Dolores Huerta: ¡°El voto es nuestra revancha contra todos los ataques del presidente Trump¡±
La hist¨®rica l¨ªder de los derechos de los campesinos habla de las elecciones de noviembre y de su rechazo al mandatario, que cree que ha ¡°usado a los latinos como una pi?ata¡±
Dolores Huerta (Nuevo M¨¦xico, 1930) libra estos d¨ªas su en¨¦sima batalla para defender los derechos de los latinos. La pandemia no ha frenado su intento de movilizar el voto para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, las vig¨¦simo terceras que se celebran desde que naci¨®. A sus 90 a?os, se muestra optimista con la gente joven porque son ¡°conscientes del racismo, de la homofobia y en contra del sexismo¡± y, desde su casa y la sede de su fundaci¨®n en Bakersfield, California, sigue haciendo llamadas, entrevistas y organizando reuniones virtuales ¡°para que la gente pobre sepa que tiene poder¡±.
Es lo que lleva haciendo m¨¢s de 60 a?os desde que, en la d¨¦cada de 1950, con poco m¨¢s de 20 a?os, decidiera unirse a organizaciones comunitarias en el Valle de San Joaqu¨ªn, en California, donde creci¨® viendo que los campesinos trabajaban en condiciones cercanas a la esclavitud y tom¨® conciencia de la brutalidad policial contra los mexicanos y los afroestadounidenses. En 1962, con 32 a?os y siete hijos peque?os, Huerta cofund¨® la Asociaci¨®n Nacional de Trabajadores del Campo junto a C¨¦sar Ch¨¢vez. En 1969, lider¨® el boicot de la uva, por el que llegaron a un acuerdo con los productores, despu¨¦s de que unos 17 millones de estadounidenses dejaran de consumir esa fruta para apoyar sus demandas.
Su sindicato ha conseguido beneficios de salud, asistencia migratoria o cooperativas para los campesinos, entre otras cosas, pero Huerta suele decir que lo que m¨¢s le agradecen los jornaleros es que pusieran agua potable y ba?os en los campos porque les da ¡°la dignidad que merecen por el trabajo que hacen para alimentar¡± al pa¨ªs. La lucha de Dolores Huerta no ha estado exenta de golpes. En su expediente suma una veintena de arrestos por desobediencia civil y huelgas y, en 1988, durante una manifestaci¨®n, una carga policial la dej¨® convaleciente durante meses, con tres costillas rotas y una operaci¨®n por la que tuvieron que extirparle el bazo. La recuperaci¨®n le sirvi¨® para pasar tiempo con sus 11 hijos, a los que en ocasiones dej¨® de lado por su activismo, algo por lo que le llovieron las cr¨ªticas. ¡°Siempre llevaba a mis hijos a las juntas, a las marchas, a las protestas. Y han salido muy bien¡±, presume, al enumerar que entre ellos hay un m¨¦dico, una abogada, un chef, una enfermera, una maestra y una que dirige un centro de ayuda a mujeres.
Adem¨¢s de los campos y la calle, donde en los a?os 60 acogi¨® la causa feminista, la lucha de la l¨ªder de los derechos civiles ha estado tambi¨¦n en los despachos de las legislaturas estatales y en Washington, donde hizo lobby para que se aprobaran leyes que beneficiaban a inmigrantes y campesinos, como la amnist¨ªa migratoria de 1986.
Perteneciente a la quinta generaci¨®n de una familia estadounidense de origen mexicano, en sus charlas y entrevistas Huerta suele recomendar mirar un mapa de Estados Unidos de antes de la guerra de 1848 para que vean que su familia, como millones de chicanos, no cruzaron la frontera, sino que la frontera los cruz¨® a ellos. "Cuando nos dicen que debemos regresarnos de donde vinimos, yo digo: ¡°Nosotros estamos aqu¨ª, de donde vinimos¡±.
La madre del S¨ª se puede, la frase que d¨¦cadas m¨¢s tarde se convirti¨® en lema de campa?a de Barack Obama, mantiene el legado mexicano con sus blusas coloridas y sus referencias a la Virgen de Guadalupe y a Benito Ju¨¢rez, cuya frase ¡°el respeto al derecho ajeno es la paz¡± cita para defender el derecho al aborto o el matrimonio igualitario.
