La controversia diplom¨¢tica entre M¨¦xico y Espa?a aviva el debate sobre la historia de la Conquista
Historiadores y polit¨®logos abogan por un recuento hist¨®rico del hecho que a¨²n mantiene abiertas las heridas, pero no creen que el desencuentro tenga consecuencias en las relaciones con ambos pa¨ªses
Todo empez¨® en 2019. Una carta del Gobierno mexicano de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador exigiendo al Rey Felipe VI que pidiera perd¨®n por los excesos cometidos por los espa?oles durante la conquista en el siglo XV ¨Dque La Zarzuela dej¨® sin contestar¨D desat¨® la indignaci¨®n del Gobierno del pa¨ªs latinoamericano, que desde entonces ha mantenido una tibia relaci¨®n con Madrid. Cinco a?os despu¨¦s, el choque entre dos pa¨ªses unidos por la Historia se repite. El equipo de Claudia Sheinbaum no ha invitado a Felipe VI a su toma de posesi¨®n, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo martes, una situaci¨®n ins¨®lita a la que Madrid ha respondido con su ausencia total en el evento. No ir¨¢ ni el rey, Felipe VI; ni el presidente, Pedro S¨¢nchez; ni el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares.
¡°Hasta 2019, las relaciones entre Espa?a y M¨¦xico eran espl¨¦ndidas, muy profundas y muy intensas. Y ahora esto responde a una pataleta de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡±, asegura al tel¨¦fono Carlos Malamud, catedr¨¢tico de Am¨¦rica Latina e investigador principal del Real Instituto Elcano. Juan Carlos I, pero sobre todo Felipe VI, han ido a las tomas de posesi¨®n de los presidentes latinoamericanos, salvo contadas excepciones, como la de Jair Bolsonaro en Brasil. Felipe VI acudi¨® incluso a la de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en 2018, justo un a?o antes de la carta del mexicano a La Zarzuela.
¡°Hasta la llegada de L¨®pez Obrador no ha habido este tipo de encontronazos entre ambos pa¨ªses¡±, explica Anna Ayuso, investigadora para Am¨¦rica Latina del centro de investigaci¨®n en relaciones internacionales CIDOB. ¡°Casi desde el primer d¨ªa hubo una actitud cr¨ªtica [del mexicano] y de cuestionamiento en t¨¦rminos hist¨®ricos¡±, contin¨²a, ¡°aunque no ha tenido consecuencias econ¨®micas¡±.
Seg¨²n el historiador Malamud, el presidente mexicano utiliz¨® aquella misiva a Felipe VI ¨Dy otra similar al Papa¨D como ¡°distracci¨®n¡± a la ciudadan¨ªa de la pol¨ªtica interna. Al no obtener respuesta de La Zarzuela ¨Desa competencia diplom¨¢tica le corresponde al Gobierno, y no a Felipe VI, seg¨²n todos los expertos consultados¨D, las relaciones se mantuvieron ¡°en suspenso¡± desde hace un lustro, pese a que en realidad la relaci¨®n bilateral a nivel econ¨®mico, comercial y cultural sigui¨® funcionando. Ahora, con Sheinbaum ¨D¡±que no parece que vaya a enmendar a su mentor¡±, dice Malamud en alusi¨®n a L¨®pez Obrador¨D no hay muchos visos de que la relaci¨®n vaya a cambiar. Sin embargo, predice el analista, el choque entre ambos pa¨ªses no tiene por qu¨¦ ir a m¨¢s. ¡°Lo de la invitaci¨®n al Rey no creo que tenga mayor trascendencia. Es algo que necesita Sheinbaum para irse posicionando. Y quiere hacerlo en esas cuestiones donde estaba [su antecesor] Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡±, secunda el historiador mexicanista del CSIC Jes¨²s Bustamante.
M¨¦xico fue el primer pa¨ªs latinoamericano que a finales del siglo XIX ¨Dcuando los pa¨ªses de la regi¨®n llevaron a cabo sus procesos de independencia¨D reconoci¨® Espa?a como rep¨²blica independiente. Y desde entonces, las relaciones han sido ¡°muy buenas¡±, coinciden varios analistas consultados. Salvo el par¨¦ntesis de la Guerra Civil espa?ola. De hecho, M¨¦xico fue el ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica Latina que no reconoci¨® el Gobierno de Franco, a?ade Ayuso.
