El mundo aguarda una batalla muy re?ida en Estados Unidos con enormes consecuencias globales

Estados Unidos acude a votar este martes en unas elecciones ajustad¨ªsimas cuyo resultado tendr¨¢ consecuencias trascendentales m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. En Rusia o en Israel esperan una victoria del candidato del Partido Republicano, el expresidente Donald Trump, que tambi¨¦n alentar¨ªa a gobiernos ultras como los de Argentina o Hungr¨ªa. En Bruselas y en Ucrania conf¨ªan en que la ganadora sea la candidata del Partido Dem¨®crata, la vicepresidenta Kamala Harris, que mantendr¨ªa la relaci¨®n actual con la UE y el respaldo a Kiev frente a la invasi¨®n rusa. En China, los funcionarios de la segunda potencia mundial se muestran esc¨¦pticos sobre la posibilidad de que el di¨¢logo con Washington mejore sustancialmente durante los pr¨®ximos cuatro a?os.

Seis corresponsales de EL PA?S desgranan a continuaci¨®n los efectos que tendr¨¢n las elecciones estadounidenses en distintas regiones y conflictos del planeta.

Uni¨®n Europea

Por Mar¨ªa R. Sahuquillo (Bruselas)

Europa contiene la respiraci¨®n ante la cita electoral. La experiencia del primer mandato de Trump, su relaci¨®n con Rusia y las perspectivas de qu¨¦ puede significar para la Uni¨®n Europea que el imprevisible republicano vuelva a la Casa Blanca inquietan a la mayor¨ªa de los Estados miembros y Bruselas ha preparado planes de contingencia para prevenir y reaccionar al posible golpe. La incertidumbre sobre lo que suceder¨¢ el martes en las urnas es enorme y coincide con un momento en el que los l¨ªderes de las dos mayores econom¨ªas de la UE, Alemania y Francia, est¨¢n muy debilitados. El canciller Olaf Scholz y el presidente Emmanuel Macron son hoy mandatarios con una influencia menguante y al frente de gobiernos divididos. Y su supervivencia pol¨ªtica no est¨¢ garantizada. El resultado en Estados Unidos tambi¨¦n marcar¨¢ profundamente la agenda europea en seguridad y defensa y en su variante comercial. Los desaf¨ªos derivados de una victoria del candidato republicano se empezar¨ªan a abordar y centrar¨ªan la cumbre que los l¨ªderes de los pa¨ªses europeos celebrar¨¢n el jueves y viernes en Budapest.

Una presidencia de Harris significar¨ªa el mantenimiento de la relaci¨®n actual con la UE, pero si Trump vence, el club comunitario prev¨¦ un endurecimiento de la guerra comercial entre Washington y Pek¨ªn ¡ªque tambi¨¦n afectar¨¢ a la Uni¨®n¡ª y una escalada todav¨ªa m¨¢s proteccionista con Europa con la imposici¨®n de nuevos aranceles. Bruselas y varias capitales temen, adem¨¢s, que un segundo mandato del republicano deje sola a la UE en su apoyo a Ucrania y fuerce al pa¨ªs invadido por Rusia a un acuerdo desfavorable e inseguro para poner fin al conflicto.

Se prev¨¦ que Trump cambie el foco de Europa y el sost¨¦n a Ucrania a la zona del Indo-Pac¨ªfico. Y eso tambi¨¦n tendr¨ªa efectos en el Viejo Continente, que es extremadamente dependiente del apoyo de Washington para su defensa. Trump ha cargado contra la OTAN y contra quienes no invierten el 2% de su PIB en defensa ¡ªcomo Espa?a o Italia¡ª. Si mantiene el tono puede debilitar la Alianza Atl¨¢ntica y ¡°envalentonar¡± al ruso Vlad¨ªmir Putin, advierte una alta fuente europea. Su regreso a la Casa Blanca ser¨ªa bien recibido y alentar¨ªa a los partidos y l¨ªderes ultras europeos, como al h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n o al eslovaco Robert Fico.

