El presidente de Serbia se repliega ante la perseverancia de las protestas estudiantiles
Vucic gana tiempo con la promesa gen¨¦rica de investigar la corrupci¨®n y conf¨ªa en mantener el apoyo internacional

El presidente de Serbia, el populista Aleksandar Vucic, instalado en el poder desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, afronta en los ¨²ltimos tres meses una ola de protestas juveniles en su contra. Y, ante la evidencia de que la movilizaci¨®n no mengua, ha optado por reducir la fuerza de sus reproches sobre sus cr¨ªticos y, as¨ª, ganar tiempo.
La marea se desbord¨® a ra¨ªz del accidente en la estaci¨®n ferroviaria de Novi Sad (la segunda ciudad del pa¨ªs), donde el derrumbe de un tejado el pasado 1 de noviembre mat¨® a 15 personas, y ahora parece imparable. Desde aquel d¨ªa, miles de estudiantes universitarios abanderan un movimiento que denuncia el modelo fallido serbio, en una revoluci¨®n generacional: la mayor¨ªa de los manifestantes no hab¨ªa nacido cuando Vucic participaba ya de los aparatos del Estado con el genocida Slobodan Milosevic al mando. Saben de aquellas masivas manifestaciones contra el entonces l¨ªder yugoslavo porque sus padres se lo contaron. Ahora les toca a ellos. Consciente del creciente cari?o popular hacia los estudiantes, Vucic ha pasado en estos d¨ªas del ataque verbal y la difusi¨®n de bulos sobre el origen de estos movimientos estudiantiles al repliegue, prometiendo que ser¨¢ tajante contra la corrupci¨®n end¨¦mica que le achacan las protestas. Con perfil bajo, pero sin desaparecer del todo de la escena p¨²blica, el presidente agita entre sus adeptos su propaganda nacionalista, a favor de su Gobierno, al tiempo que alimenta su cuidada red de intereses geopol¨ªticos cruzados para conservar el respaldo internacional.
La reciente dimisi¨®n del primer ministro, Milos Vucevic, y de Milan Djuric, alcalde de Novi Sad, m¨¢s otros dos ceses al poco del derrumbe, no bastan para los universitarios, que denuncian que toda la estructura del Estado est¨¢ puesta al servicio de Vucic, primer ministro entre 2014 y 2017 y presidente de la Rep¨²blica desde entonces. ¡°Vamos contra el sistema¡±, avisan. ?l ha cambiado de actitud: primero defini¨® a los manifestantes como t¨ªteres en manos de fuerzas desestabilizadoras extranjeras, pero, al constatar la empat¨ªa popular hacia los universitarios, recul¨®.
¡°Seguir¨¦ insistiendo en el di¨¢logo; te guste o no, algunas personas piensan de manera diferente¡±, proclam¨® Vucic, conciliador, el 6 de febrero en una entrevista en la televisi¨®n p¨²blica. ¡°La gente quedar¨¢ satisfecha¡±, a?adi¨® al anunciar, sin m¨¢s detalles, una futura investigaci¨®n sobre la supuesta corrupci¨®n. ¡°Pido a quienes me apoyan que sean absolutamente disciplinados¡±, reclam¨®, ante posibles episodios de violencia contra los estudiantes. Entretanto, se ha reunido con pensionistas y empleados p¨²blicos, y se ha hecho fotografiar llevando tartas a ni?os. Adem¨¢s, el presidente ha anunciado recientemente que en los ¡°pr¨®ximos 30 o 40 d¨ªas¡± espera tener remodelado su Gobierno. ¡°La situaci¨®n en el pa¨ªs ser¨¢ pol¨ªticamente estable¡±, asegur¨® en una conversaci¨®n con empresarios en la C¨¢mara de Comercio de Serbia.

El exministro serbio y juez que proces¨® a Milosevic por cr¨ªmenes de guerra, Bozo Prelevic, reflexiona sobre la fuerza del actual mandatario: ¡°Cuando lleg¨® al poder, coloc¨® a su gente en lugares estrat¨¦gicos y despidi¨® a los anteriores. Nuestra oposici¨®n est¨¢ castrada o comprada, y Vucic ha usado a los medios [de comunicaci¨®n] para matar las voluntades de luchar contra ¨¦l¡±, afirma.
El juez Prelevic sospecha que esas ¨¦lites que viven de ¨¦l ¡°no lo van a traicionar, pero lo dejar¨ªan morir, sin impedir que sea derrotado, si deja de interesarles¡±. ¡°Lo peor para Vucic es que los estudiantes vayan contra el sistema y no contra ¨¦l: pierde su car¨¢cter de figura omnipotente y le rompen la narrativa. Ahora est¨¢ esperando a que los j¨®venes se rindan. Las grandes manifestaciones de 1996 acabaron a los ocho meses¡±, recuerda.
El 5 de febrero, la Uni¨®n Europea rompi¨® el silencio que hab¨ªa mantenido durante los tres meses de protestas: la comisaria europea de Vecindad y Ampliaci¨®n, Marta Kos, record¨® que el proceso de entrada de Serbia en la UE ¡ªabierto en 2012¡ª sigue en curso, y desliz¨® que para consumarlo es necesario ¡°fortalecer la lucha contra la corrupci¨®n, asegurar la independencia judicial y la responsabilidad de las instituciones¡±.
