El ¡®efecto verano¡¯ en la obesidad infantil: qu¨¦ es y c¨®mo prevenirlo
Durante el est¨ªo, tanto ni?os como adolescentes duermen menos, comen peor, realizan menos actividad f¨ªsica y pasan m¨¢s tiempo frente a las pantallas
Uno de los puntos clave del Plan Estrat¨¦gico Nacional para la Reducci¨®n de la Obesidad Infantil (2022-2030), presentado este 10 de junio, es incrementar la pr¨¢ctica de actividad f¨ªsica en escuelas y centros escolares. La raz¨®n es que para muchos ni?os y adolescentes las horas lectivas de Educaci¨®n F¨ªsica son el ¨²nico tiempo de ejercicio que practican a la semana. El reverso de esa situaci¨®n es que, cuando se acaba el colegio en verano, se acaba la actividad f¨ªsica para una buena parte de la poblaci¨®n infantil. Esa es solo una de las razones de que aparezca el llamado efecto verano en la obesidad infantil. Lo explica Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Obesidad (SEEDO) y especialista en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n: ¡°La prevalencia de la obesidad incrementa progresivamente desde la primera infancia hasta llegar a la adolescencia, con datos poblacionales que confirman la existencia de picos en esta enfermedad durante los meses de verano¡±.
Lo grave del asunto es que, aunque la ganancia de peso es variable y depende de factores como la edad de los ni?os o si el cambio de h¨¢bitos es m¨¢s o menos profundo, ese peso extra a lo largo del est¨ªo puede llegar a los tres kilos que, en esas edades, es mucho. El periodo de vacaciones infantiles no es una etapa sencilla de organizar ¡ªy ordenar¡ª para los padres en general y para los que trabajan en particular. As¨ª que a menudo los ni?os y los adolescentes pasan mucho tiempo solos en su casa o en la de los abuelos, ¡°con la despensa llena de alimentos a su disposici¨®n, no siempre de adecuado valor nutricional¡±, afirma Rosaura Leis Trabazo, coordinadora del Comit¨¦ de Nutrici¨®n y Lactancia Materna de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP). Y eso no es todo, porque tambi¨¦n se aumenta de manera considerable el tiempo que pasan frente ¡°a las pantallas, tanto de la televisi¨®n como del ordenador, el tel¨¦fono o la tableta, lo que tambi¨¦n supone una disminuci¨®n de la actividad f¨ªsica¡±, a?ade.
A estas razones se le suman otras, resume Trabazo: ¡°En el periodo vacacional, los ni?os parecen aumentar su ingesta de alimentos, modifican los horarios y consumen m¨¢s comida r¨¢pida, precocinada, de f¨¢cil acceso, m¨¢s bebidas con az¨²cares a?adidos y consumen m¨¢s alimentos fuera del hogar¡±. Y a?ade: ¡°Duermen menos horas y se levantan m¨¢s tarde, lo que parece influir en que muchos no desayunen¡±. Es decir, ¡°parece que su conducta alimentaria es de mayor riesgo¡±, prosigue, ¡°al suponer un balance positivo de energ¨ªa, que tendr¨¢ como consecuencia un mayor dep¨®sito de grasa¡±.
Evidentemente, no todos los ni?os tienen el mismo riesgo. Los que est¨¢n apuntados a colonias urbanas o campamentos, los que disfrutan de un periodo vacacional m¨¢s parecido al de sus padres o los que mantienen hobbies deportivos durante el verano tienen menos posibilidades de aumentar de peso durante la temporada estival. Por otro lado, ¡°estar¨¢n m¨¢s afectados los que durante el curso escolar ya presentan cierto sobrepeso u obesidad, tienen una peor forma f¨ªsica y tienen familiares con esta enfermedad¡±, retoma Lecube.
Y a¨²n hay m¨¢s. ¡°Los peque?os con un bajo control familiar de sus patrones de estilos de vida saludables tienen un mayor riesgo y, en este sentido, la adolescencia supone una etapa de especial riesgo¡±, afirma Trabazo. En efecto, la etapa entre la infancia y la edad adulta vuelve a ser la m¨¢s complicada: ¡°Durante este periodo, en ocasiones, a trav¨¦s de la comida se reivindican creencias, filosof¨ªas, los adultos pierden influencia sobre las decisiones que van a tomar los adolescentes y ganan protagonismo sus pares¡±.
Esta es una de las razones por las que, de nuevo, se le da tanta importancia a la educaci¨®n alimentaria desde los primeros a?os de vida. Hecho que confirma el vicepresidente de SEEDO: ¡°El cambio de h¨¢bitos en nuestros hijos debe iniciarse en las edades m¨¢s tempranas, porque seg¨²n se van haciendo mayores m¨¢s dif¨ªcil va a ser modificar unos h¨¢bitos ya instaurados. Si esperamos a que nuestros hijos sean adolescentes habremos perdido una gran oportunidad de cimentar en ellos una buena salud cuando sean adultos¡±.
Mantener las normas
Aunque la situaci¨®n no sea sencilla para los progenitores, hay que tratar de sostener algunas reglas estrictas el mayor tiempo posible. Estas son las recomendaciones de la pediatra: ¡°Quiz¨¢ la principal sea mantener a¨²n en vacaciones un tiempo adecuado de sue?o y unos horarios que nos permitan realizar las cinco comidas al d¨ªa: desayuno, media ma?ana, comida, merienda y cena. Tambi¨¦n planificar la dieta y los alimentos y bebidas que tenemos en casa para su consumo r¨¢pido, eligi¨¦ndolos entre los m¨¢s saludables¡±.
El verano es, adem¨¢s, un buen momento para aumentar el consumo de frutas y verduras, tan variadas durante esta ¨¦poca, y de cereales integrales y pescado. ¡°Y promocionemos una adecuada hidrataci¨®n en la que el agua debe ser la bebida fundamental. Intentar programar con nuestros hijos la realizaci¨®n de actividades que requieran ejercicio y limitar el tiempo de uso de las pantallas. Debemos tener presente que el periodo estival es una importante oportunidad para compartir patrones de alimentaci¨®n saludables en familia, promocionando nuestras dietas tradicionales, atl¨¢ntica y mediterr¨¢nea¡±, sugiere Tabrazo.
La pediatra cree que puede ser una buena idea hacer a los peque?os de la casa y a los chavales part¨ªcipes del dise?o de men¨²s. Y, por supuesto, pasar tiempo durante las comidas con ellos. Lecube, por su parte, tambi¨¦n apunta a esta misma estrategia: ¡°Debemos ser capaces de sentarnos alrededor de la mesa con nuestros hijos, compartir una dieta equilibrada y explicarles los riesgos para su salud de no vigilar los cambios en el peso, en verano y en cualquier ¨¦poca del a?o¡±.
Situaci¨®n en Espa?a de la obesidad infantil?
En España se parte de una situación alarmante respecto a la obesidad y el sobrepeso infantiles. Según el estudio ALADINO de la Agencia española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), un 23,3% de los escolares entre 6 y 9 años tienen sobrepeso; y un 17,3 %, obesidad. Las consecuencias de estos problemas de salud no son nada desdeñables, asociándose “desde los primeros años con otros problemas como tensión y colesterol altos, resistencia a la insulina, esteatosis hepática no alcohólica o depósito de grasa en el hígado, así como déficits de importantes nutrientes para la salud como el hierro, el calcio, el yodo y la vitamina D”, advierte la doctora Rosaura Leis Trabazo.
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