El dilema de las universidades europeas ante las crecientes protestas por Gaza: desalojar o dialogar
Las fuerzas de seguridad desmantelan los bloqueos propalestinos y detienen a decenas de manifestantes en Par¨ªs, Berl¨ªn y ?msterdam
Sin llegar a las dimensiones e intensidad de Estados Unidos, las protestas propalestinas en los campus universitarios se multiplican en Europa. Y las autoridades pol¨ªticas y acad¨¦micas afrontan un dilema parecido: tolerar los bloqueos y dialogar, o desalojar. De ?msterdam a Par¨ªs, pasando por Berl¨ªn, las fuerzas policiales han intervenido esta semana para desmantelar los campamentos y han detenido a decenas de estudiantes.
La polic¨ªa detuvo el martes por la noche a 86 personas en la Sorbona por ocupar un anfiteatro. Seg¨²n la Fiscal¨ªa, los detenidos en la universidad parisina son sospechosos de infracciones que van desde la ¡°intrusi¨®n en el recinto de un establecimiento de ense?anza escolar¡± al ¡°agrupamiento en vistas a la preparaci¨®n de violencias contra personas o la destrucci¨®n y degradaci¨®n de bienes¡± y la ¡°rebeli¨®n¡±.
En la Universidad Libre de Berl¨ªn (UL Berl¨ªn) la polic¨ªa detuvo a 79 personas despu¨¦s de que unos centenares de manifestantes propalestinos ocupasen uno de los patios del recinto y parte de los edificios, e intentasen acampar. ¡°Una ocupaci¨®n de los terrenos de la UL Berl¨ªn no es aceptable¡±, dijo el rector del centro, G¨¹nter Ziegler, citado por medios alemanes. Ziegler se declar¨® dispuesto al di¨¢logo, ¡°pero no de esta manera¡±.
Seg¨²n un comunicado de la polic¨ªa, algunos manifestantes llevaban pa?uelos palestinos y entonaban proclamas contrarias a Israel. El alcalde de la capital alemana, el democristiano Kai Wegner, conden¨® la protesta: ¡°Nuestras universidades no deben ser el escenario de los antisemitas, los que odian a Israel y otros provocadores¡±.
La definici¨®n de antisemitismo y la distinci¨®n con el antisionismo y la cr¨ªtica a Israel se encuentran en el centro de los debates en EE UU y Europa. Hay estudiantes jud¨ªos en las protestas propalestinas. Pero tambi¨¦n ha habido denuncias por supuestas declaraciones antisemitas, como un episodio a principios de marzo, no del todo aclarado y muy comentado en Francia desde entonces. Una alumna jud¨ªa de Sciences Po, el prestigioso instituto de estudios pol¨ªticos, asist¨ªa a una asamblea sobre el conflicto palestino-israel¨ª, y un estudiante escuch¨® a alguien decir: ¡°No la dej¨¦is entrar, es una sionista¡±.
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se refiri¨® al incidente este pasado fin de semana en una entrevista con La Tribune: ¡°Estoy a favor de que haya debates¡±. Pero a?adi¨®: ¡°Ordenar a un centro que tenga tal o cual pol¨ªtica por medio de la fuerza y el bloqueo o impedir a otros estudiantes acceder a un anfiteatro bajo el pretexto de que son jud¨ªos, esto no es la Rep¨²blica¡±. Una reivindicaci¨®n com¨²n en todos los pa¨ªses es que las universidades revisen o anulen sus acuerdos con universidades israel¨ªes.
En Pa¨ªses Bajos, las fuerzas antidisturbios empezaron en la tarde del mi¨¦rcoles a desalojar a los estudiantes que se manifestaban contra la guerra de Gaza en edificios de la Universidad de ?msterdam. Los agentes intervinieron cuando el rectorado denunci¨® allanamiento, vandalismo y coacciones en esos locales por parte de los concentrados. Seg¨²n la polic¨ªa, ¡°no hay solo estudiantes, sino tambi¨¦n personas ajenas a la protesta y que buscan deliberadamente el choque con las fuerzas del orden¡±.
Durante el desalojo, los manifestantes arrojaron objetos y rociaron a los agentes con extintores. La polic¨ªa rompi¨® las barricadas y propin¨® golpes. Tanto el Ayuntamiento como los mandos policiales y la Fiscal¨ªa se han mostrado muy preocupados ¡°por el cambio operado en la protesta¡±. Consideran inaceptable que ¡°se destruya la propiedad ajena y se bloquee el espacio p¨²blico¡±.
Est¨¢ por ver si los desalojos frenar¨¢n unas protestas que movilizan a unos centenares de estudiantes y no han logrado el mismo impacto en la vida p¨²blica que en EE UU. Se ha visto, en pa¨ªses como Francia, una especie de juego del gato y el rat¨®n: ocupaciones, desalojos, de nuevo ocupaciones... Como si las autoridades quisieran atajar el movimiento en su inicio y evitar que se asiente la protesta y crezca. Pero las protestas, que en Europa se limitaban a unas pocas ciudades y universidades, empiezan a crecer.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, liberal como Macron, declar¨® sobre las manifestaciones en su pa¨ªs, seg¨²n la cadena p¨²blica RTBF: ¡°Si yo tuviese su edad, probablemente estar¨ªa con ellos. Es normal que haya voces de protesta y una demanda de di¨¢logo en un conflicto complejo que muestra la incapacidad de pararlo a nivel internacional¡±.
Ha habido ocupaciones estudiantiles estos d¨ªas, adem¨¢s de en Francia, Alemania y Pa¨ªses Bajos, en Austria, Finlandia, Dinamarca, Italia, Irlanda, Suiza, B¨¦lgica y Espa?a, seg¨²n un recuento de la agencia Associated Press. En Reino Unido se han instalado campamentos en 14 universidades, seg¨²n el diario The Guardian.
En Edimburgo, ¡°un n¨²mero indeterminado de estudiantes ha comenzado una huelga de hambre para indicar la fuerza y determinaci¨®n respecto a los temas relacionados con Palestina e Israel¡±, seg¨²n el vicecanciller de esta universidad, Peter Mathieson, citado por el mismo diario. En Sciences Po, donde el martes hubo de nuevo bloqueos, varios estudiantes empezaron la semana pasada una huelga de hambre. A d¨ªa de hoy son 13.
En Irlanda, el Trinity College de Dubl¨ªn ha declarado en un comunicado: ¡°Nos solidarizamos con los estudiantes en nuestro horror ante lo que ocurre en Gaza¡±. Y ha a?adido que la universidad ha iniciado el proceso para ¡°desinvertir¡± la presencia ¡°en compa?¨ªas que tienen actividades en los territorios palestinos ocupados y que aparecen en la lista negra de la ONU por este motivo¡±.
Ante las protestas, las autoridades acad¨¦micas han pedido en algunos casos a las fuerzas de seguridad el desalojo de los manifestantes, alegando motivos como el orden p¨²blico, el desarrollo de la vida acad¨¦mica o las expresiones consideradas de odio. Otras han optado por el di¨¢logo, o por ambas, como el caso de Sciences Po, donde la administraci¨®n organiz¨® la semana pasada un debate con toda la comunidad educativa, sin renunciar a los desalojos.
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