Bel¨¦n Rueda: ¡°En los ni?os con cardiopat¨ªas, la esperanza se escribe con may¨²sculas¡±
Constancio Medrano, presidente de la Sociedad de Cardiolog¨ªa Pedi¨¢trica, y la presidenta de honor de Menudos Corazones hablan de la importancia de invertir en investigaci¨®n para mejorar la calidad de vida de estos peque?os pacientes
El peque?o Leo vive con sus padres en Guadalix de la Sierra, un pueblecito al norte de Madrid. Es, con solo tres a?os, un aut¨¦ntico superviviente, porque la cardiopat¨ªa cong¨¦nita severa con que naci¨® (un defecto del canal atrioventricular completo) le ha obligado a superar ya cinco intervenciones quir¨²rgicas: ¡°La primera, a los cuatro meses, fue para reconstruir el tabique que no se hab¨ªa formado, una comunicaci¨®n dentro de las cuatro cavidades, y dividir en dos la ¨²nica v¨¢lvula que ten¨ªa¡±, recuerda Marcos Belmar, su padre. Pero la v¨¢lvula mitral fallaba, por lo que solo dos semanas despu¨¦s le implantaron otra; luego vino el marcapasos (de adulto, porque no hacen de ni?o) y una intervenci¨®n m¨¢s para corregir una asincron¨ªa en los ventr¨ªculos, hasta que el verano pasado le implantaron una nueva v¨¢lvula de mayor tama?o. Sentados en un parque, y mientras Leo juega con un cochecito negro, se muestran agradecidos por los avances en investigaci¨®n que han hecho posible que su peque?o siga con ellos. Este lunes, 14 de febrero, se celebra el D¨ªa Internacional de las Cardiopat¨ªas Cong¨¦nitas.
¡°La verdad es que la enfermedad ha condicionado bastante su vida, porque el haber estado ingresado tanto tiempo [10 meses] le ha ocasionado un retraso madurativo a nivel cognitivo, motriz y comunicativo¡±, explica Laura Gonz¨¢lez, su madre: ¡°Leo acude a un centro de atenci¨®n temprana donde trabaja su motricidad y todo lo relacionado con la comunicaci¨®n y la masticaci¨®n, porque estuvo aliment¨¢ndose con sonda dos a?os y ha aprendido a comer m¨¢s tarde que un ni?o normal¡±. El apoyo familiar y la posibilidad de coordinar sus trabajos (Marcos trabaja por las ma?anas y ella por las tardes), han sido esenciales a la hora de conseguir que su hijo reciba siempre los cuidados que necesita.
Gracias al trabajo de muchos profesionales, la elevada mortalidad de estos peque?os ha ido reduci¨¦ndose hasta el punto de que, hoy, el 90 % de los ni?os con cardiopat¨ªas cong¨¦nitas severas (y el 98 % de las no graves) alcanzan la edad adulta. Por eso, la prioridad est¨¢ ahora en conseguir mejorar su calidad de vida, ¡°para que ese beb¨¦ que lo ha pasado muy mal, cuando cumpla los 14 a?os, no tenga problemas de aprendizaje, de comportamiento o psiqui¨¢tricos asociados a diversas razones, o incluso una exclusi¨®n social porque le hayamos dicho que se quede quieto y no haga deporte¡±, cuenta el doctor Constancio Medrano, presidente de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa Pedi¨¢trica y Cardiopat¨ªas Cong¨¦nitas. Para ello, reivindica, se necesita aumentar la inversi¨®n en investigaci¨®n: ¡°La financiaci¨®n p¨²blica es escasa, y tenemos que tirar de la privada, como la que llega a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Menudos Corazones¡± y la beca anual que convocan cada a?o para apoyar las iniciativas m¨¢s prometedoras. ¡°Por ejemplo, hemos trabajado mucho en investigaci¨®n en vacunas, aunque pueda parecer colateral. Porque la bronquiolitis, que es una infecci¨®n que tienen muchos ni?os, afecta m¨¢s a los ni?os prematuros y los cardi¨®patas. Y ya hay ensayos cl¨ªnicos con posibles vacunas¡±.