Rusia y Ucrania

Por Cristian Segura (Kiev) y Javier G. Cuesta (Mosc¨²)

El futuro de Ucrania se libra tambi¨¦n en Estados Unidos. Sin su mayor aliado militar, como ha reiterado el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, la guerra est¨¢ perdida. Para el Kremlin, Trump es el caballo ganador. Su posible victoria es vista en el pa¨ªs invadido con enorme preocupaci¨®n por sus constantes mensajes sobre cortar el grifo a la ayuda armament¨ªstica. Trump insiste en que su prioridad ser¨¢ forzar a a negociar a Ucrania y Rusia. Harris, por el contrario, ha defendido seguir con la asistencia millonaria para Kiev porque el mundo no puede permitirse una victoria de Putin.

Al aut¨®crata ruso le gusta jugar al despiste para confundir a sus rivales. Dijo que nunca invadir¨ªa Ucrania y despu¨¦s ha afirmado en varias ocasiones que prefer¨ªa al candidato dem¨®crata de turno. Del presidente Joe Biden declar¨® que era ¡°m¨¢s previsible¡±, pero tras su renuncia a aspirar a la reelecci¨®n, Putin sostuvo que Harris se hab¨ªa convertido en su favorita.

La realidad es distinta. Una escort, Nastia Ribka, dinfundi¨® por error en 2018 en Instagram las conversaciones en un yate entre Paul Manafort, exjefe de campa?a de Trump, con el vice primer ministro ruso Sergu¨¦i Prijodko y el oligarca Oleg Deripaska. Los lazos nunca se rompieron: el reputado periodista Bob Woodward public¨® en octubre que Trump ha seguido en contacto con Putin tras dejar la presidencia.

Adem¨¢s, el Kremlin cuenta esta vez con el apoyo incondicional de Elon Musk, cuya red social, X, es clave para difundir los bulos de Trump y Mosc¨². El empresario, el gran donante de la campa?a de Trump es el Charles Lindbergh moderno: Lidera hoy el progreso humano ¡ªel estadounidense Lindbergh fue el primero en volar sobre el Atl¨¢ntico¡ª y es un ardiente defensor del enemigo ¡ªLindbergh manten¨ªa contactos con Hitler¡ª. The Wall Street Journal ha revelado que Musk y Putin tambi¨¦n han mantenido conversaciones en secreto. El r¨¦gimen ruso lo niega, igual que manten¨ªa el silencio en torno a las informaciones de que sus tropas emplean en suelo ucranio la red de sat¨¦lites de Musk, Starlink.

Consciente de las posibilidades de un nuevo mandato de Trump, Zelenski ha insistido en el ¨²ltimo mes en que una cosa es lo que Trump dice durante la campa?a electoral y otra, lo que decidir¨¢ si es elegido presidente. Pero para Kiev es igual de relevante el resultado de la renovaci¨®n del Congreso y del Senado estadounidenses, donde los republicanos han ralentizado durante los dos ¨²ltimos a?os las partidas militares que la Casa Blanca quer¨ªa transferir a las Fuerzas Armadas de Ucrania.

La escasez y la dilaci¨®n en la ayuda a Ucrania ha reforzado a Putin, envalentonado por sus avances en el este del pa¨ªs en los ¨²ltimos meses pese a no haber podido recuperar el territorio ocupado en la provincia rusa de Kursk. El Kremlin asegura estar dispuesto a negociar con Kiev, pero solo si retira primero sus tropas del frente y renuncia a una posible adhesi¨®n a la OTAN, lo que dejar¨ªa al pa¨ªs indefenso en el futuro.

Oriente Pr¨®ximo

Por Luis de Vega (Jerusal¨¦n)

Estados Unidos es el principal aliado de Israel y su principal soporte en la guerra en Oriente Pr¨®ximo. No se prev¨¦ que eso cambie, gane quien gane las elecciones. Es posible, sin embargo, que, si hay turbulencias durante el periodo de transici¨®n entre la Administraci¨®n de Biden y la siguiente, la Casa Blanca no est¨¦ tan pendiente de esta regi¨®n debido a los asuntos internos, sostiene el analista Amos Harel en el diario Haaretz. Los votantes jud¨ªos y ¨¢rabes de Estados Unidos acudir¨¢n a las urnas a la sombra del conflicto en Oriente Pr¨®ximo, que puede ser decisivo por lo ajustado de los pron¨®sticos en algunos Estados clave como M¨ªchigan o Pensilvania.

