La sombra del jefe de Wagner sigue presente en el cementerio de los mercenarios en Krasnodar
El camposanto acoge a un millar de hombres de Prigozhin, que muri¨® tras protagonizar un mot¨ªn contra Putin. En los pueblos de la provincia no cesan los entierros y se palpa la ausencia de j¨®venes, que han ido al frente
Emulan a una barrera antitanque, pero bajo sus l¨¢pidas yacen casi 1.000 vidas extinguidas. Son cerca de un millar de pir¨¢mides de m¨¢rmol extendidas en el horizonte del camposanto de Bak¨ªnskaya, una stanitsa ¡ªpoblado cosaco¡ª en la regi¨®n del sur de Rusia de Krasnodar. Es uno de los cementerios donde el Grupo Wagner ha enterrado a sus bajas de la invasi¨®n de Ucrania. Uno m¨¢s de la regi¨®n: las coronas de flores de los militares muertos salpican las afueras de los pueblos y los entierros no cesan. En todos lados hay anuncios de reclutamiento y ofertas de empresas funerarias. J¨®venes y mayores han ido al frente, las autoridades pagan bien al que sobrevive.
Krasnodar era la principal base de la compa?¨ªa de mercenarios hasta que la unidad fue forzada a integrarse en las Fuerzas Armadas rusas hace un a?o por la hostilidad de su due?o, Yevgueni Prigozhin, hacia el alto mando. Aquel enfrentamiento culmin¨® en una rebeli¨®n fallida y la muerte en accidente de avi¨®n, en circunstancias todav¨ªa sin aclarar, de quien fue conocido como El Chef de Putin. Su fantasma, sin embargo, sobrevuela a¨²n el Kremlin.
En el cementerio, el recuerdo de Prigozhin sigue presente. Su figura fue evocada de nuevo por los c¨ªrculos nacionalistas tras la destituci¨®n el pasado mayo del ministro de Defensa Sergu¨¦i Shoig¨² y los arrestos dentro de su c¨ªrculo. Pese a su integraci¨®n en el ej¨¦rcito, el Kremlin no se ha atrevido a cerrar los principales canales de Telegram de la compa?¨ªa, como Orquesta Wagner, con m¨¢s medio mill¨®n de suscriptores. En pleno estancamiento del frente, sus seguidores recuerdan las victorias de Prigozhin y su temperamento frente al silencio de otros mandos. ¡°Era desesperante, era irascible y provocaba terror, sobre todo entre los nuestros. Era historia y ahora es leyenda¡±, recuerda un miembro de ese canal.
A diferencia de Bak¨ªnskaya, el cementerio de Goriachi Kliuch est¨¢ vetado al p¨²blico. Se trata de un lugar sagrado para Wagner. Los mercenarios construyeron all¨ª su iglesia y el pasado abril alzaron, en desaf¨ªo al Kremlin, sendas estatuas de Prigozhin y de su mano derecha, el comandante Dmitri Utkin, tambi¨¦n muerto en la destrucci¨®n del avi¨®n apenas dos meses despu¨¦s de que el presidente Vlad¨ªmir Putin dijera que hab¨ªa ¡°perdonado¡± a los que participaron en el mot¨ªn.
Son gestos peque?os, pero muy simb¨®licos dentro de la tensi¨®n que palpita en Rusia. En los cementerios de Wagner han quitado las banderas con la famosa calavera del grupo de mercenarios y las cr¨ªticas contra el Ministerio de Defensa son sutiles ahora. Los canales de la compa?¨ªa de Prigozhin han declinado hacer comentarios a este peri¨®dico, aunque antes, en los homenajes a su fundador, algunos miembros de Wagner reconocieron a El PA?S que la rebeli¨®n fue un error y su muerte, ¡°cosas de la pol¨ªtica¡±.
Continuo goteo de muertos
Una parte del cementerio de Bak¨ªnskaya alberga los restos de los soldados rasos de Wagner ¡°muertos por la patria entre 2022 y 2023¡å, la mayor¨ªa en los meses de plomo de la sangrienta ofensiva sobre Bajmut. Pero el goteo de muertos contin¨²a: en un rinc¨®n hay apartadas varias losas con el a?o 2024 escrito en ellas.
En otra parte del camposanto, la zona civil, hay decenas de tumbas m¨¢s. All¨ª yacen oficiales, tanto de Wagner como del ej¨¦rcito. En algunas l¨¢pidas est¨¢ dibujado el s¨ªmbolo de los spetsnaz del GRU, las fuerzas especiales del servicio de inteligencia militar ruso. ¡°Nuestro s¨ªmbolo es un murci¨¦lago. Despu¨¦s de todo, los de la inteligencia seguimos contigo, hermanito¡±, dice una de las losas ilustrada con el fallecido portando una ametralladora pesada. Otra asegura que ¡°ser soldado es ser inmortal¡±.
Enfrente, dos sepultureros apuntalan la tumba de otro oficial que perdi¨® la vida en enero de 2023 a los 58 a?os. Su edad no es excepcional: muchos voluntarios rusos enterrados all¨ª nacieron entre los a?os sesenta y ochenta. ¡°Pero tambi¨¦n hay j¨®venes y padres¡±, enfatiza uno de los sepultureros mientras prepara con cemento fresco las losas de aquella tumba. Seg¨²n explica bajo anonimato a este peri¨®dico, en Bak¨ªnskaya yacen combatientes procedentes de toda Rusia.