Impacto de la investigaci¨®n
La innovaci¨®n ha hecho que hoy en d¨ªa la mayor parte de las cardiopat¨ªas se operen con una cirug¨ªa m¨ªnimamente invasiva, por cateterismo. As¨ª ocurre con los ni?os aquejados de Tetralog¨ªa de Fallot, una de las cardiopat¨ªas m¨¢s frecuentes: ¡°Estos ni?os se operan al nacer, pero cuando son adultos necesitan otra operaci¨®n. Pues se ha sustituido el abrirles el pecho por colocarles una v¨¢lvula percut¨¢nea a trav¨¦s de un cat¨¦ter. Y con la patolog¨ªa del ductus arterioso, frecuente en beb¨¦s prematuros y que antes no se pod¨ªa operar antes de los dos a?os o los 10 kilos de peso, ahora se opera en prematuros de 800 o 1.000 gramos, lo que implica menos tiempo intubados y menos problemas neurol¨®gicos¡±, afirma Medrano.
La investigaci¨®n ha aumentado sustancialmente la calidad de vida de estos peque?os. Ni?os y ni?as que, por ejemplo, sufren hipertensi¨®n pulmonar, una patolog¨ªa que hace unos a?os les confinaba a una silla de ruedas, pero que hoy reciben f¨¢rmacos con los que llevan una vida casi normal; o aquellos con riesgo de muerte s¨²bita, gracias a la implantaci¨®n de unos desfibriladores subcut¨¢neos cada vez m¨¢s peque?os. Pero tambi¨¦n ha mejorado la cirug¨ªa neonatal, que antes ten¨ªa una mortalidad muy elevada, y ha posibilitado que sigan estando monitorizados al llegar a la edad adulta.
¡°Todo esto ha cambiado radicalmente la calidad de vida y las preocupaciones de las familias, que muchas veces ten¨ªan una situaci¨®n de absoluta desprotecci¨®n. Padres que se dec¨ªan: ¡°?C¨®mo se va a ir mi hijo un fin de semana con alguien, y que le d¨¦ una parada card¨ªaca!¡±, explica Medrano. O las hist¨®ricas limitaciones respecto a la pr¨¢ctica del deporte, que empiezan a desaparecer gracias a la investigaci¨®n, y que protagonizan la beca de Menudos Corazones de 2021: un estudio en el que se eval¨²a la situaci¨®n funcional de los pacientes con pruebas de esfuerzo, y que posibilitan que puedan empezar a practicar deporte progresivamente y con seguridad.
Es el caso, por ejemplo, de Ram¨®n, un peque?o h¨¦roe vallisoletano de siete a?os con Tetralog¨ªa de Fallot que va a nataci¨®n, aunque de momento no pueda practicar deportes de contacto: una situaci¨®n radicalmente distinta a la que vivi¨® su madre, Rosa Mart¨ªn, zamorana de 46 a?os que tambi¨¦n padece una cardiopat¨ªa (estenosis pulmonar) que hoy no tiene riesgo, pero que entonces era todo un mundo: ¡°Me llegaron a decir que no podr¨ªa tener hijos, porque mi coraz¨®n no soportar¨ªa el esfuerzo... Mi infancia fue sin extraescolares; jam¨¢s curs¨¦ Educaci¨®n F¨ªsica; iba excesivamente abrigada, porque no pod¨ªa ponerme mala ni coger un simple catarro... La verdad es que yo, ahora, como madre, veo lo aterrados que deb¨ªan sentirse mis padres, en Zamora, hace 40 a?os; entiendo su sobreprotecci¨®n y preocupaci¨®n constantes¡±.
