C¨®mo sanar nuestro ¡®ni?o interior¡¯ para ser mejores padres
Antes de poder ser buenos progenitores debemos autorregular nuestro mundo interior, de lo contrario proyectaremos en nuestros hijos lo que no hemos curado en nosotros
Es f¨¢cil ense?ar a un hijo a atarse los cordones de los zapatos, a cepillarse los dientes, a hacer cosas rutinarias, pero ?es f¨¢cil educar en una relaci¨®n sana si nosotros no nos hemos curado de posibles heridas que tenemos en el pasado, es decir si no hemos curado a nuestro ni?o interior? Lo mejor, seg¨²n todos los expertos, es no proyectar tus errores en tus hijos sin embargo, eso, ?c¨®mo se hace?
En el libro El ni?o emocional que habita en ti (Luci¨¦rnaga) la autora, conferenciante y psicoterapeuta canadiense Marie-Lise Labont¨¦, creadora del M¨¦todo de Liberaci¨®n de las Corazas MLC ? y de una t¨¦cnica llamada Im¨¢genes de transformaci¨®n IT ?, explica en detalle qu¨¦ es el ni?o interior herido y da soluciones pr¨¢cticas para entablar este contacto con nosotros mismos, creando as¨ª unos padres positivos interiores convirti¨¦ndonos en mejores para nuestros hijos.
¡°Atender al ni?o interior permite sanar la herida fundamental de nuestra personalidad y nos da una mayor capacidad y fuerza para amar¡±, explica Labont¨¦. ¡°Antes de poder ser buenos padres debemos autorregular nuestro mundo interior, de lo contrario proyectaremos en los hijos lo que no hemos sanado en nosotros¡±. ¡°Por esto, es tan importante que los padres hagan su propio trabajo personal para poder acompa?ar a sus hijos acogi¨¦ndolos sin sentirse culpables, sin juzgarlos y con amor porque el amor sana¡±, explica.
En qu¨¦ consiste el ni?o interior
La dimensi¨®n del ni?o interior es universal ¡°ya que todos tenemos un aspecto infantil en nuestra mente inconsciente, una parte de nosotros que no ha crecido, que sigue siendo como un ni?o porque no ha seguido nuestro crecimiento de adulto con nuestras estructuras, misiones parentales; que se ha quedado pegado a su herida fundamental y espera que lo cuidemos¡±. El arquetipo, sostiene, Labont¨¦, ¡°es una representaci¨®n en el universo de un modelo muy poderoso que influye a todos en nuestro inconsciente¡±. Por ejemplo, explica, ¡°cuando un adulto que fue maltratado trabaja para una asociaci¨®n de ni?os vejados seguramente sea porque eso le ayuda de forma inconsciente a sanar las heridas de su ni?o interior¡±.
El doctor Carl Jung, m¨¦dico psiquiatra, psic¨®logo, ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoan¨¢lisis y fundador de la escuela de psicolog¨ªa anal¨ªtica, fue uno de los primeros en identificar el arquetipo del ?Ni?o Interior?, defini¨¦ndolo como ¡°el s¨ªmbolo de la parte de la personalidad que quiere desarrollarse y llegar a ser todo. El ni?o interior en nosotros es la suma de todas las representaciones agradables y desagradables¡±. Para Jung, este arquetipo es ante todo uno de sanaci¨®n, que nos pone en relaci¨®n con nuestra alma, que nos va a guiar, que curar¨¢ al adulto dentro de nosotros, haciendo don de su juventud, su capacidad de alegr¨ªa, de espontaneidad, como la naturaleza m¨¢gica divina de un ni?o. Y dentro del ni?o interior, Jung tambi¨¦n identifica un Ni?o Interior Divino a la vez que un Ni?o Herido.
El primero, seg¨²n el psiquiatra ¡°es la suma de las experiencias de nuestra infancia y tambi¨¦n es el v¨ªnculo con nuestra alma, con toda su sensibilidad y riqueza, el que nos ayuda a relacionarnos con nuestro potencial de sanaci¨®n y el segundo (herido) es la suma de las heridas sufridas en la infancia que como adultos podemos expresar sin reconocerlas¡±. Por ejemplo: enfurru?arse, aislarse, esconderse, ser duro, ser mezquino, ser tir¨¢nico... ¡°Estas son caracter¨ªsticas del ni?o interior herido¡±, contin¨²a Labont¨¦, ¡°que no est¨¢ sanado, que no ha crecido, que no ha transmutado, que ha permanecido como un ni?o peque?o en nosotros, que se esconde en lugares de nuestro cuerpo y nos manipula a nuestro pesar expres¨¢ndose de forma emocional de modo que nos sorprende como adulto, hasta decir: nunca pens¨¦ tener una reacci¨®n tan infantil, e incluso las personas alrededor me comentar¨¢n: ¡°Dios m¨ªo, reaccionaste como un ni?o, ?qu¨¦ te pasa?¡¯¡±.