Un informe del instituto sueco V-Dem, que analiza la calidad democr¨¢tica, expone que todo el este de Europa sufre una deriva ¡°hacia niveles previos a la ca¨ªda de la URSS¡±, con los peores indicadores en Rusia y Bielorrusia, pero seguidos de cerca por Hungr¨ªa y Serbia. La inflaci¨®n en Serbia ronda el 12% (seg¨²n el informe realizado por los enviados de la UE en 2024), cuadruplicando la espa?ola, en un pa¨ªs con una renta per c¨¢pita que no llega a la mitad de la media europea, pese al crecimiento sostenido de los ¨²ltimos a?os, pero con una gran brecha social y rural. Transparencia Internacional ubica a Serbia entre los pa¨ªses con m¨¢s percepci¨®n de corrupci¨®n entre su ciudadan¨ªa.
Los representantes de la Comisi¨®n Europea que visitaron Serbia en 2024 informaron de que ¡°la corrupci¨®n prevalece en muchas ¨¢reas y sigue siendo preocupante¡±. ¡°Se necesita una fuerte voluntad pol¨ªtica para localizar las causas de corrupci¨®n y una robusta respuesta judicial a la corrupci¨®n de alto nivel¡±, se?alaron en su informe. El texto llega a la conclusi¨®n de que las elecciones de 2023, con una abstenci¨®n muy alta, fueron ¡°injustas¡±, con parcialidad informativa hacia el presidente e ¡°irregularidades en el 21% de los centros de votaci¨®n de Belgrado¡±. El an¨¢lisis recog¨ªa, adem¨¢s, una ¡°alta presi¨®n sobre la judicatura, cuya independencia necesita aumentarse en altos tribunales y primera instancia¡±. Tambi¨¦n constataron los emisarios de la UE ¡°amenazas, discursos de odio y violencia contra periodistas¡±, tangibles en Belgrado. En la capital, los afines a Vucic han pintado infinitos mensajes contra Zoran Kesic, humorista contrario al l¨ªder.
La posici¨®n de la UE
Todos estos indicadores adversos provocan recelos en la UE, sostienen fuentes comunitarias que trabajan desde hace d¨¦cadas en los Balcanes, que, sin embargo, justifican su falta de implicaci¨®n en estos tres meses de protestas por la necesidad de buscar estabilidad en la regi¨®n. ¡°Vucic sabe jugar con todos, tiene todas las sartenes por el mango salvo los estudiantes; por eso est¨¢ nervioso y expectante, confiando en que se dividan o se agoten¡±, destaca una fuente. ¡°Gobierna en coalici¨®n con varios partidos y apenas existe oposici¨®n¡±, contin¨²a. Esto es as¨ª, dice, por una mezcla de represi¨®n, inacci¨®n y corrupci¨®n; de ah¨ª la independencia que han decidido marcar los j¨®venes respecto de los partidos.
Bruselas ¡°consiente¡± esos ramalazos autocr¨¢ticos, afirma esta fuente, a cambio de que Serbia mantenga el orden con Kosovo y no se abrace definitivamente a Rusia. El presidente agita la victimizaci¨®n y el nacionalismo para ganarse al pueblo, pero sin lanzarlo sobre Kosovo: ¡°Ni Milosevic tuvo tan controlados a la Iglesia, a los servicios secretos y al ej¨¦rcito¡±, prosigue esta fuente comunitaria. Una reciente pintada de los afines al dirigente luce en el centro de Belgrado: ¡°El ¨²nico genocidio de los Balcanes fue sobre los serbios¡±.
La tradicional afinidad rusa de Serbia intimida en Europa, prosiguen varios veteranos embajadores. Vucic mand¨® armas a Ucrania y se mostr¨® en contra de la invasi¨®n rusa de ese pa¨ªs, pero no apoy¨® las sanciones al r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin, y la nostalgia y la fe ortodoxa aproximan a ambas naciones.
Otro agente internacional: China. El dirigente Xi Jinping fue recibido con honores en 2024 en Belgrado, donde penetra el capital chino y se firman decenas de acuerdos. El inter¨¦s de China est¨¢ puesto tambi¨¦n en un proyecto que es objeto de controversia en Serbia: un descomunal yacimiento de litio (metal usado para las bater¨ªas de los coches el¨¦ctricos) que despierta la puja global. Los j¨®venes esgrimen motivos medioambientales para oponerse a ese yacimiento, pero Alemania est¨¢ presionando para pasar por alto la protesta social contra Vucic a cambio de disponer de esos recursos, seg¨²n estas fuentes implicadas en los debates europeos.
Para agitar m¨¢s la tect¨®nica geopol¨ªtica, el retorno de Donald Trump y sus lazos con Putin: en Belgrado han aparecido carteles con el rostro de la esposa del presidente estadounidense, Melania, y el lema ¡°Make Serbia Great Again¡± (una variante del Make America Great Again, Hacer a Am¨¦rica grande de nuevo, acu?ado por Trump). El yerno del magnate ha comprado las ruinas de la antigua sede del Ministerio de Defensa yugoslavo, bombardeado por la OTAN en la guerra de Kosovo en 1999, para construir un complejo de lujo.
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