En la inmensa mayor¨ªa de los casos, las cardiopat¨ªas se detectan durante el embarazo, aunque no fue el caso de Ram¨®n: a ¨¦l se la detectaron a los ocho d¨ªas de nacer, una jornada que acab¨® con un traslado de urgencia a Madrid y un pron¨®stico grav¨ªsimo. No pensaban que saliera adelante, pero lo hizo. ¡°El primer a?o fue el peor; estuvimos ocho meses ingresados, que se resumen en cuatro operaciones a coraz¨®n abierto, otras dos intervenciones por infecciones varias y 16 cateterismos (vamos por el 26). El 75 % del tiempo lo pasamos en la UCI¡±, recuerda su madre. Con 11 meses, volvieron a Valladolid con un beb¨¦ que solo tomaba leche y que apenas se mov¨ªa, y empezaron una lucha constante no solo para que Ram¨®n llegara a igualarse con los ni?os de su edad, sino tambi¨¦n contra las numerosas trabas de la Administraci¨®n p¨²blica.
La esperanza se escribe con may¨²sculas
No solo ha sido la investigaci¨®n la que ha evolucionado, tambi¨¦n lo han hecho los hospitales, como recuerda la actriz Bel¨¦n Rueda, presidenta de honor de la Fundaci¨®n Menudos Corazones y mam¨¢ de una ni?a con cardiopat¨ªa cong¨¦nita severa, Mar¨ªa, que muri¨® al a?o de nacer, en 1997. Mucho ha cambiado desde entonces: ¡°En el hospital p¨²blico ten¨ªamos dos visitas, a las dos y a las seis de la tarde, pero si hab¨ªa una urgencia no pod¨ªamos verlos. Pero hoy ha mejorado el tratamiento de los ni?os y de las familias, el tratamiento emocional... Los hospitales se han humanizado much¨ªsimo, porque se ha demostrado que ellos mejoran si est¨¢n con sus padres y, sobre todo si son reci¨¦n nacidos, tocan tu piel, est¨¢n contigo y escuchan tu coraz¨®n¡±. Una humanizaci¨®n que llega a las terapias, como indica Medrano, ¡°con musicoterapia, por ejemplo. Que haya unos m¨²sicos en la UCI pedi¨¢trica, tocando m¨²sica al lado de tu beb¨¦, les relaja f¨ªsicamente y disminuye el estr¨¦s, la necesidad de opi¨¢ceos, implica menor tiempo de intubaci¨®n... Y, en el ¨¢mbito de la sala de hemodin¨¢mica, tenemos un programa de risoterapia, con payasos¡±.
Hace 20 a?os, rememora Rueda, no solo eran las t¨¦cnicas las que estaban poco evolucionadas. Otro problema al que se enfrentaban las familias era la falta de informaci¨®n: ¡°Cuando naci¨® Mar¨ªa y nos dijeron que ten¨ªa una cardiopat¨ªa, no sab¨ªa ni qu¨¦ estaban diciendo ni a qui¨¦n ten¨ªa que recurrir. S¨ª, los m¨¦dicos la estaban atendiendo, pero yo no entend¨ªa muy bien c¨®mo era el proceso, ni qu¨¦ ten¨ªa que hacer con mi familia. Entonces mi hija Bel¨¦n ten¨ªa dos a?itos y no sab¨ªamos si la tendr¨ªamos que dejar con alguien y vivir en el hospital, si nos iban a dejar... hay muchas situaciones¡±. Cuando piensa en aquellos meses, recuerda c¨®mo, all¨ª, ¡°la esperanza, la fe, se escriben con may¨²sculas; se vive en el d¨ªa a d¨ªa, con cosas muy peque?as. Por ejemplo, porque despu¨¦s de las operaciones les cuesta mucho comer; les pesan todos los d¨ªas, y si un d¨ªa llegabas al hospital y te dec¨ªan que hab¨ªa engordado 200 gramos, hac¨ªamos una fiesta. Una situaci¨®n as¨ª hace que vivas muy intensamente logros que para los ni?os sanos son algo natural, y valoras situaciones, cosas y gente que se te cruzan en la vida mucho m¨¢s que si no te ha pasado nada¡±.