Dolores Huerta responde a EL PA?S en una entrevista en espa?ol a trav¨¦s de Zoom, en el rinc¨®n de su casa destinado a las videollamadas, desde donde el pasado mes de mayo celebr¨® su 90 cumplea?os, con un mes de retraso, en una fiesta virtual por la que pasaron actores como Salma Hayek, Alec Baldwin, Rosario Dawson y Danny Glover, m¨²sicos como Alicia Keys y Carlos Santana y pol¨ªticos dem¨®cratas como la l¨ªder de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, Bill y Hillary Clinton o la dupla que representar¨¢ al Partido Dem¨®crata el 3 de noviembre, Joe Biden y Kamala Harris, a los que la l¨ªder de los derechos civiles ha prestado su apoyo.
Pregunta. Usted lleva m¨¢s de 60 a?os luchando por los derechos de las minor¨ªas y contra el racismo y la brutalidad policial, unos temas que hoy parecen m¨¢s vigentes que nunca y que, durante la presidencia de Donald Trump, han polarizado al pa¨ªs. ?En qu¨¦ se diferencian estas luchas de las de d¨¦cadas pasadas?
Respuesta. Parece que tenemos la misma lucha, pero se puede decir que est¨¢ m¨¢s al frente en t¨¦rminos de publicidad, en t¨¦rminos de lo que est¨¢ en frente de todo el mundo. Pienso que estamos viviendo un momento muy importante, porque ahorita se miran todas las injusticias que est¨¢n delante de nuestras caras y no se pueden ignorar. Es tiempo para que cambie todo eso y que se quite la discriminaci¨®n, especialmente en contra de la gente de color.
P. En parte, las luchas sociales son m¨¢s visibles gracias a la tecnolog¨ªa y las redes sociales. Este a?o muchos estadounidenses se manifestaron contra el racismo despu¨¦s de ver el v¨ªdeo de la muerte de George Floyd. ?Qu¨¦ opina de la movilizaci¨®n que gener¨®?
R. La reacci¨®n fue tremenda, especialmente con los j¨®venes. Las protestas saltaron en todas las ciudades y no solamente aqu¨ª, sino tambi¨¦n en otros pa¨ªses del mundo. Aqu¨ª donde vivo, en el condado de Kern, en California, es muy conservador y aqu¨ª se puede decir que no solamente han matado los polic¨ªas a muchas personas negras, sino tambi¨¦n a latinos. Es una cosa que sigue sucediendo y desde el asesinato de George Floyd siguen matando a gente. Lo que nosotros vemos es que hay una esperanza, con tanta gente ahorita que est¨¢ demandando justicia y que se cambien las t¨¢cticas de los polic¨ªas. Los polic¨ªas no pueden ser juez, jurado y la persona que mata a la gente, ?no? Eso no puede seguir, se tiene que cambiar.
P. En los ¨²ltimos a?os se ha visto un auge del discurso de odio legitimado desde la Casa Blanca: ataques a los mexicanos en la campa?a de 2016, la idea de que todos problemas vienen de fuera, sea a trav¨¦s de los migrantes centroamericanos o de China, y la negativa del presidente a condenar a los supremacistas blancos. ?Est¨¢ Donald Trump poniendo al pa¨ªs en un punto irreconciliable?
R. Todas las acciones del presidente se hacen para dividir a la gente, para oprimir a la gente latina, a la gente de color y yo creo que nosotros, los latinos, estamos sufriendo esto. Ahorita estamos trabajando muy duro en el censo. El presidente Trump trat¨® de poner una pregunta sobre la ciudadan¨ªa en el censo (por la que los ciudadanos ten¨ªan que dar informaci¨®n sobre su estatus migratorio). Nosotros, la Fundaci¨®n Dolores Huerta, demandamos al presidente y ganamos. Ya no est¨¢ la pregunta, pero nuestra gente latina no est¨¢ participando en el censo y vamos a perder millones de d¨®lares para nuestras comunidades. Y ese dinero que viene del Gobierno federal cada a?o se usa para escuelas, para programas de salud, para calles y parques, las cosas que necesitamos, y nuestra gente tiene tanto miedo que, aunque en el censo es privado y confidencial, no cooperan. Es como si fueran invisibles, como si no existieran.