¡°Tras la Guerra Civil [1936-1939], el Gobierno mexicano no reconoci¨® a Franco y solo se relacionaba con el Gobierno de la Rep¨²blica en el exilio. Y en la Transici¨®n se recuper¨® la relaci¨®n¡±, contin¨²a. Bustamante suscribe la ¡°muy buena e intensa¡± relaci¨®n entre Espa?a y M¨¦xico, ¡°salvo a nivel oficial que siempre ha sido complicada e incluso inexistente en teor¨ªa, como sucedi¨® a lo largo del Franquismo¡±, comenta desde Per¨² a trav¨¦s de WhatsApp. ¡°Pero incluso entonces hab¨ªa y hubo muy buenas relaciones comerciales, culturales y personales¡±. En la actualidad, Espa?a es el segundo inversor extranjero en el pa¨ªs americano, que acoge a m¨¢s de 6.000 empresas espa?olas. Los contactos siempre han sido constantes, como con otros presidentes anteriores de otros partidos: Enrique Pe?a Nieto, Felipe Calder¨®n o Vicente Fox. ¡°Espa?a y M¨¦xico, incluso, son los impulsores de la cumbre Iberoamericana¡±, muestra como ejemplo de la estrecha relaci¨®n el experto del Instituto Elcano.
¡°El conflicto de ahora tiene que ver con las construcciones nacionales y las ideas que entonces se hicieron. Para M¨¦xico la Conquista es fundacional y definitoria de su ser nacional actual, una idea que se impone a partir de fines del XIX. Y para Espa?a la Conquista es secundaria en su construcci¨®n nacional¡±, explica Bustamante. Eso podr¨ªa explicar la indignaci¨®n del Gobierno mexicano al no haber obtenido respuesta en la carta que envi¨® en 2019 a Felipe VI. ¡°Por eso en Espa?a no se entiende bien el conflicto y no se sabe manejar¡±, opina el investigador del CSIC sobre el revuelo que ha copado titulares y minutos de televisi¨®n en Espa?a.
Excesos coloniales
Malamud, sin embargo, admite que hay una corriente internacional, sobre todo en Occidente, por la que se est¨¢n empezando a reconocer ciertos excesos de los imperios en sus colonias. B¨¦lgica pidi¨® disculpas en 2022 por los excesos en Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Y Pa¨ªses Bajos hizo lo mismo en 2023 por los cometidos en Surinam y las Antillas Neerlandesas. Pero el investigador del Real Instituto Elcano desvincula a M¨¦xico de esta tendencia justificando la lejan¨ªa en el tiempo de la Conquista de M¨¦xico. ¡°Tiene una dimensi¨®n temporal de siglos¡±, exclama. La misma idea refleja Ayuso al decir que las reclamaciones de L¨®pez Obrador ¡°no responden a agravios inmediatos, sino a un reclamo hist¨®rico¡±.
Para el historiador Federico Navarrete, del Instituto de Investigaciones Hist¨®ricas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, es importante realizar un recuento hist¨®rico de lo que fue la Conquista, que tome en cuenta elementos que se dejaron de lado a lo largo del siglo XIX y XX, cuando se conform¨® el actual Estado mexicano. ¡°Desde luego que ha habido una profunda manipulaci¨®n al tratar la historia, porque lo que ha prevalecido en estos cinco siglos ha sido la versi¨®n construida por Hern¨¢n Cort¨¦s y el discurso colonialista espa?ol, que es una visi¨®n unilateral e incompleta de todo lo que sucedi¨®¡±, explica Navarrete en entrevista telef¨®nica.
El historiador destaca de que en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas ha surgido lo que ¨¦l llama ¡°la nueva historia de la Conquista¡±, que, explica, ¡°demuestra que la participaci¨®n de los mesoamericanos en el proceso fue mucho m¨¢s importante de lo que se reconoc¨ªa, que los tlaxcaltecas, los aliados, ten¨ªan su propia agenda pol¨ªtica, que no era subordinada a la de los espa?oles, y que ha permitido evaluar la dimensi¨®n del genocidio que result¨® de la conquista, de las guerras, de la explotaci¨®n econ¨®mica, de la disoluci¨®n de las sociedades mesoamericanas, de la propia conquista espiritual o la conversi¨®n forzosa al catolicismo y las epidemias¡±. Elementos que, agrega, obligan a ambos pa¨ªses a realizar un profundo replanteamiento de la visi¨®n que impera de aquel proceso hist¨®rico, porque considera que la actual es ¡°una visi¨®n idealizada y muy parcial¡±.