Mosc¨² no publica sus cifras de bajas. Seg¨²n el Ministerio de Defensa brit¨¢nico, la cifra de muertos y heridos rusos hasta abril ascend¨ªa a 450.000, mientras que la cadena brit¨¢nica BBC y los diarios rusos Mediazona y Meduza estiman en m¨¢s de 120.000 los fallecidos. Estos medios han recopilado desde el principio del conflicto datos de difuntos de fuentes abiertas, como herencias. Seg¨²n el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, el ej¨¦rcito ruso sumaba 180.000 muertos hasta febrero, frente a unos 31.000 ucranios.
¡°Perdemos la vida en un instante, pero el dolor dura para siempre¡±, dice el epitafio de un oficial. M¨¢s de 19.500 miembros de Wagner murieron en la carnicer¨ªa de Bajmut entre oto?o de 2022 y la primera mitad de 2023, seg¨²n Mediazona y BBC. Sus periodistas tuvieron acceso a un listado de pagos p¨®stumos de la compa?¨ªa y constataron que unos 17.000 fallecidos eran reos ¡ªalgunos con delitos de sangre¡ª indultados por Putin.
La sangr¨ªa no se ha detenido en 2024. A pocos kil¨®metros de Bak¨ªnskaya se ve desde la carretera un cortejo f¨²nebre de decenas de personas tras el retrato de otro militar en una aldea cercana.
Los entierros masivos de soldados han provocado protestas en la regi¨®n de Krasnodar. El alcalde de la vecina Goriachi Kliuch ¡ªllave caliente, en ruso¡ª pidi¨® el a?o pasado su sepultura en otra parte, pero fue enmudecido por las amenazas de algunos diputados en Mosc¨² de enviarle al frente. Seg¨²n el empleado funerario de Bak¨ªnskaya, las autoridades seguir¨¢n sepultando militares en su cementerio. ¡°Todos dicen que lo van a cerrar, pero creo que seguir¨¢n. Ya no queda espacio en ninguna parte¡±, opina antes de suspirar ante los cientos de tumbas: ¡°Una l¨¢stima¡±.
El Ministerio de Defensa ruso reanud¨® las operaciones del Grupo Wagner en Krasnodar tras purgar sus filas. Su principal base en la zona est¨¢ situada en la localidad de M¨®lkino, muy pr¨®xima a sus cementerios de Bak¨ªnskaya y Goriachi Kliuch.
Ofertas de alistamiento y funerales
M¨¢s all¨¢ de Wagner, Krasnodar es un caladero para el ej¨¦rcito ruso. En aquella provincia, la muerte se ha convertido en un proceso industrial. La propaganda de los centros de alistamiento se mezcla con los descuentos de las funerarias. Los carteles del ej¨¦rcito prometen ¡°un trabajo para hombres de verdad¡±, y en sus letreros se compaginan las im¨¢genes de soldados pertrechados con armas de asalto y pasamonta?as con sueldos astron¨®micos para el ruso medio: algo m¨¢s 200.000 rublos mensuales (unos 2.000 euros) m¨¢s un primer pago de un mill¨®n de rublos a medias entre la administraci¨®n local y el Gobierno.
Se trata de salarios inalcanzables para el ruso medio. Adem¨¢s, la letra peque?a de los carteles recuerda que los familiares pueden percibir otros beneficios en caso de morir su ser querido en el frente. Entre otros, un pago de cinco millones de rublos, unos 50.000 euros. En julio, Putin duplic¨® el primer pago que reciben los voluntarios, de 195.000 a 400.000 rublos (casi 4.000 euros). Y las regiones han entrado en una carrera para ver qui¨¦n ofrece los mayores salarios.
¡°Todo el mundo se ha ido al frente, all¨ª pagan bien¡±, se?ala Sasun, el due?o de un restaurante en Krasnodar que se reconvirti¨® a taxista hace un a?o porque se qued¨® sin clientes. ¡°No ganaba nada durante seis meses, muchos j¨®venes se marcharon. Estoy liquidando el negocio ahora¡°, lamenta este inmigrante armenio de m¨¢s de 50 a?os. ¡°Los negocios han cambiado totalmente¡±, suspira.
Adem¨¢s de ser un punto de reclutamiento, Krasnodar es un paso clave para el ej¨¦rcito. El movimiento de tropas que marchan a Donb¨¢s o regresan a sus hogares desde el frente es constante. En la estaci¨®n central de autobuses, una decena de militares espera junto a sus seres queridos antes de subir al autob¨²s Novorosi¨ªsk-Lugansk. Es de noche y apenas hablan, puede ser su ¨²ltima vez juntos.
Entre los militares hay un chaval muy joven acompa?ado por su madre. Vestido con una camiseta con la Z, el s¨ªmbolo ruso de la invasi¨®n de Ucrania, parece m¨¢s un adolescente que acude a su primer d¨ªa de universidad que alguien que va a intentar sobrevivir los pr¨®ximos meses entre drones y artiller¨ªa.
Otro combatiente, de unos 50 a?os, aguarda con el semblante serio junto a su mujer. Ambos se funden en un abrazo antes de subir al autob¨²s, y vuelven a despedirse con los dedos de la mano una vez est¨¢ en el interior del veh¨ªculo. Cuando este parte, ella rompe a llorar.
El frente deja secuelas. En la parada nocturna en una gasolinera de Kropotkin, un soldado de otro autob¨²s se une con un caf¨¦ a la mesa junto con otra pasajera. Con el rostro hundido y una larga barba abandonada, el militar encadena sus movimientos con una lentitud terrible, pero lo m¨¢s llamativo es su mirada, la mirada de las mil yardas, la expresi¨®n inerte de sus ojos. ¡°Todo est¨¢ complicado¡±, dice en una breve conversaci¨®n el soldado que luce el distintivo ¡®Demonio¡¯ en el hombro.
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