La guerra cibern¨¦tica entre Ucrania y Rusia se intensifica en paralelo al conflicto militar
El Registro Civil de Kiev colaps¨® el 19 de diciembre por uno de los pirateos inform¨¢ticos m¨¢s graves desde el inicio de la invasi¨®n, un tipo de acciones que aument¨® en 2024 casi un 70%
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Una de las primeras noches de enero suenan las sirenas antia¨¦reas en Kiev porque se ha detectado una amenaza de ataque con misiles bal¨ªsticos rusos. No hay rinc¨®n en la capital ucrania que escape al estridente sonido, pero en la recepci¨®n de un c¨¦ntrico hotel tres reci¨¦n nacidos duermen a pierna suelta en sus cucos, ajenos a la preocupaci¨®n de sus padres, que permanecen con un ojo puesto en ellos y el otro en los avisos en Telegram sobre el bombardeo. La alarma los ha sacado sus habitaciones y los ha llevado a refugiarse en la planta baja del alojamiento. Pero ellos no solo son v¨ªctimas potenciales de las bombas: esos tres beb¨¦s, dos de ellos mellizos, est¨¢n entre los incontables damnificados de un conflicto invisible, pero muy real, que se est¨¢ librando paralelamente a la invasi¨®n terrestre a gran escala iniciada por Rusia en 2022: la ciberguerra.
?C¨®mo acaban tres reci¨¦n nacidos siendo afectados por una guerra cibern¨¦tica? Tiene f¨¢cil explicaci¨®n. No pueden salir del pa¨ªs porque un ataque inform¨¢tico ha impedido su inscripci¨®n en el Registro Civil. Estos ni?os han nacido de vientres de alquiler, una pr¨¢ctica prohibida en Espa?a y otros pa¨ªses pero legal en Ucrania, pa¨ªs al que recurren miles de parejas para tener descendencia. Entre ellas, los padres de estas tres criaturas, que viajaron desde Portugal el pasado diciembre para recoger a sus hijos. La estancia en Kiev, cuenta Andrea, una de las madres, es de unas cuatro semanas, el tiempo que suele tardarse en dejar listos todos los documentos pertinentes si no hay ning¨²n problema. Esta vez, s¨ª lo ha habido.
El 19 de diciembre, Ucrania sufri¨® uno de los peores ciberataques rusos contra infraestructuras cr¨ªticas del pa¨ªs. La viceprimera ministra Olha Stefanishyna lo confirmaba ese mismo d¨ªa: ¡°Hoy se produjo el mayor ciberataque externo de los ¨²ltimos tiempos contra los registros estatales de Ucrania¡±, escribi¨® Stefanishyna en Facebook. ¡°Como resultado, el trabajo de los registros unificados y estatales, que est¨¢n bajo la jurisdicci¨®n del Ministerio de Justicia de Ucrania, se ha suspendido temporalmente¡±, se?al¨®.
La agresi¨®n se dirigi¨® contra los registros estatales del Ministerio de Justicia que contienen informaci¨®n vital sobre los ciudadanos, tales como nacimientos, defunciones, matrimonios y propiedades, aunque no solo. XakNet, el grupo de piratas inform¨¢ticos que reivindic¨® la acci¨®n en Telegram, da cuenta de una lista de hasta 31 bases de datos atacadas.
La guerra en el ciberespacio entre Rusia y Ucrania no es un asunto menor. Tan solo en 2024, el n¨²mero de ciberataques en Ucrania aument¨® casi un 70% con respecto al a?o anterior ¡ªalcanz¨® los 4.315 incidentes, frente a los 2.541 de 2023¡ª, seg¨²n inform¨® el servicio de prensa de Comunicaciones Especiales del Estado.
La mayor¨ªa de los ataques son operados por grupos prorrusos como No Name, seg¨²n los estudios del Instituto para la Ciberpaz, una organizaci¨®n con sede en Suiza que ofrece asistencia gratuita en materia de ciberseguridad a comunidades vulnerables. No Name, por ejemplo, atac¨® el pasado junio la filial en Espa?a que est¨¢ renovando tanques Leopard para su entrega a Ucrania. Del lado ucranio, el principal atacante es el llamado IT Army of Ukraine, una red de piratas inform¨¢ticos coordinada por el Ministerio de Transformaci¨®n Digital que desde el inicio de la invasi¨®n y hasta septiembre de 2023 ha perpetrado m¨¢s de 300 ciberataques contra organismos civiles rusos.
