Cuba, con los dedos cruzados para que gane Biden

Suena el tel¨¦fono, y tras las consabidas quejas sobre ¡°lo mal que est¨¢ la cosa¡±, la escasez de detergente, la cola del pollo, etc¨¦tera, el interlocutor interroga con ansia: ¡°?Y qu¨¦ t¨² crees que va a pasar el 3 de noviembre?¡±. La escena se repite invariable en Cuba desde hace semanas, pero a medida que se acerca la fecha de las elecciones en EE UU el tono de la pregunta contiene cada vez m¨¢s angustia. Da igual que la persona sea el due?o de un negocio privado, un hotelero extranjero, un funcionario estatal o un cubano de a pie aperreado por la vida; todo el mundo anda inquieto y preocupado, pues, dada la gravedad de la situaci¨®n econ¨®mica, se intuye que estas elecciones son clave para el futuro de Cuba.

¡°Por razones obvias, las elecciones en EE UU siempre han sido algo importante para nosotros. Pero en esta ocasi¨®n, te dir¨ªa que lo son m¨¢s que nunca debido a la situaci¨®n de extrema vulnerabilidad en que nos coge¡±, dice el economista cubano Omar Everleny.

El investigador resume la dificil¨ªsima situaci¨®n en que se encuentra la isla: con la econom¨ªa semiparalizada debido a la epidemia de coronavirus, sin turismo -una de las principales fuentes de ingreso de divisas-, con un sistema productivo estatal ineficiente y anquilosado, pendiente de la aplicaci¨®n de reformas mil veces demoradas, y sin liquidez para pagar deudas ni importar, lo que ha provocado un desabastecimiento de productos b¨¢sicos sin precedentes -con el consiguiente aumento de la conflictividad social-. A ello hay que sumar la crisis en Venezuela, principal suministrador de petr¨®leo a precios preferenciales, y el recrudecimiento del embargo por la Administraci¨®n Trump, que ha adoptado m¨¢s de 150 medidas y sanciones durante su mandato con el objetivo de asfixiar la econom¨ªa -la ¨²ltima hace unos d¨ªas contra el sistema financiero-, poniendo a Cuba contra las cuerdas.

¡°El panorama es tremendo¡±, coincide con Everleny un hombre de negocios extranjero con contactos en las alturas. Dice que cada vez que visitas un despacho oficial, y m¨¢s si es el de un viceministro o ¡°m¨¢s pa arriba¡±, es lo mismo: ¡°Todo el mundo mirando hacia EE UU con los dedos cruzados para que gane Biden¡±.

No es para menos. El resultado de cuatro a?os de Trump ha sido muy da?ino. El actual presidente estadounidense acab¨® con la pol¨ªtica de acercamiento de Obama, atac¨® las remesas que los exiliados pueden enviar a sus familiares, prohibi¨® los cruceros y los viajes de los estadounidenses -con Obama, EE UU se convirti¨® en el segundo pa¨ªs emisor de turismo hacia la isla-, y termin¨® con los vuelos directos a 15 provincias del pa¨ªs (excepto La Habana). Adem¨¢s, recuerda Everleny, increment¨® la persecuci¨®n contra los bancos que operan con Cuba, contra los buques que transportan petr¨®leo a la isla, puso en vigor la ley Helms-Burton para desincentivar la inversi¨®n extranjera y arremeti¨® contra los programas de colaboraci¨®n m¨¦dica cubana -que proporcionaban jugosos beneficios-. ¡°En fin, que asest¨® un golpe dur¨ªsimo a una econom¨ªa ya en crisis por sus propios males¡±.

Seg¨²n el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores, ¡°el bloqueo norteamericano provoc¨® p¨¦rdidas de m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares [unos 4.300 millones de euros] solo el a?o pasado¡±. Eso en un pa¨ªs que ha de hacer milagros cada a?o para conseguir los 2.000 millones de d¨®lares que necesita para importar alimentos y productos b¨¢sicos, y donde el turismo, marchando a todo tren, aporta a la econom¨ªa 3.000 millones de d¨®lares.

