Sobre padres y el cuidado de los hijos: la intenci¨®n no es lo ¨²nico que cuenta
Los hombres dicen que hacen m¨¢s y que quieren hacer m¨¢s, pero siguen existiendo barreras estructurales, normativas, individuales y financieras que impiden un reparto equitativo en la crianza
¡°Yo quer¨ªa ser un padre presente, no perfecto, pero presente, disponible y a favor de obra (¡) Tuve un padre ausente y yo quer¨ªa estar ah¨ª. Tampoco quiero que en el libro parezca que doy lecciones de paternidad porque lo ¨²nico que digo es una cosa b¨¢sica: que hay querer ser padre y hay que estar presente¡±, afirmaba Sergio C. Fanjul en una entrevista reciente en Mamas & Papas a prop¨®sito del lanzamiento de El padre del fuego (Aguilar, 2024), el nuevo libro del escritor y periodista, redactor de Cultura de este mismo medio. Esa idea, la de querer ser padre y estar presente, parece m¨¢s interiorizada que nunca por los hombres que llegan a la paternidad en la tercera d¨¦cada del siglo XXI. No en vano, seg¨²n datos del informe Estado de las paternidades y cuidados en Espa?a, elaborado por la Fundaci¨®n Cepaim y publicado en noviembre de 2023, hay m¨¢s hombres que mujeres (75% vs. 70%) que afirman que si fueran a tener un hijo o una hija considerar¨ªan la posibilidad de trabajar a tiempo parcial para cuidar de ¨¦l o ella; o que estar¨ªan dispuestos a cogerse una baja no remunerada en el trabajo (36% vs. 25%). Por poco, tambi¨¦n son m¨¢s los hombres (69% vs. 68%) quienes consideran que la crianza justifica renunciar a algunas oportunidades laborales.
La realidad, sin embargo, es que las cosas siguen como siempre, seg¨²n un estudio realizado por el centro de investigaci¨®n Iseak sobre el impacto que los permisos iguales e intransferibles de maternidad y paternidad han tenido en la desigualdad de g¨¦nero en el empleo en Espa?a. O eso, al menos, dicen los datos. A finales de 2022, dos a?os despu¨¦s de la puesta en marcha de los permisos, el 95% de las personas que trabajaban a jornada parcial por cuidados eran mujeres y solo un padre por cada 15 madres hac¨ªa uso del derecho a la excedencia por cuidados durante los tres primeros a?os de vida del beb¨¦.
Como recita el protagonista del Hamlet de Shakespeare al arrancar su mon¨®logo, los padres espa?oles parecen debatirse entre ser (el ideal) o no ser (la realidad), entre estar o no estar. ¡°Es el desfase com¨²n entre lo que se sabe y lo que se hace. El pensamiento y la voluntad no dirigen en su totalidad la conducta humana. Saber que algo est¨¢ mal deber¨ªa ser raz¨®n suficiente para no hacerlo. Y, sin embargo, lo hacemos¡±, reflexiona el psic¨®logo perinatal M¨¢ximo Pe?a, tambi¨¦n autor de Paternidad aqu¨ª y ahora (Arpa, 2023).
Ritxar Bacete, escritor, trabajador social y especialista en pol¨ªticas de igualdad y paternidad positiva, observa en la aparente contradicci¨®n entre los ideales de los padres y la realidad una excelente noticia: ¡°Que los hombres deseen cuidar m¨¢s y que muchos lo est¨¦n haciendo ya nos permite contar con un ingrediente novedoso y una variable que explorar de cara a promover que el cambio pase de los deseos a los hechos¡±. Bacete, que particip¨® en la elaboraci¨®n del informe Estado de las paternidades y cuidados en Espa?a, a?ade que la tendencia observada en Espa?a es parte de ¡°una ola global¡±, ya que la deseabilidad de cuidar tambi¨¦n se observ¨® en una parte muy significativa de los hombres de distintos pa¨ªses en el informe State of the World¡¯s Fathers 2023. ¡°Los hombres dicen que hacen m¨¢s y que quieren hacer m¨¢s, pero siguen existiendo barreras estructurales, normativas, individuales y financieras que impiden un reparto equitativo de los cuidados¡±, sostiene el tambi¨¦n autor de Nuevos hombres buenos (Pen¨ªnsula, 2017).
