Meloni deporta de nuevo migrantes a Albania sin esperar a que el tribunal de la UE aclare si es legal
El Gobierno italiano env¨ªa el grupo m¨¢s numeroso hasta ahora, 49 personas. Los jueces rechazaron los traslados anteriores y elevaron el conflicto a las instancias europeas
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, vuelve a la carga con un tercer intento de deportaci¨®n a Albania de migrantes rescatados en el Mediterr¨¢neo, tras el fracaso de los dos anteriores, anulados por los jueces, y despu¨¦s de parar dos meses el plan ante los reveses judiciales y el mal tiempo. El centro de internamiento de Gj?der fue cerrado y el personal enviado a casa, pero ahora el clima favorable ha aumentado las llegadas a la isla de Lampedusa y, aunque el contexto legal apenas ha variado, el Gobierno de ultraderecha ha decidido echar otro pulso a los tribunales.
Meloni no ha querido esperar a que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), resuelva en febrero el choque de criterios entre el Ejecutivo italiano y los jueces, ante un plan que ya arrancaba lleno de dudas legales. En principio, poco ha cambiado para que el desenlace no sea el mismo de las otras dos veces, pero mientras tanto Meloni puede seguir explotando el efecto propagand¨ªstico de echar inmigrantes y luego culpar a los jueces de oponerse a la voluntad popular.
La nave militar Casiopea, seg¨²n inform¨® el Ministerio del Interior italiano, navega este domingo rumbo al puerto alban¨¦s de Sh?ngjin, donde se prev¨¦ que atraque este lunes o el martes. Lleva a bordo 49 migrantes, el grupo m¨¢s numeroso trasladado hasta ahora. Son de Egipto y Banglad¨¦s, las mismas nacionalidades de los dos viajes anteriores, que hicieron que los jueces rechazaran su traslado, pero tambi¨¦n de Gambia y Costa de Marfil, una novedad.
Coste disparatado
En los dos viajes anteriores, fueron tan solo 16 personas en octubre y 8 en noviembre. Todos acabaron luego en Italia. Fueron cifras ¨ªnfimas respecto a los 6.000 inmigrantes que llegaron al pa¨ªs en ese periodo, una prueba de la dif¨ªcil viabilidad del modelo Albania que la UE sigue con inter¨¦s, en su pretensi¨®n de endurecer la pol¨ªtica de asilo. Con un coste disparatado: el coste por migrante ha sido de 85.600 euros, seg¨²n ha calculado la prensa italiana, frente a los 35 euros diarios de coste de los centros de acogida en el pa¨ªs.
El problema est¨¢ en los requisitos que debe cumplir Italia para enviar a un migrante a Albania y mantenerse en la legalidad dentro del sistema que ha ideado, un protocolo de respuesta r¨¢pida a peticiones de asilo. Se trata de deportar, como si fueran retenidos en frontera, a personas a las que se presume que, por sus caracter¨ªsticas, se va a rechazar una petici¨®n de asilo. De este modo, solo se env¨ªan a Albania hombres adultos sanos que procedan de pa¨ªses considerados seguros por Italia y que hayan sido rescatados en el mar antes de tocar tierra.
Es en la clasificaci¨®n de lo que es un pa¨ªs seguro donde ha surgido la batalla legal. Italia ha elaborado una lista de 19 naciones que es cuestionada por los jueces, ampar¨¢ndose en una sentencia del Tribunal de la UE. Esa resoluci¨®n se?ala que si en un pa¨ªs hay una zona o un grupo de poblaci¨®n con violaciones de derechos humanos, todo el pa¨ªs debe considerarse no seguro. Por eso los jueces rechazaron la deportaci¨®n de ciudadanos de Banglad¨¦s y Egipto. Sin embargo, esto liquida el plan de deportaciones de Albania. La sentencia europea recorta la lista italiana de pa¨ªses seguros a solo ocho: Cabo Verde y siete de los Balcanes. Es decir, ninguno de los pa¨ªses principales de origen de la inmigraci¨®n ilegal en Italia.
El Gobierno italiano argumenta que se debe decidir caso por caso, no de forma general. Meloni se agarra ahora a una reciente sentencia del Tribunal Supremo italiano, que estableci¨® que corresponde al Gobierno determinar si un pa¨ªs es seguro o no, pero que al mismo tiempo admit¨ªa el derecho del juez a decidir en cada caso. Ahora solo queda esperar si esta semana los tribunales italianos responder¨¢n o no lo mismo de las otras dos ocasiones.
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