C¨®mo ense?ar a tus hijos a aprender de sus errores
El fin es conseguir ni?os mucho m¨¢s resilientes, perseverantes y felices, aunque en ocasiones nos cueste y hasta nos d¨¦ miedo ver como fracasan o toman decisiones err¨®neas
Vivimos en la sociedad del ¨¦xito, donde el triunfo se publicita a bombo y platillo. Un ¨¦xito malentendido, idealizado, confundido con el tener dinero, la popularidad o el n¨²mero de likes que consigues en una foto o publicaci¨®n. Enmascarado por el brillo err¨®neo de una hoja de doble filo, se vuelve contra uno mismo y lo ¨²nico que hace es alimentar el ego y vuelve a las personas vanidosas.
Una sociedad donde hay poco sitio para los tropiezos, para los segundos puestos. Donde desde nuestro nacimiento nos inculcan la necesidad de ganar siempre, de rozar la perfecci¨®n, de disimular nuestras faltas y esconder nuestras equivocaciones. Donde se habla de puntillas de las derrotas, las equivocaciones o de las veces que nos va a tocar volver a empezar de cero.
Todo ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil si desde ni?os nos hablasen sin tapujos de las veces que a lo largo de la vida vamos a perder batallas, fracasar en nuestros intentos, vamos a tener que cambiar de planes porque las cosas no nos salen bien ni a la primera ni a la d¨¦cima.
Ojal¨¢ nos ense?asen a perder, a fallar ¨²tilmente, a aceptar el error de forma constructiva. A saber, qu¨¦ hacer con esos tropiezos que nos hacen sentir fracasados y vac¨ªos. Esas derrotas que entumecen nuestra alma y contaminan nuestros sue?os.
Que necesario es que desde bien peque?os hablemos a nuestros hijos del VALOR del ERROR en la VIDA, de la necesidad de aprender a encajar los golpes de forma emp¨¢tica, de que las equivocaciones son imprescindibles para poder progresar.
A saber, que a menudo las dificultades acaban convirti¨¦ndose en grandes maestros y que por esta raz¨®n no debemos avergonzarnos de ellas. Que cada vez que nos equivocamos abrimos un nuevo camino hacia otro lugar. Que despu¨¦s de la tormenta siempre llega la calma si tienes paciencia y trabajas para ello. Que una persona feliz no es aquella que no tiene problemas sino la que ha sido capaz de superar los obst¨¢culos que el destino le ha ido poniendo.
Ojal¨¢ desde la escuela y la familia fu¨¦semos capaces de ofrecer a ni?os y j¨®venes una educaci¨®n que desarrolle la capacidad de reconocer y aceptar las equivocaciones con calma, para aprender de ellas de forma inteligente, para no sentirnos culpables cuando no hemos sabido estar a la altura. Una de las mejores maneras de ayudar a nuestros hijos en su crecimiento y maduraci¨®n.
Una formaci¨®n que ense?e a encajar golpes con optimismo, que explique que la peor forma de perder es permitiendo que la derrota te paralice, te destruya y haga a?icos tus ilusiones o proyectos.
Aprender a hacer frente al error hace a nuestros hijos mucho m¨¢s resilientes, perseverantes y felices, aunque en ocasiones nos cueste y hasta nos d¨¦ miedo ver como fracasan o toman decisiones err¨®neas.
?C¨®mo podemos ense?ar a nuestros hijos a superar el error?
1. Ense?¨¦mosles a vivir en el aqu¨ª y el ahora con honestidad y agradecimiento, sin tener la necesidad de tenerlo todo controlado. Aprendiendo a abrazar el cambio, a dar la mano a lo imprevisible, a aceptar lo inesperado poniendo foco en lo importante.
2. Hablemos del error siempre en t¨¦rminos positivos, eduqu¨¦mosles a verlo como una gran oportunidad para aprender y volver a empezar, para buscar una mejor versi¨®n y seguir hacia delante..
3. Demos a nuestros hijos oportunidades para fallar, para que puedan aprender a hacer frente a sus tropiezos. Ayud¨¦mosles a buscar soluciones evitando la sobreprotecci¨®n o la permisividad excesiva. A trav¨¦s del error podremos saber cu¨¢les son las herramientas con las que cuentan nuestros hijos para hacer frente a las adversidades de la vida, c¨®mo las usan y cu¨¢les son las que necesitan adquirir.
4. Convirt¨¢monos en el mejor de los ejemplos a la hora de asumir nuestros propios errores, hacerles frente y gestionar nuestras emociones. Pidamos disculpas cuando nos equivoquemos con humildad y sin excusas.
5. Expliqu¨¦mosles la necesidad de entrenar a diario la perseverancia y la valent¨ªa sin excusas ni postergas. A trabajar duro por aquello que desean, a creer que a la derrota se le gana con voluntad, constancia y actitud.
6. Acompa?emos a nuestros peque?os con cari?o y comprensi¨®n, entendiendo el miedo o la frustraci¨®n que les puede provocar hacer frente al error. D¨¦mosles la seguridad que necesitan repiti¨¦ndoles a diario que estamos a su lado sin condici¨®n.
7. Ense?¨¦mosles a pedir ayuda siempre que lo necesiten sin miedo al rid¨ªculo, buscando los mejores aliados en sus proyectos.
8. Ayud¨¦mosles a marcarse metas razonables para que se sientan satisfechos y orgullosos cuando las consigan. Propong¨¢mosles retos diarios a los que se puedan enfrentar, buscando nuevas respuestas y cultivando la curiosidad.
9. Fomentemos la confianza en s¨ª mismos sin permitir que los fracasos les llenen de reproches o se sientan avergonzados cuando se equivocan. Ayud¨¦mosles a conocer sus defectos y virtudes, sus fortalezas y debilidades sin comparaciones con sus hermanos.
10. Anim¨¦mosles a tomar decisiones sin que les tiemble el pulso, asumiendo las consecuencias que ¨¦stas puedan tener. A no culpar a los dem¨¢s de sus errores ni justificarlos sin sentido.
11. Ayud¨¦mosles a encontrar eso que les hace diferentes, ¨²nicos e irrepetibles, a pelear con agallas por sus sue?os alent¨¢ndolos en cada uno de sus progresos.
Ojal¨¢ que TODOS seamos capaces de entender que al final la VIDA es un gran reto que se mide por las dificultades superadas y por todo lo conseguido con ilusi¨®n y trabajo.
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