La v¨ªa portuguesa de hacer pol¨ªtica: lealtad institucional y buena educaci¨®n
El entendimiento entre los dos grandes partidos, los socialistas y el centroderecha, ha ninguneado a la ultraderecha de Chega en el inicio de la legislatura
El tiempo pol¨ªtico que acaba de estrenar Portugal ser¨¢ inestable y de incierta duraci¨®n. El Gobierno de centroderecha carece de mayor¨ªa parlamentaria y est¨¢ forzado a pactar cada una de las medidas que requieran votaci¨®n de la Asamblea de la Rep¨²blica, como los presupuestos anuales. La diferencia de esca?os y votos entre la coalici¨®n ganadora, Alianza Democr¨¢tica (AD), y el Partido Socialista (PS) es apenas de dos diputados y 50.000 votos. A esta flaqueza, se suma la fuerza de la ultraderecha de Chega, cuyo l¨ªder, Andr¨¦ Ventura, empieza a so?ar con imponerse en unas elecciones despu¨¦s de haber recibido m¨¢s de un mill¨®n de votos en las elecciones del 10 de marzo y conseguir 50 diputados en una C¨¢mara de 230. El resultado es el fin del bipartidismo en el poder, al menos de momento.
Pero no ha sido el fin del respeto institucional y de las buenas formas entre los dos grandes partidos, el PS y el Partido Social Dem¨®crata (que encabeza AD), que esta semana han ninguneado la estrategia de la ultraderecha de obstaculizar la elecci¨®n del presidente de la Asamblea de la Rep¨²blica. ¡°Por un lado, hay una mayor lealtad institucional que quiz¨¢s provenga de un sistema republicano que tiene m¨¢s de 100 a?os y que nadie cuestiona y, por otro, de la educaci¨®n y las formas portuguesas, con menos crispaci¨®n que en Espa?a, tambi¨¦n porque no tienen el problema territorial y la discusi¨®n sobre cosas esenciales del Estado¡±, argumenta Gabriel Moreno, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Extremadura y con doble nacionalidad portuguesa y espa?ola.
Dado que Lu¨ªs Montenegro, el l¨ªder del PSD que se convertir¨¢ en primer ministro el pr¨®ximo martes, ha mantenido su promesa de no incluir ultras en su Gobierno, se avecina una monta?a rusa parlamentaria, pero la estrategia elegida por el dirigente socialista, Pedro Nuno Santos, no apunta hacia el bloqueo institucional. ¡°Hay una tradici¨®n de elegancia en el trato pol¨ªtico y una capacidad de entendimiento de los partidos, tambi¨¦n los peque?os, como se vio con la lealtad de los comunistas hacia el Gobierno de Ant¨®nio Costa en sus primeras legislaturas. Me parecer¨ªa imposible que en Portugal ocurriese lo que pasa en Espa?a con la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, aunque es verdad que las cosas pueden cambiar con la irrupci¨®n de Chega¡±, se?ala el historiador Ram¨®n Villares, que acaba de publicar el ensayo Repensar Iberia.
Portugal es un pa¨ªs sin las tensiones territoriales que envenenan el clima pol¨ªtico espa?ol. ¡°La lealtad nacional no tiene grietas, mientras que en Espa?a no hay una lealtad nacional ¨²nica, sino varias lealtades¡±, puntualiza Villares. El ¨²nico momento en que los portugueses se asomaron al abismo fue tras la Revoluci¨®n de los Claveles en 1974, cuando se dividieron entre proyectos pol¨ªticos (un sistema revolucionario o democr¨¢tico) y geograf¨ªas. ¡°Hubo una tensi¨®n muy grande que hizo que incluso M¨¢rio Soares se fuese al norte por temor a lo que podr¨ªa pasarle en Lisboa¡±, recuerda el historiador.
Con 25 a?os de residencia en Portugal, el actual presidente de la C¨¢mara de Comercio e Industria Luso-Espa?ola, Miguel Seco, conoce bien las diferencias entre ambos pa¨ªses. ¡°Incluso en momentos de crispaci¨®n, las buenas maneras nunca se perdieron, ni cuando ha habido ca¨ªdas de gobierno y mociones de censura¡±, explica. ¡°Lo ocurrido esta semana en el Parlamento es un buen ejemplo del modo de hacer. Ha habido un guirigay confuso, pero no bronco. En Espa?a estar¨ªan a gritos, llam¨¢ndose de todo en los micr¨®fonos¡±, a?ade.