Navarrete ve ya como una pol¨ªtica de Estado de parte de M¨¦xico exigir ese recuento y no lo considera una obcecaci¨®n del presidente L¨®pez Obrador, dado que al tema le est¨¢ dando continuidad la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Lo que s¨ª critica el historiador es lo que llama la ¡°arrogancia, la falta de honestidad¡± con que la petici¨®n original de 2019 fue manejada por el Gobierno espa?ol, ¡°que filtr¨® una carta incompleta que tergivers¨® el sentido de la propuesta mexicana y que nunca dio una respuesta oficial¡±. Navarrete explica que ¡°la carta original no era una exigencia para que el Gobierno espa?ol pidiera disculpas, sino que era la propuesta de crear una comisi¨®n conjunta que realizara una revisi¨®n hist¨®rica de los hechos y que determinara lo que le tocaba a cada parte para pedir disculpas¡±.
Para el historiador de la UNAM, un pronunciamiento del Gobierno de Espa?a sobre este tema ¡°ser¨ªa un acto de buena voluntad y de autocr¨ªtica¡±. ¡°[No tendr¨ªa] ninguna consecuencia que le costara dinero a Espa?a ni ning¨²n tipo de desventaja pol¨ªtico diplom¨¢tica, por eso tambi¨¦n me sorprende la absoluta negativa siquiera de contemplarlo. O sea, finalmente, no se le est¨¢ pidiendo a Espa?a que paguen indemnizaciones, solo se le est¨¢ pidiendo un reconocimiento hist¨®rico, que es elemental, pero que parece ser imposible para el Gobierno espa?ol¡±, afirma.
El historiador espa?ol radicado en M¨¦xico, Tom¨¢s P¨¦rez Vejo, considerado uno de los mejores expertos en el estudio de los nacionalismos, afirma que la actual controversia se enmarca en el contexto de una concepci¨®n nacionalista de la historia, que da por sentado que hace cinco siglos exist¨ªan las naciones espa?ola y mexicana. ¡°Eso desde el punto de vista hist¨®rico es un aut¨¦ntico disparate, pero para entenderlo, y me parece que es la forma fundamental de entender la base del debate, hay que analizar la forma en c¨®mo ha narrado su historia M¨¦xico. En esta narraci¨®n, la idea es que M¨¦xico exist¨ªa antes de la llegada de los espa?oles, para la cual se plantea la idea de que el imperio de Moctezuma era el equivalente al actual Estado naci¨®n mexicano, pero el de Moctezuma ocupaba una cuarta parte de lo que actualmente es M¨¦xico. Que esa naci¨®n muere con la llegada de los espa?oles y que durante tres siglos deja de existir. En esta idea, que es la idea de L¨®pez Obrador, Espa?a es culpable de la muerte y destrucci¨®n de M¨¦xico como naci¨®n¡±, explica el historiador.
¡°Mito hist¨®rico¡±
P¨¦rez Vejo recuerda que los Estados como los conocemos ahora surgieron a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX y que, por lo tanto, no se puede equiparar el actual Estado naci¨®n espa?ol con la monarqu¨ªa cat¨®lica. ¡°Es una interpretaci¨®n delirante, pero que forma parte del discurso hist¨®rico mexicano. Estamos hablando de un mito hist¨®rico y los mitos hist¨®ricos no son ni verdadero ni falsos, simplemente son una leyenda hist¨®rica que sirve para cimentar la existencia de una naci¨®n mexicana, pero eso no tiene nada que ver con la historia¡±, argumenta.
