C¨®mo es crecer con padres sordos
Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica en Espa?a hay 1.064.000 personas con discapacidad auditiva
¡°Nunca olvidar¨¦ el d¨ªa que nos dijeron que nuestra hija, de un d¨ªa de vida, hab¨ªa superado favorablemente el screening auditivo¡±, afirma Clara Hern¨¢ndez, de 37 a?os, que es una de las 1.064.000 personas que tiene una discapacidad auditiva, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) en Espa?a. En el caso de su familia, ella y su esposo son sordos y sus hijos son oyentes. Hern¨¢ndez utiliza dos implantes cocleares, por lo que han aprendido a comunicarse con sus hijos utilizando la lengua oral. En Espa?a solo el 3% de las personas sordas usa la lengua de signos, seg¨²n el INE.
A la hora de dormir, Hern¨¢ndez ha ense?ado a sus hijos que si necesitan algo por la noche tienen que pararse e ir a la cama de sus padres, no pueden solo gritar o llorar porque seguramente sus padres ya se habr¨¢n quitado las pr¨®tesis auditivas y no los pueden escuchar. ¡°Los vigilabeb¨¦s con vibraci¨®n han sido una ayuda vital para nosotros. Tienen la capacidad de activarse cuando se escucha alg¨²n sonido. Los primeros d¨ªas, ten¨ªamos el vigilabeb¨¦s en funcionamiento con la sensibilidad alta, por miedo a que no vibrara. ?Pero se activaba al menor ruido! Cualquier movimiento lo captaba, al girarse o al toser un poco. As¨ª que poco a poco fuimos aprendiendo a regular la sensibilidad por el bien de nuestro descanso, vibraba cuando lloraba de verdad¡±, afirma Hern¨¢ndez. Hoy existen aplicaciones para el m¨®vil que hacen la misma funci¨®n. La tecnolog¨ªa ha avanzado tanto que hasta hay apps que, seg¨²n el tipo de llanto, te dice por qu¨¦ llora tu beb¨¦: por hambre, sue?o o dolor.
Ahora sus hijos Luc¨ªa, de cinco a?os, y Mart¨ªn, de tres, son conscientes tambi¨¦n, por ejemplo, de cuando sus padres no llevan las pr¨®tesis auditivas; tiene que llamarlos con contacto f¨ªsico para luego dirigirse a ellos mir¨¢ndolos y vocalizando. ¡°Nos hemos visto en situaciones comprometidas donde nuestra hija mayor ha tenido que hacer de intermediaria. Una vez nos quedamos encerrados en un ascensor, donde Luc¨ªa nos iba diciendo lo que dec¨ªa el personal del servicio de teleasistencia¡±, confiesa esta madre.
Hern¨¢ndez es psicopedagoga y orientadora de familias de ni?os con discapacidad auditiva por lo que nunca ha temido que pasar¨ªa si sus hijos fueran sordos. ¡°Ten¨ªamos muy claro que nuestros hijos iban a ir a un colegio donde pudieran convivir con compa?eros sordos y saber desde muy peque?itos c¨®mo desenvolverse con ellos de manera natural y, por lo tanto, con nosotros¡±, explica Hern¨¢ndez.
Ser padres es todo un reto. Si adem¨¢s alg¨²n miembro de la familia tiene una discapacidad auditiva, el reto es mayor. ¡°Ahora, cuando acompa?amos a nuestros hijos al parque o a las actividades extraescolares, apenas podemos relacionarnos con sus amigos o sus familias. Si por ejemplo, quiero ense?arle al peque?o c¨®mo entrar en un juego con un ni?o que est¨¢ en el parque, en otras circunstancias me habr¨ªa acercado al ni?o y hubiera tomado la iniciativa para que mi hijo me tomara de ejemplo. Yo misma me doy cuenta de que ya no me relaciono tanto como antes por el miedo a no entender a la otra persona¡±, afirma Hern¨¢ndez.
Este miedo del que habla se debe a las mascarillas. Desde que lleg¨® la pandemia la forma de comunicarse se ha visto muy afectada por esta barrera que no deja que nos lean los labios. ¡°Su uso ha supuesto un cambio muy significativo en nuestras vidas. A pesar de ser usuaria de implantes cocleares desde hace unos pocos a?os, necesito de la lectura labio facial¡±, denuncia Hern¨¢ndez.
Esta misma sensaci¨®n la tiene Raquel Puebla, de 40 a?os, que afirma que la pandemia ha tenido un impacto brutal en la forma en la que ella se relaciona. ¡°Soy sorda profunda y para m¨ª es imprescindible la lectura labial y con las mascarillas no puedo leer los labios, lo que ha repercutido muy negativamente en la comunicaci¨®n directa con las personas¡±. Por ejemplo, el otro d¨ªa ten¨ªa una reuni¨®n de padres por Zoom de la que se tuvo que salir porque no entend¨ªa nada de lo que estaban diciendo. ¡°Mi vida social se ha visto muy perjudicada. As¨ª que si los padres somos modelos para los hijos, el m¨ªo no me va a ver socializar de forma normal¡±, afirma Puebla que es madre de Mateo, de un a?o. ¡°Intento llevar una vida lo m¨¢s normalizada posible porque la infancia de los ni?os es ahora y no vuelve y hay que intentar disfrutarla al m¨¢ximo. Conf¨ªo y espero que esta situaci¨®n de pandemia se acabe alg¨²n d¨ªa¡±, dice Puebla que utiliza una pulsera vibradora que le avisa cuando el ni?o llora. Y por el d¨ªa recurre a un vigilabeb¨¦s con videoc¨¢mara y vibraci¨®n para que le avise si la necesita.
La Confederaci¨®n Espa?ola de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) ha sido el altavoz ante la sociedad de los problemas que los sordos est¨¢n teniendo con la pandemia. Carmen J¨¢udenes, directora de FIAPAS denuncia que la educaci¨®n a distancia se ha realizado sin recursos de apoyo a la audici¨®n y en muchas ocasiones tampoco se ha contado con informaci¨®n audiovisual sobre la emergencia sanitaria accesible. ¡°Es importante que sepan que existen estructuras de apoyo creadas por las propias familias y dirigidas a ellas. Es muy importante que reclamemos y no nos conformemos con la situaci¨®n que estamos viviendo¡±, afirma J¨¢udenes. ¡°Tenemos que pelear por nuestros derechos, sobre todo por los de los ni?os sordos y visibilizar a nuestro colectivo, para que la sociedad tome conciencia de la lucha que estamos librando¡±, concluye.
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