Algunas escenas vividas desde el pasado 10 de marzo, cuando se cerr¨® el ciclo de poder socialista iniciado en 2015, simbolizan ese esp¨ªritu conciliador al que solo escapa la agresividad verbal del l¨ªder de Chega, Andr¨¦ Ventura.
Caf¨¦ en Bruselas, 21 de marzo. El primer ministro saliente, el socialista Ant¨®nio Costa, y el primer ministro que llega, Lu¨ªs Montenegro, comparten ese d¨ªa un caf¨¦ en Bruselas antes de las reuniones del Consejo Europeo. Es un encuentro informal, improvisado y pensado para trasladar la idea de estabilidad y armon¨ªa institucional. No era necesario teniendo en cuenta que esta semana ambos ten¨ªan prevista una reuni¨®n oficial para hablar del traspaso de poderes. La cita fue tuiteada por Costa, pero no por Montenegro, que solo comparti¨® mensajes sobre sus encuentros con las presidentas de la Comisi¨®n Europea y del Parlamento, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola. En Portugal tampoco se olvida que Costa aspira a un cargo de responsabilidad en Bruselas, que deber¨ªa ser avalado por el nuevo Gobierno del centroderecha. La situaci¨®n judicial del socialista sigue sin aclararse, a punto de cumplirse cinco meses de la apertura de la investigaci¨®n sobre su papel en la aprobaci¨®n de proyectos empresariales donde supuestamente se cometieron irregularidades.
Consejo de Ministros en Lisboa, 25 de marzo. Es la ¨²ltima reuni¨®n del Gabinete de la era Costa, que se convirti¨® en primer ministro en 2015 gracias a una moci¨®n de censura apoyada por la izquierda y que revalid¨® sus mandatos en las urnas en dos elecciones, la ¨²ltima con mayor¨ªa absoluta. Costa invita al presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, a presidir la ¨²ltima sesi¨®n y alaba la convivencia institucional entre ambos. En los ¨²ltimos dos a?os esa gran sinton¨ªa desapareci¨® y las relaciones se enfriaron. Rebelo de Sousa le afe¨® al primer ministro la gesti¨®n de diversos esc¨¢ndalos y Costa le reproch¨® que hubiese disuelto la C¨¢mara y anticipado las elecciones tras su dimisi¨®n el pasado noviembre en lugar de designar a otro primer ministro socialista. En este ¨²ltimo encuentro todo son buenas palabras. Costa destaca: ¡°Dif¨ªcilmente se encontrar¨¢ otro periodo de nuestra historia constitucional en el que las relaciones se hayan desarrollado de forma tan fluida, cooperativa y solidaria¡±. Para Rebelo de Sousa, la buena relaci¨®n ¡°permiti¨® un clima de estabilidad cuando el mundo no era estable¡±, en referencia a la pandemia y la guerra en Ucrania.
Asamblea de la Rep¨²blica, 27 de marzo. El d¨ªa anterior los portugueses se han ido a la cama con la impresi¨®n de que el ciclo pol¨ªtico que acaba de empezar ser¨¢ un guirigay ingobernable. Chega se refiri¨® a un acuerdo con la AD ¨Djuntos suman 130 diputados¨D para elegir al nuevo presidente del Parlamento que se desminti¨® desde las filas del centroderecha. Irritada, la ultraderecha postul¨® a su propio candidato. Ninguno de los tres nombres presentados por PSD, PS y Chega alcanz¨® apoyos suficientes en las tres rondas de votaciones realizadas el martes 26. Al d¨ªa siguiente, el l¨ªder socialista, Pedro Nuno Santos, se reuni¨® con Montenegro para proponerle rotar la presidencia de la C¨¢mara a semejanza de lo que ocurre en el Parlamento europeo. Es as¨ª como el candidato del centroderecha, el exministro de Defensa Jos¨¦ Pedro Aguiar-Branco, se convierte en la segunda autoridad del Estado, gracias a los votos de los suyos, de los socialistas y de otros diputados de la izquierda, y con el rechazo de Chega, que respalda a su propio candidato.
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