Macron nombra a Fran?ois Bayrou primer ministro para cerrar la crisis pol¨ªtica francesa
El nuevo jefe de Gobierno, l¨ªder del partido centrista MoDem, deber¨¢ ampliar la base de apoyos, aprobar un presupuesto y evitar una nueva moci¨®n de censura. ¡°Afrontamos un Himalaya de dificultades¡±, advierte
La soluci¨®n a la crisis, o la maniobra para detener la hemorragia por la que se desangra estos d¨ªas el mandato del presidente Emmanuel Macron, se llama Fran?ois Bayrou. El l¨ªder del partido de centroderecha Movimiento Democr¨¢tico (MoDem) ser¨¢ el nuevo primer ministro de Francia y la persona que deber¨¢ coser las heridas abiertas en los ¨²ltimos meses, que han acentuado la profunda divisi¨®n que las elecciones legislativas de julio dejaron en el Parlamento. ¡°La reconciliaci¨®n es necesaria¡±, lanz¨® en sus primeras declaraciones, pasadas las 17.30, durante el traspaso de poderes. Hasta ese momento, la jornada hab¨ªa sido fren¨¦tica.
Bayrou amaneci¨® pensando que ser¨ªa primer ministro, descubri¨® luego que no lo ser¨ªa, y logr¨® al final convencer a Macron de su nombramiento tras una tensa reuni¨®n. Una vez en Matignon, sede del Gobierno, recibi¨® de su predecesor, Michel Barnier, algunos halagos, pocos consejos y mucho ¨¢nimo. ¡°Quiero expresarle mi gratitud de ciudadano¡±, respondi¨® Bayrou, en un pasaje lleno de respeto entre dos hombres que piensan de forma parecida: ¡°Conozco la dificultad de la situaci¨®n. La cuesti¨®n de la deuda y el d¨¦ficit, he planteado campa?as electorales sobre esos temas. Y creo que son un problema moral¡±. ¡°Afrontamos un Himalaya de dificultades¡±, comenz¨® su discurso, centrando su objetivo en la cuesti¨®n financiera.
El nuevo primer ministro, de 73 a?os, los mismos que su predecesor, Michel Barnier, con quien exhibi¨® una gran sinton¨ªa y ¡°amistad¡±, deber¨¢ ahora conformar un Ejecutivo y un programa que respete distintos equilibrios y que permita evitar mayor¨ªas en la oposici¨®n capaces de volver a tumbar su Gobierno. Lo necesita Francia para salir del atolladero pol¨ªtico y financiero y aprobar una nueva ley de presupuestos. Lo necesita Macron, a quien Bayrou ya ech¨® una mano para ganar en 2017, para acallar el creciente runr¨²n que pide su dimisi¨®n. Su nombramiento, sin embargo, ha ido acompa?ado de un suspense y una sensaci¨®n de improvisaci¨®n que auguran un comienzo complejo.
A las 8.30, Bayrou, alcalde de Pau, viejo zorro de la pol¨ªtica francesa, entr¨® en el Palacio del El¨ªseo para desayunar con Macron. Nadie conoc¨ªa entonces todav¨ªa las intenciones del presidente de la Rep¨²blica, que toma las decisiones cada vez m¨¢s en solitario y en el ¨²ltimo momento. El suspense era total. La reuni¨®n se fue tensando. Al parecer, Macron ni siquiera ten¨ªa claro en ese momento el nombramiento y le propuso algunas opciones que encolerizaron a su interlocutor. Pero a esas alturas, una hora y media despu¨¦s, mientras ya se preparaba el traspaso de poderes en la alfombra roja de Matignon y los operarios no sab¨ªan a qu¨¦ altura poner el micro para el potencial primer ministro, no hab¨ªa mucho espacio para otros experimentos. Minutos antes de la una del mediod¨ªa, lleg¨® el comunicado oficial que pon¨ªa fin a un extra?o sainete matinal.
Bayrou, un hombre dialogante y de convicciones m¨¢s bien fluidas, tres veces ministro, encarna una tercera v¨ªa, una bisagra entre derecha e izquierda muy ¨²til para un momento en el que el Gobierno deber¨¢ ampliar su base de apoyo para evitar nuevos descarrilamientos. El entorno de Macron hizo saber tras su nombramiento los motivos que lo consumaron. ¡°El nombre de Fran?ois Bayrou se ha impuesto en los ¨²ltimos d¨ªas como el m¨¢s consensuado. A medida que avanzaban las consultas, el alcalde de Pau apareci¨® como la figura m¨¢s capacitada para garantizar la unidad y formar el Gobierno de inter¨¦s general deseado por el presidente de la Rep¨²blica en su ¨²ltimo discurso. Tendr¨¢ la misi¨®n de dialogar con todos los partidos pol¨ªticos reunidos el martes 10 de diciembre en el El¨ªseo, con el fin de encontrar las condiciones para la estabilidad y la acci¨®n¡±, se?alaron. El paisaje que deber¨¢ transitar, sin embargo, no ser¨¢ agradable.
Inestabilidad
Francia ya es oficialmente uno de esos pa¨ªses capaces de naturalizar la inestabilidad: cuatro primeros ministros en 2024, un r¨¦cord ante el que palidecen titanes de las crisis pol¨ªticas como Italia. El anterior Gobierno, liderado por el conservador Michel Barnier, dur¨® solo tres meses: el m¨¢s corto de la V Rep¨²blica. Su Ejecutivo fue v¨ªctima de una moci¨®n de censura hace dos semanas. Desde entonces, el pa¨ªs ha vuelto a afrontar m¨²ltiples problemas con un Gabinete en funciones, tal y como hizo durante todo el pasado verano. La falta de mayor¨ªas claras en el Parlamento, y la voluntad de Macron de ignorar el resultado electoral de las pasadas elecciones legislativas que otorg¨® la victoria al Nuevo Frente Popular (la alianza que integraban las izquierdas), dej¨® el Ejecutivo en una situaci¨®n de fragilidad extrema y en manos de la ultraderecha.
