El creciente poder de China en Am¨¦rica Latina
Si Estados Unidos y la Uni¨®n Europea reducen sus dependencias estrat¨¦gicas de Pek¨ªn sin avanzar en sus relaciones con otras partes del mundo solo conseguir¨¢n mayor aislamiento internacional
Hace ya tiempo que casi todo lo que pasa en la regi¨®n latinoamericana tiene algo que ver con China. La relaci¨®n entre ambos mundos empez¨® por el comercio de materias primas cuando China se convirti¨® en el principal comprador de las mismas tras poner a su econom¨ªa en esteroides para protegerla de los efectos de la crisis financiera global en 2008. Enseguida China consigui¨® girar las tornas inundando a los pa¨ªses latinoamericanos con sus exportaciones de bienes de consumo, y m¨¢s recientemente, tambi¨¦n de productos intermedios, como maquinaria, componentes electr¨®nicos y muchos otros, haciendo competencia directa a Estados Unidos y, sobre todo, a una Europa que durante d¨¦cadas se ha beneficiado de su potencia exportadora mundial.
Cuando la mayor parte de los pa¨ªses latinoamericanos empezaron a acumular d¨¦ficits comerciales con el gigante asi¨¢tico, China empez¨® a desarrollar un segundo nivel de influencia econ¨®mica que es el de la inversi¨®n directa. A pesar de la competitividad de China en el sector manufacturero, no han sido estas empresas las que se han lanzado a producir en Am¨¦rica Latina sino m¨¢s bien el sector el¨¦ctrico, as¨ª como la b¨²squeda del control de recursos naturales. M¨¢s all¨¢ de la inversi¨®n directa, la participaci¨®n de China en la construcci¨®n de infraestructuras en la regi¨®n se ha financiado con pr¨¦stamos por parte de los grandes bancos de desarrollo chinos, que no han hecho m¨¢s que aumentar la deuda latinoamericana, esta vez con China. De hecho, en algunos casos la acumulaci¨®n de deuda ha sido tan r¨¢pida que ha acabado en una reestructuraci¨®n de la misma, como muestra el caso de Ecuador.
Habiendo alcanzado un nivel de relaciones econ¨®micas mucho m¨¢s amplio, no nos debe extra?ar que China haya podido avanzar tambi¨¦n en sus relaciones diplom¨¢ticas con buena parte de la regi¨®n. De hecho, en los ¨²ltimos a?os, de los pa¨ªses latinoamericanos que a¨²n manten¨ªan relaciones diplom¨¢ticas con Taiw¨¢n varios se han girado hacia China, con Panam¨¢ como caso prominente por su importancia estrat¨¦gica derivada del Canal y, m¨¢s recientemente, Honduras. Las incertidumbres sobre el futuro de las relaciones diplom¨¢ticas con Taiw¨¢n de los pocos pa¨ªses que quedan es enorme, como reflejan la evoluci¨®n de las recientes elecciones en Paraguay.
Pero no es solo Taiw¨¢n. Las tendencias pol¨ªticas en la regi¨®n sin duda se est¨¢n viendo influenciadas por China, como queda patente en la campa?a electoral de Lula da Silva y su pol¨ªtica exterior. En t¨¦rminos m¨¢s generales, los vientos de populismo de izquierda son cada vez m¨¢s fuertes, con miras a un modelo alternativo de desarrollo en el que el papel del Estado juega un papel m¨¢s importante.
Aunque la influencia de China pueda parecer imparable por s¨ª sola, la realidad es que tanto EE UU como la Uni¨®n Europea se lo han puesto muy f¨¢cil. Ambos bloques econ¨®micos no se han tomado suficientemente en serio la importancia de llegar a acuerdos comerciales y de inversi¨®n con Am¨¦rica Latina y han ido perdiendo comba en la regi¨®n. En el caso de EE UU, la crisis financiera sin duda ha dejado mella en la apreciaci¨®n del ciudadano medio sobre los beneficios del comercio internacional. En la Uni¨®n Europea, la falta de un acuerdo sobre Mercosur despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os de negociaciones es paradigm¨¢tico de las dificultades que un ¨¢rea econ¨®mica, pero no soberana, tiene hoy en un mundo donde las reglas comerciales internacionales se resquebrajan y los pa¨ªses miembros no est¨¢n dispuestos a realizar las concesiones necesarias para poder avanzar. M¨¢s all¨¢ de los acuerdos comerciales, parece dif¨ªcil pensar c¨®mo la Uni¨®n Europea puede mantener una influencia acorde a su tama?o econ¨®mico ¡ªque por cierto tambi¨¦n se achica en t¨¦rminos relativos¡ª con un entramado institucional tan complicado que nos aboca al statu quo.
Es f¨¢cil echar la culpa a China de nuestra p¨¦rdida de influencia en la regi¨®n latinoamericana pero la realidad es que China solo ha aprovechado la oportunidad que le hemos otorgado de manera probablemente poco consciente pero evidente a los ojos del resto del mundo. Ante el futuro, la pregunta que cabe hacernos es si nuestro cambio de estrategia respecto a China, que aboga por reducir los riesgos inherentes en nuestra dependencia cr¨ªtica del gigante asi¨¢tico en algunos sectores claves, como son los de la transici¨®n energ¨¦tica, tambi¨¦n pueda tener consecuencias sobre nuestra pol¨ªtica hacia Am¨¦rica Latina, una regi¨®n con lazos muy importantes hist¨®rica y culturalmente. Cabr¨ªa esperar que los pol¨ªticos europeos y sus autoridades econ¨®micas de repente comprendan que reducir las dependencias estrat¨¦gicas de China sin avanzar en nuestras relaciones con otras partes del mundo solo nos aislar¨¢ m¨¢s. La ¨²nica manera de mitigar el fuerte impacto negativo de las pol¨ªticas que Europa est¨¢ empujando frente a China es el de fortalecer las relaciones econ¨®micas con el resto del mundo, especialmente el que es m¨¢s complementario por motivos poblacionales y sectoriales. Am¨¦rica Latina, sin duda, cumple estos criterios. Parece claro que la presidencia espa?ola del Consejo de la UE perseguir¨¢ con ah¨ªnco este sano objetivo. La pregunta es si conseguir¨¢n cambiar las din¨¢micas, o mejor dicho la falta de las mismas, despu¨¦s del estancamiento de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.