El tema de las disculpas por los hechos de la Conquista, dice el historiador, ¡°no tendr¨ªa ninguna relevancia, porque el problema de M¨¦xico con Espa?a, lo espa?ol y los espa?oles ¡ªsi se quiere para distinguir los tres aspectos¡ª, es un relato interno. Las relaciones de M¨¦xico con Espa?a han sido las m¨¢s conflictivas de las que ha mantenido con ninguno de los Estados que formaron parte de la antigua monarqu¨ªa, pero es un problema con el pasado espa?ol de M¨¦xico, no con Espa?a como Estado¡±.
P¨¦rez Vejo dice que la pol¨¦mica que se ha originado ha sido usada tanto por el presidente L¨®pez Obrador como por su sucesora Sheinbaum para atizar a sus partidarios. ¡°Ah¨ª, quiz¨¢s, habr¨ªa que hacer referencia a un aspecto que a m¨ª me parece central, que es que la hispanofobia forma parte de la cultura popular mexicana y tiene adem¨¢s una enorme capacidad de polarizaci¨®n social y pol¨ªtica. Cuando L¨®pez Obrador saca este tema, que lo saca de manera m¨¢s o menos continua, est¨¢ simplemente dirigi¨¦ndose a sus propios partidarios dentro de M¨¦xico, pero no a la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Espa?a y los espa?oles en esto son una especie de convidados de piedra, es un debate interno mexicano no es un debate con Espa?a¡±, afirma el experto.
A la ling¨¹ista, escritora y traductora Y¨¢snaya Aguilar Gil le preocupa el hecho de c¨®mo se ha ense?ado la historia en los pueblos originarios de M¨¦xico, sin contar su propia visi¨®n de lo ocurrido. ¡°La escuela, como un dispositivo ideol¨®gico del Estado, es la que nos ha contado la historia. A los pueblos originarios se nos ha negado el estudio de nuestra propia historia. Una buena parte de c¨®mo se ve esa historia es atravesada por el nacionalismo. Estamos tratando desde diferentes espacios de revertir eso, de ver nuestra historia desde otro punto de vista y no solo como la que cuentan, en la que el Estado mexicano se ve a s¨ª mismo no como la continuaci¨®n de un r¨¦gimen colonial, sino como su negaci¨®n¡±, explica.
Aguilar Gil asegura que el Estado mexicano actual es ¡°un proyecto criollo y colonial¡± y no es un proyecto de los pueblos que forman la Rep¨²blica actual. ¡°Se cree que lo que le pas¨® a Tenochtitlan hace 500 a?os es lo que le pasa a M¨¦xico. Hay una homogenizaci¨®n del pasado vista con un lente nacionalista mexicana y tambi¨¦n del Estado espa?ol. Lo que sucedi¨® hace 500 a?o no fue M¨¦xico contra Espa?a, primero porque M¨¦xico no exist¨ªa. Fue el perfeccionamiento de un proyecto colonialista europeo. Hay un proyecto colonialista que adem¨¢s tiene efectos hasta el d¨ªa de hoy. Y uno de los que realiza ese efecto es el propio Estado mexicano como su heredero¡±, asegura Aguilar Gil.
La experta nombra entre los efectos de esa herencia colonialista el racismo y clasismo que impera en M¨¦xico, el olvido de la historia de las poblaciones originarias y hasta la p¨¦rdida de sus lenguas. Dice que el 70% de la poblaci¨®n mexicana hablaba en 1820 una lengua ind¨ªgena, mientras que ahora solo es el 6,1%. ¡°No solo hay un olvido de parte del Estado a los pueblos originarios, los tiene muy presentes para el despojo de territorio, para el extractivismo cultural. El nacionalismo mexicano se sustenta en extractivizar elementos culturales de los pueblos, al mismo tiempo que combate su existencia. Aplica racismo, discriminaci¨®n y despojo¡±, afirma.
Para Aguilar Gil el tema de las disculpas es m¨¢s complejo de lo que se discute en los pasillos del poder. ¡°El presidente no tendr¨ªa que estar pidiendo nada porque est¨¢ suplantando una voz. Esto es un asunto entre gobiernos que tienen reglas diplom¨¢ticos que deber¨ªan respetar¡±, dice. A ella le preocupan las reacciones que estas controversias puedan generar. ¡°Lo que est¨¢ sucediendo entre estos dos Estados genera un ruido tan grande que se atrincheran los nacionalismos y eso a m¨ª me parece muy peligroso¡±, afirma.
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