La primera oportunidad que tuvo el partido de Marine Le Pen, la aprobaci¨®n de los presupuestos, fue suficiente para liquidar a Barnier y su equipo. Lo inquietante es que nadie sabe cu¨¢nto durar¨¢ el nuevo artefacto que liderar¨¢ Bayrou, cuyo perfil no era del agrado de la izquierda. El presidente del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, Joan Bardella, se?al¨® que ¡°no habr¨¢ censura a priori¡±. ¡°Nuestras l¨ªneas rojas permanecen, no van a cambiar¡±, a?adi¨®, precisando: ¡°Nada de eliminaci¨®n de reembolsos de medicamentos, no debilitar la situaci¨®n econ¨®mica y social de los jubilados¡±. Bardella critic¨® luego a un ¡°presidente atrincherado que ha optado por un nuevo primer ministro que debe tener en cuenta la nueva realidad pol¨ªtica¡±.
M¨¢s all¨¢ del nombre del primer ministro, y de los 36 diputados que tiene su partido, la noticia es el aislamiento en el que Macron ha sumido a los dos extremos ideol¨®gicos del Parlamento: La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc M¨¦lenchon, y la ultraderecha del Reagrupamiento Nacional de Le Pen. Una peque?a victoria del jefe del Estado, rebajado en los ¨²ltimos d¨ªas a mero ¨¢rbitro de un partido poco atractivo. Pero la jugada, que cuenta con una mayor¨ªa muy fr¨¢gil, permitir¨ªa al nuevo Gobierno avanzar, como m¨ªnimo, hasta el pr¨®ximo junio, la fecha en que podr¨ªa volver a disolverse la Asamblea (la Constituci¨®n no permite hacerlo m¨¢s de una vez en un a?o), cuando volver¨ªan a barajarse las cartas.
La otra noticia es la ruptura de facto del Nuevo Frente Popular, el artefacto electoral que uni¨® a las izquierdas en las pasadas elecciones (principalmente, LFI, el Partido Socialista, los comunistas y los ecologistas). Los socialistas, pese a haber votado la moci¨®n de censura que tumb¨® al ex primer ministro Barnier, se cansaron de la negativa perenne de los de M¨¦lenchon ¡ªsu partido ya ha anunciado otra moci¨®n de censura¡ª a construir una alternativa y decidieron entablar negociaciones con Macron. Les siguieron los comunistas y los ecologistas, que se comprometieron a no votar una moci¨®n de censura si el nuevo Gobierno renunciaba a utilizar el art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n para aprobar las medidas que vaya a tomar por decreto. Esa ser¨¢ la principal ventaja con la que contar¨¢ Bayrou respecto a su predecesor.
Francia deber¨¢ ahora pisar el acelerador para formar el Ejecutivo y trabajar en una nueva ley de presupuestos. De momento, el pa¨ªs funciona con una norma especial que permite hacer frente a los asuntos corrientes y con una pr¨®rroga de las anteriores cuentas que aumentar¨¢ m¨¢s de lo previsto el alto d¨¦ficit del pa¨ªs.
Bal¨®n de ox¨ªgeno para Macron
El nombramiento de un nuevo primer ministro es un bal¨®n de ox¨ªgeno para Macron, que vuelve a tener un pararrayos para atravesar la tormenta que azota Francia. El problema es cu¨¢nto durar¨¢ esta nueva protecci¨®n. Tanto la ultraderecha de Le Pen como la Francia Insumisa de M¨¦lenchon intentar¨¢n por todos los medios volver a tumbar al nuevo Ejecutivo. Un antiguo consejero de Macron, que asegura no entender las decisiones del presidente, indic¨® a este diario con la condici¨®n del anonimato: ¡°No aguantar¨¢ tres mociones de censura, y la idea de Le Pen es provocarlas antes del 30 de marzo, fecha en la que podr¨ªa ser inhabilitada [por un proceso de desv¨ªo de fondos europeos] y no poder presentarse a las presidenciales¡±.
La debilidad de Macron, que el jueves tuvo que acortar su viaje a Polonia para hacer frente a los problemas dom¨¦sticos que lastran su credibilidad en el exterior, se expresa en todos los frentes. Incluso la negociaci¨®n mantenida con todas las formaciones, otorgando derecho a veto a un partido como los ecologistas, que tiene 17 diputados, habla de un presidente cuya fuerza no se corresponde ya con los poderes casi mon¨¢rquicos que otorga el r¨¦gimen de la V Rep¨²blica.
La situaci¨®n de estos meses es fruto del resultado de las ¨²ltimas elecciones legislativas, en las que el Parlamento qued¨® fragmentado en tres bloques casi iguales. El Nuevo Frente Popular (NFP) ¡ªla alianza integrada por LFI de M¨¦lenchon, socialistas, comunistas y ecologistas¡ª logr¨® 182 de 577 diputados, pero qued¨® muy lejos de la mayor¨ªa absoluta de 289. El bloque presidencial, formado por tres partidos de centro y centroderecha, obtuvo 168; y el ultraderechista RN, 143. El partido de Le Pen, pese a terminar tercero en ese esquema de bloques, se convirti¨® en el ¨¢rbitro de la contienda al no encontrar el presidente Macron una mayor¨ªa absoluta estable en el Parlamento.
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