Trump no oculta que, si gana, uno de sus objetivos ser¨¢ que Israel gane la guerra cuanto antes. Pero si algo se ha demostrado desde que la contienda estall¨® el 7 de octubre de 2023 con la matanza de Ham¨¢s, pese a los altibajos y las diferencias con Washington, es que nunca se ha cruzado la l¨ªnea de no retorno en sus relaciones bilaterales. Los env¨ªos de armamento estadounidense para las operaciones b¨¦licas que han dejado ya m¨¢s de 43.000 muertos en la franja de Gaza no han cesado. Estados Unidos tampoco ha dejado de arropar al primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, en Naciones Unidas.

L¨ªbano, donde el ej¨¦rcito israel¨ª ataca por tierra y por aire, es el otro gran frente de combate, mientras la tensi¨®n se mantiene con Ir¨¢n. Ambos conflictos son seguidos de cerca por la Casa Blanca sin dar la espalda a su aliado. En Israel, a diferencia de en Europa, Trump cuenta con m¨¢s apoyos que Harris. La decisi¨®n del republicano de trasladar durante su mandato presidencial la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusal¨¦n, capital no reconocida del Estado, supuso un firme apoyo a la pol¨ªtica israel¨ª.

Am¨¦rica Latina

Por Francesco Manetto (M¨¦xico)

Todo lo que se decide en la Casa Blanca o en el Congreso de Estados Unidos tiene un impacto cotidiano a lo largo de los m¨¢s de 10.000 kil¨®metros que separan la Patagonia y el r¨ªo Bravo. En Am¨¦rica Latina la dependencia de Washington determina, en mayor o menor medida, equilibrios pol¨ªticos a escala local. De la agenda comercial a la migraci¨®n, pasando por la seguridad o el alcance de las relaciones diplom¨¢ticas, una Administraci¨®n u otra puede marcar la diferencia para muchos gobiernos de la regi¨®n. Con estas premisas, los latinoamericanos, incluso los m¨¢s esc¨¦pticos, aguardan las elecciones del martes con la expectaci¨®n propia de una cita en la que tambi¨¦n est¨¢ en juego su propio futuro.

El pa¨ªs m¨¢s afectado es M¨¦xico, donde los v¨ªnculos con el vecino del norte son vitales para la estabilidad econ¨®mica. La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, una cient¨ªfica ecologista de izquierdas, ha evitado pronunciarse sobre los comicios y ha asegurado que su prioridad ser¨¢ llevarse bien tanto con Harris como con Trump, quien durante su mandato amenaz¨® al expresidente mexicano Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador con una guerra arancelaria si no colaboraba con su plan migratorio. Ese es uno de los nudos m¨¢s problem¨¢ticos de la relaci¨®n bilateral, al que se han sumado preocupaciones por la crisis de seguridad y llamadas de atenci¨®n de la Casa Blanca por la reciente reforma judicial, que introdujo la elecci¨®n popular de los jueces.

En Sudam¨¦rica, los venezolanos encaran este martes con sentimientos en las ant¨ªpodas. El sector mayoritario de la oposici¨®n, desactivada y arrinconada por Nicol¨¢s Maduro tras las elecciones de julio, conf¨ªa en que la pr¨®xima Administraci¨®n estadounidense endurezca su posici¨®n contra el Gobierno chavista, al que todos en Washington ya han acusado de fraude. El sucesor de Hugo Ch¨¢vez, al igual que su entorno y simpatizantes, sabe que la relaci¨®n ser¨¢ dura gane quien gane, aunque tratar¨¢ de mantener los pocos v¨ªnculos comerciales que quedan, tal vez a trav¨¦s de alg¨²n amago de di¨¢logo con la oposici¨®n, para que la agonizante industria petrolera venezolana no quede del todo desmantelada.

