Las dificultades de Barnier para formar gobierno alargan la crisis francesa
El nuevo primer ministro ha encendido los ¨¢nimos de los partidos que deben apoyarle al insinuar que deber¨¢ subir los impuestos tras encontrar una grave situaci¨®n en las finanzas
El chiste pol¨ªtico estos d¨ªas en Francia ironiza sobre si llegar¨¢ primero el Gobierno del nuevo primer ministro, Michel Barnier, o m¨¢s bien la destituci¨®n o dimisi¨®n del presidente de la Rep¨²blica, Emmanuel Macron. La realidad es que ambos atraviesan grandes dificultades y la suerte del jefe del Estado, que afronta un proceso constitucional para tumbarle y convocar elecciones presidenciales, impulsado por la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI), ir¨¢ ligada al ¨¦xito de Barnier para conformar un Ejecutivo. Al menos en esta primera fase, donde el nuevo primer ministro est¨¢ encontrando resistencias inesperadas. La negociaci¨®n del Brexit que llev¨® a cabo Barnier durante m¨¢s de dos a?os va camino de convertirse en un juego de ni?os comparado con la papeleta de formar un Gobierno en Francia.
Los problemas se amontonan en la mesa del nuevo primer ministro, como ya le advirti¨® su predecesor, Gabriel Attal, el d¨ªa que se produjo el relevo. A la negativa ya descontada de la izquierda a formar parte de su Ejecutivo, se ha encontrado ahora las reticencias de Ensemble pour la R¨¦publique, el partido del propio Macron, tras escuchar sus planes econ¨®micos. Attal, presidente de dicha formaci¨®n, cancel¨® el mi¨¦rcoles por la ma?ana a ¨²ltima hora el encuentro que deb¨ªa celebrar en Matignon con Barnier. ¡°Subir los impuestos ser¨ªa terrible para los franceses¡±, advirti¨® el mismo d¨ªa. Nadie quiere formar parte de una medida que ampliar¨¢ el malestar de la ciudadan¨ªa.
La relaci¨®n entre Attal (35 a?os) y el conservador Barnier (73) no comenz¨® de la mejor manera. El mismo d¨ªa de su nombramiento saltaron chispas, cuando el nuevo primer ministro, en un tono condescendiente, ironiz¨® sobre la capacidad de Attal para aleccionarle sobre su trabajo cuando solo hab¨ªa estado ocho meses en el cargo. El jefe del Gobierno saliente, que ha comenzado ya a postularse sutilmente para las elecciones presidenciales de 2027, aguantaba con una media sonrisa los comentarios punzantes del nuevo inquilino de Matignon, quiz¨¢ hasta encontrar una oportunidad para responder y hacer valer sus 97 diputados, cuyo apoyo Barnier daba por descontado. El problema del nuevo primer ministro ahora es que su partido, Los Republicanos (LR), el ¨²nico que podr¨ªa apoyarle sin condiciones ni l¨ªneas rojas, no tiene apenas fuerza (47 diputados). Pero tambi¨¦n este grupo cancel¨® la reuni¨®n que ten¨ªa con Barnier. En vista de la situaci¨®n, el primer ministro iba a ser recibido anoche en el El¨ªseo por Macron.
La refriega principal se basa ahora en la cuesti¨®n impositiva. Barnier, en declaraciones a la agencia France-Presse este mi¨¦rcoles, mostr¨® su preocupaci¨®n por las cuentas de Francia. Una manera tambi¨¦n de ir allanando el camino por las medidas de austeridad que deber¨¢ aplicar de manera urgente en el pr¨®ximo presupuesto, que deber¨ªa discutirse a comienzos de octubre. ¡°La situaci¨®n presupuestaria del pa¨ªs que estoy descubriendo es muy grave. He solicitado todos los elementos para apreciar su realidad exacta. Esta situaci¨®n merece algo m¨¢s que peque?as frases. Exige responsabilidad¡±, se?al¨®. ¡°Mi objetivo es retomar el camino del crecimiento y mejorar el nivel de vida de los franceses, siendo ya el pa¨ªs con la mayor carga impositiva de la UE¡±, a?ade el primer ministro, quien dice estar ¡°muy concentrado en la pr¨®xima formaci¨®n de un gobierno de equilibrio¡± para ¡°afrontar con m¨¦todo y seriedad los desaf¨ªos¡± del pa¨ªs y ¡°responder as¨ª a las expectativas de los franceses¡±.
Los matices al posible aumento de impuestos no tranquilizan a nadie. Y las amenazas siguen llegando desde todos los extremos del arco parlamentario. El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen ya le ha hecho saber a trav¨¦s de su presidente, Jordan Bardella, que no le apoyar¨¢ si sube los impuestos. Otra l¨ªnea roja que se suma a la de la inmigraci¨®n y que dejar¨¢ poco margen a Barnier para esquivar una moci¨®n de censura en los pr¨®ximos meses. De hecho, la propia Le Pen asegur¨® hace una semana: ¡°Todo el mundo sabe que en junio volveremos a votar¡±, poniendo fecha de caducidad al nuevo Ejecutivo y en referencia al plazo legal de un a?o que se debe respetar para volver a disolver la Asamblea.
El lunes, una encuesta del peri¨®dico conservador Le Figaro se?alaba que el 44% de los franceses querr¨ªa una disoluci¨®n de la Asamblea el pr¨®ximo junio y volver a votar. Un dato inquietante, vista la in¨¦dita inestabilidad de Francia en los ¨²ltimos meses y los problemas que acarrea para el pa¨ªs. Macron observa desde el El¨ªseo que su apuesta para sacar al pa¨ªs del atolladero ¨Dprimero la disoluci¨®n de la Asamblea en junio y ahora el nombramiento de Barnier¨D no termina de despegar. En el El¨ªseo, explican en el entorno del presidente, no preocupa en absoluto el proceso de destituci¨®n al que ha dado luz verde la Asamblea en las ¨²ltimas horas. Creen que no se consumar¨¢ por falta de apoyos, pero el efecto est¨¦tico es m¨¢s grave que el real.
La imagen del presidente de la Rep¨²blica, sin embargo, ha quedado muy tocada en los ¨²ltimos meses. Los comicios de junio, fruto de una pol¨¦mica e incomprendida disoluci¨®n de la Asamblea Nacional, arrojaron un panorama pol¨ªtico fragmentado en tres bloques. El Nuevo Frente Popular (NFP), la coalici¨®n formada por los partidos de izquierda para hacer frente al auge de la ultraderecha, se convirti¨® en la primera fuerza en la Asamblea Nacional con 193 de 577 diputados, aunque qued¨® muy lejos de la mayor¨ªa absoluta de 289. El bloque presidencial, formado por tres partidos de centro y centroderecha, obtuvo 166; y el ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN), 126. Las dificultades de Barnier ahora para formar Gobierno alargan la crisis francesa y aumentan la sensaci¨®n de final de ciclo.
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