St¨¦phane Douguin, director ejecutivo del Instituto para la Ciberpaz, sostiene que el alcance de esta guerra paralela es ¡°masivo¡± y sus consecuencias afectan a todos, no solo al pa¨ªs invadido y al invasor: ¡±Si no hubiera guerra f¨ªsica, esta otra encabezar¨ªa las noticias de las ocho todos los d¨ªas¡±, subraya.
Durante 2022 y 2023, su organizaci¨®n registr¨® m¨¢s de 3.000 ataques, entre ellos, el perpetrado contra la principal empresa de telefon¨ªa m¨®vil, Kyivstar, que dej¨® sin servicio de m¨®vil o internet a millones de usuarios ucranios hace un a?o. Pero tambi¨¦n tienen consecuencias m¨¢s all¨¢ de las fronteras del conflicto: el 24 de febrero de 2022, un hackeo proveniente de Rusia interrumpi¨® el acceso a internet por sat¨¦lite de banda ancha. En concreto, deshabilit¨® los m¨®dems que se comunican con la red satelital KA-SAT de Viasat Inc., que proporciona acceso a internet a decenas de miles de personas en Ucrania y Europa. ¡°Las turbinas e¨®licas de toda Europa dejaron de funcionar; sobre todo, la mayor empresa de energ¨ªa alemana. M¨¢s de 40.000 abonados de distintos servicios de internet se quedaron sin servicio en Alemania, Francia, Hungr¨ªa, Grecia, Italia y Polonia¡±, ejemplifica el experto. ¡°Atacan a otros pa¨ªses por razones geopol¨ªticas, porque comparten posturas o posiciones de apoyo a Ucrania con municiones o ayuda humanitaria¡±.
Para los beb¨¦s de Beatriz y Tereixa, que no revelan sus verdaderos nombres por razones de privacidad, esto ha significado que no han podido ser registrados. ¡°Oficialmente, no existen; el m¨ªo naci¨® hace dos semanas, pero ni siquiera tiene nombre¡±, dice Beatriz, mirando a su hijo mientras espera a que la sirena antia¨¦rea se desactive y puedan volver a sus habitaciones.
Los expertos en ciberseguridad reconocen cuatro tipos de ataques: uno es el robo de informaci¨®n para usarla en contra del bando enemigo; otro es el dise?ado para difundir propaganda, que preocupa cada vez m¨¢s; el tercero engloba los ataques disruptivos, que buscan impedir que los sistemas funcionen; y los peores de todos: aquellos cuyo fin es destruir el sistema para asegurarse de que no ser¨ªa posible ponerlo en marcha de nuevo, como el del pasado 19 de diciembre, que interrumpi¨® gravemente el trabajo de las oficinas del Registro Civil durante m¨¢s de dos semanas, seg¨²n el Ministerio de Justicia.
Esas dos semanas han sido infernales para los funcionarios de la Administraci¨®n. Margaret Dzuba trabaja en una de las oficinas del Registro en Kiev y constata que durante esos d¨ªas no denegaron la atenci¨®n a nadie, pero tuvieron que apuntar la informaci¨®n a mano o en un documento de Word. ¡°Muchos de quienes ven¨ªan a registrar nacimientos prefer¨ªan volver a casa y regresar cuando el sistema se arreglase porque hay un mes de plazo para hacerlo, pero las defunciones son tres d¨ªas, as¨ª que ellos no pod¨ªan esperar¡±, explica.
Dzuba no sabe a cu¨¢ntas personas ha podido afectar este fallo, pero se basa en su trabajo para hacerse una idea: ¡°Desde el 19 de diciembre he registrado a unos 20 reci¨¦n nacidos por d¨ªa. En cuanto a fallecidos, estad¨ªsticamente sabemos que tenemos un nacimiento por cada tres muertes, as¨ª que habr¨¦ hecho unas 60¡å, estima. Ahora, se figura que tendr¨¢ que hacer muchas horas extra para registrar en el sistema inform¨¢tico todo el trabajo retrasado. ¡°Y el sistema funciona, s¨ª, pero muy lentamente, porque hemos debido empezar a usarlo todos a la vez¡±. Rada Dashutina, jefa adjunta de la Oficina Estatal de Registro Estatal de Actos del Estado Civil, aporta m¨¢s informaci¨®n: ¡°Desde el 19 de diciembre hasta el 4 de enero se levantaron 35.000 registros en toda Ucrania, que se inscribieron todos en el Registro Estatal el 5 y 6 de enero¡±, indica a EL PA?S.
