?Y si educamos a los ni?os y a las ni?as para que cuiden y cr¨ªen por igual?
Somos los adultos quienes, atravesados por nuestros propios prejuicios de g¨¦nero, ofrecemos la cuna y la mu?eca a las chicas y el tractor o el bombero a los ni?os
Regalarles coches a los ni?os y mu?ecas a las ni?as, les trasmite que ellos pueden ser mec¨¢nicos y que ellas pueden ser madres o la persona que en la familia cuida y quiere. Las faenas de mimo, como puede ser comprar un regalo de cumplea?os, felicitar las fiestas, cuidar a los mayores o, incluso, cambiar pa?ales y educar, ha sido tarea encomendada a la mujer por una educaci¨®n machista heredada. Pero ?y si les tratamos con igualdad?, ?y si educamos para que ellos cuiden tanto como las ni?as?, ?y si les inculcamos tambi¨¦n a los ni?os los valores que eran asociados a las ni?as?
Somos los adultos quienes, atravesados por nuestros propios prejuicios de g¨¦nero e influenciados por l¨®gicas de mercado, ofrecemos la cunita y la mu?eca a la ni?a y al ni?o el tractor o el bombero. Haciendo estas distinciones estamos limitando su desarrollo y permitiendo que se consoliden estereotipos que ensanchan la desigualdad. Virginia Luz Galv¨¢n es miembro y co coordinadora de la Red Nacional de Salud Mental Perinatal de Argentina. Para la psic¨®loga Luz Galv¨¢n, cuando hablamos de un ni?o cuidador lo hacemos de chicos que ¡°en el futuro podr¨¢n desplegar herramientas de empat¨ªa, ternura y sost¨¦n hacia los dem¨¢s¡±: ¡°Unos adolescentes (y luego hombres) atentos a las necesidades de alguien vulnerable y que se encuentre a la altura para cuidar a los otros¡±.
La psic¨®loga afirma que cuidar deber¨ªa estar en la base de toda la educaci¨®n: ¡°El tiempo que vivimos nos invita a construir pedagog¨ªas del cuidado que no refuercen desigualdades¡±. Y afirma que poder educar tambi¨¦n a los ni?os varones en los valores de cuidado permitir¨ªa construir masculinidades ligadas a la empat¨ªa, la sensibilidad y la cooperaci¨®n, colaborando a desarmar versiones hegem¨®nicas vinculadas a la competencia, la violencia y a la hiperracionalidad. Cierto es que esta tarea no es solo cosa de las madres y padres: el conjunto social deber¨ªa remar en la misma direcci¨®n.
¡°Hist¨®ricamente, se ha asignado determinados roles, como es el del cuidado familiar, a las mujeres, generando as¨ª condiciones de inequidad. Si queremos que esa falta de equidad desaparezca, debemos educar con perspectiva de g¨¦nero¡±, se?ala la tambi¨¦n psic¨®loga cl¨ªnica y psicopedagoga Laura Cerd¨¢n, que considera que la vida de las personas no deber¨ªa estar condicionada en absoluto por el hecho de ser hombre o mujer; ¡°Si empezamos a valorar por igual lo que hombre y mujer pueden aportar a la sociedad, si redistribuimos de manera equitativa las actividades que hombres y mujeres pueden desarrollar, si dejamos de justificar la discriminaci¨®n y la exclusi¨®n de las mujeres en determinados ¨¢mbitos justificado con base a las diferencias biol¨®gicas entre ambos, empezaremos a sumar en vez de restar¡±. Cuando hablamos de sumar se refiere a disfrutar de una sociedad m¨¢s amable, m¨¢s justa y m¨¢s igualitaria.
Cerd¨¢n dice que es importante que los adultos empecemos a evitar seguir desarrollando esos roles que reafirman y perpet¨²an los estereotipos de g¨¦nero machistas. ¡°Y eso pasa por el tipo de juego que ofrecemos a nuestros hijos, por lo que hacemos en casa para que sirva de ejemplo, por revisar los comentarios que hacemos respecto a otros hombres y mujeres, por revisar las expectativas que tenemos de los ni?os y ni?as¡±, se?ala. La psic¨®loga invita por ejemplo a revisar los cuentos que leen nuestros hijos, las pel¨ªculas y dibujos: ¡°Transmitamos valores como el respeto y la tolerancia hacia los dem¨¢s, olvidemos los prejuicios cl¨¢sicos como que las ni?as son m¨¢s sensibles o los ni?os no deben llorar¡±.
A trav¨¦s del juego los ni?os aprenden a conocer su entorno y desarrollan sus habilidades ling¨¹¨ªsticas, sociales, motoras, cognitivas y emocionales. ¡°Debemos elegir juguetes por su tem¨¢tica, no por lo que creemos que es propio de un sexo u otro¡±, afirma Cerd¨¢n, y se?ala que el problema no es el juguete en s¨ª, sino la elecci¨®n estereotipada que se hace de ¨¦l: ¡°?Por qu¨¦ se sigue regalando a las ni?as juguetes para que sean presumidas, est¨¦n pendientes de su imagen o vistan a sus beb¨¦s? ?Por qu¨¦ no se le regala a un ni?o un set de limpieza para fomentar su juego simb¨®lico?¡±.
Regalemos menos juguetes b¨¦licos y m¨¢s cuentos. Regalemos sets de juego simb¨®lico (bricolaje, carrito de limpieza¡) independientemente del sexo. Cerd¨¢n asegura que este tipo de juego supone un puente entre las actividades sensoriomotrices y la representaci¨®n en el pensamiento. Una actividad que ensancha el cerebro y los hace imaginativos.
Las ideas principales que tenemos que hacerles llegar a nuestros ni?os, seg¨²n Luz Galv¨¢n, es que cuidar y sostener es un trabajo valioso, que todas las personas podemos cuidarnos y cuidar a los dem¨¢s. ¡°Podemos acompa?arles a reflexionar que no existen ni juguetes ni juegos de ni?os o de ni?as exclusivamente y a mirar cr¨ªticamente discursos y mensajes sexistas que circulan¡±, asegura esta psic¨®loga, que cuenta que con las familias que trabaja les insiste en leer La cenicienta liberada o H¨¦ctor, el hombre extraordinariamente fuerte para desmontar con cuentos estereotipos de g¨¦nero y luego poder charlar con las criaturas.
Los ni?os aprenden por m¨ªmesis, por imitaci¨®n. As¨ª que, como retoma Cerd¨¢n: ¡°Si pap¨¢ friega los platos, lo ver¨¢ normal. Si pap¨¢ cocina, lo ver¨¢ normal. Si pap¨¢ ba?a a su hermano, lo ver¨¢ normal. Si las familias cambiamos nuestro enfoque, la siguiente generaci¨®n mirar¨¢ con otros ojos¡±. Trabajar en la infancia el valor de ayudar a los dem¨¢s (de cuidar) es fundamental si queremos tener una sociedad m¨¢s amable y solidaria. Por eso es muy importante integrar en la educaci¨®n de nuestros peques aquellos valores que queremos que interioricen. ¡°De esta manera, podr¨¢n aportar en positivo al conjunto de la sociedad de una manera equilibrada. Esto deber¨ªa ser independiente de que sean ni?os o ni?as, y deber¨ªa ir de la mano de trabajar una buena autoestima y autoconcepto¡±, concluye Cerd¨¢n.
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