La fiesta nibelunga de la Liga ya es una cumbre internacional ultra: una ¡°Santa Alianza¡± contra la inmigraci¨®n
Salvini convierte la cita anual de Pontida en un acto de apoyo personal ante su juicio del ¡®Open Arms¡¯ y une a la extrema derecha europea para conmemorar el aniversario de la batalla de Lepanto
Papeletas y camisetas reproducen por todas partes un cartel sepia como los de las pel¨ªculas del Oeste, los de ¡°se busca¡±, con el rostro de Matteo Salvini, el l¨ªder de la Liga. En may¨²sculas: ¡°Culpable¡±. Y debajo: ¡°De haber defendido Italia¡±. Salvini, retratado como un llanero solitario y justiciero v¨ªctima de una injusticia, ha centrado este domingo en s¨ª mismo la hist¨®rica fiesta anual del partido en Pontida, a media hora de B¨¦rgamo, ya 36 ediciones, que ha convertido en un acto de apoyo a su persona. El lema en el escenario era: ¡°No es delito defender las fronteras¡±.
Se acerca la sentencia, a partir del 18 de octubre, en el juicio donde la Fiscal¨ªa le pide seis a?os de c¨¢rcel por haber impedido en 2019, cuando era ministro del Interior, el desembarco de 147 inmigrantes del barco espa?ol Open Arms. Pero Salvini, que en 10 a?os ha ido transformando el partido hacia el populismo extremo, ha convertido Pontida en algo m¨¢s: una fiesta de la ultraderecha internacional.
La cita anual de Pontida, que se celebra desde 1990, ya ha mutado completamente. Era una romer¨ªa popular de polenta y salchichas que naci¨® para exhibir la identidad lombarda, v¨¦neta y del norte contra ¡°Roma ladrona¡±, una cosa nibelunga con disfraces de vikingo y folclore de mitolog¨ªa c¨¦ltica, toda la parafernalia que se invent¨® el fundador de la Liga Norte, Umberto Bossi, para hacer ver que no eran italianos. Pero adem¨¢s de que la Liga ¨Dque quit¨® la palabra ¡°Norte¡± de su nombre en 2017¨D ha pasado de ser secesionista a defender hasta las ¨²ltimas consecuencias las fronteras italianas, este domingo ha sido una aut¨¦ntica fiesta de la internacional ultra. Con un solo enemigo declarado por todos, citado insistentemente en cada discurso, el mismo al que se ha enfrentado Salvini y por ello ha acabado en el banquillo: la inmigraci¨®n, identificada en muchos de los discursos con el ¡°radicalismo isl¨¢mico¡±.
Todos los partidos de extrema derecha europea han acudido a su llamada para darle su apoyo. En una fecha elegida con precisi¨®n y recordada varias veces: la v¨ªspera del aniversario de la batalla de Lepanto, cuando una coalici¨®n cristiana derrot¨® al imperio turco el 7 de octubre de 1571. Salvini, que cit¨® varias veces al ¡°buen Dios¡± en su discurso, ha acabado ensalzando ¡°la Santa Alianza de los pueblos europeos que hoy nace en Pontida¡±. En el p¨²blico hasta apareci¨® una gran bandera de Rusia. Todo esto al lado del pueblo donde naci¨® Juan XXIII, el Papa bueno, uno de los menos belicosos que ha existido.
Han estado presentes, y cada uno ha intervenido, el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n; el holand¨¦s Geert Wilders; la vicepresidenta del partido austriaco FP?, Marlene Svazek; el l¨ªder del portugu¨¦s Chega, Andr¨¦ Ventura, y otros representantes del populismo europeo, tambi¨¦n de Vox, que ha enviado a su portavoz nacional, Jos¨¦ Antonio F¨²ster. El franc¨¦s Jordan Bardella y el brasile?o Jair Bolsonaro mandaron mensajes de v¨ªdeo.
?La respuesta de la base de la Liga? Era evidente que hab¨ªa menos gente que otros a?os, grandes huecos en la c¨¦lebre pradera, ¡°suelo sagrado¡± para el partido, en torno a 5.000 personas. Porque tanto el liderazgo de Salvini, a quien el juicio ha dado en realidad una inesperada ocasi¨®n de reivindicarse, como la Liga, est¨¢n en crisis: en las elecciones europeas de 2019 obtuvo el 34% de los votos, y en las de este a?o, el 8,9%.
Salvini compite con Giorgia Meloni por el espacio de la ultraderecha y va perdiendo, y entre la multitud ha triunfado en Pontida, haci¨¦ndose selfis, el candidato independiente de la Liga a las europeas, el general Roberto Vanacci, locuaz y vehemente, que medita formar su propio partido.
Asistencia y entusiasmo moderados
As¨ª que hubo asistencia y entusiasmo moderados. Pero desde luego el p¨²blico respondi¨® efusivamente a la plana mayor de los l¨ªderes de la ultraderecha europea. El ¡°pueblo del sentido com¨²n¡± de la Liga ¨Deste era uno de los lemas de la fiesta¨D los abraz¨® y los aplaudi¨® como si fueran de su partido. ¡°?Orb¨¢n, Orb¨¢n!¡±, grit¨® la multitud ante el l¨ªder h¨²ngaro, el m¨¢s jaleado con diferencia. Aunque ¨¦l no sonri¨® ni una sola vez en 20 minutos de intervenci¨®n. Presumi¨® de tener ¡°cero inmigrantes¡± y carg¨® contra la UE: ¡°?No debemos salir de Bruselas, vamos a entrar con la fuerza, vamos a ocuparla y quitarla a los bur¨®cratas y d¨¢rsela a los europeos!¡±.
