El pulso de poder por la pr¨®xima Comisi¨®n Europea deja a la Euroc¨¢mara sumida en la desconfianza
Los grupos parlamentarios tendr¨¢n que recomponer las relaciones tras la batalla del PPE por bloquear a Teresa Ribera como vicepresidenta y la cesi¨®n de los socialistas al votar a los candidatos de Meloni y Orb¨¢n en el Ejecutivo comunitario
¡°Le van a quedar cicatrices¡±, vaticinaba un eurodiputado conservador alem¨¢n sobre Teresa Ribera aun antes de que comenzara el dur¨ªsimo pulso mantenido por su formaci¨®n, el Partido Popular Europeo (PPE), para intentar por todos los medios hacer descarrilar su ratificaci¨®n como vicepresidenta de la pr¨®xima Comisi¨®n Europea. Lo que quiz¨¢s no intu¨ªa ese legislador, de larga trayectoria, es que las heridas de esa batalla no se limitar¨ªan a la socialista espa?ola, todav¨ªa vicepresidenta del Gobierno de Pedro S¨¢nchez. El duro, largo y a menudo sucio pulso de la ¨²ltima semana y media en Bruselas, manteniendo en vilo el futuro del Ejecutivo europeo en un momento muy convulso en la escena internacional, ha dejado una huella profunda de desconfianza y malestar en la Euroc¨¢mara que seguir¨¢ ah¨ª cuando el proceso de ratificaci¨®n de comisarios no sea ya m¨¢s que una an¨¦cdota.
¡°En vista de la situaci¨®n mundial, con una Ucrania que necesita nuestra ayuda m¨¢s que nunca y cuando Donald Trump est¨¢ anunciando un Gobierno en el que ¨¦l parece el m¨¢s racional de todos, a nivel europeo deber¨ªamos centrarnos en asumir de manera calmada y concentrada nuestras responsabilidades y hacer que el barco europeo atraviese lo mejor posible estas aguas turbulentas¡±, dec¨ªa, muy enfadada, la eurodiputada verde alemana Hannah Neumann. ¡°Que Manfred Weber y su Partido Popular Europeo (PPE) hayan hecho un show tan absurdo en torno a Teresa Ribera me parece indigno¡±, criticaba el jueves la europarlamentaria, justo antes de entrar en una reuni¨®n de la C¨¢mara y a escasos metros de la popular Dolors Montserrat, una de las piezas clave en el intento de derribar la candidatura de la socialista espa?ola.
Pero aunque el intento ha fracasado, se ha llevado por delante mucho, empezando por la confianza, un elemento clave en una Bruselas construida a base de acuerdos y negociaciones. La resaca del proceso ha provocado (o ahondado) divisiones profundas ¡ªy algunos creen que irreparables¡ª entre formaciones pol¨ªticas, pero tambi¨¦n en el seno de los mismos grupos. Esa sensaci¨®n era patente este jueves en un Parlamento Europeo que ya hac¨ªa las maletas para el pleno de Estrasburgo de la semana que viene, donde todav¨ªa est¨¢ pendiente la ratificaci¨®n final de todo el nuevo equipo de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. Los se?alamientos y miradas de enfado o incredulidad por lo que muchos consideran un espect¨¢culo o juego innecesario, y muy da?ino, se cruzaban en una Euroc¨¢mara donde legisladores que, pese a ser de partidos distintos suelen saludarse, cambiaban el paso solo para evitar encontrarse.
¡°Ruptura del consenso emocional¡±
La situaci¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas en el Parlamento Europeo ha sido tan tensa como para que los m¨¢s veteranos y conocedores de sus pasillos hablaran este jueves de una ¡°ruptura del consenso emocional¡±. Algo nunca visto antes, insist¨ªan. Una de las pocas cosas en que coinciden diversas facciones pol¨ªticas, de izquierda a derecha, tras estos d¨ªas de agrias negociaciones, es en que el eje que tradicionalmente ha movido la legislaci¨®n europea, el que constituyen socialistas y populares, sale muy tocado de esto. La confianza se ha roto y va a ser muy dif¨ªcil restaurarla, advierten.
