dosse, en alusi¨®n al presidente de la Rep¨²blica entre 1974 y 1981. Giscard, que se ubicaba en el centroderecha, impuls¨® reformas liberalizadoras como la ley del aborto, as¨ª como la rebaja de 21 a 18 a?os de la mayor¨ªa de edad y el divorcio por consentimiento mutuo (hasta entonces solo era posible si se justificaba por la falta de uno de los c¨®nyuges). Al inicio de su mandato y con su primer ministro Jacques Chirac, Giscard ¡°reformaba Francia como no se hab¨ªa reformado desde 1958 [el a?o del regreso de De Gaulle al poder y la adopci¨®n de su Constituci¨®n]¡±, escribe el veterano periodista Franz-Olivier Giesbert en La belle ¨¦poque, segundo volumen de lo que llama la ¡°historia ¨ªntima de la V Rep¨²blica¡±, no traducido. ¡°El pa¨ªs no ser¨¢ nunca el mismo¡±, a?ade, ¡°para bien y para mal¡±.
En el libro, Giesbert escribe que Giscard ¡°triangulaba sin saberlo¡±, usando un t¨¦rmino popularizado en Estados Unidos durante la presidencia de Bill Clinton. ¡°Triangular¡± era el arte de apoyarse en las ideas del adversario para imponer la agenda y mantener el poder. ?Un antecedente del al mismo tiempo? Por tel¨¦fono, el periodista aclara: ¡°Si uno triangula, significa que tiene una columna vertebral y se sabe ad¨®nde se quiere llegar. En Macron hay la sensaci¨®n de que va en direcciones muy distintas y a veces opuestas¡±. Con una met¨¢fora sobre su agitaci¨®n perpetua, a?ade: ¡°Hay en ¨¦l algo as¨ª como la estrategia del abejorro en el cristal. Mucha comunicaci¨®n y todo seg¨²n el aire de los tiempos¡±.
En lo que s¨ª se parece Macron a Giscard, ¡°es en el proyecto de existir fuera de los extremos¡± y ¡°congregar a dos de cada tres franceses¡±, seg¨²n Giesbert. ¡°Sigue siendo as¨ª¡±, a?ade, ¡°aunque ahora solo tiene a uno de cada tres franceses¡±. Quiz¨¢ sea tarde para reconquistar a los dos tercios ¡ªlas europeas de junio amenazan con ser catastr¨®ficas para su candidatura¡ª y de todos modos no puede volver a presentarse en 2026. A lo que no ha renunciado es a modelar el legado. Quiere ser el presidente del al mismo hasta el final.
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