Adem¨¢s de las becas que convoca anualmente desde 2018, el apoyo de la Fundaci¨®n Menudos Corazones resulta fundamental para muchas familias, gracias al alojamiento gratuito para pap¨¢s y mam¨¢s que deben trasladarse a Madrid desde otras comunidades aut¨®nomas, las actividades l¨²dico-educativas dirigidas a los peque?os hospitalizados y el apoyo psicol¨®gico y emocional dentro y fuera del hospital, como atestigua Marcos, el pap¨¢ de Leo: ¡°La salud mental es fundamental para sobrellevar este tipo de situaciones. M¨¢s que nada porque la situaci¨®n de estos ni?os puede ser buena hoy, pero ma?ana no se sabe: pandemias, enfermedades pulmonares y simples constipados les afectan much¨ªsimo¡±.
La actriz no deja pasar la ocasi¨®n de mostrar su agradecimiento a los m¨¦dicos de la Seguridad Social, ¡°que cobran una miseria en comparaci¨®n con el tiempo que le dedican a los cr¨ªos y el tiempo que est¨¢n all¨ª¡±. Unos especialistas que son la punta de lanza de todo un equipo dedicado a los peque?os, como indica Medrano: ¡°En esa gran pir¨¢mide, es muy importante que la enfermera de turno de una UCI pedi¨¢trica, un s¨¢bado a las dos de la ma?ana, tambi¨¦n sea una superespecialista. Hay que formar a los equipos. Nosotros hemos hecho proyectos de cooperaci¨®n internacional en pa¨ªses como Paraguay y Nicaragua, donde vimos que el problema no estaba en los cirujanos, que eran excelentes, sino en que no dejaban trabajar a las enfermeras, no les daban formaci¨®n. Tras la operaci¨®n, hay unos momentos clave en los que no puede pasar nada, en los que todo ha de ir perfecto. Y es que, como en los castellets, los de abajo son fundamentales¡±.
De esperanza lo sabe todo Natalia Almeida, una madre brasile?a afincada en Espa?a a la que los m¨¦dicos aconsejaron abortar en la semana 21 de embarazo, tras detectar una malformaci¨®n en el coraz¨®n que consideraron incompatible con la vida. ¡°Me contaron que el coraz¨®n era demasiado grande y r¨ªgido, y que si se le permit¨ªa crecer iba a comprometer el resto de ¨®rganos; que probablemente no sobrevivir¨ªa, porque adem¨¢s iba a necesitar tres cirug¨ªas para hacer un coraz¨®n univentricular, y que no tendr¨ªa ninguna calidad de vida¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica. Pero decidi¨® no abortar y buscar otra opci¨®n, que lleg¨® en la forma de una valvuloplastia fetal practicada en el hospital del Doce de Octubre, en Madrid, en la semana 23. El riesgo era grande: hab¨ªa un 70 % de probabilidades de que no funcionara... pero lo hizo. Hoy, Mateo tiene tres a?os, sufre un retraso madurativo y ha pasado por nueve operaciones, pero ¡°es un ni?o feliz, superactivo, inquieto, curioso... Empez¨® el cole en septiembre pasado, y est¨¢ muy contento¡±, dice su madre.
?Qu¨¦ deparar¨¢ la investigaci¨®n de cara al futuro? ¡°Mirar¨¢ hacia la gen¨¦tica, para que, m¨¢s all¨¢ del diagn¨®stico, sea posible identificar a los portadores de determinadas mutaciones y reemplazar el trozo de gen afectado por otro sano, y evitar as¨ª la aparici¨®n de la enfermedad. Pero tambi¨¦n la ingenier¨ªa biom¨¦dica, como la impresi¨®n 3D, relacionada con otra de las becas de Menudos Corazones: ¡°Necesitar¨ªamos tener como un armaz¨®n para sembrar c¨¦lulas y ponerte una v¨¢lvula de tu tama?o, que luego se elimine y que las propias c¨¦lulas vayan creciendo¡±, ilustra Medrano, que termina enfatizando una clave fundamental: adem¨¢s de tener la tecnolog¨ªa, esta ha de ser accesible para todo el mundo.
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