Mauritania exhibe estabilidad en unas elecciones con Ghazouani como gran favorito
El pa¨ªs de ?frica occidental se ha convertido en el mejor aliado de Occidente en la regi¨®n del Sahel, sacudida por la violencia yihadista y las dictaduras militares
La Rep¨²blica Isl¨¢mica de Mauritania, el pa¨ªs m¨¢s estable de un Sahel sacudido por la violencia yihadista y las dictaduras militares, acude este s¨¢bado a las urnas en unas elecciones presidenciales con poco suspense. El actual presidente, Mohamed Ould Ghazouani, es el m¨¢ximo favorito para repetir en el cargo frente a una oposici¨®n dividida entre otros seis candidatos, entre los que destacan Hamadi Ould Sidi El Moctar, en representaci¨®n de los islamistas moderados de Tawassoul, y el hist¨®rico defensor de derechos humanos Biram Dah Abeid. En los ¨²ltimos a?os, esa estabilidad ha permitido a Mauritania pasar de ser un actor menor a convertirse en uno de los grandes aliados de Occidente en la regi¨®n, tanto en materia de seguridad como de control migratorio.
El general Ghazouani fue siempre el poder en la sombra hasta que el expresidente Mohamed Ould Abdelaziz, autor del ¨²ltimo golpe de Estado que vivi¨® este pa¨ªs en 2008, le design¨® su sucesor para las elecciones de 2019, en las que obtuvo una c¨®moda victoria. En estos cinco a?os, Ghazouani dio un paso al frente para consolidar su liderazgo. La amenaza m¨¢s seria que tuvo que enfrentar fueron las constantes injerencias de su antecesor, quien siempre so?¨® con un regreso a lo Vlad¨ªmir Putin: hoy Aziz est¨¢ en la c¨¢rcel tras una condena de cinco a?os por enriquecimiento il¨ªcito. Ghazouani sali¨® victorioso del embate.
En este periodo, el jefe de Estado, que hoy tambi¨¦n es presidente de turno de la Uni¨®n Africana, mantuvo a su pa¨ªs al abrigo de ataques yihadistas gracias a una mezcla de di¨¢logo religioso, refuerzo de las capacidades militares y acuerdos t¨¢citos con los radicales: tras una ola de atentados y secuestros entre 2005 y 2011, que dejaron decenas de muertos y que pr¨¢cticamente liquidaron el turismo en el pa¨ªs, Mauritania no ha sufrido ning¨²n ataque. La seguridad ha sido otro factor fundamental para proteger al pa¨ªs de las aventuras golpistas que hoy sufren sus vecinos Mal¨ª, Burkina Faso y N¨ªger.
Estos tres pa¨ªses del Sahel, gobernados por juntas militares, han expulsado a las fuerzas francesas de su territorio, haciendo saltar por los aires la arquitectura de defensa y seguridad imperante en la ¨²ltima d¨¦cada y reorientando sus alianzas estrat¨¦gicas hacia Rusia. Mauritania, sin embargo, ha optado por el camino contrario: reforzar sus acuerdos con un Occidente que necesita ojos y o¨ªdos en la regi¨®n.
Epicentro de la emigraci¨®n irregular
El constante flujo de refugiados malienses hacia Mauritania es un desaf¨ªo enorme que se ha intensificado en el ¨²ltimo a?o, pero a la Uni¨®n Europea, que acaba de desembolsar 210 millones de euros en ayudas, y en particular a Espa?a, tambi¨¦n le inquieta la salida de cayucos desde sus costas. Nuadib¨² se ha convertido en el nuevo epicentro de la emigraci¨®n irregular hacia Canarias.
Esta lluvia de millones para sectores como la formaci¨®n, la transformaci¨®n energ¨¦tica, la construcci¨®n de infraestructuras o los programas sociales y de lucha contra la pobreza, uno de los ejes de la acci¨®n de gobierno en los ¨²ltimos cinco a?os, contribuyen a apuntalar a Ghazouani como la opci¨®n m¨¢s fiable. Sin embargo, la batalla pol¨ªtica no cesa y el hist¨®rico l¨ªder opositor Biram Dah Abeid ¡ªquien qued¨® en segundo puesto en los comicios de 2019, con un respetable 18,5% de los votos¡ª mantiene la tensi¨®n con un discurso molesto para el poder. Aunque ha perdido el punch de sus a?os gloriosos, es un candidato con el que hay que contar.
¡°No habr¨¢ elecciones justas porque la justicia no es independiente, est¨¢ bajo las ¨®rdenes del poder. Pero no tenemos otra opci¨®n, somos militantes no violentos, nuestra lucha es pac¨ªfica. Preferimos sacrificarnos que optar por una confrontaci¨®n que podr¨ªa incendiar el pa¨ªs¡±, asegura este descendiente de esclavos que un d¨ªa le prometi¨® a su padre que combatir¨ªa hasta el final la discriminaci¨®n y el racismo que, seg¨²n denuncia hasta la extenuaci¨®n, sufre la poblaci¨®n negra en su pa¨ªs. ¡°El racismo, la discriminaci¨®n y una exclusi¨®n muy dura persisten para los negroafricanos. Se ve en los puestos del Estado, del ej¨¦rcito, en las agencias p¨²blicas, en las empresas, la justicia, en la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica. Es un apartheid ¨¢rabo-musulm¨¢n implantado en ?frica occidental. Y Europa lo sabe¡±, a?ade con amargura.
Los terceros en liza son los islamistas de Tawassoul, principal partido de oposici¨®n con 11 diputados en la Asamblea Nacional, que por primera vez despu¨¦s de su legalizaci¨®n en 2017 han decidido presentar un candidato para las presidenciales, Hamadi Ould Sidi El Moctar. Sin embargo, el gran reto de estos comicios para Ghazouani no es derrotar a sus rivales, con escasas opciones, sino que el proceso electoral concluya sin sobresaltos. La sospecha de fraude sobrevol¨® los comicios de 2019 y los disturbios postelectorales dejaron tres muertos y obligaron a declarar el toque de queda durante dos semanas.
Para impedirlo, la comisi¨®n electoral ha hecho un esfuerzo para convencer a los ciudadanos de la imposibilidad de un pucherazo, con un nuevo sistema inform¨¢tico que permite la publicaci¨®n de resultados en tiempo real y con total transparencia. Desde la oposici¨®n, sin embargo, dudan de su eficacia y se mantienen alerta.
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