El presidente Joe Biden llama a los estadounidenses a ¡°empezar de nuevo¡±
El dem¨®crata jura el cargo y promete la reconciliaci¨®n nacional tras cuatro a?os de desgarro pol¨ªtico
Estados Unidos ha dicho adi¨®s a la era de Donald Trump y ha empezado una nueva andadura con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden. El dem¨®crata se ha convertido en presidente este mi¨¦rcoles frente al mismo Capitolio asaltado solo dos semanas atr¨¢s y ha clamado por la ¡°unidad¡± de los ciudadanos en un momento de la historia especialmente convulso. En una ceremonia emocionante pero at¨ªpica, deslucida por la pandemia y las fuertes medidas de seguridad, Biden ha ensalzado la victoria de la democracia y ha llamado al pueblo a ¡°empezar de nuevo¡±. Ha sido un discurso de catarsis en un d¨ªa para la historia. Kamala Harris es desde hoy la primera mujer que ocupa la vicepresidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo.
Joseph Robinette Biden (Scranton, Pensilvania, 78 a?os) jur¨® el cargo con el que ha so?ado siempre cerca del mediod¨ªa con la mano sobre la misma Biblia con la que se jurament¨® como senador hace medio siglo. Es ya el 46? presidente de Estados Unidos, el segundo cat¨®lico de la historia (despu¨¦s de John Fitzgerald Kennedy), el que llega con m¨¢s edad al puesto, el que parec¨ªa derrotado hace un a?o. Es tambi¨¦n el hombre que ha logrado unir a los dem¨®cratas contra Trump y el que debe sacar a la naci¨®n de unas horas muy bajas.
¡°Tenemos mucho que hacer en este invierno de peligro y de posibilidades. Mucho que reparar, mucho que restaurar, mucho que curar y construir. Y mucho que ganar¡±, ha dicho el nuevo presidente en una intervenci¨®n de unos 25 minutos, con el tono del grave momento que vive el pa¨ªs. Biden ha pasado de puntillas por las pol¨ªticas, por los planes y los programas, no ha mencionado a Trump y ha centrado su mensaje en los valores, en la recuperaci¨®n de un esp¨ªritu americano que define como unidad, lucha y respeto. ¡°Hemos aprendido que la democracia es un bien precioso y fr¨¢gil, pero la democracia ha ganado. Este es el d¨ªa de Am¨¦rica, es el d¨ªa de la democracia¡±, ha recalcado.
Estados Unidos es un pa¨ªs fundado en una rebeli¨®n contra la monarqu¨ªa, pero con ritos presidenciales propios de la realeza y el d¨ªa de la jura del cargo es uno de los hitos de mayor afirmaci¨®n, una ceremonia grandilocuente, de aire triunfal y optimista. Este a?o se ha celebrado oscurecida por la pandemia, que ha segado 400.000 vidas, y por el desgarro pol¨ªtico, que oblig¨® a cerrar la ciudad y cristaliz¨® con la ausencia del mandatario saliente. En lugar de los centenares de miles de ciudadanos que sol¨ªan seguir el acto desde el National Mall, el gran bulevar verde amaneci¨® con un mar de banderas en recuerdo de los que murieron y alrededor de 25.000 soldados de la Guardia Nacional protegiendo las calles.