Y lo mismo pasa con el voto. Tenemos 32 millones de latinos en EE UU que pueden votar y tambi¨¦n les estamos rogando [que lo hagan]. Los latinos ahorita somos un gran pueblo. No solamente en Estados como California, Arizona o Nuevo M¨¦xico, Texas, sino tambi¨¦n en Georgia, Louisiana, en Carolina del Norte ¡ En todos estos Estados los latinos podemos hacer la diferencia. Podemos elegir al pr¨®ximo presidente de EE UU, pero tenemos que registrarnos para votar y tenemos que votar. El voto es muy importante. Ese boleto es nuestra revancha contra todos los ataques que nos ha tirado el presidente Trump. Es nuestra arma, es un arma sin violencia.
P. ?C¨®mo describir¨ªa a Trump?
R. En realidad a m¨ª me da tristeza con el presidente porque es una persona muy ignorante. Se me hace que nunca pudo convivir con personas de otros grupos ¨¦tnicos y por eso est¨¢ muy enfocado en la supremac¨ªa blanca. Otra cosa que se me hace es que no trabaj¨® un d¨ªa en su vida con sus manos, as¨ª como la gente que est¨¢ trabajando en los campos, en la construcci¨®n, en los hoteles, en los servicios, cuidando a ni?os o a personas de la tercera edad. Y se me hace que le falt¨® una educaci¨®n al pobre presidente y por eso estamos mirando la ignorancia. Es muy peligroso cuando una persona tan ignorante tiene tanto poder y es vengativo, es racista, no respeta a las mujeres. Ojal¨¢ con las elecciones nos podamos deshacer de ¨¦l.
Hay personas como ¨¦l que tambi¨¦n tienen esas ideas del racismo y que son supremacistas blancos y sabemos que siguen al presidente. Y es una tristeza que no denuncie a las personas racistas. En vez de denunciarlos, les da m¨¢s apoyo a ellos para que se sientan m¨¢s fuertes. Y cuando miramos a estas personas racistas como el que viaj¨® casi 200 millas a El Paso (Texas) para matar a gente solamente porque eran mexicanos, es muy peligroso para nuestro pa¨ªs. Vamos a ver qu¨¦ pasa de aqu¨ª a la elecci¨®n y despu¨¦s porque est¨¢ diciendo tambi¨¦n el presidente que, aunque pierda la elecci¨®n, no va a dejar el puesto. Va a ser una novela muy interesante. Y muy peligrosa tambi¨¦n porque EE UU es el pa¨ªs m¨¢s fuerte y m¨¢s rico en todo el mundo y tenemos mucha influencia en todo lo que va a pasar en otros pa¨ªses.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® apoyar a Joe Biden en estas elecciones?
R. A Biden lo conocemos no solamente porque era parte de la presidencia de Obama, pero en a?os pasados, cuando era senador, ¨¦l siempre apoyaba una reforma de migraci¨®n como la amnist¨ªa que ganamos en 1986. Ahorita no se est¨¢ hablando mucho de la reforma de migraci¨®n, pero yo estoy segura que, ganando Joe Biden, vamos a poder trabajar de vuelta en un programa de legalizaci¨®n, que siempre ha sido la historia de EE UU. Todos los emigrantes que llegaron aqu¨ª, fueran de donde fueran, con el tiempo se hicieron ciudadanos y ahorita nos falta hacer eso, porque ya tenemos m¨¢s de 20 a?os que no se ha hecho un plan de legalizaci¨®n.
P. Sin embargo, el a?o pasado usted critic¨® a Biden cuando en uno de los debates dem¨®cratas habl¨® de criminalizar el cruce ilegal de la frontera.
R. Esperamos que cambie su posici¨®n. Sabemos que tenemos muchos m¨¢s latinos ahorita en el Congreso. ?l depende de nosotros para la elecci¨®n. Pero ¨¦l es una persona decente, una persona con la que creo que uno puede razonar. No es loco [se r¨ªe]. No es una persona que nom¨¢s piensa en s¨ª misma. Tengo muchas esperanzas de que podamos hablar con Joe Biden, porque es una persona de raz¨®n y que podamos seguir adelante con la reforma de inmigraci¨®n, pero siempre tenemos que recordarle a la gente que el Congreso es el que hace las leyes.