¡°Cuatro a?os m¨¢s de [Donald] Trump ser¨ªan fatales, mientras que un triunfo de [Joe] Biden dar¨ªa ox¨ªgeno¡±, asegura el exdiplom¨¢tico cubano Carlos Alzugaray. Este es el pensamiento general, pero tambi¨¦n hay consenso en una idea que apunta el acad¨¦mico y experto en relaciones Cuba-EE UU Rafael Hern¨¢ndez, director de la revista Temas. ¡°Pase lo que pase el pr¨®ximo 3 de noviembre, Cuba depende de s¨ª misma y del ¨¦xito de las reformas que tiene que hacer, pues el pa¨ªs necesita hacerlas con independencia de quien gane¡±.

Las reformas anunciadas -que fueron aprobadas hace tiempo pero nunca implementadas por resistencias internas y diversas circunstancias- dar¨¢n un impulso considerable a la iniciativa privada, estimular¨¢n la creaci¨®n de pymes y cooperativas, crear¨¢n mercados mayoristas para los cuentapropistas (aut¨®nomos), permitir¨¢n a los nuevos actores privados importar y exportar, otorgar¨¢n un mayor margen de autonom¨ªa a las empresas estatales y afrontar¨¢n de una vez por todas el problema de la unificaci¨®n monetaria, que tantas distorsiones macroecon¨®micas ha provocado. Son reformas importantes en el contexto cubano, pero claro est¨¢, hay que hacerlas de verdad, ser¨ªa fatal que otra vez la cosa se quedara en palabras o se hiciera a medias.

Obviamente, en este contexto, para Cuba es muy importante el resultado de estas elecciones. Trump significa m¨¢s presi¨®n y dificultades en momentos delicad¨ªsimos. Biden, que defendi¨® junto a Obama una pol¨ªtica de compromiso y apertura hacia La Habana, podr¨ªa retomar de inmediato la pol¨ªtica anterior -cruceros, viajes, remesas, etc¨¦tera- lo que supondr¨ªa un alivio considerable, aire a corto plazo, y no solo para el Gobierno sino tambi¨¦n para los cuentapropistas y due?os de restaurantes y hoteles privados, a quien la pol¨ªtica de Trump machac¨®. Se calcula que el da?o al turismo y al sector privado por las medidas de Trump anteriores a la covid-19, podr¨ªa estar entre el 20 y el 30%, o m¨¢s.

Embargo

Un triunfo de Biden, adem¨¢s de ox¨ªgeno, dar¨ªa tranquilidad a Cuba para acometer los cambios que se dispone a hacer y que ha pospuesto tantas veces. Pero ?hasta d¨®nde llegar¨¢ Biden con la isla si gana las elecciones? ?Ser¨¢ el presidente que levante el embargo, que dura ya 60 a?os? Estas son las grandes preguntas. Tanto Hern¨¢ndez como Alzugaray piensan que Biden no se complicar¨¢ y se limitar¨¢ a poner en pr¨¢ctica la pol¨ªtica de Obama, que ¨¦l mismo defendi¨® como vicepresidente, y cuyo alcance depender¨¢ de varios factores, entre ellos el ¡°c¨®mo gane las elecciones, si las gana¡±. Una victoria rotunda, con dominio del Congreso y el Senado, podr¨ªa abrir un escenario nuevo entre ambos pa¨ªses, m¨¢s si ello coincide con un proceso de reformas aperturistas en marcha en la isla, que ha sido siempre una de las demandas de Washington.

Que nadie se equivoque. El 3 de noviembre, en los despachos decisorios de Cuba se va a seguir con mucho inter¨¦s y los dedos cruzados la noche electoral estadounidense. Un amplio triunfo de Biden ser¨ªa la mejor noticia, pero lo realmente importante, dicen todos los analistas, es que Cuba haga por fin y por su propio inter¨¦s lo que tiene que hacer.

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