Las expectativas de cambio son escasas tambi¨¦n en Cuba. Sin embargo, cualquier gesto de la Casa Blanca podr¨ªa resultar decisivo para aliviar la profunda crisis que sufre la isla y un ¨¦xodo sin precedentes. La cita electoral estadounidense tendr¨¢ tambi¨¦n una gran repercusi¨®n en pa¨ªses como Brasil o Colombia, gobernados por presidentes de izquierdas. Una victoria de Harris supondr¨ªa continuidad, mientras que el regreso de Trump abrir¨ªa la puerta, sobre todo en el caso de Colombia, a un enfrentamiento abierto. Todo lo contrario a lo que aspira el ultraderechista Javier Milei. El presidente argentino no solo es un gran admirador de Trump, sino que buscar¨ªa el apoyo del magnate en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.

China

Por Guillermo Abril (Pek¨ªn)

La carrera tecnol¨®gica, comercial y militar entre Estados Unidos y China, primera y segunda potencia del planeta, probablemente sea la pugna geopol¨ªtica que marcar¨¢ este siglo. Bajo ese prisma, Pek¨ªn observa las elecciones con una mezcla de atenci¨®n m¨¢xima y grandes dosis de escepticismo; sin mostrar preferencia por ning¨²n candidato, y haciendo c¨¢lculos de escenarios por si sale vencedor una u otro. Si se pregunta entre funcionarios del gigante asi¨¢tico cu¨¢l de los dos candidatos prefiere, existe una alta probabilidad de que la respuesta sea: ¡°Ninguno¡±.

Tras una presidencia de Trump seguida de otra de Biden, el liderazgo comunista ha asumido que no existe el presidente m¨¢gico que vaya a poner fin a las diferencias. El deterioro en las relaciones bilaterales comenz¨® a sentirse con el primero, que lleg¨® al poder con una ristra de invectivas contra China, y desat¨® una guerra comercial en 2018. Los lazos entraron en una espiral descendente, se enquistaron durante la pandemia y tocaron fondo ya con Biden en la Casa Blanca.

Desde que Harris es vicepresidenta, ha habido choques a cuenta de Taiw¨¢n, y de la ambigua postura china frente a la invasi¨®n rusa de Ucrania; Washington ha restringido tambi¨¦n el acceso de China de los chips m¨¢s avanzados para evitar su uso en el dominio militar, algo que Pek¨ªn toma como una medida dirigida a frenar su desarrollo. El s¨ªmbolo de la diplomacia hecha jirones fue el derribo, en febrero de 2023, de aquel globo estratosf¨¦rico chino que sobrevolaba territorio estadounidense sin permiso. Desde entonces, el presidente estadounidense y su hom¨®logo chino, Xi Jinping, han tratado de estabilizar la situaci¨®n. En parte lo han logrado: los mandos militares han reabierto un canal de di¨¢logo. En parte no: salvo sorpresa, Biden ser¨¢ el ¨²nico presidente estadounidense que no ha visitado China desde Jimmy Carter (1977-81).

Durante la campa?a, la Rep¨²blica Popular ha recibido golpes de ambos. Trump y Harris se echan en cara que sus administraciones respectivas han sido demasiado indulgentes con China. El expresidente ha prometido una nueva ronda de aranceles del 60% a todos los productos chinos. Harris le recrimina haber desatado la guerra comercial y haber terminado vendi¨¦ndoles chips estadounidenses a China para ayudarles a modernizar su ej¨¦rcito.

En Pek¨ªn, no se hacen ilusiones con ninguno. ¡°Aunque puede haber diferencias en los enfoques de Trump y Harris hacia China, la presi¨®n y los ataques continuar¨¢n independientemente de qui¨¦n gane¡±, escriben en un reciente art¨ªculo Wang Yiwei, director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Renmin de China, y Tan Yannan, doctorando en la Escuela de Estudios Internacionales de la misma universidad. Con Trump, ven probable un creciente enfriamiento econ¨®mico; con Harris, la tecnolog¨ªa como ¨¢rea clave para el potencial conflicto.