Acuerdo UE-Mercosur: un imperativo geopol¨ªtico
El pacto, que abre la puerta a la mayor zona de libre comercio del mundo, nos permite ampliar y diversificar nuestras alianzas estrat¨¦gicas
El acuerdo pol¨ªtico alcanzado en Montevideo entre la UE y Mercosur abre la puerta a la mayor zona de libre comercio del mundo, con m¨¢s de 700 millones de personas, entre dos grandes organizaciones regionales muy cercanas pol¨ªtica y culturalmente y econ¨®micamente complementarias.
En realidad, no es la primera vez que, a lo largo de un cuarto de siglo de negociaciones, se alcanza un acuerdo. Ya ocurri¨® a finales del 2019, gracias al empe?o del Gobierno espa?ol que venci¨® las mismas resistencias que ahora todav¨ªa quedan por superar. Ambos acuerdos son b¨¢sicamente el mismo, con a?adidos importantes sobre las cuestiones medioambientales que lo hicieron naufragar entonces.
Y con la novedad de que se presenta en forma de dos tratados, siguiendo el modelo que propusimos para modernizar el acuerdo con Chile. ?Por qu¨¦ dos tratados? Fundamentalmente, para evitar dificultades en su ratificaci¨®n. Todos los elementos del Acuerdo, tanto los comerciales como los de di¨¢logo pol¨ªtico, est¨¢n incluidos en un tratado global. Pero al afectar a competencias que no son exclusivas de la UE, como la comercial, tiene que ser ratificado por el Parlamento Europeo y por el Consejo y tambi¨¦n por los parlamentos nacionales. Un proceso que se ha demostrado largo y dif¨ªcil. Por ello, un segundo tratado, exclusivamente de car¨¢cter comercial, entrar¨ªa en vigor inmediatamente cuando sea aprobado por el Consejo (si no se forma una minor¨ªa de bloqueo por un grupo de Estados miembros). M¨¢s tarde, cuando el tratado global sea ratificado, ser¨ªa subsumido en este.
Dejando aparte este alambicado proceso, para adaptarse a la arquitectura competencial de la UE, el acuerdo es de una gran importancia geopol¨ªtica. Nos permite ampliar y diversificar nuestras alianzas estrat¨¦gicas en un momento en el que Rusia est¨¢ intensificando sus relaciones pol¨ªticas con el llamado sur global, el mercado chino puede no ser tan prometedor, y la otra relaci¨®n transatl¨¢ntica puede estar en cuesti¨®n. El fracaso de este acuerdo habr¨ªa abierto de par en par la regi¨®n sudamericana a la influencia china, que ya es notable y creciente.
En t¨¦rminos comerciales, el tratado es equilibrado, da acceso a los productos industriales europeos en los pa¨ªses de Mercosur, y a los de naturaleza agropecuaria sudamericanos en la UE. Pero con salvaguardias importantes para el campo europeo (sistema de cuotas, productos fuera de temporada, cumplimiento de la ley contra la deforestaci¨®n, y ayudas compensatorias). Otro intercambio fundamental es el de las materias primas, tan importantes para nuestra transici¨®n digital y tecnol¨®gica. Los pa¨ªses de Mercosur ser¨¢n socios m¨¢s fiables que otros que hemos tenido.
Hemos necesitado un cuarto de siglo para llegar hasta aqu¨ª. Y el acuerdo anterior encall¨® por la oposici¨®n de Francia, por la falta de anclaje con el Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico y el riesgo de impulsar la deforestaci¨®n del Amazonas. Este segundo aspecto cobr¨® virtualidad con la llegada de Bolsonaro. Despu¨¦s, me empe?¨¦ en relanzar los acuerdos con Chile, M¨¦xico, y Mercosur, con el apoyo decidido de Espa?a, primero, y ¨²ltimamente de Alemania. La vuelta de Lula dio un impulso decisivo al proceso. Desde el lado europeo propuse el sistema de dos tratados en uno para superar las dificultades de la ratificaci¨®n de un tratado global. Y nos esforzamos en mejorar la dimensi¨®n ecol¨®gica del acuerdo.
El siguiente escollo que hubo que superar, fue el del anterior Gobierno argentino, que en realidad estaba en contra del tratado. La llegada del ultraliberal Milei permiti¨® avanzar las negociaciones hasta alcanzarse el punto de convergencia de Montevideo. Los aspectos ambientales y el impacto sobre algunos sectores agr¨ªcolas europeos, han sido los m¨¢s conflictivos. En particular, el efecto de la ley contra la deforestaci¨®n europea, que puede limitar la importaci¨®n de productos agr¨ªcolas que contribuyan a la destrucci¨®n de la superficie forestal. Esta cuesti¨®n ha sido objeto de especial atenci¨®n en las ¨²ltimas negociaciones, buscando formas de equilibrar su impacto en las relaciones comerciales.
El cumplimiento de los Acuerdos de Par¨ªs en la lucha contra el cambio clim¨¢tico ha sido para los europeos de importancia fundamental, requiriendo el compromiso de los pa¨ªses de Mercosur como miembros de buena fe de los acuerdos. Como sucede con casi todos los pactos, han sido necesarios alambicados compromisos de ¨²ltima hora, pero el resultado final generar¨¢ una relaci¨®n globalmente positiva para las econom¨ªas de la UE y de Mercosur. Si se consigue su ratificaci¨®n, podremos decir que se ha logrado un significativo ¨¦xito geopol¨ªtico: una alianza econ¨®mica y comercial sin precedentes, desde la Patagonia a Laponia. Y Espa?a habr¨¢ desempe?ado en ello un papel muy importante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.