P. Desde que Trump lleg¨® a la presidencia, hemos visto algunas de las medidas m¨¢s duras contra la inmigraci¨®n, como la separaci¨®n de ni?os migrantes de sus padres o el programa por el que EE UU manda a los solicitantes de asilo a M¨¦xico. Sin embargo, la opini¨®n p¨²blica parece haber perdido inter¨¦s por el tema. ?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil sensibilizar a los estadounidenses de un tema tan intr¨ªnseco a este pa¨ªs como la inmigraci¨®n?
R. Esto tiene base en el racismo y este presidente ha usado a los latinos como una pi?ata, siempre d¨¢ndonos golpes y diciendo cosas malas en contra de los emigrantes. Nos ha usado para ganar m¨¢s gente que lo siga de los racistas en EE UU y usa el miedo de la gente a los emigrantes. Se tiene que cambiar ese di¨¢logo del presidente y nosotros los latinos tenemos que hacer eso.
P. ?Qu¨¦ espera que pase el 3 de noviembre?
R. Esperamos una elecci¨®n que sea favorable para nosotros los latinos, las personas de color, la gente trabajadora, las mujeres y las personas que est¨¢n trabajando para un mundo sano, sin la energ¨ªa de petr¨®leo y del carb¨®n.
P. En EE UU, al contrario que otros pa¨ªses, la idea de tener una mujer presidenta todav¨ªa parece lejana. ?Por qu¨¦ cree que pasa esto?
R. A m¨ª lo que se me hace que falta en EE UU es educaci¨®n. Se tienen que ense?ar los estudios de g¨¦nero para que los muchachitos desde chiquitos sepan que las mujeres no somos objetos, que somos iguales que los hombres. Puede ser que no tengamos la fuerza f¨ªsica que ellos tienen, pero tenemos toda la inteligencia y podemos hacer lo que hacen ellos tambi¨¦n. En EE UU hay una ignorancia masiva y de ah¨ª viene toda la discriminaci¨®n, tambi¨¦n la discriminaci¨®n racial.
P. Usted acu?¨® el famoso lema S¨ª se puede, pero primero se lo atribuyeron a C¨¦sar Ch¨¢vez y despu¨¦s a Barack Obama, que lo convirti¨® en su eslogan. Cuando le entreg¨® la Medalla Presidencial de la Libertad, el expresidente le dijo que se lo hab¨ªa robado y usted se ri¨®. Entiendo que no le molesta, pero, ?no cree que es un s¨ªntoma del liderazgo femenino eso de quedarse m¨¢s a la sombra, sin destacar?
R. A las mujeres se nos hace dif¨ªcil muchas veces atribuirnos las cosas que hacemos, porque siempre se nos ha impuesto que tenemos que apoyar a los hombres. Y muchas veces no pensamos en nosotras y siempre se nos hace dif¨ªcil darnos cr¨¦dito por lo que hacemos, porque, cuando una mujer habla por s¨ª misma, dicen: ¡®No, esta mujer es muy agresiva o muy ambiciosa¡¯. Mi madre se llamaba Alicia Ch¨¢vez. Era una mujer que ten¨ªa un restaurante y muchas personas la criticaban. Y dec¨ªan: ¡°Alicia es muy ambiciosa¡±, porque siempre quer¨ªa tener una mejor vida para ella y para nosotros, sus hijos. Pero la criticaban y tambi¨¦n he agarrado esas cr¨ªticas. ¡°?Por qu¨¦ no est¨¢s en tu casa con tus hijos? ?Por qu¨¦ andas ah¨ª, en las salas de los concilios de la ciudad, en la legislatura de Sacramento o en Washington, DC, peleando por los derechos de los emigrantes? Debes estar en tu casa¡±. Necesitamos tambi¨¦n la voz de las mujeres, es muy importante y por eso siempre les digo a las mujeres: ¡°Las necesitamos y no se sientan culpables cuando tienen que pedir ayuda, sea para su hogar o para cuidar a sus ni?os¡±.
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