La contundente victoria del laborismo oculta la amenaza de un electorado fragmentado
Keir Starmer tiene como reto evitar que parte de su electorado gire hacia el populismo de Nigel Farage. El respaldo a los liberaldem¨®cratas y el fracaso del independentismo escoc¨¦s sugieren cambios de tendencia en el voto
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El sistema bipartidista de la pol¨ªtica brit¨¢nica ha tenido hasta ahora la virtud de garantizar una c¨®moda gobernabilidad al vencedor. Y las elecciones del jueves no han sido una excepci¨®n. El Partido Laborista ha obtenido una mayor¨ªa hist¨®rica de 412 diputados, en una C¨¢mara de los Comunes con 650 representantes. Keir Starmer tiene el mandato, la legitimidad y la fuerza para emprender los cambios y reformas que ha prometido.
Pero los resultados, no tanto en esca?os como en n¨²mero de votos, reflejan grietas preocupantes que deber¨ªan poner en guardia tanto a conservadores como a laboristas. La derecha populista de Nigel Farage puede convertirse, con el tiempo, en un factor tan preocupante como el de otras fuerzas de extrema derecha en el resto de Europa. Y el regreso de los liberales dem¨®cratas, el tercer grupo parlamentario en n¨²mero de diputados, pone en cuesti¨®n la prevalencia futura, en algunas regiones del Reino Unido, de los dos principales partidos. La participaci¨®n, adem¨¢s, registr¨® uno de los datos m¨¢s bajos de la serie, al quedar en el 60%.
Para apreciar la magnitud de esas amenazas, conviene comparar las cifras de 2024 con la de algunos comicios recientes. Los de 2019 no valen, porque la irrupci¨®n de Boris Johnson y su promesa de llevar a buen puerto el Brexit provoc¨® un temblor de tierras que, cinco a?os despu¨¦s, se ha recompuesto. Es m¨¢s ¨²til la comparaci¨®n con las elecciones de 2017, para ver c¨®mo ha cambiado el equilibrio de fuerzas.
En aquellos comicios, los tories lograron 13,6 millones de votos (alrededor del 43% del total). La izquierda, liderada por Jeremy Corbyn, logr¨® 12,8 millones de papeletas (un 40%, m¨¢s que ahora). Siete a?os despu¨¦s, las cifras son de 6,7 (24%) y 9,6 millones (34%) respectivamente. UKIP, la formaci¨®n que lideraba entonces Farage, obtuvo casi 600.000 apoyos. El jueves, Reform UK recibi¨® 4 millones de votos (el 14%). Los 2,3 millones que recibieron los liberaldem¨®cratas en 2017 han pasado esta semana a ser 3,5 (12%), aproximadamente. El mill¨®n de votos de los independentistas escoceses se reduce hoy a 685.000 papeletas.
¡°No hay entusiasmo por el Partido Laborista, ni por Keir Starmer. La mitad de los votos que han cosechado eran votos de castigo al Partido Conservador¡±, explicaba Farage en la noche del jueves, despu¨¦s de confirmar que hab¨ªa obtenido finalmente su propio esca?o por la circunscripci¨®n de Clacton-on-Sea. ¡°Este Gobierno laborista va a empezar a tener problemas muy muy pronto, y nosotros vamos a perseguir de inmediato sus votos. No tengan la menor duda¡±, amenazaba el pol¨ªtico populista.
Los candidatos de Reform UK acabaron segundos, por detr¨¢s del Partido Laborista y por delante de los tories, en cerca de 100 circunscripciones del norte de Inglaterra. Se trata del famoso red wall (muralla roja), los territorios que hist¨®ricamente hab¨ªan votado siempre al laborismo hasta que cayeron seducidos por el Brexit de Boris Johnson. Starmer ha logrado recuperarlos, gracias a la decepci¨®n que les produjeron cinco a?os de promesas frustradas.
Blyth, Ashington, South Shields, Sunderland Central... en todas estas localidades el desempleo es elevado y las expectativas econ¨®micas, raqu¨ªticas. Todas votaron a favor de la salida de la UE.
Si el nuevo Gobierno laborista no produce de inmediato mejoras y resultados positivos, la ultraderecha puede resucitar en todos esos lugares con af¨¢n de venganza.
Los cinco diputados de Reform UK, con Farage al frente, pueden hacer suficiente ruido en la C¨¢mara de los Comunes en asuntos en los que se sienten m¨¢s c¨®modos que los laboristas, como la inmigraci¨®n, y ara?ar apoyos al Gobierno de Starmer en la ¡®muralla roja¡¯.
El resurgir de los liberales-dem¨®cratas
El declive del Partido Conservador ha hecho que los liberaldem¨®cratas se hayan convertido, a ojos de muchos votantes moderados, sobre todo en el sur de Inglaterra, en una opci¨®n centrista ¡ªy sobre todo, proeuropea¡ª m¨¢s permanente que estrat¨¦gica. ¡°Por primera vez, en la memoria reciente, el sistema de reparto mayoritario ha favorecido a los lib-dems, que han obtenido m¨¢s esca?os que en su momento hist¨®rico m¨¢s ¨¢lgido, las elecciones de 2005, con aproximadamente la mitad del porcentaje de voto¡±, explica Chris Hopkins, director de Investigaci¨®n Pol¨ªtica de la empresa de sondeos Savanta. En 2005, necesitaron el 22,1% de los apoyos para obtener 62 diputados. El jueves, con un respaldo del 12,2% de los electores, se hicieron con 71 esca?os.
¡y el giro escoc¨¦s
El esc¨¢ndalo de financiaci¨®n interna del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP, en sus siglas en ingl¨¦s), que acab¨® con el arresto de la l¨ªder hist¨®rica Nicola Sturgeon, y sus confusos quiebros y requiebros en su estrategia independentista, han cansado a los votantes. Muchos de ellos han visto adem¨¢s en el Partido Laborista la opci¨®n ¨²til para deshacerse finalmente del Gobierno conservador en Londres. En 2019, la formaci¨®n de izquierdas logr¨® un solo diputado de los 57 que env¨ªa Escocia al Parlamento de Westminster. Este jueves se hizo con 37. El SNP obtuvo hace cinco a?os 48 de esos esca?os. El jueves se hundi¨®: logr¨® solo 9 representantes. ¡°Los votantes son cada vez m¨¢s vol¨¢tiles, y son m¨¢s proclives a cambiar el sentido de su apoyo. Los partidos tienen cada vez m¨¢s dif¨ªcil entender y cautivar a unos electores que ya no les pertenecen de modo autom¨¢tico¡±, se?ala Hopkins.
La lecci¨®n para Starmer de su indiscutible y arrolladora victoria es que no se ha debido a un cambio estructural y consolidado de la tendencia del electorado, sino a un factor tan vol¨¢til y poco estable como el deseo de destruir el legado de 14 a?os de gobiernos conservadores. El nuevo primer ministro se enfrenta a partir de ahora a la complicada tarea de evitar que los votantes no se arrepientan pronto de su giro.
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