C¨®mo se expresa el Ni?o Interior
¡°En general, no solemos hacerle mucho caso¡±, sostiene Labont¨¦. ¡°Pero ¨¦l sigue habl¨¢ndonos de muchas maneras a trav¨¦s de s¨ªntomas f¨ªsicos, emocionales, mentales e incluso espirituales. A nivel f¨ªsico el adulto, por ejemplo, puede sufrir enfermedades autoinmunes entre otras¡±, sostiene la terapeuta. ¡°Se expresa a trav¨¦s de las emociones: hipersensibilidad emocional, pobreza emocional, extremos, manipulaci¨®n emocional¡ Por ejemplo: alguien que est¨¢ constantemente dirigido por una c¨®lera, una agresividad a menudo es una expresi¨®n del ni?o emocional herido¡±. El ni?o intenta expresar sus necesidades emocionales no obstante, recuerda Labont¨¦, ¡°el adulto las juzga, no quiere reconocerlas porque quiere depender del otro; el adulto, como cuando era joven, siempre espera a que el otro satisfaga sus necesidades emocionales, el otro pueden ser sus hijos, sus abuelos, sus padres si todav¨ªa est¨¢n vivos, o su c¨®nyuge, sus amigos, esperar a que el otro satisfaga nuestras necesidades emocionales es un sinf¨ªn¡±.
?Qu¨¦ hacer?
- Escucharnos. ¡°Si no estoy en una relaci¨®n de escucha con la parte dentro de m¨ª que grita, el ni?o emocional que chilla, que ha perdido la confianza, que incluso tiene miedo de que yo siendo adulto lo traicione, ya que fue traicionado; hay que entablar una relaci¨®n con ¨¦l, escucharlo, e ir a su encuentro progresivamente, es todo un proceso¡±, advierte Labont¨¦.
- Observarnos. ¡°En nuestra vida podemos ver nuestras reacciones infantiles, o si cuando hay alg¨²n acontecimiento o palabra de alguien me enfado, indago en qu¨¦ ¨¢reas de mi vida reacciono de manera infantil: ?Amo de forma infantil? ?Acaso estoy enfurru?ado o entro en estado de mutismo?¡±, a?ade.
Labont¨¦ sostiene que el problema de ¡°las repeticiones de la herida, el hecho de que inconscientemente me haya separado de mi ni?o interior herido, me aleja de mi herida fundamental creando falsas personalidades para adaptarme y sobrevivir, he escondido en mi inconsciente lo que duele, y sigue all¨ª¡ Este es el rol del ni?o interior: hacernos volver a contactar nuestra herida y por esto mismo nos da tanto miedo ir a contactarlo¡±.
Existen varios tipos de?Heridas Fundamentales.
¡°La herida es lo que recibimos a trav¨¦s de lo transgeneracional y nos afecta en nuestra relaci¨®n, con nuestros padres, con la vida, implican unas necesidades afectivas a las cuales uno mismo debe responder¡±, explica la terapeuta.
- El abandono.?Aunque los padres est¨¦n presentes en realidad est¨¢n ausentes, y el ni?o deber¨¢ desarrollarse sin modelo familiar, sin modelo con un vac¨ªo interior que m¨¢s adelante puede llevarlo a compulsiones en la vida adulta. El ant¨ªdoto para esto es ¡°darme, procurarme seguridad¡±.
- El rechazo. Los padres est¨¢n presentes, pero por alg¨²n motivo lo rechazan. Por ejemplo?quer¨ªan un ni?o o una ni?a y tienen un hijo del sexo contrario o simplemente no quieren al hijo que han?tra¨ªdo al mundo. O bien?otro ejemplo muy duro para un ni?o una de las figuras parentales rechaza al hijo:?un ni?o no reconocido por su valor, a quien solo se le reconocer¨¢ cuando se parezca a otro hermano, o cuando estudie tal o tal cosa. El ant¨ªdoto aqu¨ª ser¨ªa la acogida.
- Maltrato/Abuso/Humillaci¨®n. Se da cuando se aplasta, se anula al ni?o, se le trata como un cero a la izquierda, se le dice que no vale nada. El ant¨ªdoto ser¨ªa la benevolencia.
