Nancy Pelosi, Ocasio-Cortez y la historia de una familia dem¨®crata
La veterana congresista busca repetir mandato como presidenta de la C¨¢mara de Representantes mientras la nueva guardia de la formaci¨®n admite el fracaso en encontrar una alternativa
El nuevo Congreso de Estados Unidos toma posesi¨®n este domingo y se dispone a volver a votar a Nancy Pelosi como presidenta de la C¨¢mara de Representantes y, por tanto, como tercera autoridad del pa¨ªs. Es la ¨²nica mujer en la historia que ha ocupado ese puesto y lo ha hecho dos veces (entre 2007 y 2011 y desde 2019 hasta ahora). Al margen de la futura vicepresidenta, Kamala Harris, no ha habido jam¨¢s una pol¨ªtica electa tan poderosa como esta mujer de 80 a?os. Cuenta, en principio, con los votos suficientes para salir confirmada en el cargo, aunque no puede permitirse muchas deserciones ni tiene margen de error. Villana de cuento para los republicanos y ep¨ªtome del establishment para los dem¨®cratas m¨¢s a la izquierda, nadie en el partido ha osado disputarle el mazo.
Dice la congresista treinta?era Alexandria Ocasio-Cortez, icono de la savia nueva del Capitolio, que Pelosi deber¨ªa marcharse y dejar paso a otras personas, pero que esas personas, sencillamente, no existen a¨²n, y no hay que jug¨¢rsela. ¡°Lo que me preocupa, y admito que es un fracaso, es que no tenemos un plan. Si dejamos ese vac¨ªo, hay muchas fuerzas malignas que lo pueden llenar con algo peor¡±, coment¨® hace un par de semanas, en una entrevista a la revista digital The Intercept. ¡°Debe haber un traspaso de poder¡±, dijo, pero los l¨ªderes del partido, a su juicio, han pasado muchos a?os ¡°sin preparar de veras a una nueva generaci¨®n de l¨ªderes¡±.
La media de edad en el Capitolio ha bajado en los ¨²ltimos a?os, pero los primeros espadas dem¨®cratas que acompa?an a Pelosi en la C¨¢mara son Steny Hoyer, de 81 a?os, como l¨ªder de la mayor¨ªa en la C¨¢mara, y Jim Clyburn, de 80, el influyente pol¨ªtico de Carolina del Sur que ejerce de whip (l¨¢tigo), es decir, el encargado de velar por la disciplina del partido. El l¨ªder de los dem¨®cratas en el Senado, Chuck Schumer, tiene 70 a?os y el de los republicanos, Mitch McConnell, 78. Los mismos, por otra parte, que el presidente electo, Joe Biden.
Si este domingo sale confirmada, la speaker afronta una legislatura complicada. Los dem¨®cratas han conservado el control de la C¨¢mara de Representantes, pero con la mayor¨ªa m¨¢s d¨¦bil en d¨¦cadas, y con la presi¨®n interna de los legisladores m¨¢s progresistas del partido, que reclaman someter a votaci¨®n leyes sobre la sanidad universal o la crisis clim¨¢tica de dif¨ªcil consenso. ¡°La C¨¢mara es extraordinariamente compleja y yo no estoy preparada¡±, admiti¨® Ocasio-Cortez en la citada entrevista, descartando la posibilidad de aspirar a ese puesto en el corto plazo. ¡°No puedo ser yo, s¨¦ que no podr¨ªa hacer ese trabajo¡±, a?adi¨®.
La relaci¨®n entre Pelosi y Ocasio-Cortez, ambas iconos del poder pol¨ªtico femenino en Estados Unidos, ha pasado por valles y picos, tambi¨¦n algunas marejadas, y refleja el pulso ideol¨®gico y generacional de una familia dem¨®crata diversa, pero unida contra Donald Trump, y con problemas de sucesi¨®n.
Nancy Pelosi salt¨® a la arena electoral en los a?os ochenta, pero hab¨ªa mamado la pol¨ªtica desde su nacimiento. Era hija de Thomas D¡¯Alesandro, congresista y alcalde de Baltimore que tambi¨¦n pugn¨® por ser gobernador. Ella lanz¨® su carrera p¨²blica desde California, a donde se mud¨® al casarse con el financiero Paul Pelosi, y lleg¨® a presidir el Partido Dem¨®crata de este gran basti¨®n liberal. Con casi cuatro d¨¦cadas de experiencia en la jungla de Washington, hasta sus detractores admiten su habilidad de medir los tiempos y sacar adelante leyes.