Biden, al que millones de estadounidenses instigados por Trump acusan de haber robado las elecciones, ha insistido en la urgencia de ¡°la verdad¡±. ¡°Hay verdad y hay mentiras, mentiras que se cuentan en busca de poder y provecho¡±, ha subrayado. Esta insistencia y la idea general del discurso, la de dejar atr¨¢s un tiempo de guerra y trauma, ha recordado las palabras de Gerald R. Ford cuando asumi¨® la presidencia en 1974. ¡°Creo que la verdad es el pegamento que mantiene unido no solo a un Gobierno, sino a la civilizaci¨®n en s¨ª misma¡±, dijo Ford tras la dimisi¨®n de Richard Nixon por el caso Watergate, adem¨¢s de su famoso: ¡°Compatriotas, nuestra pesadilla nacional ha terminado¡±. El nuevo presidente ha pedido algo similar al fin de esa pesadilla este mi¨¦rcoles, pero tambi¨¦n ha tratado de transmitir esperanza. ¡°Hoy celebramos la investidura de la primera mujer en la vicepresidencia, no me digan que las cosas no se pueden cambiar¡±, ha resaltado. ¡°Es un nuevo d¨ªa en Am¨¦rica¡±, ha dicho tambi¨¦n, en una frase que recordaba al ¡°Amanece en Am¨¦rica¡± de Ronald Reagan. Pero el optimismo de entonces no es tal ahora.
Con el fin del mandato Trump, Estados Unidos transmite un mensaje al mundo, tambi¨¦n atravesado en los ¨²ltimos a?os por el auge de los movimientos populistas que empiezan a desgastarse. Con el ataque al Congreso hace solo dos semanas, incitado por el propio mandatario y sus infundios, tambi¨¦n env¨ªa la se?al de que el desgarro permanece. Rompiendo una tradici¨®n m¨¢s que centenaria, Trump evit¨® acompa?ar a su sucesor y se march¨® de la ciudad temprano, orgulloso a¨²n en calidad de presidente, para volar por ¨²ltima vez en el avi¨®n presidencial Air Force One y aterrizar en su refugio de Florida. S¨ª le acompa?aron los expresidentes dem¨®cratas Bill Clinton y Barack Obama, as¨ª como el republicano George W. Bush.
Result¨®, con todo, un d¨ªa de esperanza para al menos m¨¢s de la mitad de este pa¨ªs, fatigado de cuatro a?os de crispaci¨®n, y para el resto del mundo, aliados tradicionales de Estados Unidos a los que el vicepresidente de la era Obama ha prometido el regreso de la gran potencia despu¨¦s del giro nacionalista impulsado por su predecesor republicano. El nuevo Gobierno hereda un pa¨ªs en una recesi¨®n que no hab¨ªa visto en 70 a?os y con unos niveles de deuda a la altura de la Segunda Guerra Mundial. Tambi¨¦n, un clima de divisi¨®n pol¨ªtica que muchos historiadores comparan al de la guerra civil.
¡°A todos los que no me apoyaron, d¨¦jenme decirles esto: escuchen lo que tengo que decir conforme avanzamos y, si todav¨ªa est¨¢n en desacuerdo, eso es la democracia, esto es Estados Unidos¡±, ha dicho. ¡°Empecemos de nuevo, todos, escuch¨¦monos unos a otros¡±, ha insistido. Biden ha prometido ¡°liderar con ejemplo¡±, aspecto perceptible en las mascarillas que utiliz¨® todo el p¨²blico durante el acto, y sobre todo, calmar los ¨¢nimos.
Han pasado cuatro a?os duros en la vida de este pa¨ªs, se han explorado l¨ªmites, puesto a prueba las costuras de las instituciones y la democracia. Los ciudadanos han visto a su presidente confraternizar con los peores dictadores del globo, lanzar paquetes de papel higi¨¦nico a las v¨ªctimas de un hurac¨¢n o hablar de la ¡°buena gente¡± que hab¨ªa entre aquellos neonazis que marcharon en Charlottesville en 2017. Con la pandemia, comenz¨® la ca¨ªda de Trump a los infiernos. Se enroc¨® en la negaci¨®n, primero, y en la extravagancia despu¨¦s. Al perder las elecciones, lanz¨® el pulso final al sistema, trat¨® de revertir los resultados a base de mentiras. M¨¢s de la mitad de los votantes republicanos siguen crey¨¦ndolas. Ahora Trump ya se encuentra en Florida y Biden, en la Casa Blanca. ¡°La democracia ha ganado¡±, ha dicho el nuevo presidente. Estados Unidos empieza el duro camino hacia la reconciliaci¨®n.
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