- Traici¨®n. El ni?o en toda su inocencia y belleza se conf¨ªa a sus padres y ellos a sus espaldas expresan lo contrario de lo que le dicen a ¨¦l. El ant¨ªdoto ser¨ªa el de la confianza.
- Injusticia. Ocurre cuando en una familia se prefiere a uno o dos hijos y el tercero se convierte en?v¨ªctima o chivo expiatorio, y le dicen ¡°es por culpa tuya que todo va mal¡± una pura injusticia. El ant¨ªdoto ser¨ªa la equidad.
- No reconocimiento. Cuando el ni?o no se siente reconocido, querido, importante en su familia. El ant¨ªdoto ser¨ªa el reconocimiento.
- Tipos de ni?os interiores que pueden aparecer en un adulto
- El que manipula. Ocupa mucho espacio en la vida de los otros expres¨¢ndose a trav¨¦s de conductas infantiles que es incapaz de manejar.
- El que no habla. Ha cerrado toda comunicaci¨®n verbal. Se expresa a trav¨¦s de un mutismo, parece enfadado y el silencio es su forma de expresarse, se calla. Incluso a veces el adulto que tiene un ni?o mudo reaccionar¨¢ en su vida adulta como este ni?o interior que expresa su herida estando en silencio.
- El ni?o rey. El que lo domina todo, mimado, que va a pedirlo todo,?manipulador. Su herida se expresa por la omnipotencia: soy yo quien domina, es su modo de expresar su sufrimiento.
- El indiferente. Cuando vais a vuestro mundo interior a conocerlo, ¨¦l os da la espalda, no quiere saber nada de vosotros porque ha perdido la confianza, es un ni?o que ha sido traicionado en su infancia, ha sufrido heridas de traici¨®n, de p¨¦rdida de confianza.
- El muerto. Es el que ha sufrido tanto?que simplemente ha muerto; y el amor le ayudar¨¢ a renacer por lo que depender¨¢ del proceso de cada uno pero puede renacer.
- El que est¨¢ en una?jaula, encarcelado. A menudo este ni?o est¨¢ acompa?ado por otro ni?o que?lo mantiene encarcelado por temor a que le maltraten a¨²n m¨¢s. En realidad son reacciones muy primitivas.
?C¨®mo establecer una relaci¨®n con este ni?o?
El encuentro con el ni?o interior, sostiene la terapeuta, ¡°ocurre a partir del dialogo con el inconsciente, sea cual sea el m¨¦todo escogido, mientras permita contactar el Inconsciente ser¨¢ bueno; los que no permitan este di¨¢logo con el Inconsciente ser¨¢n puramente un ejercicio mental. Mi m¨¦todo, el?M¨¦todo de Liberaci¨®n de las Corazas MLC ? -es psicocorporal, utiliza el cuerpo para entrar en contacto con la psique y las emociones¡±. ¡°El cuerpo no miente,?es la sede del Inconsciente. A menudo con el?MLC? la?gente puede de forma espont¨¢nea encontrarse con su Ni?o Interior porque est¨¢ all¨ª escondido detr¨¢s de sus caparazones, las protecciones que el adulto ha erigido para no sentir el dolor¡.Y en MLC? aflojamos dichas?protecciones, les damos una respiraci¨®n y de pronto el ni?o aparece porque quiere ser reconocido por el adulto que lo lleva dentro. Lo va a ayudar a que no use los s¨ªntomas como forma de expresi¨®n, lo va a ayudar a sanarse¡±, explica Labont¨¦.
El adulto que se ha sanado?
La neurociencia ha explicado siempre “la importancia de los primeros años del cerebro para un correcto desarrollo en todos los niveles: cognitivo, lenguaje, motor, etc.”, explica Labonté. Pero, continúa, “hay una parte fundamental que son las emociones: un bebé que no es querido sufrirá de tal manera que será un adulto problemático. Se manifestará con ira, cólera, manipulación, incluso de manera inconsciente”.
Así funciona la proyección: los padres van a proyectar sobre sus hijos sus heridas, inconscientemente los van a crear a su imagen; por eso siempre recuerdo en mis seminarios: “Empieza por sanarte a ti mismo y luego tus relaciones con tus hijos cambiarán y mejorarán”, sostiene.
“Nuestra sanación depende de nuestra capacidad a ser buenos padres para nosotros mismos. A menudo arrastramos la influencia de nuestros padres, en las dificultades que nos han transmitido, sus condicionamientos, su mirada sobre la vida y utilizamos los padres negativos, o como lo ha llamado el doctor Carl Jung el complejo parental negativo interior”, concluye.
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