En esta pen¨²ltima reinvenci¨®n de la Liga, la batalla de Lepanto supone por fin un referente hist¨®rico al menos real. Hasta ahora, se ha alimentado de leyendas. Su s¨ªmbolo sigue siendo un guerrero medieval que no existi¨®, Alberto da Giussano, y conmemora en Pontida un hecho sin base hist¨®rica comprobada, el supuesto juramento en el siglo XII de caudillos locales para unirse contra el emperador Federico I Barbarroja.
Hay que considerar tambi¨¦n el talento para la transformaci¨®n de un partido que naci¨® como antisistema y que con 40 a?os ya es el m¨¢s antiguo de Italia. Una formaci¨®n cuyo lema era ¡°Roma ladrona¡± y que tras un fraude en el reembolso electoral (49 millones que, entre otras cosas, fueron para comprar diamantes en Tanzania) debe devolver lo robado al Estado italiano, en cuotas anuales, durante 80 a?os. Pero ese partido resiste y sigue teniendo un n¨²cleo fiel. El que se ve en Pontida, edad media alta, comerciantes, peque?os empresarios, que representan el malestar del norte, el miedo de la burgues¨ªa de provincias, en ciudades adineradas, a la globalizaci¨®n, al declive, al inmigrante, con el hartazgo de los impuestos y la burocracia de un pa¨ªs a¨²n muy centralizado.
La batalla central y esencial de la Liga ha sido la descentralizaci¨®n, y acaba de aprobar una ley llamada de ¡°autonom¨ªa diferenciada¡± para transferir competencias, a¨²n de lenta aplicaci¨®n. Esa es su pelea de esta legislatura, reconoci¨® su art¨ªfice, el ministro Roberto Calderoli, y para la pr¨®xima, dijo, ¡°el federalismo fiscal¡±.
En los noventa, Bossi siempre se desmarc¨® del partido de Le Pen, tach¨¢ndolo de racista y fascista, cuando se le quer¨ªa alinear en el mismo bando. Pero Bossi ya ni vota a su propio partido (as¨ª lo dijo en las ¨²ltimas europeas) y Marine Le Pen fue el a?o pasado la primera l¨ªder extranjera en asistir a la fiesta de Pontida. Lo de este domingo ya ha sido un desembarco. Los militantes admiten que el partido ha ido cambiando, y no le ven problema, y desde luego niegan ser fascistas. ¡°?Fascistas? Estamos cansados de fascistas, de antifascistas, el 90% de la gente no ha conocido el fascismo, no lo ha vivido y no sabe qu¨¦ es. Estamos cansados de que usen estas palabras solo para atacar a los que son de derechas. La derecha quiere defender la gente que produce, que respeta las reglas, orden y disciplina¡±, dice Livio Ghideli, 58 a?os, de Vigan¨°, pueblo lombardo. Afiliado desde hace 38 a?os, viene a Pontida desde 1991. ?Y Orb¨¢n y los otros son facistas? ¡°Siempre van a coger frases para acusarles de esto, los detalles m¨¢s absurdos, pero los fascistas ya no existen. Sobre la inmigraci¨®n estamos perfectamente de acuerdo con todos¡±.
Anna Maria Cappelleto, 70 a?os, y Claudio Pugno, de 66, enarbolan la bandera v¨¦neta del le¨®n de San Marcos. Vienen de Scorz¨¦ y se confiesan de la vieja guardia: ¡°S¨ª, todo cambia. Hemos visto cambiar todo, tambi¨¦n el Papa, por ejemplo, que antes era distinto y ahora vale todo. Y por tanto, tambi¨¦n la Liga cambia, pero siempre por el bien de la Liga¡±. Quienes los llaman fascistas, opinan, ¡°son imb¨¦ciles, no saben qu¨¦ es el fascismo¡±. ¡°Orb¨¢n tampoco lo es, quien est¨¢ atento a su pa¨ªs y a sus ciudadanos no es fascista. Comunismo y fascismo son dos extremos que ya no funcionan, ya no tienen significado. Nosotros tenemos nuestra patria, yo espec¨ªficamente el V¨¦neto, y no tenemos ideolog¨ªa de partido, derecha o izquierda, solo el concepto de ser personas libres en su propio Estado¡±, explica Pugno.
En cuanto al proceso de Salvini, creen que es ¡°una verg¨¹enza¡±. ¡°?Qu¨¦ ha hecho? No ha matado a nadie, no ha secuestrado a nadie. Esas personas estaban en el barco, con cama y comida, sin problemas. Defender las fronteras es un derecho absoluto¡±.
Uno de los ¨²ltimos que todav¨ªa se disfrazan en Pontida es Narciso Checco, 73 a?os, de Franciacorta, provincia de Brescia, que para la ocasi¨®n se ha te?ido la barba de verde: ¡°Todos los a?os vengo as¨ª¡±. ¡°No somos fascistas, el partido fascista ya no existe. Tenemos algunas ideas como Mussolini, pero no podemos aplicarlas como hizo ¨¦l. Ya ve que Salvini ahora est¨¢ procesado¡±.
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