¡°En cualquier negociaci¨®n, hay momentos de tensi¨®n muy al l¨ªmite y que evidentemente hacen que se pueda resquebrajar la confianza¡±, reconoc¨ªa este jueves una de las protagonistas principales del pulso de la ¨²ltima semana, la l¨ªder de los Socialistas y Dem¨®cratas (S&D), Iratxe Garc¨ªa. Pero sabiendo que lo que est¨¢ en juego va mucho m¨¢s all¨¢ de los nombramientos de la Comisi¨®n, porque todav¨ªa quedan cinco largos a?os de legislatura, matizaba su an¨¢lisis: ¡°Si el resultado final es el acuerdo, es porque todos hemos sido conscientes de que ten¨ªamos esa responsabilidad. Las confianzas se pierden y se ganan. Es verdad que cuesta tiempo y lo que dijimos ayer [por el mi¨¦rcoles] es que queremos seguir trabajando unidos¡±, dijo a un grupo de periodistas.
Pero la propia Garc¨ªa, para lograr ese acuerdo, ha tenido que superar duras discusiones y cr¨ªticas en el seno de su grupo, procedentes sobre todo de los socialistas franceses y alemanes, estos especialmente al¨¦rgicos a cualquier cosa que se vea como un pacto con la extrema derecha a solo tres meses de las elecciones generales adelantadas en su pa¨ªs. Tampoco en el PPE ven todos con buenos ojos el firme alineamiento de Weber con el Partido Popular espa?ol contra Ribera. La divisi¨®n acecha tambi¨¦n a los liberales de Renew y los Verdes, que reconocen que el proceso de confirmaci¨®n ha causado fuertes divisiones internas. Algo que podr¨ªa hacerse patente en la votaci¨®n en el plenario de Estrasburgo del equipo de comisarios en conjunto.
El problema de fondo, analiza un antiguo legislador que sigue visitando peri¨®dicamente la Euroc¨¢mara, es que no se ha asumido a¨²n el ¡°cambio de era¡± que supusieron las elecciones europeas de junio. La ultraderecha no lleg¨® tan lejos como se vaticinaba, pero aun as¨ª logr¨® suficiente fuerza como para convertirse en un jugador con el peso necesario para formar una mayor¨ªa distinta a la proeuropea que hasta ahora hab¨ªa marcado el ritmo del Parlamento de la UE.
La extrema derecha ¡°era hasta ahora un actor marginal que ha pasado a ser decisivo¡±, al poder formar ¡ªcon el PPE¡ª una mayor¨ªa alternativa a la tradicional proeuropea, recuerda. Algo que se ha visto ya m¨¢s all¨¢ del proceso de comisarios: los conservadores han buscado el apoyo de la extrema derecha para sacar adelante iniciativas que no contaban con el respaldo de sus aliados de centro y progresistas tradicionales, como una resoluci¨®n sobre Venezuela (desde entonces se la conoce como alianza o mayor¨ªa Venezuela) o, estos mismos d¨ªas, unos cambios legislativos a una normativa medioambiental, la ley de deforestaci¨®n.
Todo ello cuando tambi¨¦n el ¨®rgano ejecutivo, la Comisi¨®n, vira a la derecha: hay m¨¢s comisarios del Partido Popular Europeo que nunca antes y eso ya supondr¨¢ una mayor¨ªa clara en el Colegio de Comisarios. Lo mismo sucede en el Consejo y, aunque no sea una mayor¨ªa tan holgada, el margen de maniobra de los conservadores tradicionales es muy grande, al poder inclinar mayor¨ªas a su derecha o su izquierda. ¡°La posibilidad de rodillo est¨¢ ah¨ª¡±, apuntan fuentes comunitarias. Y la tentaci¨®n de mirar hacia la derecha de la derecha cuando no salgan las cuentas al otro lado, volver¨¢ a repetirse.
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