M¨¢ximo Pe?a, que ironiza sobre el impacto que han tenido hasta la fecha los permisos iguales e intransferibles en la implicaci¨®n de los padres en la crianza (¡°se supon¨ªa que su implantaci¨®n traer¨ªa el para¨ªso de la igualdad en la crianza, los cuidados y las labores dom¨¦sticas, pero parece que no est¨¢ siendo as¨ª¡±), considera que no es solo cuesti¨®n de tiempo que esta medida d¨¦ los frutos anhelados. ¡°Los permisos iguales e intransferibles, dise?ados, probablemente, con buena intenci¨®n, adem¨¢s de contradecir a la evidencia cient¨ªfica seg¨²n la cual la madre, durante los primeros meses de vida del beb¨¦, desempe?a una funci¨®n esencial para el bienestar de la criatura, no son suficientes para impulsar esa verdadera revoluci¨®n social que ser¨ªa la implicaci¨®n real de los hombres en el mundo de los cuidados¡±, afirma.
Optimismo a medias
Para este psic¨®logo es necesario que el mercado laboral se adapte a m¨¢s velocidad a la demanda social de que los hombres se incorporen de forma masiva en las tareas dom¨¦sticas y de cuidados, invertir dinero p¨²blico en educaci¨®n sobre igualdad de g¨¦nero a partir de la infancia y en todas las edades, subir significativamente el salario de las profesiones vinculadas a los cuidados y la educaci¨®n, aplicar una renta universal para todos los menores de 18 a?os, y crear en los centros de salud p¨²blicos unidades perinatales multidisciplinares que incluyan Trabajo Social y Psicolog¨ªa General Sanitaria. ¡°En pa¨ªses como el Reino Unido, estas unidades de atenci¨®n perinatal se han relacionado con una experiencia m¨¢s satisfactoria de la maternidad y la paternidad. Y sabemos que cuando hay bienestar percibido, los hombres son m¨¢s proclives a comportarse de forma igualitaria¡±, argumenta.
A favor de estas y otras medidas se posiciona tambi¨¦n Bacete, que no obstante se muestra m¨¢s esperanzado sobre el efecto a largo plazo que los permisos iguales e intransferibles pueden tener sobre el ser y estar de los padres con relaci¨®n al cuidado de sus hijos. ¡°En t¨¦rminos hist¨®ricos, estos permisos, aunque simb¨®licamente son muy potentes por el mensaje de equidad y de cambio de ciclo que trasladan, son tan recientes que ni tan siquiera han llegado a arraigar en el subconsciente colectivo. De hecho, para el 95% de las mujeres y hombres que estamos maternando y paternando en estos momentos, la medida lleg¨® tarde, por lo que los resultados y bondades tambi¨¦n tardar¨¢n en ser visibles social y estad¨ªsticamente¡±, reflexiona.
En ese sentido, Bacete, que reconoce que por s¨ª sola esta medida no genera un cambio cultural profundo ni cambia las din¨¢micas sociales, insta a analizar lo que ha ocurrido en pa¨ªses como Suecia, donde las medidas igualitarias relacionadas con los cuidados arrancaron hace m¨¢s de 50 a?os. ¡°En Suecia han logrado impactar en la cultura del trabajo y en el significado del rol del hombre hasta tal punto que se ha convertido en un tab¨² o un hecho socialmente sancionable que los hombres se salten el permiso parental, mientras que, en Espa?a, especialmente en los nichos de empleo m¨¢s masculinizados, los hombres que desean ejercer su derecho se encuentran con importantes resistencias¡±.
Pese a esas resistencias y pese a la complejidad de producir cambios profundos en el sistema pol¨ªtico y cultural, Bacete se muestra optimista. ¡°Los datos avalan que millones de hombres de todo el mundo, en el contexto del viaje evolutivo de nuestra especie y tras varios siglos desastrosos para la igualdad, est¨¢n volviendo a casa, a cuidar y a sostener con una intensidad y una extensi¨®n seguramente insuficientes, no equitativas a¨²n, pero desconocidas en la historia reciente de la humanidad, y profundamente esperanzadoras¡±, sostiene este especialista en pol¨ªticas de igualdad y paternidad positiva. Tambi¨¦n apunta a la evidencia cient¨ªfica, seg¨²n la cual la implicaci¨®n de los padres en los cuidados tiene beneficios para todas las partes de una familia: ¡°Las ni?as y los ni?os crecen m¨¢s sanos, con menos violencia y desarrollando m¨¢s capacidades cuando tienen una doble figura de apego; las mujeres ven incrementadas sus posibilidades de empoderamiento al mismo tiempo que disminuye la posibilidad de que sufran cualquier tipo de violencia por parte de su pareja cuando esta es cuidadora; y los propios hombres vivimos m¨¢s a?os y m¨¢s satisfechos cuanto m¨¢s cuidamos¡±.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.