Una de las peores consecuencias de este ¨²ltimo ataque es la posible p¨¦rdida definitiva de datos esenciales de los ciudadanos, algo de lo que se jactan los piratas inform¨¢ticos que perpetraron la acci¨®n criminal, que aseguraron haberse descargado y eliminado tanto las bases de datos primarias de los registros como las copias de seguridad almacenadas en servidores de Polonia.
Sin embargo, Denis Maliuska, exministro de Justicia de Ucrania, explic¨® al diario Ukrainska Pravda que hab¨ªa copias de seguridad disponibles y que los datos se recuperar¨¢n pronto. Coincide en este sentido Dashutina: ¡°La empresa que asegura el funcionamiento de este registro ha comprobado toda la informaci¨®n y no hay ning¨²n caso de desaparici¨®n de informaci¨®n ni de fallo en la salvaguarda de la informaci¨®n. Por lo tanto, puedo suponer que los datos del Registro Estatal corresponden a los que estaban disponibles el 19 de diciembre¡±, asevera.
Pero la funcionaria Margaret Dzuba no lo tiene tan claro, pues asegura que ha comprobado casos en los que falta informaci¨®n. Para demostrarlo, busca en su propio ordenador la ficha de su padre: est¨¢ toda, salvo la nacionalidad y el lugar de nacimiento, cuyas correspondientes casillas aparecen en blanco. La funcionaria tambi¨¦n refiere otros casos que ha comprobado anteriormente. ¡°No s¨¦ cu¨¢nta gente habr¨¢ afectada, pero mi padre no va a ser el ¨²nico de Ucrania¡±, apunta. La soluci¨®n, en el peor de los supuestos, es sencilla: ¡°Si un ciudadano comprueba en el Diia [la oficina virtual de atenci¨®n al ciudadano] que sus datos est¨¢n incompletos, solo tiene que ir a la sucursal del Registro m¨¢s cercana a su domicilio con su documentaci¨®n y solicitar que se los actualicen en el sistema¡±, tranquiliza.
Aunque los registros ucranios van recuperando la normalidad poco a poco, el Servicio Estatal de Comunicaciones Especiales y Protecci¨®n de la Informaci¨®n de Ucrania ha alertado de que para 2025 esperan que los ataques contin¨²en y el ciberespacio siga siendo un foco de una guerra clave para Rusia en su intento de desestabilizar la situaci¨®n en Ucrania. ¡°Durante la guerra, la informaci¨®n m¨¢s valiosa para el enemigo es la informaci¨®n sobre los planes de las fuerzas de defensa de Ucrania, el Gobierno y otras organizaciones que apoyan al ej¨¦rcito¡±, sostienen desde este organismo.
Piratas civiles en conflictos militares
Entre los piratas inform¨¢ticos autores de los ataques predomina la poblaci¨®n civil. De hecho, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja ha llamado la atenci¨®n, sin mencionar espec¨ªficamente a Ucrania o Rusia, sobre el incremento de la implicaci¨®n de hackers civiles en conflictos militares. Es, seg¨²n esta organizaci¨®n, una ¡°tendencia preocupante¡± que podr¨ªa socavar la distinci¨®n entre combatientes y civiles durante la guerra.
Douguin sostiene que es dif¨ªcil medir el impacto econ¨®mico de estos fen¨®menos porque no hay muchos recursos destinados a recopilar esa informaci¨®n. Y, por tanto, no se est¨¢ haciendo lo suficiente para detener esta guerra en segundo plano, tampoco en el contexto de la legislaci¨®n. ¡°No hemos visto ninguna respuesta internacional seria, pero s¨ª vemos a hacker jact¨¢ndose p¨²blicamente de infligir da?o a diestra y siniestra en el mundo¡±, reprueba. ¡°Tambi¨¦n carecemos totalmente de un marco de disuasi¨®n que garantice una cooperaci¨®n internacional para que el coste de un ataque sea lo suficientemente alto como para que alguien que quiera convertirse en cibersoldado se lo piense dos veces¡±.
Un mes despu¨¦s del ciberataque a los registros, Beatriz y Tereixa siguen alojadas en el hotel de Kiev, bajando a la recepci¨®n con sus beb¨¦s a cuestas cada vez que suenan las sirenas antia¨¦reas. Ya han podido registrarlos, pero todav¨ªa no han podido compulsar la documentaci¨®n de los ni?os en el registro notarial y les han comunicado que, por lo menos, les esperan otras dos semanas en Ucrania. ¡°No veo el momento de llegar a casa y olvidarme de las sirenas y los bombardeos¡±, suspira Beatriz.
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