Es hora de mediar en la escuela
Imparcialidad, neutralidad y un tiempo propio. Estos son los tres requisitos para gestionar adecuadamente un conflicto entre ni?os y adolescentes en las aulas y en la vida
Vivimos rodeados de conflictos, los detectes o no, sean trascendentales o no. El conflicto es parte de la vida, y en cualquier centro educativo siempre habr¨¢ conflictos. En cualquier empresa, en cualquier club deportivo, en cualquier trabajo. En resumidas cuentas, en cualquier grupo humano siempre habr¨¢ conflictos. Y el colegio es el lugar donde te enfrentas a tus primeros conflictos, y por eso, es tambi¨¦n el lugar donde tenemos que ense?ar a afrontarlos.
Un conflicto, desde una perspectiva interpersonal, es una discrepancia, una pelea, una crisis, una discusi¨®n. En general, cualquier forma de relacionarse en la que no haya, o no se haya llegado a¨²n, a un consenso. Y la mediaci¨®n escolar es un proceso para la resoluci¨®n de este problema crisis, pelea, discusi¨®n o disputa entre dos partes dentro de la escuela. Nada m¨¢s sencillo que esto.
Pero aunque la definici¨®n es sencilla, el proceso no lo es. De entrada, cuando hay un conflicto en un colegio la tendencia es a resolverlo cuanto antes. Y este cuanto antes significa que decide el adulto en una charla en la que la pretensi¨®n es resolver, no escuchar. Porque la necesidad es eliminar el conflicto, resolverlo, y no su gesti¨®n.
Un conflicto es algo complejo, co-construido e independiente de la edad de los protagonistas del mismo; de ¨¦l surgen valores, intereses, necesidades, relaciones de poder y emociones no resueltas que son vividas y sentidas de formas muy distintas, y muchas veces descontroladas por la propia intensidad de la situaci¨®n ?C¨®mo se van a resolver y afrontar todos estos aspectos de un conflicto en tan s¨®lo unos minutos de conversaci¨®n? ?C¨®mo se va a resolver cuando el adulto habla un 90% de tiempo y el alumno o alumna un 10%? Es imposible que con ese 10% de participaci¨®n se tenga en cuenta su realidad y sea escuchado con atenci¨®n. ?Y por qu¨¦ este reparto de tiempo y no al rev¨¦s? Porque el adulto no quiere tanto escuchar el mensaje del alumno, como transmitir el suyo. Por eso, tener como objetivo la resoluci¨®n del conflicto crea desequilibrio. Tener como objetivo la gesti¨®n, no. Y por eso, la mediaci¨®n escolar es muchas m¨¢s cosas que resolver un problema, y ya.
?Qu¨¦ es, por tanto, la mediaci¨®n escolar? Un proceso guiado por un mediador en el que ese 10% de tiempo lo tiene el mediador y el 90% del tiempo restante el alumno o alumna. Adem¨¢s, es un espacio donde el mediador no decide y donde no se toman decisiones inmediatas. La inmediatez, la prisa, no caben en la mediaci¨®n ni en la b¨²squeda satisfactoria de soluciones consensuadas. Insisto en este sentido: no puede tratarse de una mera conversaci¨®n informal, que al final le quitar¨¢ importancia a los sentimientos, emociones y necesidades de las partes en conflicto. Al considerarlas expresiones en un contexto ¡°informal¡±, estamos definiendo esas emociones, valores y necesidades como volubles, alocadas, irreflexivas o imprudentes. Por lo tanto, tener una charla informal, o soltar un ¡°speech¡± camufl¨¢ndolo de mediaci¨®n, que es algo que se lleva haciendo desde que la escuela es escuela, es algo que va siendo hora de cambiar.
Imparcialidad, neutralidad y un tiempo propio. Estos son los tres requisitos para gestionar adecuadamente un conflicto. El primero e incuestionable es que un mediador tiene que ser imparcial y esto significa que no est¨¢ de parte en un conflicto. No est¨¢ de parte de uno, ni de otro, ni de la propia instituci¨®n. Mediar en un conflicto significa dar la palabra a quienes lo han tenido y respetar su decisi¨®n sin estar a favor o en contra, aun estando de acuerdo o en desacuerdo con lo planteado. Por supuesto, cualquier proceso de mediaci¨®n est¨¢ enmarcado en un contexto legal ya sea a nivel familiar, penal o de reglamento de r¨¦gimen interno de un centro. Pero dentro de este marco normativo hay muchas soluciones que sin romper las normas pueden llevarse a cabo dejando a las partes en conflicto que hagan sus propuestas.
Si eres el profesor o la profesora no eres neutral, si eres el orientador o la orientadora no eres neutral, si eres el coordinador o la coordinadora tienes un v¨ªnculo definido con el alumnado y una responsabilidad. Cuando tienes autoridad, no puedes ser neutral pues tienes que tomar decisiones. En un conflicto entre alumnos donde m¨¢s se aprende es en la cooperaci¨®n, cuando ambas partes llegan a la soluci¨®n, y no cuando se la ofrece o impone un tercero. Por esto, un mediador, adem¨¢s de no imponer una soluci¨®n no debe tener responsabilidad institucional sobre el alumnado que participa de un conflicto si se pretende buscar un consenso. Imag¨ªnate que en un conflicto con tu pareja, alguien externo a los hechos os impone una soluci¨®n partiendo de sus intereses y sin dejar que la soluci¨®n la alcanc¨¦is vosotros. Pues en un colegio pasa igual, y tenemos que empezar a ver la importancia de este aspecto.
La tercera palabra es tiempo. La gesti¨®n de un conflicto requiere de un espacio y un tiempo propios para darle relevancia a lo que sucede, porque lo sucedido para quienes han tenido el problema es muy relevante. Y lo relevante es tratarlo como se merece. Una emoci¨®n, una creencia, un valor que surge de un conflicto no es m¨¢s o menos importante porque lo viva alguien con 3 o 65 a?os. Tenemos que ofrecer este tiempo para trabajar lo que esa persona siente, piensa o propone. ?Te imaginas que en plena crisis de ansiedad te dijeran: venga que no es para tanto, que se te pasa en un minuto? Pues esto es igual, para poder afrontarlo adecuadamente se necesita un tiempo no condicionado por el d¨ªa a d¨ªa del centro o del adulto en cuesti¨®n.
Ser neutral e imparcial y tener tiempo en una escuela, reconozc¨¢moslo, es dif¨ªcil. Pero se deben poner las bases a nivel institucional para que sea posible.
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