Ocasio-Cortez fue una revoluci¨®n. En verano de 2018, una neoyorquina de 28 a?os que trabajaba como camarera tan solo unos meses antes, arrebat¨® las primarias del distrito Bronx-Queens a un sant¨®n del Partido Dem¨®crata, Joseph Crowley, que llevaba nueve a?os en el esca?o y multiplicaba por 10 sus recursos econ¨®micos y, en noviembre, gan¨® la elecci¨®n. Se convirti¨® en la congresista m¨¢s joven en llegar al Congreso y en una verdadera estrella de rock de la pol¨ªtica: electrizante en las sesiones parlamentarias, brillante en las redes sociales y defensora del socialismo en un pa¨ªs que asocia este t¨¦rmino al comunismo.
Autoridad y empuje
Con Ocasio-Cortez y su ¡°escuadr¨®n¡±, el sobrenombre de las cuatro j¨®venes mujeres progresistas que debutaron en el Capitolio hace dos a?os, Pelosi ha tenido sus m¨¢s y sus menos. Corrieron r¨ªos de tinta, por ejemplo, cuando la veterana desde?¨® el poder real de esa hornada y lo redujo a un fen¨®meno de Twitter. En ¨²ltima instancia, no obstante, han mantenido la disciplina de partido estos dos a?os explosivos, con impeachment incluido. La imagen de la presidenta de la C¨¢mara rasgando con desprecio los papeles de la intervenci¨®n de Trump en el discurso del estado de la Uni¨®n, el pasado febrero, qued¨® grabada en la historia como s¨ªmbolo de la hostilidad pol¨ªtica de este tiempo. Como ejemplo de autoridad, queda el gesto con el que mand¨® callar a los dem¨®cratas que quisieron aplaudir y celebrar la votaci¨®n para lanzar el juicio pol¨ªtico contra el presidente, un momento grave y solemne. Y no hay discusi¨®n sobre la capacidad que ha mostrado para sacar a Trump de sus casillas.
En la votaci¨®n de 2019, Pelosi sufri¨® 15 deserciones de los dem¨®cratas. De aquellos, cuatro han perdido sus esca?os. El efecto pandemia a?ade incertidumbre y, como dijo el congresista de Virginia Gerry Connolly a la CNN, ella ¡°es muy consciente de la d¨¦bil mayor¨ªa y si algo sabe hacer, es contar votos¡±. ¡°Va a haber un esfuerzo por convencerles de que no nos podemos permitir incertidumbre sobre la presidencia de la C¨¢mara¡±, a?adi¨® Connelly. Hay fuego amigo contra Pelosi. Su casa en San Francisco result¨® atacada la madrugada del s¨¢bado. Frases como ¡°Cancelen la renta¡±¡ªen referencia a una moratoria del pago de los alquileres por la crisis¡ª o ¡°Lo queremos todo¡± aparecieron pintadas de negro en la puerta de su garaje. En el suelo, dejaron la cabeza de un cerdo.
La tensi¨®n generacional e ideol¨®gica ¡ªentre los flancos m¨¢s centristas e izquierdistas del partido¡ª, tambi¨¦n ha atrapado a Joe Biden o Barack Obama. Poco despu¨¦s de las elecciones, a prop¨®sito de las derrotas sufridas en la C¨¢mara de Representantes, Obama pis¨® callos al cuestionar esl¨®ganes ¡°r¨¢pidos¡± como ¡°Recortar fondos a la polic¨ªa¡±, lema defendido por los sectores izquierdistas en plena ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial. ¡°En el momento en el que dices eso, pierdes mucho p¨²blico, lo cual hace mucho menos probable que consigas los cambios que pretendes¡±, dijo en una entrevista, y a?adi¨®: ¡°La cuesti¨®n clave que debes decidir es: ¡®?Quieres conseguir que se haga algo o prefieres sentirte bien con la gente que ya est¨¢ de acuerdo contigo?¡±. Recibi¨® cr¨ªticas de la congresista por Minesota Ilhan Omar, musulmana de origen somal¨ª y miembro de ese ¡°escuadr¨®n¡± progresista, y de Cori Bush, reci¨¦n elegida congresista por Misuri, entre otros. ¡°No es un eslogan, es un mandato para mantener a nuestra gente con vida. Con el debido respeto, se?or presidente, hablemos de c¨®mo estamos perdiendo a nuestra gente¡±, dijo Bush.
Aun as¨ª, en esta pol¨¦mica intervenci¨®n, Obama tambi¨¦n reclam¨® atenci¨®n y espacio para las nuevas generaciones y lament¨®, por ejemplo, que la convenci¨®n dem¨®crata de este verano, cuando se coron¨® a Biden y Harris como candidatos, dejase tan poco protagonismo a una figura tan influyente como Alexandria Ocasio-Cortez.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.